Partida Rol por web

Pongamos que hablo de Madrid

Entre Pinto y Valdemoro

Cargando editor
02/05/2012, 16:20
Hernando Marañón

Guardándome la irresistible tentación de girar la cara de un guantazo a la malcriada joven, le digo a mi compañero con la misma tranquilidad con la que me he bebido el vino:

-Maese Rodrigo, yo prefiero marchar a Madrid para hablar con don Pedro. Personalmente, se me da una higa lo que le pueda suceder tanto a ella como al inquisidor. Y si don Pedro nos la ha jugado, lo que se cosió se puede volver a abrir y listos. Por mi parte el trabajo está acabado.

Cargando editor
02/05/2012, 20:13
Director

Los guardeses se miran no comprendiendo nada y enseguida van corriendo al corral, donde aguardan las monturas para ser ensilladas. En el umbral del portico que da a la cuadra, Jose de Pinto se dá la vuelta mirando fijamente a la dama.-No es de mi incumbencia pero se habrá fijado mi señora en que las sillas no son de dama.- 

Cargando editor
02/05/2012, 20:55
Isabel Díaz de Noboa

Supe de inmediato que me había sobrepasado con el médico, peor verdaderamente, mi humor no estaba para bromas y comentarios salidos de tono... Aunque sí hiciese lo propio con los míos.

-¡Eh!- grité al ver a los dos hombres en cuanto salen corriendo-. Pero, ¿se puede saber qué...?- me corté en seguida dejando la pregunta morir, sabiendo que era inútil decir nada.

Suspiré y me pellizqué el puente de la nariz previendo que nada bueno podía salir de todo aquello, por lo que estuve apunte de desistir, de decir que no me importaba lo que pudiera pasar o el mandato de mi señor padre. Estaba apunto de echarlo todo por la borda.

Vamos, vamos, me dije, severa. No puedes echarlo todo a perder por una simple tontería. Todo saldrá bien.

Fue entonces cuando escuché las palabras de José y enarqué una ceja. Miré mis ropas y alcé la vista, clavando la mirada en él.

-No, no me había fijado- comenté, irónica-. Vaya, vaya, qué gran problema, qué fatalidad- dije, teatral-. Dejaos de tonterías, caballero. Tenemos que partir en seguida. 

Miré a mi alrededor, como si me viniera la estupenda idea a aquel obstáculo.

Debí de robar ropas a Ismael cuanto tuve la oportunidad, me reproché, enfadada. Ahora no tendría este problema. Ridículos vestidos...

-¿Alguna idea?- pregunté, frunciendo el ceño, mirándolo.

Cargando editor
03/05/2012, 16:09
Rodrigo Lope de Carrasco y Pérez

-Siempre podéis montar a horcajadas, con vestido y todo, jeje. Dije divertido, intentando por todos los medios incordiar un poco más a la joven.

-Tiene vuestra merced mucha razón don Hernando, en mi opinión el trabajo está terminado... A no ser que se nos proponga una recompensa aun más jugosa... ¿No os parece? Dije sin dejar de mirar a Isabel.

Cargando editor
03/05/2012, 16:46
Isabel Díaz de Noboa

Enarqué una ceja y realmente que contuve mi mano para que no saliera disparada contra la mejilla del hombre por su insolencia. 

Me limité a sonreír y dije:

-A horcajadas será, pues- fruncí el ceño y me crucé de brazos-. Qué lástima, entonces, que no seáis el caballo, don Rodrigo- añadí con sorna-. No os podré tener entre mis muslos. 

Ensanché la sonrisa e, inmediatamente después, puse los ojos en blanco.

-¿Nos vamos ya?- pregunté, impaciente-. Me da igual cómo deba ir montada, mientras podamos partir cuanto antes. 

Cargando editor
03/05/2012, 19:20
Director

Al pronto sacaron los guardeses dos caballos, los suyos, y otros dos más, los vuestros, ya que Gabriel se llevó el tercero y la dama tuvo a bien serlo y no montó hasta el puesto. En total cuatro caballos para cinco personas.

Notas de juego

Va a ser interesante....

:D

Cargando editor
03/05/2012, 19:28
Director

Notas de juego

Es posible que, de ir con la dama y salvar a su tío, hermano del que os va a pagar, sea prudente ir con ella y que hable en vuestro favor. Que una vez cara a cara todo se explicará.

Y si os quedais sin cobrar el resto...¡PAR DIEZ! En Flandes reparten mojadas nuestros gloriosos tercios por ocho maravedíes la semana.Cuando cobran.... 

Cargando editor
03/05/2012, 20:13
Isabel Díaz de Noboa

Me giré para mirar a aquellos hombres y aún estaba pensando cómo demonios iría montada. Me gustaba dar la sensación que no me preocupaba, que había cosas más importantes (como salir de allí cuanto antes), pero, en mi fuero interno, me daba cierta inquietud cómo iba a montar en el caballo con el ridículo vestido.
Alcé una ceja, escéptica, y me entreabrí la boca, irritada.

-Cuatro caballos- dije y nos miré-. Cinco personas. Estupendo- añadí, irónica.

Me mordí el labio inferior y sonreí.

-Me parece que vuestras mercedes tendrán que compartir caballo- indique mirando a los guardeses.

Notas de juego

Oh, sí, muy interesante ¬_¬

XDXD

Cargando editor
04/05/2012, 16:37
Director

José de Pinto y "el mudo" se miraron durante unos instantes, luego una sonrisa fugaz surcó el rostro de los dos.-Por supuesto bella dama, como quiera su merced.-La merced, iba enfatizada claramente a ese lado masculino, que Isabel no paraba de sacar de su fuero interno. 
Acercándoos el caballo os tiende las riendas.  con una reverencia y se aparta un poco.

Notas de juego

Para intentar subir al caballo creo que una tirada de destreza. Y para encajar todas esas enaguas en el hueco de la silla...una de Ingenio.

Cargando editor
04/05/2012, 16:59
Isabel Díaz de Noboa

Se me ensanchó la sonrisa al escuchar sus palabras y me regodeé tan solo un momento, al ver que salía ganando. Lo cual era todo un logro para mí y algo que no solía experimentar teniendo cuatro hermanos más mayores que yo y siempre saliéndose con la suya.

Me acerqué al caballo y carraspeé al ver lo alto que era. Durante un segundo, me di cuenta de que había hablado demasiado y que no iba a poder montarme yo sola y sin ayuda. Sin embargo, mi orgullo no me permitió sacarlo a la luz y me impulsé, tomando las riendas y agarrándome a la silla para poder montar, rezando por no hacer el ridículo.

Vamos, tan solo es un caballo, pensé, al tiempo que me impulsaba.

- Tiradas (2)

Notas de juego

Creo que están bien las tiradas. Si no, las repito sin ningún problema :)

XDXD

Cargando editor
05/05/2012, 08:27
Director

Jurarias que el caballo se movió en el último momento. Lo único de lo que no estás segura es, ¿como llegaste al suelo por el otro lado a donde estabas y cayendo de culo?. Oyes unas risas contenidas. -¿Esta bien señorita?-. Pregunta José.

Notas de juego

Las tiradas están bien, lo único que el número de característica o habilidad debes ponerlo en dificultad no en modificador. Con los tres dados de seis, debes sacar menos que el número.

Jejej, en qué buena película no sale la típica mujer que se cae del caballo? Me ha gustado mucho este toque "real" de humor.

Cargando editor
05/05/2012, 13:56
Isabel Díaz de Noboa

No me importaba ser yo quien se riera de mí misma, es más, lo hacía con frecuencia cuando tropezaba con alguna baldosa en mi casa o cuando iba mirando los productos que se vendían en la calle Mayor y me quedaba embobada sin prestar atención a lo que se sucedía a mi alrededor que rara vez no terminaba chocándome contra alguien y, entre risas, me tocaba pedir disculpas. Pero, aquello... Aquello me hirió el orgullo. Escuchar las risas tras la estrepitosa caída, hizo que mi corazón se disparaba y que un rubor asomara a mis mejillas. Supuse que Dios me había castigado por ser tan arrogante con todo el mundo, pero debía entender que era la única manera de hacerme valer en aquella realidad donde las mujeres sólo servíamos para cuidar hijos... Y, sinceramente, no sabía ni cuidar de mí misma, ¿cómo demonios iba a cuidar de otra persona?

Con la cara totalmente ruborizada y seria, me levanté del suelo, sintiendo un pinchazo en el trasero, preguntándome cómo no había amortiguado la caída con toda la complejidad que llevaba de vestido, y miré a José, abrasándolo con la mirada, enfadada por mi propia torpeza. Sin embargo, no quería que supieran que era una niñata torpe que no sabía ni montar en un caballo, por lo que, me aclaré la garganta y simplemente me excusé.

-El caballo se ha movido- dije en un hilo de voz, abochornada.

Me limpié el vestido de polvo y me amasé el cabello, dando a entender que si bien es cierto que no podía montar a caballo, yo estaba en un estamento mayor que ellos y que, por ese mismo hecho, merecía un respeto.

Sabes que no, pensé, recriminándome mi actitud infantil.

Dejé que el silencio se apoderara de la situación, antes de ceder.

-De acuerdo. Iré montada con alguien, de lo contrario, seré capaz de matarme aun cuando el caballo esté quieto- dije, irritada, enterrando mi orgullo y dándolo por muerto. 

Notas de juego

O.O

Ya decía yo que me daban valores muy altos. Sorry :(

Es la condenada manía de poner el valor de la habilidad en el modificador >.<

XDXDXD

Cargando editor
05/05/2012, 18:29
Director

-Creo, señorita,-dijo el guardés tendiendos una mano para ayudaros a levantar- que debiera ir con el joven ya que nuestros aparejos,-dijo poniendo la mano en la faja donde llevaba el cuchillo de monte y dos pistolas,-puedan ser un estorbo e impedirla viajar con comodidad.- 

Cargando editor
05/05/2012, 20:19
Rodrigo Lope de Carrasco y Pérez

-Yo estaré encantado de compartir montura con vos, si no os incomodo demasiado. Digo haciendo una exagerada reverencia. Siempre es placentero montar a... Perdón, pardiez, quería decir montar con una dama, JA JA JA.

Carcajeándome ante la ocurrencia de mi chiste, un par de lágrimas afloran a mis ojos, producto de la risotada.

-Por favor, espero que sepáis disculparme, pero la jornada fue dura, jugué la vida varias veces y por mano de Dios o por la del Diablo gané las partidas... Y desde entonces me encuentro un enredo detrás de otro... O uso mi socarrón y grosero buen humor o me pongo a repartir cuchilladas hasta que no quede uno en pie...

Digo esto con un aire sombrío en el semblante, dando a entender que, pese a todo, mis últimas palabras son sinceras.

-Además, ¡pardiez! Nadie es quien mara decir como debo o no debo bromear. Y canturreo Mío es el mundo, como el aire libre...

-Lo dicho muchacha, que podéis compartir mi montura, puede que incluso terminemos llevándonos bien. ¿Aceptáis?

Notas de juego

Perdón por el anacronismo de Espronceda, pero hoy los versos de ese genial autor no dejan de venírseme a la cabeza ;-)

Cargando editor
05/05/2012, 22:21
Isabel Díaz de Noboa

Resoplé, ocultando mi desagrado y mi malestar ante la proposición. Sin embargo, no era momento (ni era quién, qué demonios) para ir exigiendo nada, por lo que, miré a Rodrigo y miré a José de forma intermitente y me encogí de hombros.

-Como gustéis- dije, escueta, renunciando ya a mi orgullo, mi arrogancia y mi desdén.

Era tal la humillación que sentía en mi interior que el hecho de tener que compartir caballo como un niño pequeño, me enardecía y me hacía hervir la sangre. Pero, debía aprender a que no siempre podía salirme con la mía, a que, a veces, debía dar mi brazo a torcer y agachar la cabeza.

Sí, ¿pero tenía que ser justo hoy?, pensé, irritada, mientras escuchaba las bromas de Rodrigo.

-Acepto, qué remedio- dije, suspirando, poniendo los ojos en blanco.

Me acerqué al caballo y miré al hombre.

-¿Me ayudáis a subir o tendré que volver a caerme para que todas vuestras mercedes se rían hasta morir?- pregunté, conteniendo mi frustración.

Notas de juego

Espronceda, qué grande :)

XDXD

Cargando editor
06/05/2012, 08:34
Director

Notas de juego

Pasaremos por alto a espronceda....

:)

Cargando editor
06/05/2012, 12:42
Hernando Marañón

-Veo que habéis decidido acompañar a la mujer, maese Rodrigo. Yo marcharé a Madrid. He hecho mi parte del trabajo de forma diligente y en lo que viene poco tengo que hacer, al menos poco interés me suscita. Es una larga caminata, pero hay un caballo a medio camino que puede que no haya sido requisado. Si sigue ahí quizá me ahorre un buen trecho.

Mucho tendrían que ofrecerme para salvar la vida a un inquisidor, y más para hacer lo propio con un familiar de esta mujer, que tan mal me ha tratado. Don Hernando, dejáis la vida de aventurero y volvéis a ser médico.
Hago un gesto de respeto hacia mi amigo Rodrigo, y tomo camino hacia Madrid.

Cargando editor
08/05/2012, 13:23
Director

Veis como el médico se aleja caminando, con su maletín mientras canturrea.

Notas de juego

Os ha dejado el caballo para que no tengais que ir dos en uno. Darle las gracias.

Cargando editor
08/05/2012, 15:51
Isabel Díaz de Noboa

Clavé la mirada en el médico. Hubiera querido decir algunas palabras de disculpa, algo que hiciese pensar al médico que no era tan repelente como fingía ser, que, en realidad, simplemente era una coraza impuesta para hacerme respetar de alguna manera en aquel mundo tan recio. 

Sin embargo, mis labios no se despegaron y el médico comenzó a alejarse. Con un gesto de la mano que no vio, lo despedí y suspiré.

Miré a mi alrededor y se me iluminó el rostro al ver que había un caballo libre. Me aparté de aquel del que me había caído y tomé las riendas del vacante.

-Mucho más cómodo será si cada uno va en su caballo- indiqué, sonriente-. No os molestaré, pues, don Rodrigo.

Me fijé en los guardeses y volví a recordar su risa, y mi sangre hirvió. Sacudí la cabeza y dije:

-¿Nos vamos?- pregunté-. Luego dicen que son las mujeres las que tardamos...

Cargando editor
08/05/2012, 16:15
Hernando Marañón

Según voy avanzando, siento una punzada que me indica que lo que hago no es lo correcto. Sabiendo que un hombre va a ser asesinado, por mucho que me repugne su labor, no es cristiano no acudir en su auxilio. Tampoco lo es no ayudar a una dama en apuros, pese a que no ha sido amable conmigo.
Y también está Rodrigo, quien me salvó de ser acuchillado y al que le debo un favor, por no decir la vida.
Me detengo y giro la cabeza hacia atrás. Veo veladamente a la dama de Noboa haciendo un gesto de despedida, que me termina de ablandar el corazón. Es posible que haya sido injusto con ella y que no sea mala persona.

Sería bochornoso para un hombre de edad orgulloso rectificar en su proceder, así que elucubro una pobre excusa que digo cuando los tres caballos pasan cerca de mí:

-Me van a perdonar vuestras mercedes, pero no había contado con que estoy algo mayor para una caminata tan larga. No tendría inconveniente de acompañarles si después cuento con un caballo para llegar a Madrid.

La pobre excusa no deja de sonarme bochornosa, pues no hay mayor vergüenza para un hombre que en su juventud presumió de hidalguía y fortaleza hacer el papel de viejo achacoso.