Partida Rol por web

La niña se sentía un poco insegura con las palabras de  ustedes, temblaba. ¿Las voces?,  pues-  Pues lo que ya les dije. Parecía muy nerviosa para repetir . Dicen... Dicen... que juega..

El ambiente de repente se pone más frío, el vapor  que sale de sus bocas de repente se puede sentir, hasta se ve como la espiración de la pobre Olga también se vuelve vapor, y ante los ojos de los que conversan con ella, se pueden dar cuenta que detrás de ella se forma una bruma oscura, un ser espantoso.

Tratan de decir algo, pero no pueden, la niña no entiende sus gestos.

La niña no parece darse cuenta de ello, hasta que mira hacia abajo y ve algunas sombras que se cuelan entre sus pies,  con cara de terror los mira, y es en ese momento que la criatura la toca, y  ella se paraliza, como si de repente fuera de cristal. 

Los  ojos de Olga siguen moviendo a pesar de que su cuerpo está paralizado, lo cual le da miedo,  y más cuando la criatura habla.

SSsolo están vivosss, porque así lo he desseado. Su rostro es espantoso, y la voz suena  gruesa y gutural. Pero correrán la misma sssuerte que todos......

Y en ese momento de detrás de él saca una marioneta, es muy parecida a Veronica y  la muestra como un trofeo. Sonríe al ver la expresión de José.

Nuncaa podrann desssstruirmeee.....

Salvenmeee, no  le creannn, hace trampa, hace trampa- la misma voz de Veronica suena adentro de la muñeca-

Caaaalllaaaaaaateeeee, teeee destruireeeeeee

Y sin que puedan hacer mucho la criatura se vuelve negro humo llevándose a Olga y a Verónica hecha marioneta, mientras ustedes sin poder hacer nada, ven como el oscuro humo se cuela por el gran hueco que hay en el piso.

Lo único que queda en el sitio donde estaban, era una caracola de las que Verónica ese día recogió.

José abrió la boca y quiso gritar cuando vio a Verónica, pero el terror causado por el terrible monstruo lo dejó paralizado. Cuando desaparecieron, el cerebro del niño y reaccionó, y este salió corriendo como una bala hacia el lado en el que hace poco había estado la pequeña.

Llegó casi tirándose de rodillas, agarrando la conchita que había caído el suelo, llorando.

- ¡Veve! ¡Malo! ¡¿Por qué eres malo?! ¿Por qué te llevas a mi hermanita? - José lloraba de rabia y gimoteaba, golpeando contra el piso de madera.

Al instante se levantó, lleno de furia y empezó a buscar por todas partes una forma de bajar. "Tengo que perseguir el humo, tengo que encontrar a Verónica" Sus ojos estaban medio cerrados por la rabia. Nunca había estado tan enfadado, ni cuando su padre le castigaba. Aquél hombre... aquél hombre...

Mateo no lo puede creer.
Una criatura horrorosa, deforme, se ha aparecido tras la pobre niña perdida a la cual estaban hablando.
Una criatura fea y malvada que tiene presos a muchos niños.
Verónica, la pequeña Verónica, vuelta marioneta y presa entre los dedos malformados del ser grita que no le hagamos caso, que hace trampa.
Y la criatura, la cual se violenta ante el pedido de la niña – marioneta, se evapora yéndose tan rápidamente como apareció y con él la niña perdida y la pequeña Vero.
Todo pasa rápidamente, tan rápido que Mateo ni siquiera tiene tiempo de tener miedo.
Estupefacto, con la vara de hierro colgando torpemente de su mano, Mateo mira hacia abajo, hacia donde ha huido el ser con sus cautivas.
Una ira primitiva despierta entonces en el centro de su ser.
Es como una pequeña chispa al principio, pero va aumentando con rapidez.
Su combustible, todas las frustraciones y los malos recuerdos que ha vivido el niño.
Mateo se mantiene tenso, sus ojos se humedecen ante la impotencia, mira hacia abajo, hacia abajo donde piensa debería ir.
La barra de hierro pesa mucho en su mano.

Siente un escalofrio que recorre su cuerpecito, colocandose detras de Mateo, presa del pánico en un principio, pero que consigue controlar. ve la marioneta hablar, con la voz de Veronica.

-¿Era el hombre del saco?¿Tiene a Veronica?

Saliendo tras de José y mirando el hueco por el que se ha esfumado el hombre del saco con la niña y con la marioneta.

-No entiendo que trampas hace¿por que ha dicho eso la muñeca que hablaba con la voz de Veronica?¿estamos jugando a un juego?

La niña apenas había tenido tiempo de coger la pieza que era la última si mal no recordaba. LA TEN…pero su voz_ animada en un principio, sonó quebrada al fin go…musitó observando la extraña figura de un anciano o algo que se le parecía por la piel arrugada que se formaba detrás de la niña. Pese a que todos intentaron alertarla, Olga no se dio cuenta alguna, y acabó siendo arrastrada por esa nuble oscura, junto con un muñeco muy parecido al de verónica, que había hablado como ella. ¿La había convertido en una muñeca?¿era eso lo que hacía? Pero..pero eso a ella no le sonaba de nada.

Intentó correr para agarrar a la niña, o eso es lo que estaba pensando, pero no pudo moverse mas de unos pasos antes de que la caracola rodase ligeramente al quedarse en el suelo.

No….no….Levantó el bastón mientras intentaba no ponerse a llorar de rabia tu no eres nadie!! Solo mientes!! Eres un mentiroso!!! Solo juegas, pero nosotros no somos juguetes!!!  NO LO SOMOS!!! Golpeó el aire repetidas veces con el objeto, mientras el candil se movía balanceándose una y otra ve_ en su brazo que era donde lo había enganchado, por la asidera. ELLA ESTÁ BIEN, NO ES TU MUÑECA!!

Sin embargo, a pesar de la situación, ninguno se paraliza,  ven que se ha ido por ese hueco, y ahora conocen el rostro del enemigo.

José golpeó el suelo varias veces con el martillo, lleno de furia. Cuando estuvo algo desahogado, con lágrimas en los ojos, se levantó y miró con furia hacia Rafaela, que había estado allí todo el rato. Dejó caer el martillo y la plancha y se dirigió hacia la niña, con los puños apretados.

Cuando llegó hasta ésta empezó a empujarla, aunque apenas la movía con su poca fuerza, mientras le imprecaba.

- ¡¿Por qué no has hecho nada?! ¡¿Por qué te has quedado quieta?! ¡¿Por qué?! - El pequeño daba empujones pequeños mientras su llanto se derramaba por su rostro, gritando de dolor y rabia. - Se la ha llevado por tu culpa... se ha llevado a Veve por tu culpa...

Pero pronto los empujones y los golpes se convirtieron en estertores y José se agarró y se abrazó a la niña, esperando el consuelo de ésta, mientras todavía lloraba.

- Se la ha llevado...

Mateo se había mantenido al margen de la situación – en su mundo -, mientras sus amigos iban respondiendo según sus emociones a lo sucedido.
El más afectado, por supuesto, era José quien había vuelto su impotencia hacia Rafaela.
Mateo al ser hijo único, no sabía lo que era tener un hermano mayor que te protegiera siempre, la pequeña Verónica era afortunada al tener un hermano como José. Mateo pensaba en esto y más cosas mientras veía a José llorar.
No se merecían esto, ninguno de ellos se dijo con bronca.
Se acerco entonces al niño y apoyándole con suavidad la mano en el hombro le dijo:
Vamos José, ayudemos a tu hermanita y salgamos de aquí para volver a casa.

Observa y escucha como José, paga sus desesperación con Rafaela, poniendose sus ojitos llorosos, pero sin terminar de arrancar, mientras Mateo intenta que este se calme.

-¿Como vamos a bajar tras el?Para buscar a Veronica tenemos que ir por donde se ha ido, y esta muy hondo para dar un salto. Por algún lado tiene que haber una puerta o un hueco para poder salir de aquí. La niña, Olga, entró por algún lado. Vamos a buscar todos, a ver si encontramos la puerta.

Acertadamente Noelia propone a sus amigos el buscar un lugar para bajar.
Es increíble como en situaciones tensas uno se olvida de las cosas más sencillas.
Hay un pozo, un pozo hondo (demasiado), y deben bajar.
Mateo mira a la niña que ha hablado y asiente con la cabeza mientras deja el lugar en el que estuviera junto a su amigo y se dedica a buscar una forma de bajar por donde se llevaron a la pequeña Vero.

Impotente por la situación con José, hago un largo silencio como si en cierta forma tratara de darle la razón, no pude hacer mucho, estaba lejos y realmente quise hacer más pero no pude, quise decirle que lo lamento, pero no me salió,  fue entonces que antes de bajar con los demás. Leo en voz alta lo que decia esa tabletilla, “Sólo los que vencen sus propios miedos destruirán a la bestia”

Tomo la ficha,  la tercera, igual a la que Noelia le saco a las manos del muerto, y luego bajo detrás de ellos.

Luego de buscar, se dan cuenta de dos asuntos, el primero, es que la puerta esta cerrada y al parecer es peligrosa, pues esta arqueada, por tanto se dan cuenta que lo mas facil es bajar por el hueco, las escaleras no estan del todo rotas, por tanto con cuidado bajan paso a paso, y lo que ven los deja estupefactos.

_{(imagen identica a la situación)}

¿un teatro?, ¿un enorme teatro?

Tiene unos 150 metros, es ENORME, cuando bajan ven mesas rotas, caidas de medio lado, un total desastre. Al fondo esta el teatro. Grandes ventanales  iluminan al fondo, mientran no parece moverse nada.

La tensión se puede cortar con un cuchillo.

Las cortinas estan cerradas.

Hay algo visible cerca. Esta misma figura empotrada en la pared.

José se reconfortó con las palabras de sus amigos y, recordando que él era el valiente, decidió calmadamente ayudarles a buscar una salida. Cuando vio las escaleras las bajo con mucho cuidado, ayudando a Noelia que era la más torpecita del grupo.*

Cuando llegó a bajo tenía una mezcla de sentimientos que cruzaban por su cabeza: miedo, asombro, excitación. "¡Un teatro, un teatro!" José solo había estado un par de ocasiones en uno, con el colegio, y aquella visión resultaba realmente emocionante, pero rápidamente toda su atención se concentró en un punto, la extraña calavera con la que había empezado toda aquella aventura.

Salió corriendo hacia allí, llamando a sus amigos.

- Ey, ey. ¡Traed las piecitas raras, rápido!

Me encontre esta en la parte de arriba. Dice Rafaela sacandola, mirando a lado y lado temerosa.

El nuevo ámbito era aun más sorprendente que el resto.
Y de enormes dimensiones.
¡Nada menos que un teatro!, donde otrora hermosas sillas ahora rotas y largas telas de araña evidenciaban el desuso que el lugar soportaba.
Una vela de trémula luz iluminaba las cercanías en donde el grupo de niños se encontraba y mas allá entre los vidrios cuadrados de dos enormes ventanas se colaba la luz nocturna de lo que quizás fuese la luna.
Un chorro de luminiscencia azulina que dejaba ver el polvo que flotaba sobre el recinto.
Mateo embelesado por lo que lo rodea, tarda unos momentos en darse cuenta de que sus amigos están discutiendo acerca de algo al parecer de mucha importancia.
¡Es la calavera y el circulo de piezas!, la misma que vieran junto al cementerio de muñecos antes de perder la conciencia.
Sus amigos llevan las piezas sueltas que faltan y eso es bueno ya que quizás sean la llave que les permita salir de allí.
Por otro lado aun no saben donde este la pequeña Vero.
¿Quizás tras el enorme telón de terciopelo cubierto de polvillo?
¿o tal vez tras cruzar la pequeña puerta que hay al fondo de la habitación?, una pequeña puerta junto a la cual hay un piano.
Y un estático ¿muñeco?.
Mateo sin dejar de mirar hacia allí le habla a sus amigos en general elevando la voz solo lo necesario para hacerse escuchar.
¡Chicos, chicos!, miren hacia allá, - dice señalando la puerta -, por ahí ha debido escapar con Vero, vamos no perdamos el tiempo.
Si la encontramos, podremos usar las piezas para salir de aquí.
Y sin más, Mateo comienza a caminar hacia allí.
Despacio, y sin dejar de mirar hacia todos lados.