Partida Rol por web

Morrigan exclamó de sorpresa al ver y escuchar el bofetón pero era algo de esperar. El divino de fuego era demasiado atrevido y a la mayoria de veces aquello no sentaba muy bien. No dijo nada y avanzó más calmada y tranquila. Había hecho lo correcto y todos sus compañeros estaban más o menos bien.

Llegaron hasta la administradora del castillo y sus palabras la sorprendieron en demasía, logrando que diera un involuntario paso atrás _{- ¿Yo? -} se llevó una mano al pecho con brusquedad pero luego la bajó despacio, sopesando y saboreando aquella información.

Miró de reojo a Feniel y luego a Ekron ante su ofrecimiento pero en un principio no dijo nada. No a ellos. En cambio si que encaró su cuerpo en dirección a la mujer de piedra _{- Sería un honor. Además conozco a alguien de confianza que me ayudaria en esa empresa -}

En cuanto fuera posible, tenía que mandar un mensaje urgente a su padre. El sabría que hacer. Pues se temóa que tendría que lidiar con las "propuestas de negocios" del hechicero

Meriel suspira mientras sube las escaleras con ayuda de Ekron y le intenta contestar.

- No creo que fueran almas vinculadas a él, sino recuerdos de su propia alma. De vidas pasadas, en una fue ese soldado que lo quemo todo y en otra la mujer elfa que dirigió a los glafanthanos a destruir el poblado de los colonos.- niega con la cabeza algo azorada.- Pero no te lo puedo asegurar, al fin y al cabo yo no las vi...

Una vez arriba se mantiene callada, aunque se sorprende como el resto ante lo que había ganado Morrigan, a diferencia de los dos hombre no acosa a la divina con preguntas y le da tiempo para que asimile la información.

- Lo puedo notar, los terrenos te han aceptado como nueva dueña de estas tierras, tienes que tener en cuenta que esta fortaleza tiene muchos años y no hay herencia más antigua que la de la fuerza, derrotaste al señor y pasas a ser la señora.- la voz de la mujer hace eco en toda la sala sin mostrar ninguna emoción, si realmente sentía algún tipo de lealtad o amistad por Maerwald no se podía adivinar por su tono, y aún menos por su invariable rostro.- Y no os preocupéis, hicisteis lo que era necesario y estoy segura de que ahora que ha vuelto a la rueda descansa en paz. Puedes llamar la ayuda que quieras y no te preocupes.- luego parece centrar su atención en Morrigan.- Podrás viajar e imponer tu voluntad a través de mí independiente de la distancia. Ahora que eres la dueña de este lugar nuestras almas están conectadas siempre y cuando no hagas algún truco como el de Maerwald para ocultarte de mí.

No os puedo dar un servicio ejemplar, pero en el piso de arriba hay unas pocas camas y también tenéis la casa de al lado que era una antigua posada y estábamos remodelando antes de que todo se perdiera...

- Ahora solo me escuchas tú.- notas que es la misma voz del lugar.- No te preocupes, no puedo leer tu mente. Pero si te concentras en una idea me la puedes transmitir. Con un poco de práctica será como una conversación, aunque no métodos para comunicarme con artesanos, mercaderes y albañiles dentro del Alcance Oriental. Si tu hombre de confianza está en éstas tierras puedo intentar comunicarme con él, si está fuera al menos preparar un mensaje que le será enviado.

Sobre las decisiones de sus compañeros, serán simple proposiciones que usted verá si quiere. Por lo demás yo me encargaré de la logística para intentar que este lugar se acerque a lo que usted quiera. Un núcleo comercial, una fortaleza con gran poder militar, un centro de fe, lo que tú desees.