Partida Rol por web

Ratoncitos

Acto 1: Las lindes del tiempo.

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17/05/2019, 20:16
Nepos El Sagaz

El muchacho hizo caso omiso e intercambió una mirada con Manos Torpes. Al fin y al cabo, ella era la supuesta sanadora del grupo. La muchacha asintió y él abandonó el peso del caldero en las manos del anciano que se tambaleó antes de alzarlo. El muchacho silbó internamente "vaya con el viejo.

-Bueno, pues entonces me pongo a ello mi sargento. Beba algo y quítese esa armadura para que le dé el aire en los...-

Se detuvo al contemplar el rostro del sargento: Un muñeco roto. Hundido en las sombras e inmóvil, la derrota estaba clara en cada uno de sus gestos.

Y sin decir más, el muchacho abandonó la calidez del refugio y se internó en la oscuridad.

 

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17/05/2019, 23:05
Olessia

Notas de juego

Perdona, pero no entiendo. Primero, ¿qué es "áras"?Y segundo, si quiero esquivar el cable, ¿qué tiro?

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18/05/2019, 03:51
Director

Notas de juego

Sin problema. Pues puedes tirar lo que veas para esquivar (Siempre que lo justifiques.) El Áras, por otro lado, es uno de los tres pilares de la Aetergenia. En este caso, es algo ligeramente parecido a nuestra electricidad.

Está todo en la sección Aetergenia para el hombre que tiene prisa.

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18/05/2019, 20:07
Olessia

El estupor inicial dio paso al miedo. Puro, salvaje. Aquella sensación que tomó cuerpo en una inmensa columna, o serpiente, o lo que fuera, danzando frente a nosotras, siseando amenazadora. 

Y atacó, lanzando una andanada de energía como un latigazo gigante, sobrenatural. Comprendí que aquella fuerza tenía que ser parte de lo que había cambiado la faz de la Tierra alguna vez, la energía hecha rayo, el Áres divino, así la habían llamado los Sabios y Prohombres. Yo nunca la había visto, o sentido, nunca antes. 

Y estaba en su estado más libre, más desatado.

Salté, me retorcí como la ola que caracolea entre las rocas, intentando sortear el embate. Si me rozaba esa fuerza colosal, moriría, y no quería morir. Esquivar el trallazo, sobrevivir...

- Tiradas (1)

Notas de juego

Ok, gracias por las aclaraciones.

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19/05/2019, 04:16
Sílex

- ¡¡Cuidado!! - Gritó Sílex. - ¡Tenemos que intentar esquivarlo si queremos salir de aquí con vida!

Sílex también tenía miedo. Mucho miedo. No había visto esa magia desde... Desde... Desde... Que había abandonado su hogar sin volver a mirar nunca atrás. Antes de que pudiese darse cuenta, los cables de Áras se habían abalanzado sobre ella sin que pudiese esquivarlos. No pudo sortear el embate de energía. Aunque tampoco quería morir, e intentó que, aunque le acertasen, lo hiciesen de la forma más suave posible.

- Si tengo que morir yo, que así sea. - Se dijo. - Espero que vosotras sobreviváis y que toda la Invicta lo haga.

Se le cayeron lágrimas de los ojos al sentir el latigazo en sus miembros y gritó. Gritó de dolor. El dolor más salvaje que había experimentado nunca hasta entonces.

- Tiradas (1)
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19/05/2019, 10:19
Dasha Schulz

Y el monstruo seguía acercándose. Podía oírlo, podía sentirlo. Las dos mujeres trataron de tranquilizarle hablándole de la extraña máquina, pero entonces lo sintieron, un miedo primigenio que les ponía la piel de gallina.

-Ya está aquí- alcanzó a decir al tiempo que discernia una figura alta, más negra que la oscuridad y ondulante. La serpiente Muerte cruzó por su cabecita a la vez que el fuerte crepitar parecía dar vida a unos cables que se abalanzaron sobre ellas.

Rápidamente trató de dar con algo que pudiese hacer de escudo, o en su defecto de empujar alguna estantería que pudiese atraparlos.

-¡Rápido, subamos!-
Instó a Olessia y Sílex en un acto desesperado. No estaba segura de que aquello pudiese salvarlas. El monstruo ascenderá más rápido que nosotras pensó sin querer creerlo del todo, pues no veía otra opción de huida.

- Tiradas (1)
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23/05/2019, 00:00
Sargento Miller

Tal vez era hora de hacer caso. Me quité las hombreras de cuero, y la vieja armadura de combate. Era ligera y conservaba bien el calor. Útil para temperaturas extremas, pero en estos momentos donde el ambiente tenía una temperatura promedio era un infierno. Estiré las piernas y volví a tomar agua. El gesto que tuvo el Emeth con Hegan me pareció admirable. Estaba extenuado ya, en sus ultimas también. Era admirable como no se dejaba vencer, estaba casi seguro que había padecido de alguna enfermedad, no parecía alguien tan débil, pero sin embargo, su cansancio se notaba genuino, y era la única explicación de su deterioro.

Yo no era quien para juzgar, tenía mís propios problemas. Me había quitado aproximadamente 5 kilos, y aun los sentía en la espalda. Esperaba que en cualquier momento apareciera Nepos a aliviar mí culpa, con la cabeza dorada de Dasha asomandose por la puerta y guardando agua en su cantimplora.

- Siempre he sido fan de delegar cosas. Uno debe confiar en su gente - comenté al aire. Sin esperar a que nadie me respondiera - e incentivarlos. Pero hay cosas que no se sentirán bien sino las hace uno mismo - vierto un poco de agua sobre mí cara y me levanto. El cuello de la franela negra se humedece y de el cuelgan dos placas con mis identificaciones. El código de mí unidad, mí nombre y tipo de sangre.

Uno no llegaba lejos sino se esforzaba por ello, y dios sabía que me había esforzado por todo. No era muy listo, ni muy valiente, ni muy fuerte, pero era bastante terco en cuanto a lo que se podía hacer y lo que quería lograr. Encontraría a Dasha aunque tuviera que incendiar el maldito pueblo.

- Cuida de esos dos, jovencita. Y cuando alguien vuelva, impide que vuelvan a irse. Ya está muy oscuro - dejé a manos torpes de encargada. Y me marché. No tenía ninguna pista, pero nunca la tenía. Buscaría con más ganas. 

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24/05/2019, 02:11
Director

El sonido de un fuerte chispazo y el grito de Sílex resuenan en el viejo sótano al tiempo que varias luces parpadean aleatoriamente confundiendo vuestra mente. Más cables avanzan por el suelo, deslizándose rápidamente hacia vuestra posición con movimientos casi espasmódicos.

Los más cercanos comienzan a alzar sus cabezas brillantes como si un hilo invisible tirase de ellos. Olessia esquiva como puede las embestidas y agarra el cuerpo  de su compañera ignorando si está viva o muerta. La mente de Sílex es un océano de dolor, calor y calambres espasmódicos que retuercen su cuerpo. El impacto del Áras contra su piel ha chamuscado la carne y el brazo entero le arde como si un enjambre de insectos lo estuviera devorando.

Quiere gritar. Pero sus labios no se mueven. Quiere cerrar los ojos llenos de polvo y escoria del suelo... pero permanecen abiertos, atascados hasta que se sequen o algo se los arranque.

La pequeña se abre paso esquivando a sus atacantes y se dirige a la monstruosa máquina que yace en el medio de la habitación. Intenta trepar,  lo intenta una y otra vez. Aferrando los cables y tubos que se desprenden en sus manos y revelan un interior enmarañado de filamentos verdosos conectados a cabezales de color rosado y naranja. Sin pararse a reparar en las entrañas de la máquina, la ñiña saca su tesoro e ilumina la pared más cercana, donde la silueta de una puerta queda a la vista tras una de las estanterías.

 

 

Notas de juego

https://soundcloud.com/tobiaslilja/there-is-no-oth...

 

Asumo que lleváis a Sílex. Si no es así, comentadlo y lo edito.

Sílex, sufres dos heridas graves. Es decir, si no te sanan de alguna forma, podrían convertirse en 4 heridas, con lo que morirías.

Perdón por teneros en vilo.

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24/05/2019, 09:55
Dasha Schulz

Era imposible subir por aquel cacharro. ¿Qué narices era aquello? No tenía ni idea, y tampoco tenía tiempo de quedarme para averiguarlo. Una de nosotras ya había sido herida, tal vez ya estuviese muerta, era difícil saberlo con tanta oscuridad. ¿Dejarla allí? Era una opción. Desde luego parecía lo más razonable si la vida ya se le hubiese escapado, pero si seguía viva ...

Saqué la piedrecita luminosa, aún arriesgándome a que ellas también la deseasen y pretendiesen quitármela. La tenue luz descubrió algo, ¿Una puerta? Sí realmente era eso estaba tras unas estanterías, ¿podíamos acceder a ella o debíamos apartar el mueble?

-Aquí, aquí- insté a Olessia mientras intentaba llegar hasta la puerta para abrirla.

Por favor, que no esté atascada, que se abra

Rogaba para mis adentros.

- Tiradas (1)
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25/05/2019, 17:14
Sílex

Sílex quería seguir gritando, sentía la quemazón a lo largo y ancho de su cuerpo y quería explicarles a sus compañeras que no estaba muerta. Quería explicarles que aguantaría eso y más. Pero no podía articular palabra. Ya no notaba el dolor en los ojos porque el dolor eléctrico que sufría por todos sus miembros lo camuflaba sin ningún tipo de resistencia.

- Por favor... Sacadme de aquí... - Sollozaba Sílex, sin articular palabra. - No quiero morir en un lugar tan funesto como éste...

Aunque no podía decir o hacer nada, percibió la luz de... Algo... Que tenía Dasha. No podía decir con claridad qué era. No podía concentrarse muy bien. Pero sí vio la silueta de una puerta.

- ¿Es eso... Una salida? - Pensó la mujer, a punto de que su mente se perdiese en enmarañados pensamientos, tanto como lo estaban los cables que había en la máquina. - ¿Es por esa piedra que has terminado aquí, Dasha? - Dio algunas vueltas más a eso, pero no tardaría en volver a temer el abandono. - Llevadme con vosotras... No me dejéis aquí...

Sílex hizo un último esfuerzo por hablar y emitió un leve gruñido. O eso le pareció. Entendía que decidiesen dejarla allí. Al fin y al cabo sólo era un estorbo en estos momentos. Probablemente fuese a servirles de poco, pero esperaba que, aun con eso, se la llevasen.

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25/05/2019, 18:33
Olessia

Aquella... cosa no sólo les atacaba, estaba levantando a otras como ella, más serpientes, más cabezas. Las descargas y los latigazos se sucedían y se sumaban, el caos, la muerte. 

Olessia ya no pensó, simplemente actuó. La enorme descarga viviente había mordido salvaje a Sílex, la había dejado como una muñeca inerte, incapaz ya de nada, ni siquiera de hablar. La cogió como un fardo, como hubiera hecho en su juventud con una voluminosa red cargada de pescado, y se la echó al hombro. No quiso comprobar si estaba bien, cómoda, si seguía respirando. Rezó para que lo hiciera, pero no dudó. 

Delante de ella Dasha se movía con una luz en la mano. Algo raro, algo pequeño, no conseguía ver qué era. Pero bien, esa cosa iluminó levemente lo que parecía una puerta. Con Sílex como carga no podía trepar. La niña había dado con otra salida. La llamaba.

-¡Voy! ¡Vamos!

Una salida...

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28/05/2019, 01:16
Director

La niña avanza hasta la puerta, que bajo la luz verdosa de su tesoro revela su material metálico sin lustre. Una oxidada manilla llena de herrumbre y polvo parece invitar burlona a que intente abrirla. Y eso hace.

O lo intenta, ya que los años no han tratado bien al mecanismo y la niña debe sentir el dolor en sus manos antes de que, con un chasquido, ceda. Con todas sus fuerzas, Dasha, con la esperanza inflamando su alma... empuja.

Pero la puerta no se mueve ni un centímetro.

Tras ella, Olessia avanza lentamente arrastrando el cuerpo de Sílex, que se retuerce en espasmos y gruñidos. En ningún momento mira atrás pero sabe perfectamente que aquellas cosas se están deslizando tras ellas.

Más luces se encienden y apagan a velocidad mareante. Los contornos del sótano se desdibujan y varios puntos de luz débil se encienden en las estanterías. A pesar del terror que las oprime, el sabor metálico de la boca que sienten se percibe con tanta fuerza como si tuvieran la boca llena de sangre.

-Dasha! Si estás ahí dentro sal de ahí ahora mismo! Vas a morir!- la voz de Nepos, pese a su urgencia e intensidad, llega a ellas a través del sótano de forma amortiguada, difusa. Como si el muchacho les gritase bajo el agua.

O como si ellas estuvieran dentro.

Resonó un estallido, el foco de una de las esquinas reventó y sus restos medio fundidos por la temperatura tintinearon al aterrizar.

 

 

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28/05/2019, 01:38
Director

Con el corazón compartiendo las mismas fuerzas que tu cuerpo, abandonas el refugio y comienzas a caminar hacia el pueblo. Cada paso es una odisea y cada segundo el rostro de Dasha y el de... no, no puedes nombrarla. No debes. Sus rostros te observan en la noche y el amanecer que se recorta en la lejanía...

Amanecer? Una claridad antinatural te permite ver el suelo pero no ves el sol por ningún sitio. Con paso rápido, das la vuelta por el refugio y descubres que la luz proviene del extraño edificio central. Como un faro en la noche, una intensa luminiscencia se distingue en el lado opuesto de tu posición.

Podría ser? Merecía la pena intentarlo. Mientras te acercas, un grito atraviesa la noche...

-Dasha! Si estás ahí dentro sal de ahí ahora mismo! Vas a morir!- durante un instante te preguntaste si era la voz de Nepos. Más tarde, recordarías que no te importaba y te preguntarías como pudiste echar a correr en tu estado hasta ese lugar como si tuvieras treinta años menos.

 

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28/05/2019, 01:50
Director

Lentamente abres los ojos mientras el líquido de la vida calma tu reseca garganta. Tardas unos instantes en enfocar la visión pero no te sorprende ver el rostro sucio y cansado pero amable de tu compañero Emeth, sujetando un cubo que apoya en tus labios.

-No sonrías amigo mío, no vaya a derramarse ni una gota. Ve con calma, el desierto espera y hoy sigues con vida.-

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28/05/2019, 01:46
Sílex

Todo era un mar de confusión en la mente de Sílex que, de haber podido, habría derramado lágrimas al ver que Olessia la cargaba en su hombro.

- No sé... - Pensó... O dijo... ¿No? - Cómo... Podré agradecerte... Lo que has hecho... Olessia... Gracias.

Se dejó cargar, iluminada por el cacharrito de Dasha y escuchando chasquidos, pequeñas explosiones y...

- ¿Qué era... Eso? ¿Una... Voz? - Se preguntaba... ¿O gruñía? - ¿Era ésa la voz de alguien que conociese?

Estaba tan confusa navegando bajo esa tormenta de dudas y ruidos que era incapaz de discernir de quién provenía, pero sabía que le resultaba familiar. De eso estaba segura.
 


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28/05/2019, 10:24
Olessia

Con los dientes apretados por el esfuerzo y los ojos entrecerrados por los destellos de las descargas, Olessia seguía a Dasha, cargando con Sílex. Por un momento le pareció que la mujer murmuraba algo, o lo intentaba, pero estaba demasiado centrada en la niña y la herrumbrosa puerta como para cerciorarse de eso. 

Estraban aún vivas, las tres, sólo eso importaba.

Entonces la voz de ¿Nepos...? resonó cercana y lejana a la vez, ¡Vas a morir! 

Sólo se dirigía a Dasha, pero debían sobrevivir todas, y Olessia no pensaba quedarse atrás, ni dejar atrás a Sílex. Eran ya una familia, dijera lo que dijera el chaval, y estaba segura de que Dasha también lo creía. No las dejaría morir.

Y justo entonces un estallido, y el foco de una esquina que explota. La pescadora pensó deprisa. ¿Quizá algo de allí, del propio foco, pudiera usarse para forzar la cerradura? ¿Quizá sumando las fuerzas de la niña y suya pudieran abrir la maldita puerta de un empellón?

Abrir la cerradura con maña costaría tiempo. Hacerlo a la fuerza bruta era más directo. Había que intentarlo primero. Dejó a Sílex en el suelo, con cuidado.

-¡Vamos Dasha! ¡Las dos a la vez! ¡Lancémonos contra la puerta, a ver si los goznes no resisten!

- Tiradas (1)

Notas de juego

Tiro por si sirve de algo.

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30/05/2019, 01:03
Sargento Miller

El corazón me bombeaba muy rápido por el esfuerzo, haciendo que la cabeza me diera vueltas.

- Nepos... ¡Chico!... ¿Qué demonios pasa?... ¿Que es eso? - decía en referencia al brillo. No veía a Nepos, pero estaba lo suficientemente cerca para escucharme. Quizá ya había entrado. 

Y sin esperar respuesta de Dasha o Nepos me puse a gritar también.

- Dasha... ¡DASHA! - si algo la estaba reteniendo, sera mejor que se atenga a las consecuencias. En otros tiempos, este tipo de operaciones se hacían con expansionadores de ondas que podían amplificar el sonido hasta penetrar en un edificio que no estuviera cubierto de una gruesa capa de cemento o una cubierta de aether entre las paredes como aislante. Un equipo táctico listo, en cada una de las posibles entradas. Con granadas supresoras, trajes de infiltración y una camioneta del equipo médico.

Que tiempos. En esa camioneta cabía una sala de operaciones en miniatura. 

- DASHA, TE DARÉ POR RETENIDA SINO RESPONDES - grité examinando el edificio. Quería ver si había posibles entradas.  

Notas de juego

Expansionador de ondas es un megafono. 

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30/05/2019, 14:54
Dasha Schulz

La maldita puerta se resistía a abrirse. La niña empujaba cuanto podía, tiraba de la manilla y trataba de encontrarle el juego para abrirla, pero todo parecía en vano.

¿Estaban atrapadas y sin salida? ¿Era ese el fin para ellas?

Mientras Dasha se preguntaba todo aquello, llegó a sus oídos la voz de Nepos. ¿Nepos? ¿Cómo era eso posible?

-¿Dónde estás? ¡La puerta no se abre!-

Respondió como si Nepos pudiese estar realmente allí.

¿Y si ha muerto? ¿ Y si es un espíritu también? No importa, parece querer ayudar.

No estaba dispuesta a vender su piel barata. No quería morir allí y por eso lucharía hasta el final. Tal vez Nepos viese otra salida.

Al oír como estallaba un foco se sobresaltó, pero al poco Olessia le instó a volver a intentarlo con la puerta. Dasha no estaba segura de que cediese. Quizás fuese por la herrumbre, o tal vez estuviese cerrada por el otro lado, incluso podía ser que hubiesen puesto cosas para "tapiarla". ¿Era realmente esa la salida? ¿Pero si no era esa cual entonces?

-¡Ayúdanos Nepos!- Suplicó al chico que parecía estar allí sin estar, y que sin duda sabía lo que les estaba sucediendo. 

Todavía no sabía qué hacer, así que lo intentó una vez más con la chica del mar y las redes. 

 

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31/05/2019, 14:50
Hegan Ridley

Hegan podía sentir como el agua se deslizaba por sus labios y bajaba por su garganta y como iba hidratándose todo su cuerpo. No recordaba ya la última vez que pudo sentir algo así, generalmente cuando "bebía agua" eran solo unas gotas, solo lo necesario para mantenerse en pie, rozando siempre el límite de la deshidratación.

-Que sensación tan hermosa- dice sonriendo a su deteriorado amigo Emeth.

Emeth era una persona sorprendente, y Hegan lo admiraba como a un verdadero héroe. Es increible como en su estado todavía era capaz de preocuparse por los demás. Eso era algo que Hegan también había aprendido juno a él, sin embargo, no era ni la mitad de fuerte que el viejo.

Notas de juego

No se si debo marcar al sargento

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04/06/2019, 15:36
Director

La puerta rechina y cruje, negándose a dejaros salir. Pero al tercer empujón, cede. Los goznes, corroídos por el castigo del desierto,  ceden con un crujido y la puerta cae al suelo. Sin mirar atrás, ascendéis los oxidados peldaños de las escaleras que parecen a punto de ceder bajo vuestro peso.

Pero aún pareciendo débiles y quebradizas, aguantan vuestro paso y tras abrir a empujones otra puerta más deteriorada, accedéis al piso de arriba.  La estructura central asciende por un hueco en el medio de la sala y se une a cuatro grandes máquinas de aspecto siniestro antes de perderse en un primer piso.

A vuestro lado, una puerta metálica cerrada con una manivela circular parece conducir al exterior. Unos metros más adelante, un nuevo tramo de escaleras asciende al primer piso. El brillo de la piedra de Dasha ha aumentado y ahora la sala está iluminada por una luz verdosa.

Pero las luces del sótano no se han detenido. Al contrario, el resplandor es cada vez más intenso y el sonido de las lámparas estallando en mil pedazos resuena con fuerza.

 

 

- Tiradas (1)