Partida Rol por web

Luego de un enorme destello, todo se volvió oscuridad...

Flotaban en la nada, en vuestra propia consciencia, preguntando a vosotros mismos si estaban dormidos o si todo se había acabado...

Pero aquella experiencia no había sido más que un comienzo...

El sol golpeaba vuestros rostros, la arena caliente abrazaba vuestra piel mientras yacían allí tendidos, a la orilla del mar que les acariciaba cada vez que se elevaba, trayendo consigo los restos del barco que se hundió con ustedes...

No estaban muy separados unos de otros, se podía concluir que todos habían llegados allí arrastrados por el agua, por lo que la mayoría terminaría despertando no por el sol, si no por la marea que continuaba subiendo y de vez en cuando se les metía en la nariz, provocando una sensación para nada agradable...

Conservan las pertenencias que llevaban encima, así como alguna que otra cosa que el mar había recuperado del barco, pero en aquellos momentos vuestra mayor preocupación era... ¿Donde estaban...?

Hacia el lado contrario del mar se encontraba un espeso bosque, con un camino que pasaba de por medio para llevar hacia el interior de la isla... Hacia los lados habían grandes rocas, casi como si aquel lugar fuese un área delimitada de la isla y la única forma de entrar o salir a esa playa fuese por aquel camino del bosque...

A vuestro alrededor resaltaba la ausencia no solo de Nanashi, si no del sargento marine que Ikame había tomado antes de la explosión; tal vez el mar les hubiese separado, o el cuerpo de Nanashi no fuese capaz de flotar...

El sol golpeando mis ojos era... increíblemente incómodo y molesto, al igual que el que se me metiera agua de las olas en la nariz. Sentía la herida de mi costado escocer como el demonio seguramente por la salitre... pero joder, lo que me jodía de verdad era la luz en mis ojos -¡Cof cof! ¡Aggg! Ahhh...- tosí sacando algo de agua con la tos mientras me intentaba incorporar sentándome. Creo que fui la primera en hacerlo -Agggg joder... como duele...- me quejaba sobretodo por la luz, intentando parpadear para empezar a dislumbrar mi alrededor además de intentar recordar que pasó y porque estábamos todos tumbados en una playa...

Y joder si me bajó la moral recordarlo -Nuestro barco... nuestras cosas... joder... lo hemos perdido todo...- pensé mientras abrazaba mi húmeda bolsa, lo único que se hacía salvado por el único motivo de tenerla cuando ocurrió todo. Joder... ahora solo tenía lo de mis bolsillos y lo de la bolsa... menos mal que los impermeabilicé pero... joder, dudo que estando flotando en el agua después de caer al mar de un barco roto por un rayo eso haya ayudado demasiado. Por suerte mis cosas estaban en buen estado... mi pistola, mis cuadernos y libros, mi equipo médico personal, y el dinero y las provisiones de cuando fuimos a comprar... pero el resto... Mis cosas de laboratorio, el equipo médico del barco, el resto de mi ropa y pertenencias...

Al pensar en mis pertenencias... es cuando me di cuenta... de porque me dolía tanto los ojos. Me palpé la cara... -¡MIS GAFAS! ¿DONDE ESTÁN MIS GAFAS?- grité histérica, cerrando de golpe mis ojos mientras palpaba mi alrededor -¡GENTE DESPERTAD! ¡ESTAMOS EN UNA PLAYA RARA Y HE PERDIDO MIS GAFAS! ¡AYUDADME A BUSCARLAS, CUANTO ANTES LAS TENGA ANTES PUEDO HACER RECONOCIMIENTOS MÉDICOS! ¿CAPITÁN COMO ESTÁ?- les dije a todos... en una especie de bucle raro de gritos donde el hecho de perder mis gafas era lo principal y quería que me las cogieran... si abría los ojos podría ver que estaban frente a mí un par de pasos alante... ¡Pero no pienso abrir los ojos!

Estaba acostumbrada a levantarme por los rayos de sol, tanto que para mi no era una molestia. A veces incluso recurría a ellos para esconderme...

Fue precisamente por ello que el sol no me despertó cuando después de aquel enorme rayo, acabamos varados en algún lugar lleno de arena. Lo que si lo hizo fue el agua al golpear antes que los demás... salvo quizás por Kidd, en la nariz y boca, dejandome sin aliento y reaccionando rápido, tosiendo para sacar el agua de mi interior y buscar el aire para que entrara en mi interior.

La cosa de ser tan bajita era esa, que me llegaba antes el agua. - COG COG - el agua salada no sabía nada bien... pero lo que peor sabía era que el barco que manejabas había sido destruido. Me preguntaba si toda la ropa que había comprado gracias a Sea y Denna seguía intacta, pero de lo que si podía estar segura es que mi libreta de apuntes y mi bo estaban bien.

-¿Donde estamos? - pregunté debilmente mientras por el mareo corporal intentaba retirarme un poco trastabillando con los pies y cayendo de culo a la arena a pocos centimetros de moverme. Fue entonces que escuché a Ikame como una loca buscando sus gafas y tratando de acercarme a gatas agarré las gafas para abrirlas y acercarselas - Aquí tienes - Tras eso miré a los demás y fui uno a uno mirando si se despertaban.

-Denna. ¿Estas bien? ¿Sea? ¿Kaito? - a este último lo dije con clara sorpresa - ¿Como has acabado aquí? - pero por mucho que quisiera meterme energía seguía con un gran peso en mis hombros - Siento lo del barco Ikame.

Una Sea apareció de nuevo naufragada pero esta vez con compañeros, sus ropas nuevas estaban milagrosamente intactas pero empapadas junto a sus tres pertenencias preciadas: El anillo de compromiso en su dedo, la pistola y el sable. ¿Las de sus compañeros estarían igual?
El dolor de cabeza por la resaca era monumental, ni siquiera recordaba lo ocurrido pero de nuevo estaba tirada sobre la arena, empapada y con ganas de morirse ya no solo porque de nuevo la golpeaban los sentimientos si no porque realmente le dolía todo el cuerpo, lo sentía pesado, agujeteado como si la hubieran apalizado por completo además del terrible dolor de cabeza que...

-Caallate.... por .... favor te suplico... o matame.. .pero no griteees... Se arrastró un poco sin abrir los ojos y se dio la vuelta para poder incorporarse poco a poco, abriendo los ojos por fin no sin cierta mueca por la luminosidad del sol.
-Mmmmgh...  Comenzó a buscar las malditas gafas solo para dejar de escuchar sus gritos pero por suerte Hitomi lo logró primero.

Miró a Hitomi claramente mareada y con una jaqueca terrible. - ¿Donde... no falta... alguien?...  Comenzó a mirar a todos lados y... No le encontró por lo que olvidando su enorme malestar se incorporó y se puso de pie frente al mar, buscando con la mirada por todo hasta que al no encontrarlo gritó. -¡MALDITO BASTARDO METÁLICO UNIOJO COMO TE HAYAS MUERTO TE SACARÉ DEL MAR SOLO PARA REMATARTE DE NUEVO! Cayó de rodillas sintiendo el dolor de cabeza y el corporal más fuertemente que antes y se dejó caer hacia atrás tumbándose sobre la arena y apoyando un brazo sobre sus ojos para tapar al infame sol. -Joder... Esas palabras estaba claro que no venían de alguien que conocía a una persona de 1 solo día, algo más había ahí y estaba claro pero... ¿El que? 

Me encontraba en un barco, navegando por los mares mientras una nube negra me envolvía. Un pasillo se abría ante mí y notaba la presencia de algo persiguiéndome, corría y corría sin moverme del sitio cuando un rayo apareció frente a mí. El corazón iba a salirse de mi pecho cuando la voz dulce de Hitomi llegó a mis oídos. 

- ¡¡¡UUUAAAAAAAHHHH!!! - Abrí los ojos y me levanté de un salto casi golpeando con mi cabeza la de mi nakama - ¡¡¡QUÉ SE ME COMEEEEEN!!! ¿Eh? ¿Ah? ¿Era una pesadilla? ¡¡¡Hitomiiiiii gracias por despertarme!!!

Me abalancé a abrazar a mi compañera y no la solté hasta darme cuenta de donde estábamos - Esto... ¿Qué ha pasado? Hitomi... ¿Como hemos llegado aquí? - Mientras preguntaba miré a ambos lados observando aliviada, que por suerte los demás también estaban allí.

-¡Agh!.-Kidd abrió exageradamente los ojos y tosió agua, notando como le escocía la garganta y notaba que se moría, pero no estaba metido en el agua…estaba rodeado de arena, agua y restos de un naufragio, ¿Qué había ocurrido exactamente?, lo último que recordaba Kidd es que todo se fue al traste, que terminó con una jeringuilla clavada y como se llevó la mano a ella y comenzó a dar saltos de dolor, ¿Quién lanzaba jeringuillas así sin ton ni son?.

Lentamente se incorporó y ya sabía muy bien el joven como era una isla desierta, no tuvo que mirar demasiado su alrededor como para caer en la cuenta de que habían naufragado y terminado en una. Pero aquello era su menor preocupación. Rápidamente comenzó a tocarse todo el cuerpo, cerciorándose de que estaba bien, comenzando por flexionar los dedos de las manos, los de los pies, pasarse las manos por la cara para asegurarse de que no había terminado desfigurado…y finalmente se puso de pie, observando que Ikame también estaba en la playa, al igual que los demás gorrones y chalados que se habían unido a ellos anteriormente.

-¡Se acabó!, es la última vez que me meto en un follón así, dimito, ¡dimito!, no voy a volver a volver a recibir un jeringazo nunca más, yo me largo, ¿marines, psicópatas, gorrones?, ¿Qué será lo siguiente?, no, definitivamente no, ¡hasta la vista pringaos!, a partir de ahora solo importo yo.- Exclamó como si hubiera sido diferente las otras veces, pero desde luego estaba furioso y cabreado con toda aquella situación.

Por eso mismo rápidamente agarró un palo de madera, se lamió el pulgar y lo alzó al aire, después de unos segundos decidió por donde empezar a buscar una salida de aquel maldito sitio, terminando por observar aquel bosque y decidiendo que aquel era el camino que le llevaría a escapar de la playa y salvar el pellejo, por lo que comenzó a andar hacía allá.

Era la primera vez que experimenta una sensación como esa... Ser cegado por un haz de luz, sentir como flotaba en la nada absoluta, y despertaba a causa del agua en mis pulmones...

-¡Cof... cof...! -expulsé el agua a la vez que despertaba, sentándome para toser con fuerza y abrir espacio en mis pulmones para el aire. Debía decir que era un milagro que siguiese con vida: no tanto por el agua, si no por haber enfrentado a un marine con logia... -. ¿Que demonios...?

Mi cabeza aún estaba colocando todo en su lugar, siendo que miré un tanto perdido a mi alrededor para ver en donde me encontraba... No sabía como era posible que estuviese allí: entendía que tal vez todos hubiesen sido traídos a esta playa lugo de que destruyesen el barco, pero... Yo estaba en el muelle...

-... -pero dejando todo de lado, había una única cosa en la que me concentraría luego de entrar en razón, sabiendo que habíamos perdido y los marines se habían salido con la suya... Me levanté para, velozmente, caminar hacia el mar, cayendo arrodillado en la parte más profunda de la orilla, dejando que el agua me cubriese un poco las piernas. En silencio, miré el horizonte unos segundos antes de explotar. -. ¡MALDICIÓN! -grité a todo pulmón golpeando el suelo con ambos puños, con obvia ira reflejada en mi rostro. Los malditos marines se habían salido con la suya de nuevo, habían dañado a inocentes, se regodearían con su victoria... Y yo no había sido lo suficientemente fuerte para detenerles...

Todos parecían estar recuperándose del mareo, unos mejor que otros, y es que hasta el propio capitán de aquel barco en el que fueron hundidos se encontraba tirado en aquella playa, levantándose en silencio luego de toser un poco el agua que había ingerido...

Naturalmente, se acercó a Ikame mientras Hitomi le entregaba las gafas para asegurarse que su compañera se encontrase bien, dirigiendo una vaga mirada a Kidd cuando el niño empezó a ladrar.

-Ten cuidado... -le advirtió Holmes, sin molestarse mucho en intentar detener al chico...

Luego de que Kidd se perdiese de vista en aquel bosque, Holmes suspiro, mirando a quienes quedaban allí.

-Lamento su aptitud: ciertamente, ha estado metido de cabeza en todo tipo de problemas desde que salimos de Orange Town... -explicó el hombre de un solo brazo, mirando a los que no pertenecían a su tripulación. -. Creo que no nos hemos presentado correctamente... Soy Holmes Kitsurugi. Escape de una isla con Ikame y Kidd luego de que unos piratas intentasen saquearla... Supongo que desde entonces solo hemos metido la cabeza donde no nos llaman...

Dicho eso, Holmes sacudió un poco su ropa con su única mano, mirando hacia su alrededor para buscar en la arena su espada para poder colgarla detrás de su cintura.

-No tengo la menor idea de donde estamos, no soy navegante, pero tal vez haya gente en esta isla. Kidd se ha apresurado, pero creo que seria buena idea ver a donde nos lleva el bosque... No veo otras opciones...

Lleno de valentía, dejaste a los demás atrás para adentrarte a aquel bosque, avanzando con seguridad y determinación... Si, habías tenido unos días fatales, y estuviste muy cerca de morirte, más veces de lo habitual, ¡pero esté sería tu nuevo comienzo! ¡El ascenso del capitan Kidd!

-¡Oye! -te llamó una voz infantil justo detrás de ti. Al darte la vuelta...

-¿Que hace un niño como tu por el bosque? ¡Es muy peligroso! ¡Podría raptarte un lobo feroz, o aún peor: un conejo feroz! -te advirtió aquel peculiar niño, o niña, multicolor, usando una chaqueta rosada sobre una camiseta verde sin mangas, así como un short corto azul y una gorra de mismo color de la chaqueta. -. Aunque ahora que lo pienso, no recuerdo haberte visto nunca por la isla... ¿¡Eres un viajero!? -como quién no respeta el espacio persona, se acerco a ti con una amplia sonrisa, estudiándote detenidamente. -. ¿¡De donde eres!? ¿¡Con quién vienes!? ¿¡Vas a saquear todos nuestros baños y a raptar a nuestros hombres!? -aunque eso último sonase como parte de un interrogatorio, sus ojos brillaban con emoción e ilusión a la espera de tu respuesta...

Kidd estaba harto, por eso mismo trató de ir por el bosque a buscar algún lugar donde aprovecharse o al menos poder pirarse de ahí, ¿pero como iba a encontrar algo así con tanta facilidad?, bueno, la suerte parecía estar de su parte, ya que al poco rato de estar ahí y desorientarse, alguien le llamó. Al girarse se encontró con…¿un chico o una chica?, lo que fuera, vestido de forma multicolor y tratándole de forma infantil, diciendo una chorrada sobre lobos y conejos feroces.

-¿Eh?...¿pero que dices?...-Preguntó claramente confuso antes de que se acercara más de la cuenta, preguntando si era un viajero e insistiendo sobre conseguir información sobre el…pero era cuanto menos confuso, ¿a que se refería con eso de los saquear baños y raptar a hombres?, ¿Quién se creía que era?, ¿el hombre del saco?

La cara de alucine de Kidd era clara, miraba a aquel desconocido con la boca entreabierta y los ojos abiertos como platos, al menos hasta que logró volver en si mismo y puso cara de tipo duro.

-Estás hablando con el temible capitán Kidd.-Le advirtió sacando pecho como si fuera un gallo.- Pues claro que soy nuevo en esta isla, mi barco se ha naufragado y he decidido abandonar a mi tripulación, no hacían más que estorbar por el camino.-Bufó.-¿Quién eres tú?, ¿y que es eso de saquear baño y raptar hombres?, yo no quiero nada de eso, yo lo que quiero…-Entonces se quedó pensativo, ¿Le valía ser sincero o…?

-He venido a por mujeres y comida…y ya he comido.-Respondió con una sonrisa maliciosa.-Bueno…yo…eh…-Entonces cayó en la cuenta, ¿para que decir que ya había comido?, no había comido-Bueno, no tengo comida y tengo mucha hambre…y no me vendría bien un descansito en una cama mullidita así que…bueno, ¿Por qué no me llevas con los tuyos?, prometo que con un plato de algo caliente me portaré bien y no causaré ningún lio, ¿que te parece?, venga...anda, solo un bocadito de algo.

Mire alrededor cuando Sea al recobrar la consciencia preguntó... - Pues si... El tuerto. - mencioné antes de que se pusiera a gritar a cuatro voces al mar - Vaya... ¿Tanto te importaba? - le pregunté sin saber cual era realmente su relación con el peliblanco - Un naufragio es imprevisible Sea, es una suerte que todos hayamos acabado en la misma playa. - suspiré entonces para después se asaltada por Denna

Reí ante su reacción tan exagerada sintiendome mejor porque estuviera bien - Me alegra que estés bien. Nuestro equipo tiene que seguir en pie ¿A que si? - dije casi como intentando mejorar el animo de ambas a la vez. Y así quería que fuera hasta que habló el capitan de Ikame tras que Kidd se fuera - A ver...

Saqué mi bloc de notas un tanto mojado y escurriendolo zarandeandolo en el aire y lo abrí por donde el mapa - No deberiamos haber naufragado muy lejos. La isla Arcade es la más cercana a Loungetown, así que es posible que estemos aquí... Aún así, no miré ni la dirección del viento ni como estaba la marea, así que no puedo decir con seguridad donde estamos... Pero hay posibilidades de que estemos aquí - Cerré la libreta posando una mano en la cubierta sonriente y luego la guarde, junto con el Bo.

-Sea como sea, deberiamos reconocer la isla para asegurarnos de que no haya una sorpresa. Igual también encontramos al tuerto si exploramos. - me levanté y me sacudí la arena de la ropa y del cuerpo. - Además si nos quedamos aquí moriremos de hambre. Si es una isla desierta tendremos que buscar comida. ¿Vamos? - Pregunté para ver si se ponían junto conmigo a explorar

Observó a Kaito adelantarse a ella y caer de rodillas un par de pasos más adelante. Su reacción le calmó bastante, a decir verdad eso le demostraba que todos tenían los nervios crispados por algo y eso le hizo sentirse una más y con ello se tranquilizó. -Por raro que te parezca, nos conocimos hace tiempo así que... Sí, me importa. Es lo único de mi pasado que quedaba intacto de algún modo u otro.  Se incorporó tras decirle eso a Hitomi y se giró hacia ellos, encontrándose de cara con el capitán desconocido y a un Kidd que se largaba haciendo aspavientos. No quiso decir nada hasta que terminaran de hablar por lo que simplemente escuchó, viendo contestadas varias de sus preguntas sin necesidad de abrir su boca. 

-Pues nada, vayamos detrás del chico... Su estómago rugió con ganas y Sea puso la mano sobre el mismo, avergonzada. Se notaba que su estado era de resaca total y lo que le pedía el cuerpo era comida y beber agua para rehidratarse. - Y consigamos comida y agua... O me voy a morir aquí mismo... 
Simplemente esperó a que todos estuvieran listos y partiría junto a ellos adonde quisiera que fueran. 

Sonreí cuando Hitomi me dio ánimos y me puse en pie de un salto.

- ¡¡Nuestro equipo debe seguir en pie!! Tienes razón Hitomi, lo importante es que estemos todos bien tú, Kaito, la chica rubia sin ojos, el tío manco, el niño llorón y nuestra querida Sea.

Me acerqué a esta última y la rodee con mi brazo mientras le frotaba el estomago.

- Eso pasa cuando te pasas la noche bebiendo con el estomago vacío, mira me a mí... - Brrrrrrggghhh mi tripa empezó a hacer ruidos y yo me puse un poco roja - Esto... ¡Sea tiene hambre así que a buscar el desayuno!

Sin mirar atrás me dirigí hacia la selva para buscar algo de fruta o algún animal salvaje que cocinar.

Gracias...- con los ojos cerrados y con el estado de pánico que tenía ni siquiera sabía quien me había dado las gafas... pero desde luego no tardé en sacudirle la arena hasta que las notase limpias, y al final me las puse... abriendo los ojos ya una vez los tenía ocultos tras los cristales negros. Entonces ví que era Hitomi... disculpándose por el barco -No es culpa vuestra... vale, no es del todo culpa vuestra- le dije intentando calmarla, pero meditando... Podrían haber cogido cualquier otro barco que no fuera el nuestro; de todas formas seguía sin ser del todo su culpa -¿Quien iba a imaginarse que un rayo nos derribaría?- terminé diciendo, obviamente la culpa era de ese marine.

Me sentí mal por las palabras de Kidd... sobretodo con lo de "jeringazo" pues eso había sido culpa mía de fallar el disparo... Solo espero que no le pase nada en esta isla. Por otro lado... el tuerto... Vamos, el polizón más charlatán del mundo no estaba por ningún lado... Y a sus compañeros los habíamos dejado en esa clínica... No lo diría en voz alta, porque una estaba lamentando su pérdida... pero... en mi caso me dolía más haber perdido el barco que a él. 

Entonces empecé a escuchar a mi capitán después de que comprobase si estaba bien, que se presentaba ante todos -No diga eso capitán... más bien parecía que las situaciones nos metían solas en ellas- le dije a Holmes... porque desde luego nosotros no nos metíamos en fregados por gusto... Parecía más que tuvieramos la mala suerte de que había un fregado en cada lugar que visitabamos.

Asentí incorporándome, dispuesta a seguir a mi capitán una vez más en busca de cosas en aquel bosque... Aunque escuché con atención las palabras de Hitomi... sobretodo cuando dijo tanto la posibilidad de donde estábamos, recordando también lo de que era raro que todos hubieramos acabado en la misma playa salvo el tuerto -¿Pero porque él esta aquí?- pregunté señalando a Kaito con el dedo... es que ahora no me acordaba de su nombre -Él no estaba en el barco y aún así naufragó... ¿y el marine al que agarré, Kinishi?- dije mirando y viendo que no estaba -Le tenía agarrado y no lo solté... debería haber aparecido minimo cerca de mi... Y teniendo en cuenta que nos ha hecho naufragar un tío que lanza rayos... creo que no ha sido un naufragio normal- terminé diciendo, dando a entender que quizás ni estábamos en esa isla Arcade que decía y estábamos en un lugar distinto... total, nada en ese naufragio ha sido normal, ¿porque nuestro destino debía de serlo?

En fin... no perdería más tiempo y seguiría a mi capitán y a los demás cuando quisieran empezar.

 -¿Qué...? -te miró confundido cuando preguntaste con confusión. -. Son las cosas más feroces que hay, ¿no...?

 Pero entonces, cuando mostraste un lado más confiado y temible, el chico, o chica, tembló un poco antes de retroceder claramente aterrado, mirándote ahora con bastante temor y, a la vez, respeto.

 -¡Vaya! ¡Un temible capitán! Nunca he visto uno antes... ¿¡Son todos niños enanos!? -su comportamiento era muy particular, siendo que cuando de pronto empezaba a hablar de algo en voz baja saltaba con otra cosa prácticamente gritando. -. Disculpa, a veces me emociono...

 Una vez dijeses lo que querías, el sujeto multicolor se quedaría pensativo durante algunos segundos...

 -¡Tenemos muchas mujeres! Seguramente te prepararán una buena comida y alguna te prestará alguna cama... ¡Mientras tanto, tal vez tu puedas contarnos como es ser un temible capitán! -bastante animado, el chico se acercó a ti para tomar una de tus manos y mostrarse una amplia sonrisa. -. ¡Vamos!

 Pero cuando pensabas que el chico te llevaría a pie hacia donde sea que estuviesen las demás personas, sentiste como el suelo bajo tus pies empezaba a temblar: o para ser más específicos, como todo tu cuerpo empezaba a temblar. A los pocos segundos, y sin saber como era posible, el chico dio un salto mientras tomaba tu mano y ambos despegaron hacia el cielo, literalmente.

 Pronto dejaron muy abajo el bosque y alcanzaron una altura que les permitía ver mucho mejor el bosque y un poco más, siendo que podías ubicar fácilmente la playa donde despertaste a un lado y, hacia el lado contrario, un pequeño pueblo que se encontraba a los pies de una pequeña montaña... Era una hermosa y agradable vista, pero era arruinada totalmente por el hecho de que estaban cayendo a gran velocidad...

 -¿¡No es fantástico, capitán!? -te preguntó alegre mientras, en lugar de caer directamente hacia abajo, te percataste de que se estaban moviendo más hacia el pueblo que hacia el suelo, siendo que terminarían pasando por encima del bosque para llegar a la entrada del pueblo. Lo peor de todo es que iban prácticamente a aterrizar de cara, temías lo peor, que tu vida fuese a acabar en ese mismo instante... Pero justo cuando estabas a centímetros de partirte todos los huesos contra el suelo, ambos se detuvieron en seco en el aire, y tras un breve segundo cayeron con suavidad, como si no hubiesen dado más que un pequeño salto. -. ¡Woo! -celebró el chico, quién mostraba experiencia en ese tipo de viajes al haber aterrizado perfectamente de pie. -. ¡Hemos llegado!

 Mientras pasabas el susto de muerte, pudiste observar que habían algunas personas dando vueltas po el pueblo: eran prácticamente todos hombres, de contextura bastante delgada y débil, todos haciendo cosas sencillas y pasando el rato sin hacer el mínimo esfuerzo de nada... Lo más sorprendente es que nadie parecía interesado o curioso en tu llegada con el chio volador, siendo que tras dirigirles una mirada todos siguieron con lo suyo.

 Luego de haberse desahogado un poco, Kaito se levantó y recuperó la compostura, acercándose en silencio a todos para unirse a la conversación.

 -Desconozco también porque fui a dar aquí con ustedes... Recuerdo haber perdido la consciencia en el muelle y luego despertar aquí: Rizo no me habrá tirado al mar para que, por mera casualidad, terminase junto a ustedes... ¿Verdad...? -era ilógico pensar que un marine me dejaría escapar, y aún más ilógico pensar que el mar me mantendría cerca del grupo así sin más...

 -El mar es muy misterioso... -respondió Holmes. -. Tal vez el ayudante de Rizo que atrapó Ikame y el pistolero albino se encuentren en alguna otra parte de la isla, o fueron a dar en otra... Como dice la nevagente, un naufragio es imprevisible, y solo nos queda avanzar y ver que hacer...

 Dicho eso, y viendo que todos estaban de acuerdo, Holmes avanzó hacia el bosque.

 Caminaron durante varios minutos dentro de aquella espesa arboleda que se asemejaba bastante a una jungla por la cantidad de maleza que tenía, más por suerte las ramas y hojas de los árboles no cubrían demasiado y permitían pasar la luz del sol para dejarles ver por donde ir... Fue así como entonces algo llamó vuestra atención.

 Mucho más adelante de ustedes algo salió volando hacia el cielo, dos pequeñas figuras difíciles de reconocer por la distancia que llevaban, más no imposible: se trataban de un niño o niña multicolor y otro de negro, este último reconocible como...

 -Ese es Kidd... -comentó Holmes para los que no se hubiesen percatado solo con verlo.

 Tal cual como salieron volando hacia arriba, esas dos pequeñas figuras empezaron a volar hacia el norte, descendiendo lentamente como si fuesen a aterrizar en alguna parte, más los terminarían perdiendo de vista antes de saber a donde iban.

 -Vaya cosa más rara... -comentó el hombre de un solo brazo. -. Parece que esta isla oculta bastantes cosas interesantes. Deberíamos avanzar cuant...

 Pero antes de que Holmes terminase de hablar, unas fuertes pisadas llamaron la atención a vuestras espaldas. Bastaba con echar un vistazo para observar a una gran figura, de al menos dos metros, llevando un enorme tronco sobre uno de sus hombros, acercándose a paso pesado hacia ustedes para que pudiesen verle mejor gracias a la luz solar. Antes de decir nada, dejó caer el tronco a su lado, y entonces, con una voz de lo más femenina, les dirigió la palabra:

 ¿Quienes son ustedes...?

 Por su voz y rasgos se podía identificar como una mujer, una con fuertes y destructivos brazos así como unas piernas marcadas en puro musculo.

 -No recuerdo haberles visto antes por la isla... -su expresión era un tanto seria, más su tono era tranquilo y amable, como si no quisiese hacerles sentir intimidados o algo por el estilo...

-En el mar ocurren cosas de las más inesperadas - Me tiré entonces a la arena aliviada viendo que todos estaban bien al final - Y más si contamos a gente que se ha comido una fruta... - Y en esa misma posición suspiré - Pero si, me alegro de que estemos todos bien, aunque no seamos del mismo equipo, ahora parece que deberemos colaborar - finalmente me reincorporé sonriendo a Ikame y viendo como ese tal Holmes se iba adelantando - Yo tampoco puedo entender como nos hemos separado y unido así, pero desde luego, es impredecible, y Kaito tuvo que tocar mar para poder siquiera naufragar. No tiene sentido la verdad - Pero sería un misterio que no podriamos resolver

Por eso me levanté sacudiendome la arena mientras mi estomago junto con los del resto, coreaban una canción bastante bonita conocida como "TENGO HAMBRE" - Voto a favor de lo de la comida. El desayuno es la base de un buen día - y un tanto alegre aproveché para acercarme más a todo el grupo antes de ver como un par de niños salieron despedidos por los aires un tanto más allá

-¿Entonces quien es el otro? - pregunté curiosa cuando Holmes mencionó a Kidd, pero probablemente no habría una respuesta, pues ¿alguno había coincidido con ese otro niño?

Justo entonces una enorme e imponente mujer nos salió al paso, interrumpiendonos nuestro caminar y preguntando cosas bastante normales... Pero por la escena parecía totalmente diferente - Somos naufragos - me apresuré a decir - Un rayo alcanzó a nuestro barco y... La mar nos trajo hasta aquí. Me llamo Hitomi y... ¿Puedes decirnos donde estamos? - Decir la verdad era la mejor baza que podiamos jugar, y ya que ella parecía esforzarse en no resultar intimidante, yo me esforzaba en no resultar intimidada

El destino quería que empezara con una operación bikini antes de tiempo puesto que una musculosa mujer saltó a nuestro encuentro. Me acerqué a ella y la examiné de arriba a abajo con la boca abierta.

- Woooow! Vaya brazos, y qué pectorales! - me giré para mirar a mi compañero con una sonrisa pícara - Kaito! Kaito! No te acerques mucho a ella, porque si os comparamos acabaremos pensando que eres una chica jajaja.

Me reí y volví a analizar a aquella mujer por si su cara me podría sonar de algo

Al final parecía no ser la única con hambre por lo que le alivió un poco la vergüenza del enorme rugir de su estómago. Siguió a los demás durante unos minutos a través de la espesura hasta que todos frenaron a causa de una curiosa imagen y es que Kidd estaba... Volando, junto a otro chiquillo. A pesar de que esa imagen ya era lo suficientemente increíble, otra más se sucedió y esta vez, era imponente.

-Ah... No tenía idea de cuan buena idea sería dar detalles, por lo que simplemente señaló hacia detrás suya. - Uno de nuestros compañeros, no sé como se ha ido volando por allí. Es un niño pequeño, lo estamos buscando. En ese momento ya no estaban en el cielo, quizá más que volar habían sido lanzados, o quien sabe qué, el caso es que esos dos surcaron el cielo por unos instantes... -¿Podríamos ir por el primero? Y luego explicarnos, no sería bueno separarnos y perdernos. Se quedó viendo a la mujer, a la espera de su permiso para pasar.