-Ahh si, una tragedia terrible. Mis condolencias.
Justienne mira el enorme horizonte extenderse ante ellos.
-Por otro lado, dicen que nada como cruzar un mar para dejar atrás ciertas cosas. Eisen es hoy en día tierra de oportunidades. Tonto es quien da por acabados los Eisenos...
- No esperaba menos de Von Kraken, si necesita algo encárgate de que lo reciba lo antes posible – respondo al contramaestre mientras sigo en el timón del barco observando el estrellado horizonte.
Escucho desde mi posición las palabras de Justienne en silencio dejando que los dos hablen, ahora mismo tengo que preocuparme del navío, y comienzo a ordenar a mis hombres que empiecen a moverse por la cubierta y a realizar sus respectivas funciones.
- Por supuesto Capitán. - responde el Contramaestre. Así se hará.
- Si no ordena nada más regreso a mis quehaceres que sino ya sabe que esta pandilla de holgazanes estaría todo el día sin hacer nada. - comenta con una sonrisa mientras señala a la tripulación por encima de su hombro.
-Lo tendré en cuenta, señor.- Unos golpecitos en los barriles acompañan la despedida del segundo de abordo esperando que suenen todos a estar anegados de consumibles. Enciendo un candil con cuidado y lo acerco entre las estanterías, cajas y paquetes, mientras cuento cada cosa de la bodega. Cada cierto tiempo me detengo a garabatear los resultados en un trozo de papel de estraza. Interiormente, me repito una especie de ensalmo: Que tengan queso. Que no suceda como en el motín del "Calamar Histriónico". Por el amor de Theus, que haya queso. Que haya queso....
Con ese pensamiento en la cabeza observas aliviado que en una estantería hay queso. Más de Media Docena de Quesos.
Theus parece haberte escuchado esta vez.
Quedamos a solas yo y Valeria? ;)
Bueno, el público en Eisen es conocedor y muy exigente. Es todo un reto poder actuar allí.
Y con una obra sin protagonista y la estúpida Carlota que no se decide a darme el papel principal cambiando el sexo del protagonista en una libre interpretación de la obra del maestro...
- Perfecto contramaestre. Esta noche tras la cena me encargare yo del timón del navío, que los hombres descansen en condiciones tras sus tareas diarias. Ya conoces que tanto tiempo en tierra firme les hace coger malas costumbres - respondo con una leve sonrisa apoyando mi mano sobre su hombro para despues dirigirme al timón
Justienne asintió ante el comentario de Valeria. Luego se volvió a Cesare, tras sus dialogo con el contramaestre, y comenta -¿Eres de los que te gusta llevar el timón por si mismos, ¿eh? Por cierto, ¿a que puerto nos dirigimos en primer lugar?
- Un buen capitán debe ser capaz de asumir cualquier tarea además de ganarse la confianza de su tripulación para que si se lo piden recorran el infierno por él y con él, Justienne – comienzo a decir – Y al puerto al que vamos a arribar en primer lugar es el de Bremerhaven, desde allí seguiré las indicaciones de Carlota.