Partida Rol por web

¿si soy travieso? jaja. Mmmh.. Nooo.... No. No lo soy ni lo seré nunca.-estaba recordando algo y sin querer dejó escapar una risa- Además no me harás caer con algo como eso. Kuznak me hubiese avisado del trasgo mucho antes. Ante el cálido recivimiento el druida "escaló" una silla y se sentó en ella.

Umhh...-la mesa le quedaba demasiado incómoda. Le llegaba casi hasta el cuello. ¿No tendrás... Por casualidad... Libros?-dice al mirar al que tenía pinta de ser el dueño.
Cuando escuchó a Ecthelion su expresión cambió. Daba miedo... Si.. Llamalo como quieras..-no dijo más.

Y sin esperar más, comenzó a devorar la sopa y la cerveza.
¿Gliadel? Al parecer todos los "Gli" son traviesos...-le dice al clérigo cambiando de tema.
Por cierto... ¿Por qué repetis todo el tiempo "No parece tan malo"? ¿os estais refiriendo a mi?

- Jejeje eres muy avispado "Gli"- ,sonriendo picaronamente ante la ocurrencia del gnomo,
-pero dejemos esa tontería de las primeras impresiones a un lado ¿te parece bien?.-

Mientras dice esto hunde su mano en el plato de panes hasta encontrar uno de su agrado bien grande.

-Peeer..fecto - lo mira satisfecho, arranca un trozo con la mano y lo rebaña por el cuenco hasta dejarlo impoluto.Acto seguido lanza el trozo de pan al aire para cazarlo con la boca.

Si Wolfren me viera haciendo esto su asquerosa vena azul del cuello se hubiera hinchado hasta reventar jejeje.Te hecho de menos, casa

Con cierto timbre nostálgico que se quita con un breve carraspeo continúa su conversación con el gnomo. -Perdona aun a riesgo de parecerte típico o indiscreto,te diré que no pareces del tipo de gente que suela frecuentar tabernas.-Mas bien parece un niño que se ha pasado demasiado tiempo jugando en la hierba pero esta gente pequeña da estas sorpresas,a todo esto,¿donde esta Menzo?- ¿que estas haciendo por aqui?¿Y donde decías que estaba Menzo? -

¿Tabernas? no, nunca he ido a una. Pero he oido hablar de ellas.-el gnomo intenta acomodar mejor los libros sobre los que estaba sentado. Que deliciosa es la cerveza...-pensaba y ponía cara traviesa mientras Gliadel le hablaba.
Perdón.. ¿Dijiste algo? ah. ¿Que qué hago por aqui? hace días que estoy persiguiendo a unos asquerosos, feos, estúpidos y malolientes trasgos, junto con mi mejor (y único) amigo, Kuznak. Es lindo, ¿no? como la cabra que está ahi fuera. ¿De quién es?
¿De Menzo? ¿Quién es Menzo? se pone a hacer un poco de memoria-¡Ah, si! el que parece un gnomo, pero que no lo es. y luego el clérigo le hace la última pregunta-Mmmh.. Venía conmigo y con el semielfo... Ni idea.. Quizás desapareció... ¿Es un mago?-sin duda cerrar la boca no era una de sus actividades favoritas.

-Si claro que es un mago ¿No te lo dijo? bueno normal... a el no le gusta hablar de esas cosas...-Se acerca a la orejita del druida y le susurra al oido - Su cabra en verdad es un dragón malvado del que solo Menzo conoce el verdadero nombre y que consiguió atrapar en ese cuerpecillo de cabra. De vez en cuando nos deja ver el dragón si se lo pides mucho.Al principio te negara todo pero con el tiempo si insistes en que sabes que es un mago y que te deje ver al dragón cederá.-Se incorpora de nuevo a su sitio y antes de levantar el cuenco de sopa para que Valerio se lo rellene le dirige un último comentario en tono muy serio a Gliriel.-¿Pero no le diras que te lo he dicho yo verdad?Me matará si se lo dices...-

Menzo atraviesa el umbral de la puerta tras atar a la cabra junto al caballo. Al entrar, observa detenidamente todo lo que le rodea y al posadero.

Cuando Menzo entró en la taberna Arza le dijo

Ya tardabas Menzo, un poco más y Rakas nos deja sin cerveza.

En la voz se notaba que no había enfado, sino más bien una pequeña broma. Después se dirigió a la mesa dónde los demás ya hablaban animadamente con Gliriel.

Al ver a Menzo entrar por la puerta aprieta el dedo indice contra los labios y le dedica un guiño de complicidad a Gliriel.

-¡Si! Ven a sentarte Menzo...¡Aqui!-Le hace una señal a Menzo para que se acerque y golpea con la palma de la mano el asiento vacío de su izquierda. -Mi nuevo amigo "Gli" nos estaba contando una de trasgos,Jejeje...Por favor Gliriel continua...

Mientras degustan la sopa, que efectivamente es muy rica, escuchan un gruñido de Kuznak (el perro de Gliriel). Antes de que puedan reaccionar una profunda voz, humana, se deja oir en el exterior de la fonda - Tranquilo perro, solo busco al dueño de la taberna -

Al asomarse al exterior, pueden ver a un caballero montado. El mismo lleva una armadura completa y un gran escudo y su caballo, un enorme percherón, también porta una barda completa. Si bien os llama la atención que ni la armadura ni el escudo tengan ningún blasón, antes que nada prestais atención a la enorme espada de puño y medio (bastarda) que pende de su cintura.

El caballero no la ha desenvainado, pero ante la atención del perro que, siguiendo las ordenes de su dueño, le gruñe fieramente, ha apoyado la mano en la empuñadura, dispuesto a desenvainarla al instante si hace falta.

Al veros os mira con atención - Alguno de uds. es el dueño... necesito hablar con el. Ah! y calmad a ese perro, no me gustaría tener que hacerle daño - La segurdad que denota al expresarse, habla a las claras que, de resultar necesario está dispuesto a cumplir su amenaza.

Al oir al perro y al extraño me acerco al gnomo.
Gliriel por favor,calma a tu amigo antes de que le pase algo
Luego me giro hacia Valerio
¿Quien es ese hombre Valerio? ¿Lo conoces?
El joven comienza a ponerse nervioso por los ladridos del perro.
Espero que lo calle pronto, no me gustaria tener que enfrentarnos a el.

Gliriel mira al hombre de metal, y salta hacia el piso (a tantos metros de distancia de éste casi se hace daño) y se acerca al hombre. ¡No es de tu conveniencia hacerle daño! el solo está ahi por si llega algún trasgo. No hay que ser tan agresivo...-ve por la puerta un caballo con protecciones hasta los dientes, y luego se detiene a pensar. ¿Habrán sido embrujados y ahora parte de su cuerpo es de metal? no creo. Pobre caballo, ya está viejo y debe soportar la carga de este hombre junto con toda esa armadura. Debería sacarle todas esas cosas que lleva puestas cuando el hombre no esté mirando...

Al pensar no dió lugar a la pregunta del hombre, por lo que permaneció callado y pensativo, ideando una estrategia.

Mientras el perro, algo más tranquilo al sentir la presencia de su amo sigue mostrándole los dientes al desconocido, este espera que alguien le conteste si es el dueño del lugar. Valerio, mientras tanto se acerca a la puerta, después de limpiarse, cuidadosamente sus manos en el delantal y preocupado por el enorme perro que guarda su puerta.

Arza que apenas había empezado a comer, tragó antes de responder al hombre.
Aquel hombre con el delantal, supongo que si no es el dueño seguro que lo conoce.
La respuesta se notaba sincera, pero también que había un poco de dejadez como indicando que no se había parado a pensar el hombre con la armadura.

Impresionado y amedrentado queda el joven clérigo ante el aura de empuje y gallardía que proyecta el caballero desconocido.Cualquier persona puede llevar un caballo de guerra y hablar con esa seguridad, pero el aura de las personas es algo que no se puede comprar o fingir.Ese hombre esta hecho de buena pasta.

Es en este tipo de situaciones donde la verdadera naturaleza de los hombres resquebraja la fachada opaca de la cotidianidad.Gliriel poco entendía de héroes o caballeros que valgan, lo suyo es defender la naturaleza y eso ha quedado demostrado.
El pícaro desentendido del mundo, solo busca sobrevivir lo mejor que pueda en él.
El clérigo sin embargo solo tiene una opción.Correr.Lo que definiría su espiritu es en la dirección que lo haría.Hacia adelante los valientes, hacia atrás los cobardes.

- ¿Para que se le requiere? ¿Ha hecho algo malo? -

La decisión había sido tomada.Hacia adelante protegiendo al débil y al bueno.Siempre.

Ante la indicación del pícaro, Valerio finalmente se aproxima la puerta y, mirando al caballero con su más tierna mirada se presenta - Soy Valerio, el propietario del lugar - dice con no demasiada seguridad.

El caballero, mira al grupo de "curiosos" que lo rodea y esbozando una sonrisa, los descarta mientras centra su atención en el posadero - Bien, entonces necesito hablar con vos - Con gestos desenvueltos desciende de su caballo y dándole una palmada cariñosa en el cuello consigue que el mismo se quede quieto en el lugar, sin necesidad de atarlo ni nada similar.

Sin embargo, el caballero es prudente. Mantiene las distancias del perro que sigue gruñendo, tanto a él como a los desconocidos que se han asomado por la puerta de la taberna. Por suerte el animal está más preocupado por los que se asoman que, por su cercanía, le parecen más peligrosos para la seguridad de su amo.

Valerio, tratando de mantener las distancias con el animal, y moviéndose tras los cuerpos de aquellos que se asomaron a la puerta, por fin consigue salir de su propia taberna y se acerca al ahora desmontado caballero - Vos diréis - le pregunta.

El hombre comienza a hablar - Quisiera contratar vuestra... - es lo único que alcanzan a oir mientras el desparejo par se aleja, caminando, de la puerta del meson.

Sin embargo, la situacíon es cada vez más preocupante para el perro que ve como un montón de desconocidos rodean a su amigo. Sus gruñidos son cada vez más amenazadores y la baba empieza a caer por su boca.

En la misma "solemne" postura que el caballero ignoró, Gliadel se esfuerza por escuchar lo que este requiere de Valerio.Tendrá estilo pero es un fanfarrón.

En un principio no parecía nada malo,al contrario.Después de todo le quería contratar para algo y eso significaba el tan necesitado dinero para Valerio.Pero a Gliadel no le acababa de convencer la actitud del desconocido.

Ignorando los gruñidos del perro acopla las manos en una oreja a modo de amplificador e intenta escuchar la ajena conversación.

Que Pelor perdone mi indiscreción, el sabe que lo hago con buena intención.

Todo había sucedido tan rápido que Rakas si quiera pudo reaccionar, en el instante que escuchó la voz estaba dando buena cuenta de la cerveza, y antes de que la dejara sobre la mesa descubrió que gran parte de sus compañeros se habían levantado y asomado a la puerta. El perro parecía nervioso, pero más por la gente que lo rodeaba que por cualquier otra cosa, además parecía que lo que quisiera aquel hombre que hablaba no tenía que ver más que con el posadero, así que mientras todos estaban en la puerta no dudó un instante en coger otra de las jarras de la mesa y apurarla antes de levantarse.

- Bueno alguién me cuenta que ha ocurrido, y por cierto pequeño será mejor que tranquilices a tu amigo, parece a punto de saltar encima de mis amigos.- El bárbaro sabía diferenciar cuando un animal estaba lo suficientemente nervioso como para atacar, de manera que mantuvo las distancias, no le gustaba llevarse mordiscos y menos tener que responder si el animal sólo hacía lo que su dueño ordenaba.