Partida Rol por web

En menos de diez minutos los cuatro agentes novatos y con domicilio en el municipio done trabajaban, llegaron al cuartel. Ese era quizás uno de los inconvenientes de trabajar donde vivían. Siempre eran a los primeros que buscaban en el momento en que sucedía algo extraordinario. Ya fuera la propia gente del municipio que sabía dónde vivían y hasta tocaban a sus casas, o bien como en ese caso, era el jefe quien les requería su presencia en dependencias.

Cuando entraron por la puerta, encontraron en la recepción del cuartel al subinspector. Éste estaba hablando con uno de los chicos nuevos, con Rubén Fernández. Con ellos estaba también uno de los compañeros con los que habían tenido menos relación, el oficial Jaume Bennasar. Luis le estaba haciendo preguntas a Rubén y cuando vio a los cuatro agentes entrar por la puerta les dedicó un gesto de satisfacción y compañerismo por su rápida respuesta.

- Uniformaos, por favor… - Dijo de forma escueta. – El Ayuntamiento asumirá las horas extra y sino las pagaré yo de mi bolsillo…

Los agentes, algo preocupados por las palabras del jefe y todavía sin conocer los detalles de lo que estaba sucediendo, pasaron a la zona de vestuarios y se cambiaron rápidamente de ropa. Una vez uniformados y armados salieron de nuevo a la recepción justo en el momento en que Javier Muñoz, otro de los nuevos y Damián Tur, entraban por la puerta, estando el segundo ya uniformado.  Tras saludar se metieron en el vestuario para acabar de vestirse y recoger su armamento.

- Ha pasado algo... - Dijo entonces el subinspector. - Rubén os lo contará con más detalles cuando Tur y Muñoz estén listos. Somos lo que somos, no he podido contactar con nadie más y con los que he podido hablar, no podían venir. José... - Dijo refiriéndose al oficial. - ...esta de viaje en Austria... - Gruñó levemente. - Pero, bueno... os pongo en antecedentes. Hace unos años Bernat tuvo depresión. Estuvo de baja y se le retiró el arma. - Resopló. - Si os digo la verdad, no me gustaba que la llevara, pero cuando regresó pasó el test psicológico y ha ido superando las tiradas reglamentarias. - Suspiró. - Sabíamos que había tenido problemas con su pareja y corrían extraños rumores con niños... aunque nunca se probó nada y yo quiero creer que sólo era algo más cariñoso de lo normal... - Era evidente que le estaba costando mucho contar todo aquello. No era un buen trago para nadie. - No lo sabía, pero hace cosa de una semana me enteré de que Bernat tenía otro trabajo como chófer de autobuses y vendía seguros. Se ve que necesitaba mucho dinero para algo. Di parte al Ayuntamiento, por el tema de la incompatibilidad. No creo que tenga que ver, pues todavía no se le ha comunicado nada sobre el expediente disciplinario, pero... bueno. Al parecer su pareja le ha denunciado por violencia doméstica... y ahora... bueno, Rubén puede contar el resto, que lo sabe de primera mano.

En cuanto Tur y Muñoz regresaron del vestuario el subinspector le dijo a Rubén que explicara de nuevo lo que había sucedido. Se notaba que aquel joven, pese a tener una larga experiencia profesional estaba algo nervioso. ¿Qué podría haber pasado para que estuviera así? En breves instantes sería desvelado.

- Bueno, os contaré lo que ha pasado. - Dijo con la voz entrecortada. - Ha sido muy raro... - Resopló. - Hemos iniciado el servicio a las 14:00, nos tocaba a los dos juntos. Todo era bastante normal hasta que hemos recibido una llamada de la Guardia Civil. Preguntaban por Bernat y cuando le he dicho al compañero que se pusiera al teléfono, se ha puesto blanco y me ha dicho que no podía. - Hizo una breve pausa. Se le veía afectado. - Le he puesto una escusa al guardia y le he dicho que más tarde llamaría. He ido a hablar con Bernat y estaba muy nervioso. Decía: "ja me cerquen, ja me cerquen"¹. Le he dicho que se pusiera tranquilo y me ha dicho: "m'en vaig i ja no me trovaran"². Eso ha hecho. Se ha marchado con el coche policial. He ido tras él, pero ha cerrado las puertas. - Miró al subinspector. - Luego he llamado al jefe y ha venido. Cuando ya estaba aquí hemos llamado al teléfono de Bernat y está apagado y luego por emisora. Ha contestado... Ha dicho: "digue-li a aquell que ha estat cupa seva. ¡No me trobaran!"³ Y luego nada... silencio.

 - ¿Niños? - pensó Fernando de inmediato. No pudo evitar sentir una náusea.

 - ¿No deberíamos llamar a los guardias? - preguntó - Si le buscan porque creen que ha cometido algún delito, somos policías, por mucho que sea compañero. Si hablamos con ellos, podrían ayudarnos a buscarle también fuera de demarcación; y también puede que nos den información. Además, si se quiere fugar, esta gente digo yo que puede controlar ferry, aeropuerto...

Que Bernat pudiese ser pederasta le removió las tripas. De todos modos nada se había demostrado y era posible que fuese una falsa acusación también... habría que verlo, no quería precipitarse. Que ahora su mujer le hubiese denunciado por malos tratos le daba un perfil más claro de aquel hombre, aparentemente vago y cómodo en su silla, feliz con el As. 

-Puedo ir a hablar con su esposa. Seguramente se sienta más cómoda hablando con otra mujer y quizás sepa a dónde pueda haber ido, o qué llevaba entre manos. No creo que me ponga problemas en que indague entre las cosas de Bernat- Además si estaba resentida con él querría que lo cogiesen, para que pagase por todas las cosas que ella creía debía pagar. Por la parte de Aina tan solo quería dar con Bernat, después las verdades irían saliendo a la luz.

No apoyó ni se mostró en contra de la propuesta de Tur. Tenía razón en que a más agentes buscando a Bernat más fácil sería dar con él. Lo que no sabía era si Luis Mate deseaba airearlo tan pronto o si prefería probar suerte a ver si todo podía quedar en casa, en lo referente a la huida, claro.

- No, Aineta... - Intervino el oficial Bennasar. - Ojalá Bernat hubiera estado casado. No tiene esposa. Tuvo una vez pero no duró. Le han denunciado por violencia doméstica, no de género. Un tal Max, un portugués...

 - Al menos no vivía con Damià - pensó Fernando, a quien todo aquello cada vez le parecía más turbio.

 - Pues habría que hablar con el tal Max. Más que nada, porque si Bernat de verdad le agredía o le amenazaba, igual está en peligro. Y sigo diciendo que deberíamos llamar a los guardias.

De pronto, Fernando cayó en otra cosa: si había huído con un coche policial, no podrían encubrirlo, aunque quisieran. No comprendía en qué estaban pensando sus jefes: quizá la amistad con aquel hombre pesaba más que la prudencia.

 - Además, ¡se ha ido con un patrulla!  Esto no se puede tapar, cuanto antes avisemos, mejor.

No, no pintaba nada bien. De momento solo escuchaba mientras analizaba los datos, pero no eran muchos. Lo cierto era que teniamos que encontrarle. Seguramente despues lo pondriamos a derecho y todo lo demas, pero de momento era nuestra ropa sucia y la ropa sucia se lava en casa. Era nuestro problema y si era culpable o no tambien era nuestro compañero.

No es que fuesemos grandes amigos, no era lo mismo que con Aina y incluso Alvaro y Fernando con lo que pasabamos nuestras experiencias juntos, pero seguia siendo nuestro compañero y si alguna vez me metia en problemas que realmente dudaba de ello, esperaba la misma cortesia.

Mejor no decia nada de momento. Ademas se habia robado una patrulla y seguramente estaba armado. Inestable emocionalmente, etc etc.. Ya podia imaginar los diarios y la patada del Alcalde asi como la revision de todos nuestros cargos y demas.

... esto era peor que el disparo de Miquel....

- Que quiere que hagamos? Pregunte al final.  - Podemos ir en las motos a ver si es que quiere salir de la ciudad mientras Alvaro y Fernando lo buscan donde el Portugues y tal vez Ruben pueda verificar si la patrulla tiene el GPS activado? Despues de todo no creo que nos lleve mucha ventaja.

La verdad que estaba deseando usar de nuevo la moto.

Álvaro no quería parecer insensible, pero sí había decidido desaparecer y largarse, el no era quien para decir lo contrario. Si la Guardia Civil le buscaba, qué dieran orden y listo. Bernat no era un niño, y sabía lo que se hacía.

...¿debemos desatender el resto de funciones?....

-Fernando, tienes mucha razón, voy a avisar a los guardias.-

Álvaro salió hacía el parking para coger una de las motos y dirigirse al cuartel.

-¡Cualquier cosa estoy en la emisora!-

- ¡Espera Álvaro! - Le detuvo el subinspector. - Sé que estáis aquí de forma voluntaria, pero si no os importa, seré yo el que tome decisiones y asigne a cada uno lo que tiene que hacer en este búsqueda. - No dijo aquello en tono de reproche ni de reprimenda, sino como compañero preocupado. - La Guardia Civil ya está avisada de lo sucedido y está de camino hacia aquí. Vamos a coordinar la búsqueda con ellos. - Les dedicó una mirada tranquilizadora a Fernando y a Álvaro. - También preguntamos por lo de la denuncia... Es solo un suposición dé Rubén. Guardia Civil no tiene nada, pero Berant... O más bien su amigo vive en Palma, puede que la denuncia haya sido en la nacional. He llamado para preguntar y de momento no me han respondido. Creen que tampoco hay nada ... Lo triste es que cuando llamaron al mediodía el asunto no tenía nada que ver con este asunto.

En ese preciso momento se abrió la puerta de las dependencias. Por un momento, la esperanza de que el que entrase por la puerta fuera Bernat se respiró en el ambiente, pero no. Se trataba de la guardia civil. El cabo primero Victor Salas se había desplazado hasta el lugar junto con otros tres agentes. Alguno de los policías ya conocían al cabo y a alguno de los guardias que llegaron al cuartel de la Policía Local. 

Luis Mate le estrechó la mano al cabo y se lo presentó con nombre y apellidos a aquellos que no lo conocían. Tras eso, policias y guardias se saludaron también con un apretón de manos y entonces el cabo, junto al subinspector comenzaron a distribuir el servicio de búsqueda del agente Bernat Martorell. Al parecer el cabo Victor también conocía alguno de los antecedentes de aquel hombre y estaba tan o más preocupado que el jefe de la Policía de Llanura.

Mientras los dos mandos superiores consultaban un mapa del territorio del municipio, el agente Rubén les contó a los guardias recién llegados lo que había sucedido con Bernat. Ellos tampoco daban crédito a lo que escuchaban, pero fuera por la razón que fuera, quizás dejadez por parte del Ayuntamiento a la hora de instruir expedientes disciplinarios, falta del psicólogo que dio por apto a Bernat en su día o de la propia ley de coordianción que permitía a un hombre que aquellos antecedentes de depresión, seguir ejerciendo como policía, Bernat estaba en la calle y con un arma.

- Bueno... - Dijo el cabo. - Conozco a Bernat desde hace muchos años. Lo conozco desde antes de que Luis llegara al municipio. Él ya trabajaba aquí cuando Bennasar era el jefe... - Miró a Jaume y este asintió con la cabeza. - Tuvimos más de un problema con él, pero desde entonces no había vuelto a... - Lo dejó ahí. No parecía querer airear los trapos sucios de Bernat. - Ahora lo importante es dar con él. No sabemos de lo que es capaz. 

- Nos dividiremos para buscar a Bernat. - Dijo entonces el subinspector. - Guardia civil buscará por las afueras, en los caminos rurales. Jaume y Fernandez se encargaran de peinar el pueblo. Muñoz y yo iremos a hablar con la madre de Bernat. Vive en Llanura, igual nos puede decir algo. Puede que sepa como se llama la pareja de Bernat, pues no conocemos su identidad... - Miró entonces a Álvaro y María. - Había pensado en enviaros al puerto, pero me confirma el cabo que la guarida civil del puesto del puerto ya está avisada. - Miró al cabo Victor.

- Así és... - Confirmó.

-  Entonces no hará falta... - Se llevó un dedo al labio pensativo. - ¿Por qué no miráis en la zona de los llogarets? Que una patrulla vaya a la Alqueria Rotja y la otra a Jornalets. Distribuiros como queráis. Coged el furgón y las motos.

L'Alqueria Rotja era una pequeña población situada al suroeste del núcleo urbano principal del municipio. Se trataba pequeña aldea situada en el predio del mismo nombre. LA alquería data del siglo XV, pero fue en el XVIII cuando la finca experimentó su mayor crecimiento gracias al cultivo de la viña (el celler fue construido en 1767). En esa época, los propietarios cedieron pequeñas parcelas a empleados de la heredad y comenzó así a configurarse el pequeño núcleo rural, que con el tiempo llegó a disponer de servicios básicos como una escuela, inaugurada en tiempos de la República y que se mantuvo activa hasta los años 60; una capilla dedicada a San José, donde hasta hace dos años oficiaba misas dominicales el párroco de Llanura del Buenpaso y el edificio de correos. Actualmente, no residen en l'alquería más de treinta personas, siendo un sitio bastante aislado a ocho kilómetros del núcle urbano.

Jornalets es un llogaret situado al oeste del núcleo de Llanura siendo el tercer núcleo de población del término. En la actualidad la población es mucho más reducida, ya que se ha convertido en un pueblo de segundas residencias, pero viven todo el año casi quinientas personas.

El cultivo de la viña y la elaboración de vino son una importante fuente de riqueza para el llogaret. El pueblo cuenta con una gran actividad social, cultural y deportiva. En este sentido, cabe destacar que Jornalets está incluido en una ruta cicloturística que recorre las tierras del Pla y del Raiguer.

El territorio de Jornalets se encuentra entre ses Garrigues d’Amunt y el camino de Sineu, e incluye todo un séquito de pequeñas fincas como las posesiones de Son Sant Joan, Aireflor Vell y Aireflor Nou, Morelló Vell y Morelló Nou. Además,se han localizado algunos yacimientos arqueológicos, el más destacado es el recinto funerario de la cova Monja.

Tener a un hombre desequilibrado con un arma y un  coche patrulla, si es que todavía no lo había cambiado, circulando por ahí no le hacía ninguna gracia. Siempre había pensado que Bernat era un vago, y ahora deseaba que lo siguiese siendo, demasiado vago para usar el arma, pero a saber qué se le estaría pasando por la cabeza. 

Con su afán de huir y de que no le encontremos es capaz de dispararnos si nos ve.

Asintió a las palabras de Mate y se quedó un poco pensativa.

Si yo quisiese desaparecer me iría antes a L'Alqueria Rotja que a Jornalets. Es más fácil desaparecer en un lugar casi abandonado...

Sabía que podía equivocarse por completo, pero de cualquier modo debía escoger un destino.

-Bien, yo iré a L'alqueria. ¿Quien viene conmigo?- preguntó mirando a sus compañeros mientras se ajustaba bien el cinturón, como si de pronto estuviese lista al 100% para entrar en acción.

 - Yo mismo - respondió Fernando. Sabía que Aína conocía la zona mejor que ninguno, y si ella creía que ese era un buen lugar para empezar a buscar, quería acompañarla - Habrá que ir preguntando a la gente: un coche patrulla no pasa desapercibido, y alguien podría haberlo visto por aquí. Si quiere pasar desapercibido, no creo que esté circulando.

 - Y, cuando le encontremos... ¿qué? - pensó con preocupación.

Alvaro se paró en seco a escuchar a su jefe.

-Si señor, de acuerdo. Entonces yo iré a Jornalets, a ver que encuentro. Si alguien viene, le espero en el parking.-

Álvaro sin pensárselo mucho se dirigió al parking, dandole vueltas...

Fernando tiene razón, cuando le encontremos...¿que? Y si no lo encontramos...¿que?...Es compañero pero...¿es nuestro trabajo?...

Asintió a Fernando

- ¿Furgón o motos?- Dejó que su compañero escogiese vehículo a ella le daba un poco igual, cada uno tenía sus ventajas e inconvenientes.

- Vamos Tur, que "Carbonero" no nos saque más ventaja - Se despidió del resto con un gesto de cabeza, no creyó que hiciese falta más, todos sabían a dónde iban y por que, así que las palabras sobraban. Se aseguró de llevar la radio en el canal adecuado y enchufada y salió por la puerta.

... moto moto moto....

- Pues sera Furgon para ustedes porque yo me llevo mi moto y como tengo que ir con Alvaro sera mejor que ambos vayamos en moto!

Sin perder demora tome mi chaqueta y fui por el casco.

Era una pena lo que estaba pasando pero de seguro que iba a disfrutar el paseo.

- Vamos? Dije a Alvaro antes de salir al estacionamiento.

Me gire desde la entrada y me despedi con una sonrisa de Aina. Teniamos una conversacion pendiente.

Los cuatro agentes en prácticas se pusieron rápidamente en marcha. María y Álvaro en las motocicletas y Fernando y Aina en el furgón. Salieron los cuatro juntos del cuartel y se despidieron deseándose suerte en la búsqueda. Aina iba a los mandos del  furgón junto a Fernando, que todavía no se fiaba demasiado de su habilidad para controlar aquel vehículo. Todavía no entendía  que fue lo que le pasó el día en que Capllons se voló el dedo.

El camino era solitario y estrecho. A ambos lados del camino había campo, algunas zonas de viñedo y otras con olivo o almendros. También pudieron ver algunas balas de paja abandonadas en las parcelas y alguna que otra casa aislada. L'Alquería Rotja no estaba demasiado lejos, a solo unos diez minutos del núcleo principal del municipio. Pero sería menos si conducían un poco más rápido de lo permitido, la situación  lo aconsejaba.

Por suerte para ellos, Jornalets estaba bastante cerca de l'Alquería y si necesitaban refuerzos, María y Álvaro podía llegar bastante rápido hasta su posición. Esperaban no tener que pedir refuerzos, pero habiendo escuchado todo lo referente a Bernat, no estaban seguros de cómo reaccionaría si lo encontraban. De todas formas, era muy improbable que dieran con él. Eran muchos los sitios en los que se podía esconder en aquel municipio, alguien que no quería ser encontrado.

Nada más entrar en el pueblecito, se percataron del ambiente de paz tranquilidad que se respiraba en aquella aldea. L'Alquería Rotja parecía un lugar sacado de un cuento, anclada  en una era pretérita. Las edificaciones, fueran antiguas, nuevas o reformadas, conservaban  una construcción casi artesanal, con las paredes forradas en piedra y un estilo casi medieval. Las calles empedradas, retorcidas y estrechas y los balcones llenos de flores, le  daban cierto encanto a aquella pequeña localidad en la que no vivían no más de treinta vecinos.