Fe de los Siete
La Fe de los Siete, a menudo llamada simplemente la Fe, es la religión dominante en los Siete Reinos. Las únicas regiones de Poniente donde la Fe tiene poca influencia son el Norte y las Islas del Hierro, donde imperan el culto a los Antiguos Dioses y al Dios Ahogado, respectivamente.
El libro sagrado de la Fe de los Siete es La estrella de siete puntas, en la que se recogen las creencias de esta religión, así como algunas leyendas sobre el rey ándalo Hugor de la Colina.
La Fe venera a los Siete, una única deidad con siete aspectos o rostros, cada uno representando una virtud diferente. Los creyentes rezan a un aspecto específico de los Siete para pedir ayuda y guía dependiendo de su necesidad.
Los aspectos son:
El Padre o Padre Celestial, representa el buen juicio. Es descrito como un hombre con barba que carga una balanza. Se le ora para pedir justicia.
El Guerrero, representa la fuerza en la batalla. Lleva una espada. Se le ora para pedir coraje y victoria.
El Herrero, representa los oficios y las labores. Lleva un martillo. Se le ora cuando el trabajo necesita ser hecho, para tener la fuerza de concluirlo.
La Madre, o la Madre Celestial, representa la maternidad y la crianza. Es la protectora de los niños. Es representada como una mujer con una sonrisa amorosa y personifica la misericordia. Se le ora para pedir fertilidad y compasión.
La Doncella, representa la inocencia y la castidad. Se le ora para pedir la protección de la virtud de una doncella.
La Vieja, representa la sabiduría. Carga una linterna. Se le ora para pedir guía en los momentos difíciles.
El Desconocido, una excepción entre los Siete, representa la muerte y lo desconocido. Los creyentes rara vez buscan sus favores, pero los renegados y criminales se sienten representados por él.
Otra de sus creencias dice que cuando un pecador muere, va a los Siete Infiernos, habitados por demonios. En ellos reina el Señor de los Siete Infiernos, que pacta con los humanos para dotarles de conocimientos oscuros a cambio de sus bebés.
Los Siete eran adorados en Andalia, la antigua patria de los Ándalos, hasta que éstos invadieron Poniente, llevando con ellos su religión. Por ello, los Siete son adorados en las tierras ponientis al sur del Cuello. Los Siete también son adorados en el Norte, especialmente en el Septo de Puerto Blanco cuya casa gobernante proviene del Dominio y en las Islas del Hierro por algunas casas menores. En el Muro hay un septo donde los reclutas de la Guardia de la Noche que creen en la Fe de los Siete pronuncian sus votos para convertirse en Hermanos Juramentados.
Los Ándalos trajeron a los Siete cuando llegaron a Poniente y mediante su conquista se convirtió en la religión dominante del continente. Al ser la religión oficial, está ampliamente extendida y está fuertemente integrada en las leyes y la cultura. Tiene autoridad moral sobre las acciones de las personas, castigando las apuestas, la bastardía, el incesto (La única excepción, es la familia Targaryen, que llegaron a un acuerdo pudiendo casarse dentro de la familia para mantener pura la sangre de la antigua Valyria) y los regicidios, entre otros. Uno de los textos más importantes de la Fe es la estrella de siete puntas que está dividida en secciones parecidas a los evangelios, en el que cada uno de los Siete tiene su propio libro.
Durante los juicios por combate se espera que los Siete intervengan.
El número siete es considerado sagrado. Se sostiene que, además de haber siete rostros, habría Siete Infiernos. Siete constelaciones en el firmamento son sagradas e incluso la gracia es descrita como con siete aspectos. El número siete es utilizado en rituales u objetos de connotación sagrada. Los seguidores de la Fe usan una estrella de siete puntas puntas, prismas de cristal y el arco iris como iconos religiosos. Los ritos de oración involucran el uso de luz y cristales para representar a los Dioses.
El lugar de oración de la Fe es llamado septo y cada uno representa los siete aspectos, teniendo siete paredes y estatuas para representar cada rostro. En los septos rurales, estas estatuas pueden ser sólo maderas talladas, máscaras o dibujos al carboncillo, pero en los septos de ciudades o castillos, se trata de verdaderas obras de arte, muchas veces con piedras preciosas y finas telas. Los creyentes encienden velas ante el o los altares de los aspectos de los que necesitan protección. Las ceremonias incluyen himnos y cánticos llevados a cabo por los miembros del clero.
Al dar nombre a un niño, siete aceites son usados para untar al infante. Las bodas son conducidas con los novios de pie ante los altares del Padre y de la Madre.
Una canción a los Siete:
El rostro del Padre es fuerte y severo,
juzga certero el bien y el mal.
Sopesa las vidas, las largas, las breves,
y ama a los niños.
La Madre regala el don de la vida,
vela por toda esposa y mujer.
Su sonrisa dulce aplaca la ira,
y ama a los niños.
El fuerte Guerrero enfrenta enemigos,
nos protege siempre en el vivir.
Con espada, escudo, con arco y lanza,
él guarda a los niños.
La Vieja es anciana y muy sabia,
y nuestros destinos contempla pasar.
Levanta su lámpara de oro rutilante
y guía a los niños.
Son los Siete Dioses, nos hacen a todos,
escuchan tus ruegos al rezar.
Cerrad pues los ojos, os cuidan, niños,
cerrad pues los ojos, vuestro sueño verarán.
Sólo cerrad los ojos, ellos os cuidarán
y vuestro sueño velarán
La Fe de los Siete tiene una estructura eclesiástica muy organizada y fuertemente integrada en el gobierno y la cultura de Poniente.
La Fe está dirigida por el Septón Supremo y un consejo de Máximos Devotos, de entre los cuales se elige al Septón Supremo, quien abandona su nombre cuando es elegido. El Septón Supremo utiliza el Gran Septo de Baelor en Desembarco del Rey, un gran edificio de mármol blanco con siete torres de cristal que sirve como sede central de la Fe. Antes de la llegada de los Targaryen, la sede de la Fe era el ornamentado Septo Estrellado en Antigua, construido de mármol negro con ventanas de vidrios tintados y arcos apuntados.
Los clérigos masculinos de la Fe son llamados septones y tienen varias órdenes de devoción, cada una concentrada en un aspecto particular de los Siete. Por ejemplo, los septones devotos del Herrero llevan un pequeño martillo metálico en una cadena en torno al cuello. Las órdenes monásticas de septones viven en monasterios llamados septos, enclaves autoabastecidos controlados por los llamados Hermanos Marrones. Los septones sin septo recorren el campo predicando a cambio de comida y alojamiento. A veces se les llama Hermanos Mendicantes, y portan un pequeño cuenco metálico alrededor del cuello. De entre ellos se elige a los Máximos Devotos, de entre los cuales se elige a su vez al Septón Supremo.
Los clérigos femeninos son llamadas septas y también tienen varias órdenes de devoción, cada una concentrada en un aspecto particular de los Siete. Hay varias órdenes de septas, llamadas blancas, grises o azules, pero no se sabe a que aspecto de la deidad se dedican. Las septas a menudo sirven como gobernantas e institutrices en las casas de la alta nobleza. Los juicios de mujeres dirigidos por la Fe tiene septas entre los siete jueces.
Las septas de rango más elevado se cuentan entre los Máximos Devotos, lo que demuestra que tienen voz en la elección del Septón Supremo.
Las Hermanas Silenciosas son una orden de mujeres juramentadas al servicio del Desconocido que llevan votos de castidad y silencio. Ellas se encargan de los muertos, preparándoles para los funerales. No son consideradas septas. Las Hermanas Silenciosas son a veces llamadas Esposas del Desconocido. Su vestimenta es una túnica gris con capucha, manteniendo su rostro oculto, a excepción de los ojos.
Los Hermanos Mendicantes son hombres juramentados que eligen mendigar. Se visten con túnicas marrones. Predican y mendigan en los caminos a cambio de bendecir personas u objetos.
Antiguos Dioses
Los Antiguos Dioses de los Hijos del Bosque son numerosos espíritus sin nombre de las piedras, la tierra y los árboles. Se desconoce el nombre que los Hijos les daban y son conocidos como Antiguos Dioses en contraposición a los Nuevos Dioses traídos por la Fe de los Siete, que reemplazó su culto en casi todo el continente, excepto el Norte y entre los salvajes más allá del Muro.
Los Antiguos Dioses eran venerados en todo Poniente por los Hijos del Bosque desde antes de la historia escrita, miles de años antes que los Primeros Hombres llegaran desde el este. Los Primeros Hombres talaron los bosques de arcianos como parte de la guerra en contra de los Hijos del Bosque. Al pasar el tiempo, los Primeros Hombres hicieron las paces con los Hijos del Bosque. Al pasar el tiempo, los Primeros Hombres hicieron las paces con los Hijos del Bosque y adoptaron sus dioses.
Tras la llegada de los Ándalos a Poniente, los espíritus recibieron el nombre de Antiguos Dioses y la práctica de su culto quedó restringida al Norte y a las tierras de más allá del Muro, a excepción de algunas casas sureñas como los Blackwood.
Los matrimonios concertados en las Ferias de Viudas entre soldados norteños y viudas de las Tierras de los Ríos, durante el reinado de Aegon III Targaryen, contribuyeron a reavivar y extender el culto a los Antiguos Dioses al sur del Cuello.
Los Antiguos Dioses parecen ser una religión animista. Los antiguos verdevidentes de entre los Hijos del Bosque eran considerados una especia de chamanes, y se dice que podían comunicarse con los animales y aves, y ver a través de los ojos de los arcianos. Estos árboles son sagrados y constituyen el cuerpo de los dioses y que es a ellos donde va la persona al morir, convirtiéndose en parte del bosque. No hay organización, clero, movimientos evangélicos o textos sagrados, pero los seguidores pasan algunas tradiciones de generación en generación.
Algunas acciones, como el incesto, el asesinato de alguien que lleve la misma sangre que el asesino y la trata de esclavos se consideran ofensas a los dioses, mientras que las leyes de hospitalidad eran sagradas y respetadas.
Los arcianos con rostros tallados en la corteza se denominan árboles corazón y se consideran sagrados. Las oraciones, juramentos y matrimonios se realizan en presencia de un árbol corazón. Los rostros fueron grabados en los bosques de arcianos por los Hijos del Bosque, pero se desconoce su significado o propósito. En la antigüedad, todas las casas nobles tenían un Bosque de Dioses con un árbol corazón en el centro, pero la mayoría de las familias dejaron de venerar a los Antiguos Dioses para pasar al culto de la Fe, por lo que estos bosques se han convertido en simples jardines.
El Dios Ahogado
El Dios Ahogado es una deidad venerada sólo en las Islas del Hierro de Poniente. El culto al Dios Ahogado es antiguo, existiendo desde antes de la invasión de los Ándalos.
Los Ándalos que invadieron las Islas del Hierros se convirtieron al culto local en vez de imponer la Fe de los Siete, como pasó en el sur de Poniente. La religión del Dios Ahogado sirve de apoyo a la cultura de piratería naval de los Hombres del Hierro.
Como los Hombres del Hierro, el Dios Ahogado es una deidad dura y fuerte que les creó para violar, saquear y conquistar reinos, lo que ellos laman las Antiguas Costumbres. El Dios Ahogado en sí mismo se cree que trajo la llama desde el mar, y navegó por el mundo a espada y fuego. El enemigo eterno del Dios Ahogado es el denominado Dios de la Tormenta, que reside en las nubes con los cuervos como sus criaturas. Se dice que las dos deidades han estado en conflicto por milenios y el mar se agita rabioso cuando se enfrascan en la batalla. Sin embargo, así como el Dios Ahogado, no muchas personas fuera de las Islas del Hierro creen en el Dios de la Tormenta.
Según la fe, los hombres del hierro forman una raza diferente al resto de humanos. El sacerdote Sauron Lengua de Sal aseguraba que los habitantes de las islas no procedían de otras tierras, sino de las estancias del Dios Ahogado bajo los mares.
Cuando un hombre del hierro se ahoga, se dice que el Dios Ahogado necesitaba un guerrero. El difunto está ahora en las estancias acuosas del Dios Ahogado y las sirenas atienden todos sus deseos.
Los sacerdotes del Dios Ahogado bendicen nuevos barcos invocando a su dios y vertiendo agua salada en sus cubiertas.
El ahogamiento y la resucitación son dos rituales muy importantes en la religión del Dios Ahogado. El ahogamientos es el metódo tradicional de ejecución utilizado por los Hombres del Hierro, pero también se le considera un acto sagrado. Los recién nacidos son ahogados poco después de nacer sumergiéndolos en agua salada, aunque algunas familias nobles simplemente vierten agua salada sobre la cabeza de los niños.
La letanía propia de las bendiciones es:
Sacerdote: Señor Dios que te ahogaste por nosotros, permite que tu siervo renazca del mar, como renaciste tú. Bendícelo con la sal, bendícelo con piedra, bendícelo con acero.
Respuesta: Lo que está muerto no puede morir.
Sacerdote: Lo que está muerto no puede morir, sino que se alza de nuevo, más duro, más fuerte.
En su manuscrito La Piedra Extraña, el Maestre Theron sugiere que la religión del Dios Ahogado se origina en los padres submarinos, denominados los Profundos.
Durante la Invasión Ándala, la Fe de los Siete se introdujo en las Islas del Hierro, con un éxito a medias. Con el tiempo, incluso la mayoría de los ándalos de las islas adoptaron la religión nativa del Dios Ahogado.
La dinastía de la Casa Hoare, muchos de los cuales apoya la Fe, fue mal vista por los seguidores del Dios Ahogado. El rey Horgan Hoare, conocido como Matasantos, se ganó el apodo al masacrar a los seguidores del Dios Ahogado que habían atacado a los seguidores de la Fe. El rey Harmund II Hoare, adoraba tanto al Dios Ahogado como a los Siete, haciendo referencia a "los Ocho Dioses". Con la oposición de los seguidores de ambas religiones, finalmente Harmund consideró el Dios Ahogado ser un aspecto más del Desconocido. El Alcaudón llevó a los hombres ahogados a renunciar a la fe y rebelarse contra Harmund III Hoare. Halleck Hoare, el Rey de las Islas y los Ríos, pasó la mayor parte de su tiempo en las tierras ribereñas, y sólo nominalmente apoyaba al Dios Ahogado.
Después de la muerte del hijo de Halleck, el rey Harren Hoare, durante la Guerra de la Conquista de la Casa Targaryen, el sacerdote Lodos decía ser el hijo viviente del Dios Ahogado. Lord Vickon Greyjoy permitió que la Fe de los Siete volviera a las Islas del Hierro tras las consecuencias de la Conquista. A cambio de la derrota de un segundo Lodos por Lord Goren Greyjoy, el rey Aenys I Targaryen permitió a los hijos del hierro expulsar de nuevo a la Fe de los Siete de las Islas del Hierro.
Puerto Noble tuvo un septo de la Fe en el momento de la Rebelión Greyjoy, pero no fue reconstruido después de su destrucción durante la guerra. El Dios Ahogado es de nuevo la deidad predominante adorada en las islas.
Los Hombres Ahogados son los sacerdotes del Dios Ahogado. Visten togas con manchas verdes, grises y azules. Llevan porras hechas con maderas de naufragios durante las batallas y pellejos con agua salada para realizar rituales. Los clérigos son sumergidos una segunda vez en agua salada y recuperados mediante una primitiva resucitación cardiopulmonar.
Caballería
Un caballero es miembro de una tradición guerrera reconocida y reputada en los Siete Reinos. Es un guerrero armado, generalmente a caballo, que comúnmente jura defender los valores de la Fe de los Siete, usualmente tras una vigilia en el septo y ante un septón, actuando otro caballero como padrino y valedor.
Al contrario de la nobleza, el rango de caballero no es hereditario y es posible que un bastardo pueda convertirse en caballero, por lo cual es una oportunidad para destacarse por mérito propio. El título asignado a los caballeros es el de Ser
La caballería tiene sus raíces en la cultura de los Ándalos, y se cree que pudo haber sido traída a Poniente durante la Invasión Ándala. No obstante, las leyendas de la caballería en el Dominio aseguran que la caballería llegó por el Primer Caballero, John el Roble. El éxito militar d elos caballeros montados de los Ándalos y su armamente de acero resultó vital para la conquista de la mayor parte del continente. La influencia de los Ándalos en la cultura ponientí ha hecho de los caballeros la columna vertebral de la guerra en los Siete Reinos. Sin embargo, la caballería tiene menor significado cultural en las zonas de Poniente que tienen menos asimilada la cultura ándala, como el Norte y las Islas del Hierro.
El proceso tradicional para convertirse en un caballero consta de tres etapas:
Paje: Un niño que se convierte en paje normalmente se une a un caballero, quien pasa a ser su mentor. Los hijos de muchos caballeros y señores son enviados como pupilos con parientes o aliados, mientras que otros pajes sirven a sus propios padres. Como pajes, realizan sencillos recados para el caballero, quien a su vez comienza a adiestrar al paje en habilidades vitales, tales como la justa y la esgrima.
Escudero: Al llegar a la adolescencia, normalmente el paje pasa a ser escudero. Los escuderos aprenden cómo cuidar y usar apropiadamente las armas, las armaduras y los caballos, así como aprender sobre la caballería. En tiempos de guerra, los escuderos se unen a sus amos en la guerra, ayudándoles con su equipaje e incluso luchando a su lado en batallas. Algunos escuderos nunca deciden convertirse en un caballero por completo, optando por vivir el resto de sus vidas como escuderos. Esto puede ser debido a que el individuo no tiene la inclinación a vivir el estilo de vida marcial de un caballero, o no tiene los fondos para equiparse adecuadamente.
Titulo de caballero: Cualquier caballero puede proclamar a otro hombre caballero por la razón que elija. Esto sucede generalmente cuando un escudero llega a la edad adulta y su amo lo considera digno de aceptar las responsabilidades de un caballero. Un hombre que no ha sido criado en la tradición caballeresca también puede ser nombrado caballero como una recompensa por el servicio prestado. Esto a menudo se concede a los soldados, bastardos u otros plebeyos que han mostrado valentría o han realizado una gran hazaña. La caballería se considera valiosa para los plebeyos, ya que eleva su posición social. En este caso, y si el título viene acompañado de tierras o un nombramiento hereditario, el nuevo caballero debe elegir un apellido y un emblema, que transmitirá a sus hijos.
La caballería es considerada como una posición marcial, por lo que ni siquiera los hijos de los señores más poderosos son necesariamente caballeros si son incapaces de cumplir los requisitos. Hacerlos de otro modo perdería el honor en lugar de ganarlo, y haría que un señor y su familia se mantuviera en ridículo.
El caballero es una figura asociada a la religión de la Fe de los Siete; debido a que las casas nobles más antiguas del Norte veneran a los Antiguos Dioses, no existe la figura de caballero, salvo algunas excepciones.
La ceremonia de nombramiento de caballero puede ser simple o más elaborada.
Normalmente, para ser ungido como caballero el aspirante deberá pasar una noche de vigilia en el septo, sentado de rodillas frente a la estatua del Guerrero, quien es el dios de los guerreros y caballeros, poniendo la armadura y la espada a los pies de la estatua. Al día siguiente, el padrino coloca una espada en el hombro izquierdo del aspirante y la levanta con un solo movimiento hasta el derecho; es en este momento en el cual el aspirante hace un juramento sobre sus votos, a partir de allí, el aspirante se levanta como caballero ungido. Algunos caballeros recién nombrados también son ungidos en los siete óleos por un septón.
Una de las formas de ungir un caballero comienza con quien procede al nombramiento (debiendo ser siempre un caballero) pronunciando el nombre del futuro caballero y el nombre de su familia, si lo tuviera. Entonces el se le toca el hombro derecho con la espada y se pronuncian las siguientes palabras, alternando los hombros con los que toca la espada tras cada frase:
"En nombre del Guerrero, os encomiendo ser valiente. En nombre del Padre, os encomiendo ser justo. En nombre de la Madre os encomiendo defender a los jóvenes y a los inocentes. En nombre de la Doncella, os encomiendo proteger a todas las mujeres"
Un caballero debe ser valiente, honorable, fiel a su palabra, leal a su señor feudal y defensor de la Fe de los Siete. En la práctica, la mayoría de los caballeros no están a la altura de sostener estos ideales altos y nobles. Muchos ni siquiera lo intenta, y buscan convertirse en caballeros principalmente por el prestigio y las oportunidades.
La caballería es uno de los pocos caminos para que los bastardos y el pueblo llano puedan mejorar sus perspectivas sociales y económicas, ya que no presupone votos seriamente restrictivos como el celibato o poseer tierras propias.
La habilidad con las armas es el aspecto más importante de la caballería. De los caballeros se espera que luchen cada vez que haya necesidad de ellos, tradicionalmente como caballería pesada, llevando armadura y, durante la lucha a caballo, puedan manejar lanzas, espadas y escudos. Algunos caballeros eligen luchar con otras armas, como hachas, martillos, mazas y arcos, aunque esto no implica que se les considere malos caballeros. Los caballeros son dueños de por lo menos un caballo y generalmente dos: un caballo de guerra feroz y un caballo más suave para una conducción diaria.
Un caballero porta un blasón en su escudo y en el jubón para identificarse. Por lo general, usan los blasones de la familia. Los que no tienen armas de familiares, o no desean usarlas, pueden crear unas propias. Estas armas personales a menudo representan la manera en que el hombre consigue su caballería o tiene algún significado personal. Muchos caballeros llevan grandes crestas en sus yelmos que embellecen el tema de sus blasones. Los caballeros ricos a menudo buscan distinguirse por el uso de armas y armaduras adornadas para hacer alarde de su condición.
Consejo Privado y Guardia Real
Guardia Real, Ser Griff Campodepatos
Guardia Real, Ser Stefford Tarth
Guardia Real, Ser Arthur Dayne
Guardia Real, Ser Humfrey Lefford
Guardia Real, Ser Jon Corbray
Guardia Real, Ser Thomas Bracken
Lord Comandante de la Guardia Real, Ser Doran Dalt
Consejero de los rumores, Lord Haldon
Mano del Rey, Lord Tyrion Lannister
Consejero de la Moneda, Lord Jaehaerys Targaryen
Consejero de los Edictos, Lord Garlan Tyrell
Consejero Naval, Lord Steffon Baratheon
Gran Maestre, Finneas
El Lord Comandante de la Guardia Real, está en el Consejo Privado también.