Partida Rol por web

Ratoncitos

Acto 1: Las lindes del tiempo.

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10/08/2019, 21:12
Dasha Schulz

¿Quién era?¿Qué hacía allí?¿Era un fantasma o una ilusión?¿Una guía a la salvación o una tentación para conducirles a la muerte?

Mientras todas aquellas cuestiones pasaban por su cabeza dio con algo que pareció mucho más importante. 

-¡Llaves!- Gritó mientras corría a toda prisa junto a sus compañeras de desventura -Rápido, rápido... - se iba diciendo a si misma y a todas mientras manejaba aquel manojo de seis llaves, tratando de valorar cuál sería la que encajaría aquella cerradura y probándolas una tras otra. Si de encajar alguna en aquella cerradura podría suponer la salvación para las tres, pero debían ser rápidas. Aquella puerta debía ceder antes de que el monstruo las alcanzase, de no dar tiempo deberían subir corriendo las escaleras y reunirse con aquella otra... silueta. 

- Tiradas (1)

Notas de juego

No sabía si tirar esto o lo de ladrona, pero como son el mismo número de dados pues... 

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12/08/2019, 10:48
Olessia

El mundo se les venía encima en forma de serpenteantes demonios hechos de rayos y luz. Letales, ávidos. Y ellas serían la presa, la presa indefensa y fácil, aunque no pensaba morir sin pelear. Por eso su hombro estaba ya ensangrentado, y la pierna le dolía de las inútiles patadas a la puerta que no quería ceder.

Y entonces la palabra atravesó su cerebro como una saeta flamígera, "¡Llaves!". Tardó aún algo en procesar lo que significaba, lo que Dasha quería decir. No es que las necesitara, que las buscara. ¡Es que las tenía, las había encontrado!

-¡Gracias a los dioses!

Se apartó y dejó que la chiquilla, más rápida y con más reflejos sin duda que ella, que se sentía vieja y dolorida, hiciera los intentos. Se acuclilló junto a Sílex, cuyos ojos seguían voraces a pesar de la inmovilidad de su cuerpo, y apretó su mano, en un intento de reconfortarla y reconfortarse a sí misma.

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15/08/2019, 13:37
Director

Las llaves eran todo lo que importaba. Si hubiesen estado vivas, aquel manojo probablemente se hubiese sentido incómodo con tanta atención después de pasar años en la oscuridad de su cajón. Como mínimo, se habrían sonrojado al ver que tantas vidas dependían de ellas y, como instrumento humilde pero orgulloso de su función, habrían dado lo mejor de sí.

Como efectivamente hicieron. Y aunque hubo dudas entre usar la grande herrumbrosa o aquella más fina, al segundo intento la elegida se deslizó con delicadeza por el mecanismo y colmó la esperanza de todos los presentes, cuando el frío aire del exterior penetró en refrescantes vaharadas en las que nadie reparó.

La pequeña Dasha fue la primera en salir, seguida por Olessia que cargaba con una malherida Sílex. El joven Nepos se abalanzó contra la puerta, cerrándola de un fuerte empellón con las llaves todavía en la cerradura. El impacto lo hizo rebotar y tropezar en los dos escalones para caer al suelo. Donde comenzó a reir con carcajadas histéricas.

Desde el exterior, el edificio mostraba un aspecto siniestramente apacible; Ni rastro de las luces centelleantes, ni chasquidos siniestros resonando en el interior. Aun así, por puro cansancio, se detuvieron un instante sin apartar la vista del edificio.

El chirrido de la puerta metálica al abrirse resonó en la noche. En su interior, oscuridad absoluta y silencio.

Pero la puerta se había abierto de par en par, eliminando la hipótesis de que hubiera sido el viento antes de que llegara a formularse en su interior.

Echaron a correr, lejos. Hacia la seguridad de la distancia.

Pero la puerta no se cerró.

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15/08/2019, 15:00
Emeth Snake

Emeth se limpió las manos con la arena del desierto después entonó su rezo en posición recta para flexionar su espalda, y a continuación postrarse y así hizo dos veces más, poniendo su frente sobre la arena del desierto, rezó a su dios, por los espíritus de los fallecidos, rezó para que le diera una guia sobre qué hacer. Rezó por aquel poblado, aquella aldea y agradeció a su Dios por el pozo, el agua, de la cual bebió y llenó su cantimplora. 

- Algo ha pasado aquí, algo muy sórdido, si encontramos o llegamos a adivinarlo podremos saber cómo liberar a estas almas de su cautiverio.

Se dirigió a su compañero Hegan, - estoy aquí para ayudar, si desea que le acompañe en alguna tarea estoy a su disposición. 

Vio como las huellas se perdían en el desierto, - tres días en el desierto son muchos, llenad vuestras cantimploras, el día y la noche son arduos y no se puede dormir a ras de suelo. Busquemos antes algo que pueda servir de abrigo para nuestras andanzas. Argumentó Emeth buscando en las casas algo que les pudiera servir para su viaje, ya podía ser telas, lonas, cuerdas, clavos, martillos, todo lo que pudiera ser útil, el desierto era un lugar inhóspito y salvaje, necesitaban de todo su ingenio y de materiales para sobrevivir.

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19/08/2019, 00:15
Sílex

Habían salido. ¡Habían salido! Sílex habría saltado de alegría si tan sólo pudiese moverse un poco sin depender exclusivamente de que Olessia la carretase hasta un lugar seguro.

La mujer pudo apreciar cómo la puerta se abría de nuevo y cómo, con un escalofrío que la recorrió de arriba a abajo, no volvió a cerrarse.

- Así que ahora eres libre... ¿Qué harás ahora con tu libertad? ¿Perseguirnos?

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19/08/2019, 02:17
Sargento Miller

El sargento estaba mirando a la ventana con la colchoneta lista cuando escuchó los golpes en la puerta. Bueno, decirle colchoneta era alagar mucho a aquella masa negrusca de la que salían trozos curtidos de gomaespuma y un par de resortes, pero era lo que se pudo encontrar. Gracias a dios la vida de nadie había dependido de ello.

Se sintió reconfortado cuando Dasha salió por aquella puerta. El mundo volvía a girar, y comenzaba a acusar el cansancio acumulado de andar dando tumbos toda la noche. De cualquier manera, ver que Silex y Olessia salían de la torre le subía mucho el animo. Una batalla sin ninguna baja es la mejor victoria que se puede obtener.

Dejó la colchoneta. Entendía que debía haber algo en esa edificación, algo fuera de lo común que no podían enfrentar. Al menos no ahora.

- Vamos con los demás al refugio - encabezó el camino al pozo. Donde los esperaban los otros cuatro integrantes de la empresa.

- Partiremos al amanecer. No me gusta este lugar - No podía quitarle el ojo a la puerta mientras se echaba el otro brazo de Silex encima. Y por más que se alejó nunca se le quitó la sensación de que se había liberado algo. Para bien o para mal. 

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24/08/2019, 00:43
Dasha Schulz

Y la puerta cedió al girar una de las llaves. La niña sintió como el corazón le agolpaba con la promesa de sobrevivir a aquella casa.

-¡Cerrad!- gritó sin terminar la frase en cuanto las dos mujeres salieron al exterior. La llave había quedado por dentro, ¿sería capaz de salir aquel monstruo de allí? Mejor era no esperar a comprobarlo y alejarse lo más posible.

Sintió cómo la puerta se abría, Nepos la había cerrado de un portazo, pero el monstruo sabía cómo salir de allí, era inteligente, supuso Dasha.

-Tal vez debiésemos marcharnos ya, un demonio es ahora libre- dijo sin detener su paso ligero, claramente nerviosa y mirando de vez en cuando atrás.

Todos estaban cansados, pero no quería ser otro cadáver desperdigados en el suelo arenoso. ¿Cómo iban a enfrentarse a aquel ser malvado?

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26/08/2019, 02:54
Nepos El Sagaz

El muchacho no se dio la vuelta pero podía imaginar perfectamente lo que sucedía. Con toda seguridad, la criatura tentaba ahora las posibilidades de abandonar su centro de poder y lanzarse en su persecución. "Que no lo haga, o tendré que intervenir y eso no sería bueno". Y aún así, una parte de él deseaba poder desatar su poder en aquel lugar.

-Corred! No quiero quedarme a ver si esa cosa sale! Al refugio! Allí estaremos a salvo!- Gritó encabezando la marcha hacia el pozo.

 

 

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26/08/2019, 03:06
Director

A pesar del cansancio, trotaron y trastabillaron para alejarse de la oscuridad del edificio. Olessia, lastrada por el peso de Sílex, perdió pie un instante y cayó al suelo. El sargento y su hija la ayudaron a ponerse en pie pero la mala suerte se había materializado en forma de roca y ambos repararon en la sangre que manaba por su rostro inconsciente. Avisado por el sargento, el joven Nepos frenó el paso y entre todos arrastraron a las dos mujeres heridas hasta el refugio.

Los demás supervivientes los observaron entrar en el cobertizo y el saludo murió en sus labios. Suzzet se levantó al instante,golpeando el cubo metálico, que trastabilló peligrosamente. -¡Maldito sea el nombre de mis padres! ¡¿Pero qué os ha pasado!?- la joven posó la mano en la frente de Sílex y su rostro palideció. -¡Una herida de Áras! ¿¡Pero qué¡? ¡Tendedla ahi!- exclamó señalando el borde del pozo. Con sumo cuidado, comenzó a pinchar con una aguja metálica las puntas de los dedos de la joven y probó un par de gotas. -La sangre no está sobresaturada... es algo...- murmuró.

 

- Tiradas (1)
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26/08/2019, 03:26
Pinga Aandaleeb

El panadero despertó con un resoplido e hizo una mueca de dolor. -¿Pero ca pasao? ¡La Artesana me de fuete! ¡Tais fechos un desatre!-

Trató de incorporarse y ayudar pero un latigazo de dolor en la sien lo hizo desplomarse contra la pared. -!Ay mi beza! ¡Duele como si mil uros me estuviesen aplastando!-

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26/08/2019, 04:46
Sargento Miller
Sólo para el director

Notas de juego

¿Nos podemos atrincherar en el lugar? Las puertas, ¿en que estado están?

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27/08/2019, 04:53
Sargento Miller

El sargento tenía esperanza de poder trancar las puertas, y agarrar un poco de aire. Podíamos pasar una noche pacífica y salir en la mañana.

Las esperanzas se esfumaron al ver el portón húmedo y podrido del establo. La puerta por la que entraron no estaba mejor. El empujón inicial parecía haber roto la cerradura. Por lo menos no podrían cerrar la puerta, no era el fin ¿O sí? Echó un vistazo a su pelotón improvisado. Y por el aspecto general de la situación, parecía que estuvieran en un pabellón médico poco abastecido. A donde solían enviar a los heridos de poca gravedad.

Nadie salvo el y su propia hija parecían poder dar un trote en medio de la noche. Además, estaba la condición de Silex. Se apartó y dejó que Suzzet, y luego Emeth examinaran a la muchacha. 

No había nada que pudiera trabar el portón, salvo más maderas viejas. Así que el Sargento optó por dejarlo puesto. En algún momento podría caerse con el viento o con un buen empujón. Pero no tenían más opciones que permanecer ahí sin hacer mucho ruido. Quizá la cosa que tenía presas a las chicas no fuera lo suficientemente lista o sensible para encontrarlos.

A todo esto, ¿que las perseguía? Era algo que no sabía y deseaba preguntar. Aunque se mordió la lengua. Primero lo primero.

- Estamos muy heridos y cansados para correr por el desierto en medio de la noche. Lo mejor es permanecer aquí ocultos y partir cuando hayamos recuperado fuerzas - propuso ojeando por la hendidura entre el portón (que estaba descuadrado por el desgaste) y el marco. 

- ¿A que tipo de criatura nos enfrentamos? - preguntó desde su posición. No es que sirviera de mucho, la luz no era suficiente para ver fuera de ese lugar, pero algo había que hacer. Uno no solo podía dejarse morir. 

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27/08/2019, 15:47
Hegan Ridley

Hegan toma el agua que le alcanzaría la manos torpes. Estaba lo suficientemente cansado como para dormir una eternidad, pero el pensamiento de preocupación por sus compañeros no salía de su cabeza. Tras beber el agua repara un instante en su amigo Emeth, que como un verdadero guardián velaba por la seguridad del grupo, a pesar de su luctuoso estado.

Tras unos minutos el cansancio lo fue venciendo permitiéndole cerrar los ojos, y así se mantuvo por algún tiempo no definido, hasta que el ruido de sus compañeros y más tarde el estallido del cubo lo despertaran por completo. Casi sin poder reaccionar ve como Suzett corre a examinar a Silex- ¿Pero...qué le ha pasado?- piensa mientras observa como Snake corre a ayudar a la manos torpes.

Hegan se queda tieso, sin poder reaccionar, no entendía nada de lo que había pasado, por suerte ve llegar a la desaparecida hija del sargento, la habían encontrado por fin y eso era algo bueno... pero Silex, que pasó con Silex?

-¿Cómo que a qué tipo de criatura? ¿a qué se refiere sargento? ¿Qué ha pasado?- le suelta una lluvia de preguntas a Miller para entender un poco más aquello, mientras se incorpora y se pone de pie. -Aquí estoy para lo que necesite, creo que ya he descansado lo suficiente, qué tengo que hacer.- Busca con la vista para ver si encuentra algo en la habitación que ayude a asegurar el portón.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Yo pido perdón por la demora

Nota: Uso el rasgo *sobreviviente*

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28/08/2019, 00:52
Sargento Miller

El sargento detuvo el inútil oteo para responder a Hegan - Algo lo suficientemente extraño... Creo que es mejor que lo expliquen las chicas  - trató de explicar, pero al darse cuenta lo poco que sabía de la situación, decidió dejar que otro la contara. 

-Se puede recibir una herida de Aras por muchas razones -El sargento enumeró mentalmente las causas por las que se podía sufrir una herida de ese tipo. Accidentes con dispositivos que condensaran cantidades de Aras, anomalias en los campos que podrían provocar ciertos fenomenos, como descargas... Eran un numero lo suficientemente amplio como para dejar de contar - el más común en los soldados era un ataque de algún arma hecha por los Forjadores - miro durante un momento un rincon de la sala y continuó la frase con el rostro arrugado - o una bomba de descompensación Aetergenica - recordaba que pasaba con ese tipo de dispositivos. No era un recuerdo muy agradable.

Suspiró con el ofrecimiento de Hegan, poco se podía hacer de verdadero valor, pero entendía la necesidad de ayudar y contribuir - por ahora es mejor que descanses, pero si te inquietas mucho. Puedes echar un vistazo por la puerta -señaló la puerta que habían forzado para entrar - aunque te aviso. No sé ve una mierda.

Llamó a Dasha antes de volver a mirar por la hendidura - ¿Qué ocurrió? - ¿Te encuentras bien? Quería preguntar, pero no quería ser intrusivo. Ya el peligro inmediato había pasado. Gracias a la gracia de Olessia y Silex se había logrado librar sin aparentemente ningún rasguño.

Notas de juego

La mayoría del post queda igual, salvo lo de la herida de Aras. Que ahora sé, deberia ser causado por 

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28/08/2019, 13:18
Dasha Schulz

Al fin habían llegado al refugio, pero ¿sería suficiente?

Ahora las dos mujeres que habían demostrado un valor que, para Dasha, superaba al de cualquier otro de aquel grupo,estaban heridas, y no eran las únicas.

En otras circunstancias hubiese propuesto que los sanos avanzasen y los demás se quedasen. Un cebo para el monstruo podía darles el tiempo suficiente para huir a los que todavía podían. Pero ellas estaban así por haber ido a salvarla, sin ellas Dasha estaría muerta casi con total seguridad, pues no habría tenido el valor de salir de aquel armario.

-Esa cosa está libre, y nos buscará, seguro- dijo con claro nerviosismo y ojos de terror.

-Un monstruo, eso es. Un monstruo que se esconde en las sombras, sin forma... que da vida a los cables y funde las luces, las hace explotar. Un monstruo asesino, y ahora sabe que estamos por aquí, ahora nos dará caza-

Explicó a todos mientras jugueteaba con algo en el interior de su bolsillo nerviosamente.

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28/08/2019, 23:47
Sílex

Sílex seguía siendo un mudo testigo de todo lo que en ese lugar había ocurrido desde que esos cables habían decidido cobrar vida. Aunque su padre era quien era, ella sólo podía intentar comprender qué fuerzas podían explicar que algo totalmente mecánico y vacío de vida acabase semejando tan orgánico. Se movían serpenteantes, ¿O danzaban quizá? Quizá sólo buscaban bailar una retorcida danza que terminaba con las vidas de todos quienes las rodeaban.

Una chica... ¿Suzzet? Se acercó a la mujer y examinó sus heridas. ¿Áras? No era posible... ¿O sí? ¿Era esa la explicación para tal fenómeno? Ahora que por fin habían llegado a un sitio relativamente seguro, Sílex sólo deseaba poder cerrar los ojos y dormir durante horas, días, semanas, ¿Meses? Sí, seguro que también durante meses, pero la idea de que lo que sea que habían encontrado quedase libre... Probablemente no fuese a permitir que conciliase el sueño durante un tiempo.

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03/09/2019, 13:40
Emeth Snake

Emeth seguía en el cobertizo recuperándose de su caída en el desfiladero, el grupo al parecer no había encontrado nada en aquella aldea abandonada, pues vio sus manos vacías. Escuchaba las voces del Sargento y de los demás que decían de no haber encontrado nada de utilidad. Emeth pensó que no encontraron nada a semejanza de las gentes que allí habitaban que ya no estaban...

Vio entrar en el cobertizo a Silex malherida y a Olessia inconsciente, ¿qué les había pasado? Escuchó con detenimiento a Suzzet, y pensó en todo lo que sabía sobre la cura de Áras...

Por lo que escuchó al parecer el obstáculo de una piedra en el camino hizo que Olessia se quedara inconsciente al tropezar. Ahora todo el grupo se había volcado en las heridas mientras que Emeth solo era capaz de escuchar las conversaciones y ver. 

Emeth echado en el cobertizo miró la escena... y mientras se recuperaba si era posible recuperarse observó como se desarrollaba el suceso. Cuando escuchó lo de la herida de Áras habló: - Yo también soy médico, dijo por si podía ayudar a la recuperación de aquella enfermedad.

Notas de juego

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10/09/2019, 22:07
Director

El tiempo pasa lenta y agonicamente en el interior del refugio mientras seis pares de ojos contemplan la insondable oscuridad. Pasó un minuto, dos, cinco...

Una hora. Y todo siguió igual, con un silencio en el exterior solo roto por el aullar del viento. Pero ninguno de ellos apartó la vista y en sus mentes, cada instante que pasaba, la puerta era derribada por horrores informes que asesinaban de mil maneras distintas a los supervivientes. La primera hora dio paso a una segunda y esta a una tercera.

Pero para Suzzett y Emeth, los horrores nacidos en la imaginación eran el menor de sus problemas. Entre ambos lavaron las heridas de Sílex y Olessia con una tela húmeda,  procediendo más tarde a apretar los puntos que habían punzado para extraer gotas de sangre verdosa contaminada. -Al Áras no le gusta el cuerpo humano, por eso aunque el corazón lo distribuya, siempre se queda en el punto más cercano a la tierra. Es decir, pies, manos... y el ano.- Suzzett se detuvo un instante para alzar la vista y beber un largo trago antes de reparar en como Hegan y Pinga a miraban -Me lo enseñó mi padre. - Explicó. -Bueno, ahora ya solo necesita descansar una noche y estará tan cansada como nosotros.- guiñó un ojo y sonrió a Emeth -Gracias por la ayuda. Creía que solo eras un viejo acabado pero veo que tienes recursos.-

Con los heridos ya atendidos, los párpados comenzaron a pesar cada vez más. Y aunque en otras circunstancias habría mantenido la guardia durante toda la noche, el sargento fue el primero en caer roncando ruidosamente contra una pared. Lo siguieron Pinga y el joven Nepos, cada uno contribuyendo a su modo al improvisado concierto musical. Uno a uno, contra su voluntad o por deseo propio, los supervivientes cayeron en un sueño profundo y reparador. Cayendo en el abrazo del indescriptible paraje que es el mundo de los sueños, donde las pesadillas y recuerdos los hicieron agitarse, murmurar débilmente e incluso gritar.

Pero ninguno despertó hasta que la luz del sol comenzó a esconderse de nuevo.

Y  las ánimas que eran los antiguos habitantes de aquel pueblo, ahora convertido en osario. Guardaron su descanso de alimañas hambrientas y espíritus codiciosos. Tomando la forma de un escudo que solo unos pocos seres terrenales podían ver.

 

- Tiradas (2)

Notas de juego

Emeth y Suzzett consiguen estabilizar a Sílex, que recupera una herida. Las heridas de Olessia son superficiales y requiere simplemente descanso.

 

 

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13/09/2019, 13:52
Sílex

Las manos de Suzzet se movían expertas en los puntos donde le había escuchado que el Áras se acumulaba. Aunque era doloroso, muy doloroso. Sentía en sus dedos las punzadas y la mujer sólo deseaba que se terminase pronto. Que no doliese más. Con todo, tardó un buen rato en dejar de doler.

En el momento en el que paró, Sílex volvió a respirar con calma y se cayó con rapidez en un profundo sueño, sin dejarle tiempo a poder dar las gracias a la muchacha que sabiamente le ayudó.

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13/09/2019, 14:30
Dasha Schulz

Poco a poco fue tranquilizandose. No estaba segura de si sería buena cosa o no que aquel monstruo no derribaste la puerta para acabar con ellos. ¿Era posible que su poder estuviese atado a aquella casa? ¿O tal vez les preparaba algo peor que una muerte rápida?

Le causaba cierto asco las punciones que realizaban a la pobre Sílex, el líquido verdoso que salía de ella, pero sobretodo cuando intervinieron en cierta zona del cuerpo de la mujer. Dasha prefería no mirar, y trataba de recordar que estaba pasando por aquello por salvarla.

Y por salvarme casi muere

Había sido estúpida, ¿por qué no la dejaron atrás? Porque los niños somos el futuro. Sin niños que crezcan y se reproduzcan la humanidad se extinguirá irremediablemente

Y eran pocos los que lograban alcanzar la madurez suficiente. Morir era demasiado fácil.

Hizo una mueca de desacuerdo al escuchar los ronquidos de los hombres, siempre tan escandalosos, declarando sin reparo que ahora era un buen momento para rebanarles el cuello.

Se volvió para desaprobar con la cabeza y vio que las curas habían terminado. Suspiró y pareció debatirse entre dos opciones relacionadas con a saber que. Finalmente se acercó a Sílex y la tomó de la mano.

-Ahora descansa, yo montaré guardia a tu lado-
Era una forma de agradecer lo que había hecho por ella, algo que solo habría esperado de su madre, y tal vez de aquella vieja loca de su aldea que en su demencia creía que Dasha era su nieta. La muchacha no sabía dar las gracias con palabras, declararlo abiertamente le hacía sentirse en una posición débil. Y, a pesar de sus esfuerzos por mantener los ojos abiertos, terminó sucumbiendo al sueño, un sueño agitado en el que el fuego, los ojos de su madre, el agua, las chispas y la oscuridad se mezclaban.