La única respuesta que obtuviste fue un encogimiento de hombros. Si Dorian sabía algo del tema, no tenía ninguna intención de meterse en él más de lo necesario.
- Dorian - repitió, sin darle mucha importancia al tema. Negó con la cabeza al escuchar tu teoría de la varita. Fuera donde fuera, no estaba allí. Te señaló con un gesto a la puerta para que le abrieras. Lo hiciste sin problema, con la mano sobre la varita.
-¡Joderr! - El susto que se pegó Sonnia fue recíproco. El pulso se te había acelerado tanto que por poco le apuntas con la varita. - Tu, ¿Dorrian? - estiró la mano, con lo que enseguida reconociste como una varita. Al parecer, la famosa varita desaparecida. - Tu amiga me dio esto parra ti. - Al ver la situación de Dorian, volvió a encoger el brazo sin manteniendo la varita en la mano. - Te la doy a cambio de los prapeles búlgarros.
Tras el gesto que le indicaba que siguiera adelante, yendo ella primera con la varita en la mano, empezó a preguntarse durante cuánto tiempo más seguirían vagando por el cementerio que era ahora el Ministerio. Dorian necesitaba varita. Pero también necesitaban volver. ¿Qué primaría más?
Estaba decidida a dar cinco minutos de margen cuando Sonnia apareció, pegando un grito asustado que le hizo dedicarle otra de las miradas irritadas que tantas veces se había ganado la chica en el Ministerio. Al parecer, tenía algo que lograba crisparla, quizás fuera el simple hecho de ser búlgara pero parecía ser más un tema de predisposición psicológica. Algo químico incluso.
- ¿Qué amiga? - inmediatamente saltó como un resorte, dirigiéndose a Sonnia. Desconfianza. En parte se sintió culpable por ello pero qué demonios. Tenía motivos para desconfiar, siempre los tenía -. Aunque...ya entregamos los papeles búlgaros, ¿no? - miró a Dorian con indecisión, buscando que corroborara sus palabras. Se refería a los de Liam, ¿no?
Sonnia entrecerró ligeramente los ojos tras tu pregunta, visiblemente molesta. ¿Cómo que qué amiga? ¿Y a ella qué le contabas?
-Estatura media, castraña, pelo larrgo, muy guapa. - No añadió más. Se giró hacia Dorian de forma inquisidora tras conocer el paradero de los papeles. Con cierta agresividad, dado que el chico no había dudado en recuperar su varita.
-Tarde. Si los quieres, busca a Amanda o Irina. Si no, vamos. Ya hemos perdido mucho tiempo.
Finalmente Vinny, Dorian y Sonnia volvieron con los demás. El segundo, cargando un pensador móvil aunque visiblemente pesado. La última, con una cara de perro destacable, y sin papeles.
En la sala todo seguía igual. La única novedad, la presencia de Verónica Stein.
Una toalla pajillera.
La sola mención del objeto creaba en mi una sensación de asco inducida por el recuerdo, y de alivio al saber que la que estaba allí delante mio, era Veronica. - Esa es la única respuesta válida. - Y que fuera tan exacto con aquello dejaba claro que no era una toalla normal, si no una toalla pajillera... con todas las letras. Negué con la cabeza, justo para escuchar que decía traer un recuerdo mucho mejor. - Con verte de una pieza me conformo. Comenzaba a pensar que me quedaría sin Vodka. - Me tomé la libertad de bromear ante su llegada e incluso sonreir con cierto alivio y alegría.
- El Paleto me dijo que el aspecto de hecho polvo le gustaba a las chicas, pero creo que me engañó como a un Francés. - Bromeé con ella, mientras asentía con la cabeza. - Yo también me alegro de volver a verte. - Y en contra de lo que venía siendo normal, aquellas palabras que venían de mis labios eran sinceras. Me alegraba de volver a verla.. Veronica era el tipo de chica que me gustaba. - ¿Y que regalo me has traido de tus viajes, si puede saberse? - Le pregunté mientras me cruzaba de brazos.
- Sonnia ha ido a buscar un pensadero con Vinny y Dorian. Sabemos que pronto vendrán aquí. Estan muy cabreados, aunque creo que parte de la culpa la tengo yo. - Reconocí, con cierto aire incluso cómico, algo extraño viniendo de mi. Pero nada más lejos de la realidad. Secuestras a su ministro, rescatas al tuyo y te llevas por delante unos cuantos hijos de puta por el camino. Eso, media botella de vodka, un buen polvo y un cigarro despues de, y el día acaba redondo.
- Arianna llegó aquí con un traslador desde un piso franco después de rescatar conmigo a Amycus. Pero a decir verdad... - Fruncí el ceño, girandome hacia Arianna. - ¿Cómo llegaste tu al Ministerio Búlgaro? - Le pregunté a la pelirroja, mientras miraba de reojo a Liam y después a los recién llegados con el pensadero.
- Ahí esta el pensadero. - Señalé a Veronica. - Ha llegado el momento de saber el porque de toda esta mierda. - Y dicho esto, metí la mano en el bolsillo para sacar un vial con un hilo azulado.
Un recuerdo.
Me acerqué al pensadero para poder comprobar que era aquello tan importante que Anastas quería ocultar, de aquello que no quería desprenderse.
- ¿Como a un francés?, Creía que vosotros preferíais timar a los chinos - Comenté con cierto humor, ladeando después la sonrisa de forma enigmática ante la pregunta del regalo. - Ya te lo he dicho, un recuerdo... - Repetí otorgando a aquella última palabra un énfasis especial.
Sin mayores ceremonias, estiré ligeramente el codo izquierdo. El pequeño vial que ocultaba en la manga de la chaqueta se deslizó discretamente hasta la palma de mi mano con un movimiento discreto y fino, como los que usaban los ilusionistas muggles, o más bien los carteristas. - Lo encontré en el laboratorio subterraneo de Clarks, en la misma habitación donde después de desmayarte, desapareciste. - Expliqué volviéndome esta vez hacia Arianna, estudiando con cuidado su expresión. - Tu compañero decía no saber nada de tí, a pesar de que Will te había visto con él, inconsciente después de la maldición de Rebecca. - hice una pequeña pausa, asintiendo con expresión seria a la aclaración de Ryan y su posterior pregunta, antes de volver a centrar mi atención en la pelirroja. - Precisamente. - el chico había dado en el clavo con respecto a la pieza que no me terminaba de encajar. -Alex está bien Arianna, está con Rouvin. - Quien esperaba que no le quitaría ojo de encima – Pero necesito saber como acabaste en el ministerio búlgaro. –
Justo en ese momento hicieron acto de presencia Vinny, Sonnia y Dorian. Saludé a los recién llegados con la misma expresión de cera y un leve gesto de cabeza, observando después como Ryan se lanzaba directo al pensadero. Mientras lo hacía y sin dejar de vigilar, espectante a lo que ocurriría en el interior del anticuado artefacto, me volví hacia Sonnia – En vuestra base se preparan para un ataque inminente – dije sin rodeos.
De todo el intercambio de palabras entre Ryan y la recién llegada, Arianna solo escucha aquello concerniente a ella. Su cabeza está demasiado ocupada analizando los motivos que Veronica podía tener para someterla a ese interrogatorio, como si sospechase que ella había hecho algo malo.
Con un gesto de cabeza, Arianna agradece el apoyo de Ryan que confirma su coartada, si es que necesitaba una. Sin embargo, el chico no tarda en unirse a las acusaciones. Antes de responder a ninguna de las nuevas preguntas, la pelirroja procesa la información sobre Alex. Estaba vivo. Menos mal. Aquello era un gran alivio. No las había tenido todas consigo respecto a ese aspecto en particular y nadie más que Ryan, con una despreocupada negación, había respondido a su anterior pregunta sobre su paradero.
- Entonces está bien.- suspira aliviada, sin pasar por alto la otra parte de la frase de Veronica. Estaba con Rouvin y Rouvin momentos antes estaba con ellos. Eso significaba que probablemente el hecho de que Veronica supiera que Arianna había estado en el ministerio búlgaro se debía principalmente a que ésta había estado hablando con Rouvin, la primera persona con la que Arianna se había encontrado en el edificio.
- Lo último que vi fue a Will y a Lucas. Nos atacó Rebecca. - Lo cual tenía perfecto sentido siendo que su misión había sido encontrarla y además era evidente ya que Veronica la acababa de mencionar al hablar de lo sucedido con Alex.- Lo siguiente que sé es que desperté en un mugriento baño.- retuerce el gesto al recordar la escena de su pie metido dentro del apestoso retrete. Había tenido que limpiarlo con magia para evitar echarlo todo ahí mismo.- anduve un poco por los pasillos y llegué a la sala donde estaban preparando la ejecución. Pensaba que habían sido los Reedmon los que me habían teletransportado ahí.- responde, completamente perpleja. Cualquiera que la conociese mínimamente se daría cuenta de que su confusión era genuina. ¿Acaso no habían sido los hermanos pelirrojos los que le habían sacado de ese lugar?
Al revivir en su cabeza la imagen del lugar donde se habían encontrado con Rebecca, algo que en primera instancia le había parecido una especie de manicomio, las palabras de Veronica vuelven a su mente.
- ¿Qué quieres decir con que eran los laboratorios de Clarks? ¿En el alcantarillado? Tan cerca del ministerio, ¿en serio?- Aquello no se lo había esperado. Y, ¿qué hacía Rebecca ahí? ¿Qué había estado intentando proteger?- ¿Encontrasteis algo?- pregunta casi al mismo tiempo que el grupo que había marchado reaparece con el pensadero y tanto Veronica como Ryan dejan a la vista dos pensamientos, en el sentido más literal de la palabra. Su última pregunta no necesitaba contestación. Sí. Habían encontrado algo. Algo que podía ser quizás muy valioso.
Con los ojos clavados en los tubitos, Arianna deja un fragmento de su atención disponible para enterarse también de lo respectivo al inminente ataque. Tantas cosas parecían estar juntándose de repente.
-¿Que? - abri los ojos de par en par, mirando a Veronica con expresion perpleja cuando hablo de "toallas pajilleras" ¿En serio? El nivel de hijoputismo del ministerio parecia crecer por momentos...
Aquel pensamiento casi me arranco una sonrisa. Aquello era comico, despues de todo. Sobre todo teniendo en cuenta que, para rematar, Ryan me dejo absolutamente perplejo cuando comenzo a... ¿A que? ¿A flirtear con Veronica? ¿A bromear con ella? Joder, si estaba siendo amable y todo... ¿Que cojones nos estaba pasando a todos?
Entonces comence a escuchar el intercambio de informacion entre todos, lo que hizo que poco a poco aquella historia de Arianna fuera tomando forma- Bueno, Will ha dicho que ahora vendria en cuanto dejara a Lucas en San Mungo, asi que el podra sacarnos de dudas, ¿no? - dije entonces, mirando a Ari, al ver aquel gesto confuso en su rostro, mientras en mi volvia a provocarse aquella desazon que despertaba en mi aquellos brotes de desconfianza.
-Por cierto, ¿sabeis algo de Black y de Nikolai? A nosotros tambien nos atacaron en medio de la mision y tuve que dejarlos atras. No he vuelto a saber nada de ellos. - dije, mirando al resto, por si, en especial Veronica, la recien llegada, sabia algo mas sobre ellos. - ¿Y que visteis en ese laboratorio? - pregunte de nuevo, con el ceño fruncido en una expresion curiosa, que acabo por trasladarse a Ryan, en cuanto vi a Vinny y a Dorian volver con el pensadero.
-Me muero por ver ese recuerdo. - fue lo unico que dije, acercandome, a la espera de que Ryan lo echara en aquel pensadero. -¿De quien es el tuyo, Stein? - pregunte a la chica, tras escuchar aquel enfasis especial en la palabra recuerdo. Y, tras aquella ultima pregunta espere, impaciente, para ver que sucedia.
El considerable mosqueo de Sonnia le importaba más bien poco de modo que no dejó que le afectara cuando regresó a lo que alguna vez fue el esplendoroso atrio que representaba todo cuanto los magos habían querido y creído ser. Ahora, en ruinas, era un fiel reflejo de la sociedad mágica actual: decadente en su estado y en su moralidad, en sus políticas y en su sinceridad. Cuando todo se cimentaba sobre una base de mentiras al final sucedían la clase de cosas a las que se enfrentaban ahora.
- Bueno pues ya tenemos el pensadero - comentó a modo de saludo mientras indicaba con un gesto el susodicho.
Se ahorró el comentario de que era del padre o del tío de Ryan porque aquello podría haber perturbado un poco al chico y no era momento de sumirse en una de sus fases de "soy el hijo de puta más frío con el que te hayas podido cruzar en tu vida y te vas a arrepentir de haberte puesto al alcance de mi lengua viperina". Si algo se podía decir de sus fases es que, desde luego, no eran simples y no se podían resumir con una palabra.
Devolvió el saludo a Veronica, preguntándose brevemente si sería la portadora de la varita de Dorian. Se aproximaba bastante a la descripción de Sonnia aunque casi cualquiera lo haría. Tampoco le importaba demasiado a decir verdad de modo que se limitó a contemplar el líquido que Ryan vertía en el pensadero, acercándose al mismo dispuesta a meterse en el entresijo de recuerdos, pero no sin antes elevar la comisura derecha de sus labios con una mueca irónica.
- Si por una vez aquí hay algo útil de verdad, os invito a todos a cenar.