Partida Rol por web

Gliriel, que aún no conseguía dormido, y todavía preguntándose si lo que pensaba que había hecho Arza era verdad, escucha las voces afuera, y pega un salto.
¿Qué está pasando?-ve que todos se despertaban entre si, y hablaban de Arza, por lo que no dudó ni un segundo más para acercarse a la puerta.
Veo que no soy el único que siente curiosidad
No iba a poder dormir en paz hasta averiguarlo...
sobre donde está Arza.
Mientras, se acerca a la puerta y la abre apenas como para sacar media cara afuera y ver qué sucede.

El rostro del Lord observa detenidamente a Arza durante sus explicaciones y tras meditarlo un momento decide dejar pasar la situación - Habeis estado a punto de meteros en problemas. Espero que no se repita! - os amonesta antes de comentarle a los soldados.

- Está bien, después de ver la cabeza de ese oso lechuza, yo tampoco me internaría en el bosque de noche, solo, y sin armas -

Volviendo la vista al semielfo completa su despedida - Espero que volvais a vuestro cobertizo y no volvais a acercaros al mesón. No tendré tantas contemplaciones la próxima vez -

Con un ademán de su mano derecha despide al pícaro que escucha, mientras se retira como le indica a sus hombres - No quiero que nadie PUEDA acercarse tanto. Espero que esteis más atentos. En este caso era solo un aventurero con ganas de mear, pero si hubiera sido alguien con malas intenciones... -

Cuando por fin el grupo sale del cobertizo, puede observar como el semielfo se acerca al mismo desde la dirección de una de las tiendas. Algo más atrás podeis ver como cuatro siluetas más salen de la misma tienda y se dirigen, presurosas hacia la oscura silueta del meson.

¿En que problemas se puede haber metido si solo se ha ido a cagar?

De todas formas con el revuelo que se había creado en la habitación, le sería difícil volver a dormirse, es más, sabía que sus amigos no le dejarían.

Está bien vamos a ver…

Se sienta unos segundos en el borde de la cama con cara inexpresiva hasta que reúne fuerzas para levantarse.

Vaaamos…

Se dirige a la puerta y ve al semielfo custodiado por los soldados viniendo de la tienda de los soldados.

Uh-O

Durante breves instantes los compañeros se relajaron al ver a Arza volver de una de las tiendas, sin embargo algo llamó la atención de Rakas. Cuatro soldados salían de la misma tienda de donde parecía venir el pícaro y se dirigían hacia el mesón donde el conde tenía su misteriosa reunión. Algo no andaba bien y podían tener problemas, de todas formas era mejor esperar a que Arza les contara que había sucedido antes de hacer conjeturas.

El joven se mantuvo en la puerta esperando a que su compañero entrara, si había algo que contar, estaba seguro de que lo haría, sino volvería a su catre a dormir y descansar para al día siguiente iniciar la marcha antes de que el conde pudiera cambiar de opinión.

Arza se acercó al cobertizo. Creyó que todo se iba a ir al traste por un momento, pero funcionó y le sirvió para comprobar que se mantenía en bastante buena forma.
Rakas le esperaba en la puerta, mientras que los demás parecían nerviosos.
Ya he vuelto, podéis estar tranquilos que no ha pasado nada.
Arza entra y se echa donde la paja.
Rakas, por favor, comprueba que no hay nadie cerca que me gustaría comentaros algo; lo haría yo pero no conviene que salga.
Arza esperó echado a que Rakas comprobara que nadie les escuchaba.

El mago sigue concentrado en su libro, mientras el resto de sus compañeros se afanan en que pierda su concentración -ya esta de vuelta ¿no?, pues descansad un poquito.
Coge los pergaminos que había estado mirando y extiende el brazo con ellos en la mano, y hablando en un tono neutral aunque la ironía saltaba a la vista -Uno es de Armadura de mago y el otro de Partículas rutilantes, repartirlos como querais.

Gliriel vuelve a acostarse y luego mira a Arza.
Veo que tenías tanta curiosidad como yo.
"La naturaleza me llama". Jeejee.
No hay nadie, no te preocupes, eso espero cuenta lo que escuchaste.
Mientras tanto le rascaba la cabeza a Kuznak, que tampoco podía dormirse con tanto escandalo.
Bah, quizás no sea tan importante. Debo aprender a meterme en mis propios asuntos...

-Cuenta cuenta cuenta por favor Arzaaa, cuentanos lo que has visto, oido o lo que sea...esa reunión parece tan importante. No te dejes ni un solo detalle; cuentalo todo con pelos y señales. ¡Osea que te descubrieron! Tenía que haber ido yo. -habla Menzo como si un hechizo de despertar sonámbulos le hubiera hecho efecto.

Ante los comentarios de sus compañeros Gliadel se retira, si tenían que hablar sobre algo sobre que intuía, dada la naturaleza de la situación, que ni le iba ni venía prefería volver a sus sueños.

-Bua, me voy a dormir- hablando con cierto rentintin.-

Se vuelve a su cama y se echa, eso si, intentando oir algo de lo que dicen sus compañeros que no le gustara.La situación no le había acabado de convencer.

Poco a poco, demostrando más o menos interés el grupo se acomodó en sus catres. Una breve inspección, demostro que, por suerte, no había nadie "espiándolos". Estaba todo listo para que Arza les comentara lo que había pasado. Por lo menos lo que el creyera oportuno contarles... o mejor dicho, de lo que quisiera contarles cual había sido su interpretación.

Arza miraba a sus compañeros; después de lo cerca que estuvo de pasarlo mal no sería conveniente que se fueran de la lengua. Pero algo tenía que decirles, y de todas formas no había oido demasiado.

bueno, por si acaso no lo comentéis- con esto dirige una mirada a Gliriel y sobre todo a Menzo, que son los que más propensión tienen a soltar la lengua.- pero por lo visto alguien se está dedicando a hundir barcos. la reunión era para ver si había alguna pista de quién era el culpable.

Entonces dirigió una mirada a sus compañeros.
Sí, ya sé que no es gran cosa pero entonces me pillaron y a duras penas les convencí de que no estaba espiando.- Respiró con cansancio. -No sé, pensé que tal vez deberíais saberlo.

Las noticias relajaron a Rakas, aquello no era importante en lo que se refería a ellos, aunque quizás pudiera ser una buena aventura descubrir algo sobre aquellos hundimientos y sacarle algunas monedas más al acaudalado Conde.

- Bueno, parece que tienen problemas, pero no veo como ayudarles y sacar provecho de ello, de todas formas nos dirigimos, según entendí a Casi el Mar, seguro podemos enterarnos de algo más cuando nos aproximemos a los pueblos pesqueros de la zona.

Con un sonoro bostezo el grandullón volvió a recostarse en su catre con las manos bajo su cabeza y mientras tarareaba una cancioncilla volvió a tratar de dormirse.

... Uro se fue al bosque a por algo de miel... pero era tan vago que en el bosque durmió él... Uro se fue al bosque a por algo de miel... pero era tan feo que una osa lo amó a él... Uro se fue al bosque a por algo de miel... pero era tan ciego que se acostó con él...

Esta vez por lo menos Gliadel si se había tomado la molestia de quitarse botas, ropa y armadura antes de echarse a la cama. Después, en la cama, se pone de espaldas al grupo, fingiendo estar dormido, pero con los ojos abiertos y escuchando atentamente lo que dice su compañero.

Cita:

Gliadel no se lo puede creer, apenas había cogido confianza con Arza-El y ahora...

Bueno por lo menos no lo oculta ¿Pero que más da eso? Igual solo quería saber si acertamos dándole los huevos al conde ¿Pero espiarlo cuando precisamente nos pidió que no lo hiciéramos? Me cago en todo, con lo bien que había cogido yo el sueño. Mejor será que piense mañana sobre esto, hoy estoy demasiado cansado.

A pesar de no querer, la mente del clérigo sigue dando vueltas al tema desatando miles de imágenes incongruentes entre sí: Arza-El pasando por cuchillo a todos mientras duermen para robarles, también le viene a la cabeza la situación con las posesiones del mago elfo loco que Arza-El se negó en redondo a coger. ¿Sería posible que solo estuviera fingiendo?

De pronto un canto. Algo bonito en lo que concentrarse. Gliadel apenas percibe la letra de la tonadilla de su compañero pero la simple armonía de la canción y la voz Rakas le transmiten la seguridad y la paz que necesitaba para dormirse.

Después de unas cuantas vueltas más en la cama lo consigue.

Gracias Rakas

Tras la noticias del pícaro, todos, poco a poco, se fueron relajando. La tranquilidad de la noche y la seguridad de que, por una vez, no deberían hacer guardias ayudó a que se aflojaran y dejaran que el sueño, profundo y reparador les permitiera recuperarse de las fatigas del día.

Despues de escuchar el relato de Arza, Dramir se tumba en el catre y se intenta dormir sin decir nada.

Por que ha tenido que ir a espiar, no nos pidió el conde que no lo hiciéramos, estúpido, le podían haber hecho de todo
Este humano me cae bien, podria haber le ayudado, recuerdo un hechizo... no, todavia no estas preparado, nos mataría, ya llegara el momento
Pero que dices, lo que ha hecho esta muy mal, y ¿que decías de un hechizo?
Bah, olvidalo todo, pero mantente vigilado al picaro por si necesita que lo ayudemos

Una cancioncilla comienza a sonar pero el hechicero ya no puede escuchar nada debido al profundo sueño en el que esta sumido.

finalmente cuando todo estaba mas o menos en calma, escepto algún que otro ronquido el mago pudo concentrarse plenamente en el libro.
El mago cerró los ojos y aspiro aire lentamente, conteniendo toda la rabia que estaba sintiendo en ese momento, abrió los ojos miró al resto del grupo y maldiciendo entre dientes dejó el libro y se tumbo para intentar dormir.
Tenía esa sensación de desasosiego que queda cuando tienes algo que deseas a tu alcance pero no logras cogerlo.

Lamentablemente, por más que intentó concentrarse en la lectura del libro, tratando de aprender un nuevo conjuro, el movimiento incesante de sus compañeros, la "aventura" de Arza y los cánticos de Rakas para intentar dormirse no ayudaron a Ecthelion en su cometido. Finalmente, con la vista cansada, decidió dejar el intento para otro día.

Era una lástima, no siempre se conseguía el tiempo necesario para concentrarse en un conjuro concreto. La próxima vez debería buscar un lugar sin tanta bulla.

Al final, todos quedaron dormidos. La emoción de las aventuras del día había sido mucha y las recompensas también. Mientras todos reposaban, aprovechando que los hombres del conde se ocupaban de las guardias, el misterioso visitante del conde desapareció del lugar tan silenciosamente como había venido.

Con los primeros rayos del sol, poco a poco, el grupo de aventureros se fue despertando. Era cuestión de organizar el día.