- La más leal y la más comprometida... - Repitió William con la cara agria. - No fui yo quien apunté con un rifle a mi compañero porque trataba de hacer lo correcto... - Le respondió al sheriff. - ¿Y sabe qué? - Se quitó la estrella que portaba en el pecho. - Aquí tiene su estrella si no le gusta como la porto. Haga lo que quiera con ella. ¡Estoy hasta los cojones de que todo el mundo me de putas lecciones! Y ahora, ¿va a responder a mi pregunta? ¿Todo bien por Tombstone? - Le miró desafiante y a punto de desenfundar su revólver. No quería tener que matar a nadie, pero estaba ya muy harto de como se le estaba tratando últimamente.
- ¿Dejaste tirada a Jesse porque te apuntó con un rifle? - Te miró serio y de golpe comenzó a reír. - Si Jesse te hubiese querido matar, creeme que ya lo estarías, chico. - Siguió riendo. - Si supieras la cantidad de veces que nos hemos salvado el culo precisamente por apuntarnos el uno al otro con un arma. Aún recuerdo la primera vez, cuando nos cogieron desprevenidos a los dos unos cuatreros y ella decidió "ponerse de su lado". Mi cara fue un poema. La llamé de todo en aquel momento pero ella ni se inmutó.
» El jefe de aquel grupo pidió una muestra de lealtad a Jesse matándome y ella me sonrió y con un simple gesto en su mirada entendí la jugada. Me retiré lo justo para que le diese con su vieja carabina en toda la cabeza del jefe de aquel grupo. Los demás se quedaron tan pasmados que me dio tiempo a recoger mi arma del suelo y entre los dos acabamos con ellos. A partir de ahí tuvimos un nivel de compenetración especial, algo que se ve que intentó contigo... pero seguramente ni te diste cuenta de sus gestos.
El sheriff cambió su semblante cuando William se puso hecho una fiera y tiró la estrella al suelo. - Eres el novato, ¿qué quieres que te demos? ¿Amor con balas? ¿Quieres salir ahí fuera y vivir dos semanas como la mayoría? ¿Sabes porque Jesse y yo hemos vivido tanto? Porque nos compenetramos y eso esperaba que ocurriese entre vosotros dos, pero estoy viendo que me equivoqué contigo. En cuanto hay un obstáculo, en cuanto surje un problema y las cosas no salen como quieres, te rindes y lo dejas. ¿Sabes lo que más me duele realmente? No que renuncies al puesto, pues me estás dejando claro que no sirves para nada. Sino que has dejado a Jesse, no solamente sola, sino que con el corazón destrozado. - Se agachó y recogió la placa del suelo y se la guardó en un bolsillo y te vio la intención de empuñar tu arma.
- Así que es eso. Te gusta ser un forajido, un fuera de la ley... Procura ser rápido si quieres dispararme y huír más rápido aún. Porque te recuerdo que soy el sheriff y que por la noche, cuando busco bandidos, no viajo solo. Y si quieres saber como está Tombstone, ve a verla tu mismo. - Escupió en el suelo. - A un desagradecido como tú no voy a darle ni la hora. - Se subió en su caballo, dejando con la duda a ambos si realmente en la oscuridad había alguien más con él o si estaba solo. Pero la respuesta debía tenerla clara William. Algo habría aprendido en esos cuatro meses trabajando con ellos.
Cuando el Sherif se puso a discutir con William... Santana calló, preocupado al principio... casi divertido al final... LA gente que creía saberlo todo le hacía gracia... mucha gracia...
Cuando el Sheriff parecía que se largaba para hacerse uno con la noche,... solo en ese momento Santana habló...
-Pues menos mal que está muy compenetrado con su ayudante... porque entonces comprenderá por qué se ha hecho uña y carne con Kane, y por qué van juntos y en armonía. Usted sabrá, Sheriff... pero no me tomaría a la ligera lo de los indios... Han muerto, sí... y luego se han levandado para matar y devorar a quien encuentren; nos encontramos con un tipo al que había atacado uno; parece ser que si te consiguen morder... te mueres y te conviertes en otro sediento de carne. Haga lo que le venga en gana, pero si está aquí, quiere decir que aún no han llegado a Tombstone...
A la mierda la opción de "limpiar" el banco limpiamente....
No esperó a obtener respuesta del Sheriff antes de seguir...
-Pero claro, yo solo soy un rastreador mestizo... ¿Qué sabré de estas cosas?... pero no iría por ahí, tan alegremente, hasta que amaneciese; si hay alguno de ellos por ahí, mejor verle a la luz del día, que no pasar a su lado y dejar que me salte como si fuese un puma.
Sonreía... estaba demasiado acostumbrado al desprecio de la gente como para que cualquier cosa que le dijese el Sheriff le afectase; en cuanto a William... bueno... aún tenía que madurar ciertos aspectos de su personalidad...
- Por eso envié a Jesse a por Kane y no a otro. Porque sabía lo que pasaría. Pero creí que quien iba con ella tendría más cabeza y corazón y sería más íntegro y no un cobarde. - Respondió a Santana. - ¿Creen que no conozco su historia? ¿Cual es el trabajo donde muere antes la gente? El puesto de ayudante del sheriff y el sheriff. Al principio no entendí la obsesión de Reeves con meter a Jesse como ayudante del sheriff, hasta que cogimos confianza y me contó lo que ocurrió en la granja de Kane.
» Si Reeves mataba a Jesse... se jugaba el cuello. En cambio metiéndola en una profesión de alta mortalidad, se aseguraría de que muriese en semanas, como mucho meses. No debe hacerle mucha gracia que lleve viva años. Pero está claro que eso no os importa a ninguno. - Luego miró a Santana con frialdad. - Os dije que nada de acercaros al pueblo navajo y por seguridad, olvidad pisar Tombstone. Si os veo en el pueblo dispararemos a matar. No quiero que la enfermedad llegue a Tombstone y menos por desertores. - Lanzó una mirada fría a William.
Asintió... más allá de que las palabras usadas le repateasen... lo que estaba diciendo era que estaban al corriente de todo, y que ya estaban rifle en mano para abatir al que se acercase
-Ah!, pues me quedo más tranquilo, sabiendo que no podemos volver o no pegan un tiro... menos mal que ha venido a advertírnoslo, o habríamos tenido una mala impresión, si nos reciben con balas... Al menos, habrán puesto un cartel o algo por el estilo... para el que sepa leer, claro.
Miró a William... a la mierda la noche...
-¿Qué piensas, compadre?... ¿hora de movernos, o crees que es mejor esperar a que el sol nos deje ver algo?... con tanto jaleo, ya hasta dudo que podamos seguir durmiendo mucho más, pero tampoco me hace gracia ir por ahí en medio de la noche... Y usted, Sheriff... ¿seguro que es buena idea que siga, o sigan, dando vueltas de noche?.. ya no solo por lo que pueda haber, sino por sus monturas; mañana estarán al límite de la fatiga, y no le veo yo hechuras de cuatrero, para andar buscando caballos frescos que usar...
El sheriff sonrió desde su montura, esperando aún a que William desenfundase y se atreviese a dispararle. - No. Vosotros dos tenéis vetada la entrada al pueblo por ir donde os avisé que no fueséis. Los demás ya veremos que pasa cuando vuelvan... si es que vuelven. - No pudo evitar mirar con resentimiento a William. Había dejado a Jesse sola y quizás condenada a muerte.
Reeves había organizado todo muy deprisa y a él no le había dado tiempo a averiguar quien era quien en aquel extraño grupo en el cual irían sus dos hombres y sospechaba que alguno fuese un sicario que le volase la cabeza a Jesse y a Kane... y ahora estaba vendida, porque quien debía de cuidar de ella era un inmaduro y un cobarde.
- ¡Ya habéis oído! ¡William Rivers no es ayudante del sheriff por decisión propia! ¡Y tanto él como su amigo el mestizo tienen prohibida la entrada en Tombstone! ¡Abrid fuego si les véis en las cercanías! ¡Podrían traer la enfermedad con ellos por estar en el poblado indido! - Exclamó a las sombras.
Luego se rió en la cara del mexicano. - Lo dice alguien que tiene a sus montura jodidas con las sillas de montar aún puestas. Mañana estarán doloridas y querréis que obedezcan... Además, Rivers lo sabe, tenemos monturas frescas siempre. No vamos a matar a nuestros compañeros de dolor... no es nuestro estilo, aunque parece que el vuestro sí que lo es.
- Menudo gilipollas. - Pensó el ex ayudante. - No pensaba que fuera así. Menuda decepción. ¿Y en base a que nos prohíbe regresar a casa? - Negó con la cabeza.
- Mucha suerte allí afuera Sheriff. - Le dijo William. - La va a necesitar.
Will se quedó inmóvil esperando a que Tom Clavin se marchara. No había nada que hacer con alguien que no quería entender y que se creía más inteligente que nadie. Lo cierto era que no creía que el sheriff estuviera rodeado de más personas y mucho menos que estuvieran del todo mimetizadas con el entorno. Aquel capullo iba solo hacia un muerte segura. No diría más, no hasta que el sheriff Calvin estuviera lejos.
Cuando nos volvamos a quedar solos responderé a Santana.
- Más suerte necesitarás tú, Rivers. Los amigos que hayas hecho en estos cuatro meses se divertirán mucho a costa tuya cuando se enteren de que ya no eres ayudante de nadie. - Se mofó Calvin, dolido ya no solo por el chico, sino por su error de enviarle a una misión de hombres y más aún por dejar a Jesse sola. Sabía que podría cuidarse sola, pero si sus sospechas eran ciertas, le había dejado a un sicario la ocasión de oro para matarla.
- Venir a contarnos lo que ya sabíamos y encima ir donde les dije que no fuesen... estúpidos. Dejar tirada a Jesse... como le ocurra algo... William Rivers puede darse por muerto.
Su silueta se perdió en la oscuridad y no tardastéis en escuchar como más caballos se unían a su paso. Estaba claro que no había ido solo y que lo único que hizo fue ir de avanzadilla para ver quienes estaban descansando tan cerca de Tombstone. Si Will hubiese cumplido con su amenaza y sacado el revólver de su funda, ahora mismo estaría en el suelo, con al menos un balazo en el pecho.
- No se tú, pero yo... - Negó con la cabeza. - ...creo que me largo lejos de aquí. - Le comentó a Santana. - No entiendo para que nos han enviado a esta misión. Si tenía hombre suficientes para salir en busca de Kane... ¿Por qué enviarnos a nosotros, una banda de cuartetos y buscavidas, como avanzadilla? Algo muy extraño está sucediendo y creo que lo mejor es partir cuánto antes. El sheriff y el resto sólo encontrará muerte allí a donde vaya... ¿Tú que opinas?
Meditó su respuesta mientras los sonidos de los caballos se seguían alejando...
-Pues mi opinión es que nos la han jugado desde el principio... a base de bien; no nos dijeron lo que sabían del poblado indio... porque tenían que saber lo todo y aún así, se lo callaron. Y aunque lleven monturas de refresco... también las están haciendo viajar de noche; un caballo que no ha dormido, es un caballo cansado, siempre. Un caballo que duerme con la silla puesta, es un caballo que ha dormido, y estará más fresco. He llevado basante ganado en m vida como para saberlo.
Suspiró...
-Si a Tombstone no podemos volver... que se pudra; también significa que no podremos cobrar la maldita recompensa en ningún caso; aunque eso, sí, me gustaría saber si hacen la misma distinción con quienes han seguido a buscar al chamán... también es navajo, deberían cumplir la misma palabra... Pero eso ya creo que no es tema nuestro.
-Tal vez deberíamos esperar al amanecer, y seguir el curso del río hacia el norte; por lo que parece, el aire de Tombstone no será sano para tí en mucho tiempo...
Maldijo y escupió hacia las sombras; tal vez el estirado ese tuviese razón...
Se levantó en dirección a donde estaban los caballos, y le quitó la silla al suyo...
-Oye! ¿Desensillo el tuyo? Si aparecen sarnosos comehombres... yo se montar a pelo.... el cabrón del sheriff me ha dejado la duda del descanso de la mortura, joder...
- Si, será lo mejor... - Dijo bastante desanimado. - Estamos jodidos Santana. - Afirmó antes de resoplar angustiado. - Descansamos hasta el amanecer y luego... Bueno tengo ganas ver cómo les ha ido a Jesse y los otros. La verdad es que tengo la impresión de que estamos bastante mejor que ellos en estos momentos. - Tragó saliva. Todo se estaba yendo a la mierda.
Resopló...
-Aún no me creo que el Sheriff se dedique a patrullar de noche para ver quien coño anda por ahí... es tan... raro... Pero si te apetece ir a ver qué ha sido de los demás... por mí de acuerdo. Vamos a ver si podemos descansar un rato, y que los caballos estén lo mejor posible; si el estirado ese ha hecho una ronda y no le han saltado unos navajos a morderle las pelotas... es que no debe haber por los alrededores; yo los he visto, y se como se mueven; ojalá nunca ten encuentre uno cuando estés cagando, en serio.
Se echó la manta por encima; la noche aún era fresca y el calorcito era de agradecer.
-¿Sabes?.... el grupo.... No me fiaría una mierda; hay gente que la ves venir de lejos... van por el dinero y punto... y esos puedes pensar hasta que matarían por plata... pero otros, no sabes cual es su juego, y esos son los peores.
Era algo que le rondaba la cabeza desde que empezó a ir conociendo a cada uno; él tenía sus motivaciones, sus cartas, y su propio carácter... pero había alguno al que no conseguía "leer"
-Bah! ¿para qué darle vueltas? Lo mismo no llegamos a ver otro anochecer; descansemos y mañana ya se verá.
- Es lo que tenemos que hacer. - Le respondió a Santana cuando le sugirió tratar de descansar. - Yo tampoco me fio del sheriff. ¡Y me fiaba hasta ahora! Pero me parece que nadie dice quien dice ser. - Resopló hastiado. - Si encontramos al grupo, no se s cuántos encontraremos con vida. Creo... - Chasqueó la lengua. - Que solo Marvin y Kane siguen vivos. Eso dijo...Keiza.
Dijo aquel nombre en voz baja. No quería parecer un loco delante de Santana. Él mismo no creía en fantasmas, pero lo que había visto era demasiado real. Se dio media vuelta y se tumbó.
- Un rato más de descanso. Luego tú y nos vamos... - Y cerró los ojos tratando de no perder ni un minuto de sueño.
Asintió con un gruñido, antes de calarse el sombrero mejicano, de modo que le tapara los ojos; cualquiera diría que estaba dormido... pero si, los cojones dormido... cualquiera duerme sabiendo que, en algún lugar, tal vez a 5, tal vez a 2, tal vez detrás de ese árbol de ahí, hay aun navajo con ganas de pegar una dentellada mortal a alguien; sinceramente, así no hay quien pueda cerrar ojo...
... o eso pensaba Santana...
... que se durmió, y falta le hacía.
Amanecía en la orilla del río cuando ambos os despertastéis. La hoguera se habia consumido y no era más que un montón de brasas casi apagadas. El uno por el otro, nadie vigiló el resto de la noche, lo que os dio un buen tiempo de descanso.
Amanecía algo nublado, pero Santana y su experiencia le decían que esas nubes no descargarían nada y menos aún en la dirección a la que os movíais. Vuestras monturas, gracias a que al fin un alma caritativa retiró las sillas y las alforjas de sus lomos, pudieron descansar también durante la noche.
De haberlas dejado con las sillas puestas, el viaje a caballo hubiese sido casi imposible de realizar por el dolor del lomo el animal y las molestias por los correajes.
Así pues, sin ningún Irvin o indio a la vista, debíais reorganizar el viaje y ver como encontrar a los demás.
Motivo: Evento 1 Si, 2 No
Tirada: 1d2
Resultado: 2 [2]
Mamones, que suerte habéis tenido, actualizando.
- ¿Estamos vivos? - Preguntó todavía medio dormido William. - ¿Nadie vi... vigila?
Se puso en pie en seguida. Estaban ambos dormidos. Bueno ya no, pero... ¡Se habían quedado dormidos durante la vigilancia! Lo bueno era que estaban de una pieza. Nadie se había acercado a su campamento y si lo habían hecho, no les habían mordido. ¡Mucha suerte habían tenido!
- ¡Joder, vaya dos! - Exclamó. - ¿A quien le tocaba...? ¡Da igual! - Sonrió. Lo importante era que estaban vivos. - ¿Nos vamos? Tengo ganas de encontrar al grupo, ver qué están bien y largarme lejos...
-Si el cabrón del Sheriff andaba dando vueltas de noche... es que esto estaba tranquilo... Y si no,... ya nos habríamos enterado. Ten fe, hombre, ten fe.
Dobló su manta; ciertamente habían sido unos inconscientes al dormirse sin guardia.... pero ¿qué es la vida sino apostar una y otra vez?
Se estiró mientras miraba hacia donde había más claridad... al Este.
-Sí, cuanto antes nos pongamos en marcha... mejor, más aprovecharemos el día. No tenemos muchas más alternativas que ir a buscar al resto, y ver en qué se han metido. Creo que iban a buscar al chamán... será cosa de dar con su rastro; siendo varios y con un chisme con ruedas, no será difícil.
Una vez doblada la manta, echó un vistazo alrededor para asegurarse de que no había nada raro; después, pensó en cosas más prácticas...
-Desayunar y cagar, si un buen día quieres empezar, como decía un amigo.
Se encaminó a su montura, para echar mano del agua y de un trozo de pan; no sería gran cosa, pero le valdría para empezar el día con alegría; después, buscó un lugar discreto, para aflojar el vientre a la vez que comía... como un gusano vamos... las gallinas que entran por las que van saliendo....
De camino "al reservorio" le pasó otro trozo de pan a William..
-No es gran cosa, pero para empezar el día, es suficience.
Ya aliviado, y todavía comido, fué a lavarse la cara al río, y a cambiar el agua del odre, que había que aprovechar; después, no se olvidó de su montura, y, sin dejar de soltar el rifle, que ni para truñar se había alejado de él,... la acercó al agua para que bebiese cuanto quisiese, y comiese de las tiernas plantas que crecían al borde de la corriente. Después, le puso la silla de nuevo a la grupa; tocaba seguir adelante.
Miró al cielo... ya había mucha más luz...
Motivo: Percepción
Tirada: 3d6
Resultado: 11 [4, 2, 5]
William colocó la silla sobre Zorro y le acarició el lomo. Aquel caballo era un buen amigo. Siempre estaba dispuesto a seguir sus instrucciones a cambio de muy poco. Le acarició el hocico mientras le susurraba algo al oído.
- Nos espera un duro camino, amigo... - Le comentó.
Entonces se giró hacia Santana. Tenía hambre realmente y el único que tenía comida allí era Santana.
- ¿Tienes algo de picar por el camino? - Le preguntó. - ¡Me ruge el estómago! - Sonrió.
Saciado vuestro apetito, vuestras necesidades corporales y después de atender a vuestras monturas, decidísteis dejar aquel lugar. Aunque a William no le agradó mucho aquel pedazo de pan mordisqueado por Santana y ligero aroma caquil. A pesar de que Will ya había decidido no ir a Tombstone, el aviso del sheriff dejó muy claro que no volverían a pisarlo allí, al menos en un tiempo.
O quizás nunca.
Ahora parecía que ambos hombres habían decidido dejar de perder el tiempo y buscar a los demás. Al menos tenían por donde empezar: el viejo chamán. Aunque aún tendrían que ver como reaccionaría Dan cuando viese que William ya no llevaba su estrella en el pecho.