-Lo mismo digo Bayushi san.-
Le hago una reverencia y tambien a Tombo, al que llevabamos tiempo buscando y no encontrabamos que parece por fin que se deja ver.
-Menos mas que lo encontramos Tombo san, hay asuntos que requieren una importancia extrema y esta es una de ellas, espero que no haya problema en que nos acompañe a mi compañero y a mi.-
Segun termino de hablar miro al escorpion, ya que el era su ecolta hasta ahora.
"Esperemos que no vaya a haber ningin problema ya que nuestro señor Otomo nos pidio urgencia en este nuevo encargo que nos ha encomendado."
El joven parece agradablemente acompañado, y actúa con la naturalidad de quien hace mucho tiempo que conoce a todos sus acompañantes, y sin embargo, no es así.
Comienza a andar por los muelles, y pregunta con la misma falta de cuidado que podría tener en todo lo demás.
Y que urgencia es esa, Otomo sama se encuentra mal. O acaso hay nuevas informaciones acerca de nuestros problemas con ese grupo odioso.
Parecía que aquel joven era, sin duda, una mina de sinceridad abierta. Algo peligroso en determinadas partes de Rokugan, y eso incluía la capital del imperio. Afortunadamente estabais en un lugar en el que nadie prestaba atención a vuestras palabras.
¿O no?
-Será mejor que dejemos ese tipo de cuestiones para más adelante, Tombo San- respondo a la pregunta mientras coloco mejor mi kimono externo, ocultando debajo el kimono de clán, que se ha dejado ver durante el ritual que había comenzado. -¿que le parece, Tombo San, si vamos a buscar al resto?. Están en la otra parte de los muelles- afirmo mientras señalo hacia la zona para reforzar mis palabras -Despues iremos a casa de nuestro señor, todos juntos.-
- Espero que no represente un inconveniente para vosotros… - se apresuró a comentar casi al pasar el Escorpión, aunque con un tono que podía interpretase como de disculpa - … pero aún tenemos varios asuntos por discutir con mi amigo aquí presente. Asuntos de gran importancia, debo agregar. Y odiaría que tuvieran que postergarse demasiado, o que incluso pudieran quedar inconclusos.
- Por otra parte, no dudo de las urgencias que ustedes mismos deben de tener, así que si no es molestia, no tendría problemas en acompañaros. Creo que será lo mejor para todos. Sobre todo porque, si debo dar crédito a las palabras de mi muy perspicaz amigo Tonbo-san, tal parece que ese respetable señor vuestro también podría beneficiarse de este encuentro fortuito…
El tombo parece deacuerdo y sonrie ante las palabras del escorpion. Sencillamente estaba maravillado.
Y dices, Kuni san, que habeis venido mas personas a buscarme, me siendo honrado. No era necesario. Bueno, espero que demos con ellos con prontitud.
Cosa que es mas sencilla decir que de hacer. Buscais a vuestros compañeros durante un buen rato, y preguntais incluso por ellos, pero parece haberselos tragado la tierra. Lo cual es extraño, porque aunque Kusanagi san, puede ser un poco difuso, el unicornio, tiende a mentener cierta compostura en cualquier situacion.
Puede que quizas hayan vuelto al no encontrarnos, no creen.
Dice el joven Tombo, consciente de que pasa el tiempo y tiene cosas importantes de las que hablar.
Si, lo he entido bien, quereis marchar todos a ver a Otomo??
-Pues entre antes vayamos, antes nos quitamos esta tarea de encima.-
Digo a mi compañero y a nuestros invitados mientras me doy la vuelta esperando que me sigan para llevarlos a casa de nuestro señor cuanto antes.
Mientras camino me pongo al lado de mi compañero Kuni Kiru san y con la voz muy baja intentando que no m oigan nuestros dos acompañantes le digo:
"Kuni san cree que debemos confiar en el escorpion, espero que no sea como Kusanagui san porque si no estamos arreglados."
Me quedo al lado de el por si contesta a lo que le he dicho.
-Espero realmente que les haya pasado algo- digo de una forma algo dura e insensible -no me gustaría pensar que han abandonado sus obligaciones en tan poco tiempo por mera frustración- afirmo aunque no me extrañaría nada que el de siempre se hubiera metido en alguna de las de él.
Camino siempre con la mirada puesta en el Tombo y nuestro nuevo compañero y tuerzo un poco la boca cuando me dispongo a contestar a Iroshi San -Realmente espero que "Nadie" sea como Kusanagui, las fortunas hubieran sido muy crueles si así fuera. En cuanto al escorpión yo no me apresuraría a darle nuestra confianza, al fin y al cabo, lo acabamos de conocer y no queremos ser igual que la rana de la fabula, ¿verdad?- susurro al León haciendo referencia a la fábula de la rana y el escorpión.
Aprovechando que los otros samurai se habían adelantado unos pasos, el Escorpión se acercó a joven Tonbo y le habló en un quedo susurro.
- Debo entender por vuestras palabras que no conocéis a los restantes miembros de esta partida, ¿verdad, honorable Tonbo-san? ¿O acaso puedo estar equivocado? ¿Acaso sabes algo acerca de los motivos que los impulsan a cooperar con vuestra causa?
- Parecen samurai respetuosos de los Kami, y educados también. Aunque no tengo por costumbre guiarme por las apariencias, claro, yo diría que os podrían ser de gran ayuda. Al menos si pudieras llegar a conocerlos bien…
El Tombo sonreia abiertamente.
Si, bueno, no se quienes mas venian con ellos, pero supongo que seran los hombres de Otomo sama. Es un buen hombre, esta ayudando a los clanes menores en todo esto de... bueno, de los malos.
Supongo que tardaras en acostumbrarte es un tipo peculiar, pero mi padre dice que si la causa es noble, y aunque en ningun otro lado puedan ayudarte, el lo hara.
Siguio caminando tranquilamente.
Vuestros pies os acercaban a el muelle donde habiais desembarcado tiempo atras. El clima parecia contenerse, pero ya no era como si estuviera a punto de romper a llover a cada instante.
Tombo san, habia cruzado unas palabras fugaces con su nuevo amigo. Pero habian quedado bajo el manto de la discreccion. Algo innusual en el.
Cuando embarcais a lo lejos veis otra barca, con la inconfundible figura de un Moto en ella, no podeis saber si viaja con el Kusanagi san, pero seria lo mas logico de pensar. Pues cuantos Unicornios de gran tamaño y vestidos de blanco puede haber en la misma zona de la capital.
Una vez de nuevo en tierra, pedeis la pista, pero parece que vuestros compañeros vuelven a la mansion. El viaje es tranquilo y sin sobresaltos.
Otra vez mas en el distrito Hayasu os sentis todos mas comodos. Por algun motivo, el sitio donde estabais os ponia en alerta, y al llegar al sitio donde estabais acostumbrados a deambular hacia que esa sensacion desapareciera del todo.
Otra ronda y pasamos al final.
Lentamente llegais hasta la finca de Otomo, y os anunciais. Incluyendo a vuestro acompañante.
Como si de alguna evente especial se tratara, esperais hasta que una marea de sirvientes preparan el lugar de la reunion para su señor.
Fin de escena.