Partida Rol por web

El ladronzuelo sale mal parado y con una herida leve, deja caer su arma y huye.

El resto de los ladrones excepto el que están en el suelo muerto, se esconden tambien en la oscura noche de Desembarco.

Malditos delincuentes dije mirando el cadáver de uno de esos mal vivientes. -Seguramente pronto llegaran los capas doradas, sera mejor que sigamos nuestro camino, de todos modos no nos quedo a ninguno para interrogar.- Dije a Dickon sin despegar la vista del cuerpo.

 No creía que ese ataque fuera mandado por alguien, seguramente fueran un par de delincuentes que probaron suerte contra nosotros. La noche aun era larga y este no era un buen comienzo para la misma.

El joven asintió. Nadie contrataría a unos malandrines de tan baja estofa, para atacar a alguien. Si lo mejor será que marchemos y continuemos la búsqueda mañana. Pero antes de marchar el escudero se acercó al cuerpo del malandrín muerto y lo registro rápidamente.

No cogió nada de lo que tenía el cuerpo, ¡Va! Aquí no hay nada, marchémonos.

Con la poca parte ceca de la ropa del cadáver limpie mi espada y la volví a guardar en su funda.

-Tratemos en alguna posada mas, seria mucha casualidad encontrar algo pero no quiero irme así sin nada.- Dije a Dickon mientras comenzaba a caminar con tranquilidad.

-¿Que dices? un buen trago después de una pelea es algo sublime, si no encontramos nada por lo menos nos gastaremos el dinero de ese muerto de hambre en 2 pintas de Cerveza. 

Si, una cerveza no estaría mal, pero no me hace ninguna gracia pagarla con el dinero de esta escoria. Marchémonos estar aquí mas tiempo solo nos traerá problemas.

Salís con rapidez de aquella zona oscura y peligrosa y llegáis a una posada donde aún quedan varios hombres y caballeros del torneo tomando las ultimas cervezas.

El tabernero os atiende rápido y os sirve dos pintas de cerveza amarga.

Lamento deciros señores que no dispongo de habitaciones libres, aunque si lo deseais podeis pasar la noche en los establos, os dice tras serviros.

Gracias buen hombre, pero no buscamos habitación, solo buscábamos un trago de cerveza. El escudero acompaño sus palabras de un trago a la jarra, tuvo que contener una mueca de desagrado al beber. En Dorme la cerveza es menos agria.

Nos podrías responder una duda sobre una leyenda. Somos de Dorme y por nuestra tierra circula una leyenda. "La hija de un gran señor se escapó de casa cuando su padre quería casarla con un viejo y feo comerciante, la chica desesperada huyo a Desembarco del Rey donde conoció a un apuesto galán y se casó con él". ¿Conocía la historia? A mi señor y a mí nos gustaría encontrar a la chica, simplemente para conocerla y así cuando volvamos a Dorme tener una historia que contar. El escudero se inventó la última parte de la historia, a fin de que fuera más creíble.

Bonita historia joven, pero parece demasiado bella para ser real.

Desembarco está lleno de historias y leyendas, y de chicas bonitas que han huido de sus casas por alguna razón, pero no suelen tener un final como contais. Más bien suelen acabar en el fondo del Aguasnegras, violadas, maltratadas o esclavizadas, dice en voz baja antes de irse.

El joven apuro la cerveza y miro a su señor. Creo que deberíamos de volver a la posada, es una pena volver con las manos vacías.

-Haremos eso Dickon.- dije bebiendo un gran sorbo de cerveza. Sabía que las posibilidades de encontrarla eran casi nulas pero eso no quitaba el hecho de poder tomar una buena cerveza.

-Peleaste muy bien Dickon, me hiciste sentir orgulloso, no hizo falta más que un golpe de tu espada para que un hombre el doble de grande y pesado que tu salga corriendo con el rabo entre las piernas.- felicite al muchacho, al final de cuentas la cerveza era para festejar su combate y su avance en la práctica. -De todos modos no te duermas en los laureles aun nos queda camino que recorrer antes de convertirte en caballero pero vas por buena vía.

Gracias, sir. He tenido un gran maestro. El escudero se sintió orgulloso al oír las palabras del caballero. No bajare la guardia, esta ciudad ha demostrado ser un nido de víboras. Dijo bajado la voz, no quería que ningún ciudadano de Desembarco del Rey se sintiera ofendido por sus palabras.

Llegáis hasta la posada, pero aún no han llegado el resto.

No sabéis donde pueden estar.

Me acerco al posadero y le pregunto si sabe dónde ha ido el resto de nuestro grupo o si han dejado algún mensaje. El escudero estaba seguro que Lady Nymeria había dicho que iban a ver a un Maestre, ¿pero cuál?. El chico comenzó a impacientarse. Ya deberían de haber llegado.

-Si, Dickon ya deberían de haber llegado.- Coincidí con el muchacho y por un momento se me cruzo la idea de que los hombres que nos interceptaron en la noche tal vez si pudieron haber sido enviados. Sacudí la cabeza para alejar esos pensamientos. No podía ser, ¿Quien contrataría a esa parvada de bufones para matar a alguien?
-Esperaremos un rato aquí, si no llegan entonces saldré a buscarlos.- Dije con determinación, toda esta situación me traía mala espina