Partida Rol por web

Mientras Liam y Ryan se despedían se acerca a Vinny e Isaac. 

- Espero que todo haya salido como queríais. - y por su complicidad y bromas con Isaac parecía que así era.- Espero que tengáis suerte y...sobretodo ten cuidado.- Termina por añadir, esta vez únicamente para la rubia.- Nos veremos.- En algún momento. O, al menos, eso esperaba. 

Tras decirle eso a la que en su día fue Premio Anual de su promoción, volvió junto a Liam.- ¿Vamos?- Quizás al Gryffindor todavía le quedase algo por hacer en aquel pasillo pero en lo que a ella respecta, su función ahí ha terminado. 

Un solo paso lateral para apartarme de la pareja compuesta por los Gryffindor, cuando Liam se adelanta dando varios pasos rápidos y lanza su ataque sobre mí, desprovisto de piedad, buen gusto o acierto en el momento. Y antes de que pudiera hacer nada...

¡Me abraza!

Suéltame. Pensé, sin variar la expresión de mi cara. Odiaba el contacto físico, odiaba las muestras de cariño públicas y lo peor de todo odiaba que estuviera haciendo aquello delante de todo el mundo. No me moví, esperando a que aflojara la presa. - Que te jodan, Paleto. Después quieres que no te llame paleto. - Fue mi queja en voz alta, recibiendo por fin aquella liberación. Resoplé, molesto por aquello solo para acabar mirándolo fijamente sin mostrar expresión alguna.

- .....no te preocupes. - Acabé por decir en cuanto su última petición, desviando la mirada hacia Arianna durante unos segundos. - Ahora sí. Adiós. - Acabé por decirles de forma solemne, acercándome esta vez a Isaac y Vinny.

- ¿Podemos hablar un momento a solas? - Le pregunté a la segunda.

No pude evitar echarme a reir, al ver la reaccion de Ryan ante mi abrazo, la que esperaba de el, por otra parte. - Si, si... Adios... - me despedi de el, asintiendo entonces a la pregunta de Ari, sorprendido por aquella invitacion a marcharme con ella. Eso facilitaba las cosas... O me las ponia mas dificiles, no lo tenia muy claro.

-Si, un momento solo... - le pedi, alzando mi dedo humano, acercandome un instante a Vinny y a Isaac- Vinny... hablamos despues, ¿vale? - dije, dandole a entender que aun teniamos que quedar para nuestro viaje. No tenia prisa por hablar con ella, ni por ver sus resultados o saber sus opciones. Ibamos a pasar mucho tiempo juntos y a solas... Mejor dejar que ahora compartiera sus pensamientos y sus inquietudes con el resto, y que se despidiera de los demas.

Y, acto seguido, corretee hacia Ari, dedicandole una amplia sonrisa- Ahora si. - le dije, dandole a entender que podiamos marcharnos cuando quisiera. Y comence a caminar con ella, en direccion indeterminada, dejandome llevar, sencillamente. No tenia muy claro si ella tenia un rumbo fijo, pero el mi si estaba claro: cualquier lugar en el que pudiera hablar a solas con ella.

Apenas habia caminado unos metros cuando, de repente, me di cuenta de algo- Joder, casi se me olvida... - dije, cogiendo el pergamino con mis calificaciones de manos de Arianna con mi mano de plata, usando mi pluma para marcar la primera opcion- Un momento. - le indique de nuevo, acercandome a los funcionarios, para dejarles el pergamino- Ya esta... Joder, solo faltaba que despues de todo se me olvidara dar el pergamino... - le dije, con una media sonrisa divertida, resoplando.

-Por cierto... gracias por los animos. Y no le des muchas vueltas a lo del curro... Me da que con la que está cayendo va a ser mas un paripé que otra cosa... Y seguro que se te da genial. - la anime, sabedor de que quizas no seria su opcion favorita, despues de todo.

Entonces la mire de reojo, visiblemente mas nervioso que de costumbre. Me estaba dando cuenta de que basicamente estaba hablando del tiempo para postergar aquella conversacion que sabia que tenia que tener con ella, que queria tener con ella. Sin embargo, era tan dificil hacerlo...

Me senti tentado a encenderme un cigarrillo. Sin embargo, mi mano se detuvo a medio camino. No se lo habia dicho a nadie pero, desde la fiesta de San Valentin, habia intentado no fumar delante de ella. O al menos reducir el consumo al minimo. Sabia que dejar de fumar era algo complicado, pero tambien sabia que ella no fumaba y no queria que mi humo la siguiera molestando. Asi que aparte la mano del bolsillo de la sudadera y la meti en el pantalon, intentando disimular aquel gesto.

-Oye Ari... Yo... - comence a decir entonces, parandome en mitad del pasillo, en cuanto los dos nos quedamos a solas- Quiero... Me gustaria hablar contigo antes de despedirnos. No quiero que te marches a Bulgaria sin... bueno, sin haberte dicho algo antes. - le dije, dubitativo, mirandola de reojo. ¿Pero seras gilipollas, Liam? Va a pensar que te has vuelto subnormal.

Aquello hacia que me cabreara conmigo mismo. Nunca, jamas, habia dudado tanto ni me habia sentido tan inseguro hablando con una chica. Siempre habia tenido claras mi posiblidades de existo, siempre habia sabido que jugaba a una apuesta segura. Pero Ari, en ese sentido, era distinta. Era un libro cerrado a cal y canto. Jamas habia hablado con ella de sentimientos. Jamas me habia hablado de ningun chico, ni la habia visto con nadie. Ni siquiera tenia claro que ella pudiera pensar o sentir lo mismo que yo en los ultimos meses. Estaba a punto de tirarme al vacio, sin saber que habia debajo.

Y en aquel momento sentia un vertigo enorme...

No puede evitar soltar una risilla ante el descuido de Liam. Menuda cabeza. Anda que si llega a olvidarse de darlo...Eso sí que no habría sido un tema para risas. Aquel papel, por frágil que pareciera, era donde había quedado plasmado su futuro. Lo que les vinculaba irremediablemente a su nuevo puesto de trabajo y a una realidad que hasta aquel momento había aparecido como distante, difusa. 

Cuando vuelve e intenta animarle respecto a la opción elegida, Arianna se da cuenta de que quizás su clara inclinación hacia la otra opción no había estado tan bien disimulada como creía. O quizás Liam le conocía mejor de lo que ella misma creía.

- Sí. Probablemente tienes razón. Es solo que...siempre me había visto trabajando codo con codo con mi padre en busca de una unión de los dos mundos. Pero supongo que en este momento, ni siquiera puedo fiarme de que las intenciones de mi padre...- aquella breve pausa venía a significar un "y del tuyo"- hayan sido genuinamente buenas.- Se encoge de hombros. Aquel era un asunto que le apenaba y en el que prefería no pensar. 

Mientras confesaba sus dudas, sus ojos habían estado deambulando, evitando la mirada del chico (no le gustaba sentirse vulnerable) y el extraño gesto de la mano del ex-Gryffindor no le había pasado desapercibido. - ¿Cuánto tiempo llevas sin fumar?- pregunta, sin esperar contestación. Si se paraba a pensarlo hacia siglos que no le veía con un cigarro en la mano, cuando antes su carácter solía cambiar al quedar privado de su vicio. 

Pero entonces el chico comienza a hablar y Arianna levanta la mirada hasta sus ojos para dedicarle su atención. Las primeras palabras le hacen ladear una triste sonrisa. Habría preferido que fuera él y no Ryan quien fuese con ella a Bulgaria, pero el destino había querido que no fuese así. Y, en cierto modo, el hecho de que fueran ellos dos y no otros quienes se fuesen a encontrar cara a cara con Rebecca podía llegar a ser una ventaja, incluso.

- Dime. Te escucho.- le dice, sin saber muy bien qué es lo que va a escuchar. La actitud de Liam hacia ella había cambiado un poco en los últimos meses. Estaba como más atento de lo que hacía o algo parecido. Y, en ese momento, frente a ella, parecía incluso tímido. Nunca había visto aquella parte de él. Y, por un instante, temió lo que pudiera querer decirle. No por sus palabras sino por cuál sería la respuesta de ella. Se llevó la mano al pelo, jugueteando con él impaciente ante la silenciosa espera. 

Una triste sonrisa aparecio en mi rostro al escuchar el primer comentario de Ari y asenti. Sabia como se sentia; vaya si lo sabia.- Ari, solo podemos confiar en nosotros mismos. Es lo que mejor he aprendido este año. - le dije entonces, negando. Me habria encantado mentirle, decirle que no tenia de que preocuparse, que seguro que su padre y el mio estaban libres de toda culpa. Pero no podia hacerlo, ni aunque no existiera aquel juramente entre nosotros.

Entonces, cuando estaba a punto de añadir algo mas sobre sus salidas profesionales me interrumpio, pillandome en medio de aquel gesto- Sin fumar... no mucho. -Sin fumar delante tuyo, mucho mas. Fue lo que no dije, aprovechando aquella verdad a medias para no confesarle lo que estaba haciendo, ni las razones que tenia para hacerlo.

Y entonces llego el momento de la verdad. Y me encontre perdido, mas que nunca, sin saber muy bien hacia donde ir, por donde empezar. Lo unico que tenia claro era que tenia que soltarlo, que jamas me perdonaria marcharme de Hogwarts sin haberlo dicho.

-Ufff... es complicado. - comence a decirle, llevandome una mano a la nuca, como siempre que estaba nervioso, o agobiado- Veras... antes, cuando dije que Kate me habia insinuado que queria volver conmigo y yo le habia dicho que no... - comence a decir, sin saber muy bien como enfocar aquello- Era verdad. Y habia un motivo. Un unico motivo. - segui diciendole, sin saber por qué habia empezado a hablar asi, ni a donde me iba a llevar aquello.

Yo... lo que quiero decir.... Ari. Estos ultimos meses han sido duros, muy duros. Y todos hemos sufrido mucho, en especial tu. Y han pasado cosas terribles, cosas que no le desearia ni a mi peor enemigo... Y, si le preguntaran a cualquiera, estoy seguro de que diria que, si pudiera, volveria atras en el tiempo y los borraria.... Pero yo... - hice una pausa, notando como me faltaba el aire, como necesitaba aquella breve pausa antes de volver a hablar.

-Ari, si me preguntaran a mi... no borraria ni uno solo de los dias que han pasado, ni el mas horrible de todos ellos. Y no lo haria porque... porque tu estabas a mi lado. - solte, como si acabara de librarme de una pesada losa. Y cogi aire de nuevo, resoplando, buscando la forma de seguir antes de ver su reaccion. -Y antes de que digas nada... No, no quiero que te sientas mal, ni forzada, ni que pienses que es una putada que me de por abrir la boca justo el dia en que nos vamos... Ni siquiera quiero que pienses que busco algo de ti, o que espero que me correspondas...Ya se que no es el momento, ni el lugar, ni son las circunstancias pero yo... Yo... necesitaba decirtelo antes de que nos marcharamos. Necesitaba que lo supieras. - por si no tengo oportunidad de decirtelo nunca mas, fue lo que no vi necesario decir.

-Y ya esta. Eso es todo. - acabe por decir, encogiendome de hombros, notando como me temblaban hasta las pestañas, notando el estomago encogido, temeroso ahora de su reaccion, de como iba a tomarse Ari todo aquello.

Cuando el discurso de Liam comienza, Arianna coge aliento y se dedica a  mantener el sonido de su respiración lo más bajo posible para no perder detalle de ni una sola de las palabras. Sin querer interrumpirle su cabeza empieza a responderse a sí misma las preguntas que le surgen, a contradecirse y, en definitiva, a darle vueltas a las palabras del chico. Tiempos duros...Sí. Por supuesto. ¿Qué yo he sido la que más ha sufrido? Eso era algo en lo que no coincidía con él. Sí, ella había perdido la vista pero la había recuperado, mientras que Liam seguía sin su mano. Había perdido una prima y dos queridos tíos, pero el resto habían perdido a mucha más gente. Había perdido la esperanza en su padre...sí, pero sabía que era un buen hombre y su relación siempre había sido buena, cosa que en el caso de Liam por desgracia no sucedía. No. Desde luego, ella no era ni de lejos la que más había sufrido. Aún así, se guarda esos pensamientos para sí misma, temerosa de que una intervención en ese momento pueda echar para atrás las ganas de Liam de contarle todo aquello.

Sin embargo cuando le confiesa que su presencia era lo que le había ayudado a seguir adelante, no puede evitar abrir la boca y mirarle con gesto sincero.- Sabes que siempre te he apoyado. - Estuvo por añadir "para eso están los amigos" pero se contuvo dejando que el chico continuara. Pero era cierto. Cuando todos habían visto con malos ojos lo de Kate, Arianna había permanecido fiel a Liam así como lo había hecho cuando éste le había asegurado que Ryan era de fiar y ella le había creído. 

En las últimas palabras del chico pudo notar la desesperación, la angustia que sentía y a la vez la libertad de haberse quitado esa pesada carga de encima. Cuando acabó de hablar, pasaron unos segundos de silencio . Las pestañas de Liam temblaban y la mente de Arianna era un hervidero de pensamientos del que intentaba sacar algo en claro. Finalmente, dio dos pasos hacia adelante para hacer algo que, seguramente iba a tomar por sorpresa al chico: envolver su cuerpo en un tierno abrazo, hasta que sus labios quedaron a la altura de la oreja del chico, su pelo cosquilleando en su mejilla.- Yo también te echaré de menos. - Permaneció así unos instantes, sintiendo cada una de las células del cuerpo del ex-gryffindor, de su persona, y grabándoselas en la memoria. - ¿Harás una cosa por mí? Prométeme que volverás vivo y que tendrás cuidado.- Y con eso, dejó plantado un dulce beso en la mejilla del chico para, a continuación separarse de él, avergonzada y ligeramente sonrosada. Clavó la vista en la pared. 

- Cre-creo que me voy a ir a comer algo- se excusa, sintiéndose algo incómoda tras aquel momento. Comenzó a andar pero, titubeante, dio media vuelta al cabo de unos pasos.- Yo...también me alegro de que en todo esto hayas estado tú.- Y era verdad. Por mucho que quisiera en ese momento no creerse sus propias palabras, no podía mentirle. 

De repente todo el mundo parecía querer hablar con ella, aunque Arianna se limitó a una sencilla despedida, muy de su estilo, a la que correspondió con un firme apretón de manos.

- Tú también, Arianna.

El siguiente fue Liam, a quien se limitó a asentir. Por suerte o por desgracia, podían aplazar lo de hablar pues en los próximos días iban a pasar mucho tiempo juntos investigando los campamentos mientras que los otros iban a alejarse, quizás demasiado. ¿Quién estaría en mayor peligro, Ryan y Arianna o Liam y ella? En realidad, saberlo tampoco supondría ninguna diferencia, los cuatro lo harían y además, mayor o menor peligro no quería decir nulo. Sus vidas estaban en juego, hicieran lo que hicieran, lo cuál estaba funcionando como estímulo para que su confianza en sí misma volviera a florecer.

El último fue Ryan, aunque éste no permitía demora pues aquella iba a ser una despedida, esperaba que sólo temporal, y conociendo al exslytherin aún tendría mucho que decir. Alzó la mano, pidiéndole un segundo, escuchando la respuesta de Isaac, a quien dirigió una apenas perceptible sonrisa antes de despedirse de él con un "hablamos luego", eliminando con dos zancadas la distancia que la separaba de Ryan, a quien hizo un gesto con la mano, algo que parecía iniciar todas sus conversaciones privadas, indicándole que le seguía.

En cuanto Vinny pidió ese segundo, me limité a mirarle en silencio durante un par de segundos antes de seguir andando hasta el final del pasillo. Nadie había preguntado a los demás a que se dedicarían. En un momento como aquel, hablar de nuestro futuro sería ser excesivamente benevolente con uno mismo. Y solo teníamos dieciocho años.

Cuando Vinny alcanzó mi posición, la miré de reojo durante unos segundos, para desviar la mirada hasta el fondo, mientras seguía andando a paso lento, como si no tuviera prisa. No, mis pasos no iban hacia el dormitorio de Slytherin, ni hacia la enfermería, ni a la Torre del Reloj.

Iban hacia el exterior del castillo, hacia donde pudiera tener una panorámica del lugar. Y a pesar del gesto de Vinny, invitándome a hablar, mis labios se resistieron a pronunciar palabra alguna. Comenzaba a sospechar que toda aquella parafernalia, sobraba.

Al menos hasta que mis pasos se detuvieron bajo el umbral de la puerta, cruzándome de brazos mirando los terrenos de Hogwarts. - Es un bonito sitio para una despedida. - Mi voz sonó solemne, incluso con cierta añoranza. Si, era una despedida. Después de lo que habíamos vivido, tenía claro que cada vez que nos separábamos existía una importante posibilidad de no volver a ver a alguno de ellos.

- Si esta es la última vez que nos vamos a ver, quiero al menos que sepas la verdad. - Levanté el mentón ligeramente, frunciendo el ceño, mirando el horizonte. - Te dejé cuando más te quería. - No hubo duda, ni me tembló la voz, ni cambio alguno. Era aquella voz profunda y que carecía de cualquier aspecto de vacilación.

- Te envié cartas, pero nunca recibí respuesta. No me dejaron moverme de mi casa, como si estuviera en una prisión. El día de Hogsmeade, cuando sufrí la despartición fue por ir a buscarte. El día de las Tres Escobas estaba furioso por verte con Isaac. Y hoy en el partido, quien te salvó fui yo. - No, no había ningún reproche en mi voz. Más bien la explicación de todo lo que había pasado, en un resumen visto desde mi punto de vista. - Es posible que lo hiciera todo mal, que me equivocara en todo. Pero lo hice por ti. -

- Por lo que a mí me corresponde, tu nunca has estado sola, ni lo estarás. Aunque no pudieras verlo o notarlo. - Dejé unos segundos de pausa, girándome hacia ella, mirándolo a los ojos. Así me quedé varios segundos más, hasta que le di un beso en la frente. - Cuídate Vinny. Y adiós. - Y dicho esto, me aparté un paso de ella, dándome la vuelta y marchando en dirección a las mazmorras sin intención de detener mi paso.

Aquel día aun tenía que mirar a la muerte a los ojos.

Aunque supiera que no iba a pasar, estar a solas con Ryan en Hogwarts, tras sus pasos, le hacía pensar irremediablemente en la Torre del Reloj como único destino. Apartó de su mente la creciente tensión, casi insoportable, al igual que todas las imágenes que amenazaban con abrirse paso en su cerebro y que desde hacía un tiempo había ignorado obcecadamente. A pesar de su esfuerzo consciente de disipar la tensión fue un alivio cuando se detuvieron en el umbral de la puerta del castillo. Un sólo paso y estarían fuera, sin duda era simbólico y sabía que aquel tipo de ideas eran muy del gusto de Ryan.

Sonrió levemente ante la visión de los terrenos de Hogwarts, bañados por la luz del ocaso truncada por la sombra de alguna nube peregrina, esperando a que Ryan tomara la palabra, lo cuál hizo momentos después, confirmando la idea que le rondaba por la cabeza sobre la despedida. Le dejó hablar mirando los terrenos, no porque no le interesara lo que decía sino porque no iba a interrumpirle y además la visión del césped, del lago y de los árboles le daba cierta sensación de paz perdida que quería atesorar.

Sin embargo, no pudo evitar dirigir la mirada hacia él cuando dijo que la había dejado en el momento en el que más la quería. Le observó con solemnidad, aunque los ojos de él no se posaron en ella hasta el final, momento en que el chico se despidió de ella con un beso en la frente, sin esperar respuesta, dejándole un nudo en la garganta y la paz olvidada.

- Ryan - no alzó la voz, no le cogió de la muñeca como otras veces, pero supo que no se marcharía, quizás por lo que habían sido o tal vez, simplemente, porque a pesar de todo, eran amigos -, no te vayas sin que yo me despida - a pesar de que aquello pretendía ser una broma su voz fue tan solemne como su mirada. Tal vez aquel era el momento de las verdades sin que fueran acusaciones -. Me dejaste cuando más te quería - no había acusación en su voz, no a aquellas alturas, no después de tantos meses, no después de una reflexión profunda - y fue lo mejor. Porque si no lo hubieras hecho creo que nos habríamos acabado odiando. No llevé nada bien lo de mi hermana - resumió con sencillez, sin la tensión evidente de las pocas veces que había surgido aquel tema entre ellos -, supongo que cogí una depresión y no soy una buena persona para estar deprimida - sus cejas se alzaron como un reflejo de su habitual ironía pero aunque parecía que iba a sonreír, no lo hizo -. No te mentí cuando te dije que no había recibido tus cartas y las que recibí las respondí aunque admito que no fui agradable, en aquellos momentos estaba mal y te hice cabeza de turco de todo aquello - hizo una pausa al darse cuenta de algo, pero no valía la pena callárselo. Suspiró antes de añadir -: como la otra vez. Lo de Hogsmeade ya te dije que simplemente no pensé que nadie fuera a volver por mí, no era falta de fe, simplemente aquellos meses no pensaba con claridad y encerrarme en mi casa con mis padres y mi abuela no me ayudó mucho a ser más cuerda - esta vez si que había un evidente tono de humor en su voz -. En Las Tres Escobas...bueno, creo que me alegro - acabó por decir con el entrecejo fruncido en un gesto preocupado -. A mí tampoco me gustó verte con B...Isabella - reconoció con tranquilidad -, pero quise, no, intenté demostrarte que lo aceptaba si era lo que tú querías, lo que te hacía feliz, aunque no sé si lo logré demasiado con lo movidita que estuvo la noche - una mueca, otra vez un gesto cargado de humor que se evaporó cuando dio un paso hacia él, intentando anunciarle sus intenciones: que iba a darle un abrazo -. La verdad es que lo de la sangre sólo ha hecho que ir a peor, es una suerte que al final no vaya a ser medimaga - no hubo lamento en su voz, aunque por fin acortó las distancias para darle un abrazo -. Gracias por salvarme y por todo. Me alegro de que podamos seguir siendo amigos, Ryan, ya sé que no suena bien dicho así pero eres una persona muy importante para mí - era mucho más fácil decir aquello sin mirarle, con la cabeza apoyada en su pecho -. Exnovio, amigo y primo es una extraña combinación, pero de momento funciona bien - comentó cuando por fin se separó, incómoda, esgrimiendo de nuevo el humor para superar el momento -. Cuídate, ¿quieres? Y recuerda lo del espejo.

Aquella primera palabra, mi nombre, resonó en un pasillo vacio. Una palabra que a pesar de haberla escuchado perfectamente, no hizo que aminorara la marcha, o parara para ver que quería Vinny. En un gesto inconsciente, mis pasos se hicieron más largos con el único objetivo de marchar de allí lo antes posible. Al menos, hasta que pidió despedirse también.

Solo dos pasos más, y la marcha se ralentizo paso a paso hasta que se detuvo, acabando por clavar ambos pies en el suelo, mirando todavía el final del pasillo, mi objetivo. Algo dentro de mi sabía que ella tenía razón. Que también merecía despedirse, decir aquel adiós en un gesto de pura previsión de lo que pudiera pasar los próximos días. Y así, me di la vuelta hacia ella, clavando mi mirada en la suya en el más rotundo de los silencios, mientras la luz solo bañaba la mitad de mi cara.

La escuché hablar, sin pronunciar palabra. Dejé que hablara, que explicara todo lo que sentía y pensaba, sin interrumpirla. No eran explicaciones lo que había venido a buscar, solo quería que supiera lo que pensaba. Pero de alguna forma, me alegró escuchar la mayoría de cosas que dijo. Alegría no exteriorizada, todo sea dicho, ya que en ningún momento mi rostro varió, con aquella inexpresividad tan común en mi.

Entonces llegó aquel abrazo.

Estuve a punto de negarme -mi cupo de abrazos del día hacia mucho que ya estaba cubierto- pero no era algo que en aquel momento pudiera hacer. Dejé que me rodeara con sus brazos, como tantas veces había hecho en el pasado, cerré los ojos durante un par de segundos. A veces, un gesto valían todas las palabras del mundo. Así que alcé los brazos, rodeándola en un abrazo que provocó que acabara apoyándose en mi.

En aquel gesto, correspondiendo al suyo, iba incluido todas las respuestas que le habría gustado dar, y que no consiguió ni pronunciar. Gracias a ti. Te echaré de menos. Ten cuidado. De nada. Yo también me alegro. La presión sobre el cuerpo de la chica de mis brazos aumento como punto final a un abrazo que se había alargado mucho más de lo que había pensado en un principio.

- De momento funciona bien. - Fue mi única respuesta mirándole a los ojos cuando se separaba, y esbozando una pequeña sonrisa. Un gesto tan poco usual en mi últimamente que debía parecer el mayor regalo que podía hacerle a alguien.

Y con aquel regalo y sus últimas palabras, volví a darme la vuelta, marchándome por el pasillo, perdiéndome en las sombras de las mazmorras, sin mirar atrás, sin esperar que nadie me acompañara.