Partida Rol por web

Rafaela había salido corriendo en cuento pudo, muerta de miedo. Subió los escalones de dos en dos, tropezándose en el último cayendo de rodillas.

Auuu se quejó toda sudorosa por lo que acababa de pasar. Intentando levantarse del suelo para terminar de subir las escaleras sin lograrlo por ahora, estaba muy nerviosa y temblaba bastante. Hay algo que nos quiere hacer daño, la muñeca estaba viva, me hablaba, me hablaba y podía escucharla, era un niño seguro que era un niño!! hay que hacer algo, los está castigando! hay que hacer algo!! Chilló como si no hubiese mañana, con un timbre que hasta dolía. Las lágrimas le caían por las mejillas sonrosadas, y os miraba con ojos suplicantes. Ni se había percatado de si se había dejado alguien atrás o no.

Correr.
Todo se resumía a  correr.
Correr más allá de esta casa de locuras.
Correr lejos de los payasos y sus siniestras risas demoniacas.
Correr del viento súbito y de la silla que se movía sola.
Correr.

Mateo era retraído quizás hasta bordeando lo extremo, pero era gracias a esa aparente falta de comunicación con los que le rodeaban – de los cuales sus amigos presentes eran la excepción -, lo que lo hacía perceptivo al entorno.
Y es que claro, para quien no habla mucho, solo queda observar.

Mientras se desplazaba como un bólido  -al menos esa era su percepción -, escaleras arriba, el joven Mateo buscaba con sus incasables ojos que se asemejaban a dos nerviosos colibríes, un sitio en el cual cobijarse, al menos por un momento hasta que pudiera volver a pensar con más claridad.

Asustado en extremo y preso de el horror que le rodeaba, se obligo a no gritar mordiéndose los labios con fuerza, y sin saber bien porque, deseo que su padre estuviera allí y que le abrazase con sus poderosos brazos como escudos.

Busco alguna salida, una puerta escondida, algo que me permita esconderme de manera efectiva.

La situación parece ir hacia  la misma orientación. Mientras todos parecen subir las escaleras y escapar de tan horrible escenario, Mateo, quien desde hace rato no habla, os pasa de largo aterrado, sus ojos están llenos de lágrimas y  parece no estar en sus cinco sentidos, casi de manera psicótica, y  desproporcionada se lanza sobre la puerta que esta frente a todos ustedes, y esta se abre de un golpe.

José, Rafaela y Noelia lo siguen, asustados, casi al punto de sentir como sus pequeños corazones palpitaban  frente a eso que acababan de ver, posible no entendían lo que sucedía, posible era demasiado para unos niños.

José  a pesar de todo siente que debe seguir, por su hermana, así que dando muestras de valentía camina con miedo, pero no nublado, Noelia esta igual que él, asustada, pero aún consiente, mientras que Rafaela está al borde de ponerse a llorar, no está en un ataque de pánico, pero siente que su corazón le duele, siente que esto es demasiado para ella.

Cuando se abre la puerta, gracias a la acción de Mateo (quien curiosamente ha buscado un  espacio detrás de la puerta para esconderse), se ve el siguiente escenario.

_{(escena identica a la imagen)}

Es un cuarto iluminado por velas y faroles (de ahí la luz que vieron que salía de la escalera).   Hay una escalerilla de tres escalones que baja hacia un piso de piedra. Parece un taller, hay maniquís de fina manera y bien tallados por todas partes, algunos son títeres desarmados, como esa pelirroja, cuya cabeza de manera macabra esta en sus piernas. Algunos muñecos cuelgan al rededor, unos de trapo, otros de porcelana, otros de madera. Hay también ropa, disfraces, máscaras, cajas con curiosos objetos, y otras con contenidos no tan visibles.

Hay un telar (como el que usó la bella durmiente), unos rieles curiosos cruzan la mitad de la estancia, y llevan algún sitio (no visible) que cruza  debajo de la escalerilla.

Al fondo hay un títere grande (tamaño humano) en forma de costurera, que está con rostro feliz frente a su máquina de coser, y frente a ella un perro marioneta de metal.

Todos se encuentran en  el sector de la puerta. Mateo está escondido detrás de la puerta abierta (pero dentro del cuarto), esta llorando y tiembla, sentado, escondiendo su cabeza entre sus piernas y sus brazos.

Rafaela esta ahí respirando con dificultad, aterrada frente a la nueva habitación, no le gusta nada, luego de lo que acaba de escuchar.

José y Noelia estan más alertas, no tan asustados.

Asombrada y algo temblorosa, observa la nueva habitación que se abre a sus ojos. Mira a todos lados, observando los muñecos.Con mucho cuidado avanza hacia lo que parece una carretilla en una via de tren, mirando el caballito en la barandilla, pero sin tocarlo. Tiene mucho miedo y no quiere tocar nada. Lo que dijo rafaela de que la muñeca le hablaba, la ha aterrorizado.

-No me gusta..estos no son juguetes, este sitio es muy feo.

Acercandose con cautela a la carretilla., y mirando los rieles.

-Es como un tren y su via, pero ¿a donde van y de donde vienen?

Corro de manera fulminante hacia el lugar, algo perdida de mi, todavía me cuesta creer como  la muñeca me hablo, cómo me la quitaron de las manos. Cuando ingreso al salón, lo primero que veo con terror, es esa muñeca grande con la cabeza en sus piernas.

Quiero salir de aquí... lloriqueo sensandome en el escalón y  temblando como una hoja, miro al rededor y me siento perdida, esto es horrible, ¿qué hice yo para merecer esto?, acaso fui muy mala niña?, no, hay más juguetes, y más ...

Miro a mis compañeros: me-me habló esa muñeca, me dijo que debiamos destruir algo-  no puedo casi hablar. Mi corazón palpita, siento que me falta la respiración. Habló de alguién,  algo así como Hasan, Jasan.. dijo que jugaba y hacia trampa. Esto último lo murmuro.

Trataba de recordar bien el nombre, pero no recordaba bien si se llamaba así..

Dijo que, había que destruir algo- miro a mis compañeros- pero cuando iba  a decirme qué, la cosa esa se la llevó a la caldera.

Mis ojos se llenan de lágrimas. Me siento muy cansada, y miro a los demás.

La carretilla tiene un saco con cosas adentro,  tratas desde donde estas ver algo de donde van las vias del tren, pero no ves nada,  aunque al parecer hay un sector debajo de las escaleras. Eso te dice tu lógica.

Pero no ves más, esta oscuro.

Escucha a Rafaela, y sus manos comienzan a temblar.Yo era feliz con mi mama, y ahora no esta cerca. Si ella lo supiera me ayudaría , seguro. temblando de miedo, al ver el maniquí armadura, en el otro lado de las vias, mientras se continua acercando para ver que contiene el vagón.

-Hay que buscar la puerta, y salir de aquí.

Mientras toca con cuidado, un saco que hay dentro de la vagoneta, palpando a ver que puede tener dentro.

Palpas el saco, sientes cosas metalicas, lo sabes porque suenan así. Abres el mismo, y ves partes como tornillos, tuercas, pedazos de metal pequeñito,  una mano mecanica que tiene todas sus articulaciones, pero que esta desconectada, hay cables, un ojo artificial de vidrio y un tarro de aceite mecanico (de esos que tu padrastro usa para lubricar cosas, cuando estan oxidadas).

José cerró la puerta detrás de sí cuando todo sus amigos entraron en la extrañísima sala. Quizás por la adrenalina del momento, las palabras que salieron de su boca ante la nueva escena no fueron de miedo, sino de fascinación.

- Guau.... ¡cuantas cosas!

Lo primero que llamó su atención es la plancha que hay en la barandilla de la escalera. Primero dejó el farol con la vela, ya prácticamente consumida, en el suelo. Allí tenían luz más que suficiente y no les iba a hacer falta. Entonces se acercó a la plancha y la tentó, intentando calcular si podría servir como arma*, ya que tuvo que tirar el palo en medio de aquél caos.

Escuchó las palabras de Rafaela y, por instinto, con una extraña sensación, se llevó la mano libre a la piedra extraña que llevaba en el bolsillo.

- ¡Rafaela! ¡No digas tonterías! ¡Las muñecas no hablan! - Él también lo había oído, pero tenía que ser un sueño, una alucinación, como decían los mayores, DEBÍA serlo. Iba a increpar de nuevo a la asustada chica, pero otra cosa volvió a desviar su atención.

Se acercó al escritorio y se quedó absorto mirando el extraño aparato que yacía en la mesa. Se aproximó aun más, intentando descubrir qué era. Y es que, aunque tenía miedo y prisa, era un niño y todo aquello le causaba una macabra e inquieta curiosidad.

El instrumento es algo extraño, es como una bombilla  con algo de luz dentro, la luz solo es un circulo que perdura. En el escritorio tambien hay partes de una muñeca desarmada, hilo, y una viga de madera que curiosamente parece ser la base para dos velas.

Mateo se había quedado escondido.
Aturdido y asustado, el pobre niño casi ni se percato del ingreso de sus amigos.
El ultimo en entrar fue el valiente José quien cerro tras de sí la puerta.
Ojala el pudiera ser como ese niño, tan decidido y valeroso.
O tal vez como Rafaela quien estaba dispuesta a enfrentarse a todo y todos por lo que quería.
Hasta la dulce Noelia había – de alguna manera -, juntado el arrojo necesario para hablar.
Pero no Mateo.
Mateo se mecía hacia adelante y hacia atrás de cuclillas contra la pared y rodeando sus delgadas rodillas con los flacos brazos.
¿Por qué no podía ser esto un sueño?
Querida ayudar a sus amigos, ¡Dios, cuanto lo deseaba!.
El debería estar buscando alguna herramienta que les pudiera servir para escapar de allí.
Alguna llave, o tal vez una pista que les permitiese encontrar a la pequeña Verónica.
….
Cerró los ojos con fuerza, resguardándose aun mas del entorno y como un experto nadador se zambullo en su propia alma, adentrándose mas y mas en su ser, con el afán de encontrar aunque no mas fuese una pequeña arista de valentía que le proveyese la luz que precisaba para sobreponerse a  esta pesadilla en la que ahora estaba envuelto

Poco a poco, a pesar de estar asustado miras a tus compañeros con los ojos nublados, no parece pasar "nada en especial" en ese cuarto, el olor a orin, pudo ayudarte a reaccionar, estabas hundido en tu propia miseria, pero poco a poco estas saliendo, miras al rededor, y ves ropa...

Mmm posible algunos pantalones de esos te sirvan para cambiarte...

Sea como sea, te estas calmando y reponiendo.

Pasan unos pocos minutos y este lugar parece no contener muchas sorpresas. Nada extraño parece ocurrir. Mateo y Rafaela, parecen más tranquilos, a pesar de que aún estan algo asustados.

Viendo que nadie le hacía caso y que encima Jose le había regañado se levantó de la escalera con tal de no pegarle un empujón, dirigiéndose directamente a la cabeza de mujer, aunque nerviosa, confusa y temerosa tenía que demostrar que era cierto lo que decía.  Antes de hablarle a esa "mujer" miró alrededor mientras sopesaba sus palabras. "Jopetaz mas os vale hablar!"

Hola? Alguien? Algún muñeco quiere que le ayudemos? ALGUIEN? Miró la cabeza de la mujer, que estaba sobre sus piernas, limpiándose el sudor de la frente con la manga de la rebeca. ¿Señora, disculpe, pero nos puede guiar? Por favor, llamaremos a nuestros padres para que los saquen de aquí, le aseguro que somos buenos chicos...Viendo que por ahora la mujer parecía no decir nada ni hacer nada se mesó el pelo revuelto ayudenos...y destruiremos a..hizo memoria intentando acordarse del nombre a Lazan

Llamas y preguntas pero parece que no recibes respuesta. Cuando nombras a Lazan, sientes una tensión en la sala. Si alguien te escucha, seguramente no quiere hablar, ó, estas son simples marionetas sin vida, no lo sabes.

Al mismo tiempo:

Comienzas a recordar toda la colección de cuentos infantiles que tienes en casa (*)

Cuando miras el lugar te es fácil reconocer un taller, hay partes de juguetes de madera tallados de diversas  formas, también hay de metal, es curioso, te hace recordar sobre la historia original de Pinocho, pues si bien se ha escrito mucho sobre ella, tu abuelo te había dejado una versión un tanto distinta del cuento.

Hace mucho tiempo existieron personas que se les llamaba alquimistas, personas que utilizaban los elementos, y eran muy poderosos. Los alquimistas querían dotar de vida a las materias inanimadas, es decir, aquellas que no tenían vida, creaban títeres para que ellos fueran sus esclavos. Los títeres por su parte solo querían ser humanos, pero los alquimistas tenían poder sobre ellos. En el cuento  Geppetto era el alquimista, y Pinocho el títere que quería ser un niño real. 

En la historia  Geppetto utilizaba magia y símbolos  para dar vida al títere, pues sentía muy solo y quería un hijo, pero detrás de la historia hay un trasfondo de conocimiento de magia. Las marionetas estaban presas en ese cuerpo de madera y solo los buenos actos las liberarían. (según la historia)

Caminas al rededor sin respuesta, te llama la atención que solo se escuchan ustedes, y a pesar de que son varios, aquí no hay ratas, no hay movimiento. Hay muchos lugares curiosos, sitios donde guardar cosas, y muchos repuestos.

Te llama la atención las vias del tren que llevan algun lugar debajo de las escaleras. Hay un un olor extraño, no en el cuarto, pero si cerca.

Ante los llamados de Rafaela a los muñecos hay mucho silencio. Se siente cierta tensión extraña cuando nombra  a "Lazan", pero no hay movimiento, no hay temblor, ni viento,  no hay nada es como si les permitieran estar ahí.