Partida Rol por web

Tras un rato de preguntas infroctuosas os comentan que lo han visto en la parte mas alejada de los muelles, cerca de las embarcaciones de los tipos mas peligrosos de los muelles.

Esa ultima parte la deducis porque nadie quiere ni siquera señalar la zona donde se supone esta vuestro amigo.
Con cierto temor os encaminais hacia alli, pensando que quizas haya podido pasarle algo. Y eso no seria correcto.

Me apresuro rápidamente a la zona y observo a mi alrededor en busca de algún indicio que me indique por donde podría haber ido. -¿por qué abría querido ir a ese lugar?-pregunto retóricamente a mi compañero, ya que suponía que, como yo, desconocería la respuesta.

Cuando me encuentro en la zona me dirijo a alguna posada o taberna a la que pudiera haber ido a preguntar el escurridizo Tombo, o quizás a alguna casa de Heisas en donde pudiera sacar algo de información, aunque sin dinero no creo que pudiera sonsacar nada en este lugar.

 Caminando por los muelles, no pierdo detalle ni ritmo al caminar, espero que Bayushi Kusanagi consiga aguantar mi paso, ya que las zancadas de un Moto de dos metros, son muy grandes. Siempre que veo a algún grupo faenando en el puerto como si llevase desde por la mañana, les pregunto por alguien con la descripción de Tombo San, pero dejo que Bayushi Kusanagi se haga cargo de los Posibles guardias escorpión.

- Diós, tenemos que encontrar a Tombo san ya. Digo entre dientes desesperándome por la situación tan ilógica de que Tombo san se haya esfumado, parece ser, de un distrito en el que todo el mundo sabe donde está todo el mundo.

Desafortunadamente aquella parte de los muelles era bastante monotona, solo algun almacen y muchos barcos, cajas y fardos.

Nada como un edificio donde preguntar.

Al ver el poco éxito que ha tenido nuestra investigación, y al llegar a lo que parece un callejón sin salida tomo una decisión, preguntarle a los kamis. Me coloco en un lugar de paso y me dispongo a hacer el ritual para preguntarle a la tierra.

-Gran kami necesito tu ayuda, busco a un samurai de piel pálida, que anda de aquí para allá haciendo preguntas, su familia es la Tombo. Indícame donde esta- digo mientras voy colocando las piedras a los lados del camino y sacudo la posible suciedad con las manos.

El joven Tombo era lo que los jóvenes samuráis estaban buscando. Un samurái entre un millón de habitantes de toda una ciudad imperial.

Y sin embargo parecía que era imposible encontrarlo.

El Kuni, estaba arrodillado en el suelo preparando un pequeño ritual para convocar a los Kamis y solicitar quizás su auxilio en una tarea sencilla pero a la vez complicada.

Sin embargo, el León a pesar de no querer interrumpir cosas que no entendía termino por hacerlo.

Kuni san, creo que no hace falta. Tombo san viene directo hacia nosotros.

La extraña situación sorprendió a todos. Incluso al Escorpión que viajaba con Tombo san. Que parecía ciertamente descuadrado.

No era extraño, que en un distrito gobernado por escorpiones, estos hubieran decidido escoltar a su peculiar amigo. Y este demostraba al mirar a aquellos dos samuráis que estaba tan sorprendido del encuentro como podían estarlo ellos.

Sin embargo, antes de que nadie pudiera decir nada. El joven hombre de las montañas empezó a hablar.

Kuni san, Akodo san, que casualidad os estaba buscando. En conseguido información. Iba de camino a comentársela a Otomo sama.

O disculpad, este es mi amigo Bayushi san. Me estaba echando una mano aquí.

Dijo sonriente. A pesar de que los demás estaban todos serios. Estaba claro que la etiqueta de los samuráis de los clanes menores, era, cuanto menos, parca.

Cara del tipo con el que os encontrais.

Deambulando os perdeis un poco. Y de repente llegais hasta una mansion, o pequeño palacio.
Tiene un patio enorme y el edificio principal se ve lejos, a una veintena de metros.

Un espacio descaradamente grande, en un distrito donde el espacio para transportar mercancias necesita de cada metro libre.

Os quedais viendo el edificio cuando reconoceis a dos hombres que se acercan, son cara de Leon y cara de Oso, los dos samurais que habiais visto en aquel local, solo una hora antes.

Esta vez van solos, sin el hombre del pelo teñido de blanco. Se os quedan mirando mientras pasan pero no dicen nada.

Miro a los dos y cuando estan a mi altura...

-Hola otra vez, ¿y el hombre que iba con ustedes?

No me gustaba nada la situación, se supone que Tombo san estaba por estos lares cuando el jefe de los escorpiones nos dijo que eran por las calles donde deambulaba.

-¿Quien vive ahí?

Los dos escorpiones se extrañan de que los interrupam, y mas cuando caen en cuenta de que erais los mismos tipos que habian estado en la posada hacia tan solo un rato.

Cuando les pregunta Kusanagi san, parecen desconfiar un poco, pero finalmente responden.

Esta es la casa del gobernador de distrito Shosuro Mukai sama.

Os llama la atencion, en comparacion a las casas del resto de los gobernadores, aquello parece una especia de palacio de verano, y no hay guardias en el perimetro, ni patrullas entrando y saliendo. Aquel distrito era distinto a cuanto habiais visto antes.

Cara de Oso se pone a miraros de arriba a abajo, y tras unos segundos habla el tambien.

Podeis enseñaros vuestros papeles, y decirnos quienes sois, y porque no conoceis al venerable Shosuro Mukai.

 Muestro mis papeles,...

Soy Moto Chinzu, no habíamos venido nunca antes a este distrito, trabajamos en el distrito Hayasu. Estamos buscando a un miembro de la familia Tombo que se hospeda en este distrito. 

Bueno, la sutileza característica de los Bayushi brilla por su ausencia en Bayushi Kusanagi. Tanta familiaridad... o es muy confiado (cosa que no es probable en un escorpión) o que es el único escorpión tonto que existe en el clan...

Enseño mis papeles mientras los miro de arriba a abajo.

Dentro de mi, empiezo a notar como se generan insultos hacia esos dos samurais.

-Relajate kusanagi, sé un escorpión por un dia.

Me limito a enseñarles los papeles y callarme.

-Bueno, hasta otra. - Gilipollas. -Vamonos Moto san a seguir buscando.

Buscais a vuestros compañeros de nuevo, y tras deambular por la parte de los muelles que de seguro no era, dada la falta de consumacion del objetivo, decidis, que quizas por el otro lado tendriais mas suerte.

Despues de dos horas, no teneis pistas y habeis vuelto al punto de partida. Cuando estais por tirar la toalla, veis como sale una barca, con un grupo de hombres desde el embarcadero cercano, ese por el que habiais llegado al distrito mientras las reparaciones del puente se realizaban.

Distinguis perfectamente a Kuni san, y Akodo san, incluso parece que Tombo san esta tambien con ellos, aunque hay otro hombre que viaja en la misma barca que no habiais visto antes.

Intentais haceros oir entre la gente y el clima con todo vuestro decoro, pero parece que os escuchan. Ahora teneis que decidir que hacer.

Estan secuestrandolos, o es que vuelven sin vosotros.

- Moto san son Kuni san y Akodo san, y tienen a Tombo san, pero ¿a donde van? vamos a buscar una barca para seguirlos...

Corro lo más rápidamente hacia el puerto y allí busco algún barquero puesto a dar sus servicios a dos samurais.

-Marinero, te doy un koku si buscas dos o tres personas que remen, para seguir a aquella barca. señalando a la barca donde están mis compañeros

-No me puedo creer que se fueron sin nosotros , no me extraña nada viniendo del kuni san.

 Sigo a Kusanagi san, y miro las barcas que está intentando alquilar. Decido que en lo que llegan los marineros, sigo por el malecón en el que nos encontramos e intento acercarme más a la barca en la que se van nuestros compañeros, intentando otear si se van por la fuerza o los están coaccionando o si, por el contrario, solo están volviendo al otro distrito.

 Me resulta extraños que Kuni Kiru y Akodo Iroshi no nos hayan esperado, tiene que estar pasando algo... no es normal en ellos.

Conseguis una barca, e incluso conseguis que se mueva realmente rapido hasta la otra orilla. Pero una vez llegais alli, perdeis el rastro. No pudisteis saber como era posible que se fueran sin vosotros, debia de haber una buena razon.

El caso es que ahora teneis toda la ciudad imperial por delante, y no teneis claro a donde se dirigen vuestros compañeros. Solo podeis descartar el distrito del que venis. Puede que incluso lo que hay dentro de la Miwaku Kabe, la muralla encantada, pero poco mas.

Intuis, que si van a algun lugar, tiene que estar de frente a vosotros. O puede que vuelvan a casa de Otomo sama, aunque sin vosotros.

Que hacer a donde ir. Que pistas seguir.

Viajais tan ligeros como podeis. Y finalmente llegais hasta la finca de vuestro señor. Por extraño que parezca, al llegar encontrais alli a todos vuestros compañeros y a una figura mas.

Pero no podeis pararos a charlar. Otomo sama esta preparando una reunion especial, y sus sirvientes corren de aqui para alla como locos, para preparar el lugar.