Partida Rol por web

- Veo que no pillas ni las ironías, ni las indirectas. - Le dije a Marvin cuando ví que los demás se iban y le respondía que no era su amigo y que no iba a cobrar su recompensa porque saldría ganando Kane. - Pero no voy a perder el tiempo contigo explicándote nada. No merece la pena. Está claro que eres como ellos y no conoces la palabra lealtad y como dije, con salir de este estado, dejaré de ser un fugitivo. Sólo se me busca aquí y me quedé porque tenía familia en este lugar. Ahora mi familia está a mi lado, física y espiritualmente. Pero es algo que nuevamente dudo que entiendas. Y como bien has dicho, no me debes nada y yo a ti tampoco. Así que coge a tu caballo de una vez y márchate con esos dos antes de que la oscuridad te haga perderte.

En ese momento, la lechuza blanca que ya habían visto otras veces, pasó volando sobre ellos y se posó sobre la diligencia. La miré durante unos segundos. - Ya tengo quien monte guardia esta noche. - Dije sonriendo de medio lado.

- Sin duda estarás mejor con ellos. Lástima que nuestros caminos se separen aquí y no vuelva a saber de vosotros, pero no me importaría saber como acabáis tres hombres que no conocéis la lealtad ni teniéndola delante. - Mis ojos miraron a Emma. Aún tenía el rifle en sus manos y la sonreí. Me había entendido perfectamente y compenetración que cada vez había entre ambos era mayor. Sabía que si Marvin optaba por quedarse, ella le obligaría a irse. - Por tu salud, no pierdas más tiempo.- Le recomendó al hombre antes de acercarse a la diligencia y coger todo para preparar café. A pesar de la presencia de la lechuza, montaría guardia igualmente.

Sabía que tenía que ver con el viejo chamán y con lo ocurrido con su muerte. Sabía que ella era su guía y guardián, pero no sabía mucho más. Iba a tener que descubrirlo todo poco a poco y tenía toda una noche para hacerlo.

El mejor y único lugar decente para acampar por aquellos lares, era sin duda donde estaban Kane y los demás. La luna aún no había salido, no tenía prisa por hacerlo y William no veía mucho más que oscuridad y terreno desértico a su alrededor. Hacer un fuego allí iba a ser un verdadero problema, pues no tenían nada de combustible. Así pues la noche la pasarían a oscuras y sin nada con que calentarse.

Quizás pasar la noche con el grupo de Kane no hubiese sido tan mala idea después de todo. Pero la desconfianza de Will, a pesar de que todos pasaron de él después de decirle lo que tenían guardado, fue mayor que pensar en su propia seguridad. De hecho hasta puede que su intención de desconectar fuese simplemente el amago de no querer escuchar la verdad de aquellos a quienes no quería ni ver.

Pero si no quería ni verlos. ¿Por qué fue allí?

Mientras él y Santana cabalgaban lentamente alejándose de los demás y Marvin se quedaba atrás, pareciendo que queriendo montar esa guardia allí, una lechuza blanca cruzó volando sobre sus cabezas, hacia el lugar donde los demás estaban acampados. Ese animal ya era demasiada coincidendia para verlo tanto y más aún en un terreno donde no era el habitat natural de aquel tipo de aves.

- No es la primera vez que se nos cruza esa lechuza, ¿verdad Santana? - Le preguntó William a su inseparable compañero mejicano. - Es raro, ¿no crees? En esta zona no hay nada. No entiendo que hace por aquí, la verdad... - Comentó.

Hacía frío. No le gustaba la idea de pasar la noche a la intemperie, pero menos de pasarla al lado de aquella gente con tanto odio y tanto rencor. Escuchar todas aquellas sandeces que Kane, Jesse y Noah entendían por "la verdad", tampoco le era agradable. Podía ser su verdad, pero la de Will era una muy diferente y no les juzgaba por ello. Sabía que una misma cosa podía ser juzgada de forma muy diferente por diferentes ojos y ninguna de las dos maneras de juzgarla tenían que ser errónea. Todo dependía del punto de visto desde el que se mirase.

- Quizás podamos hacer fuego... - Le dijo a Santana. - Pero yo no veo una sola rama... ¡Este lugar es un erial! - Exclamó enfadado consigo mismo y con sus ancestros. ¿A quién se le ocurría construir un pueblo en medio de la misma nada? - Podemos dormir pegaditos, sobre todo si viene Marvin... - Dijo resignado.

Se le quedó mirando un momento...

-eh!, sin cosas raras!

Acto seguido, empezó a buscar alrededor... briznas resecas que se deshacían con solo tocarlas... el sol había calcinado esa zona a base de bien, y no había ni un miserable palo combustible; algo por ahí verde, pero inútil para hacerlo arder, totalmente.

Miró a la lechuza...

-Pájaro de mal agüero... me preocupa más no tener fuego para alejar a las alimañas que para el calor; para esto último, un trago a la botella de  Marvin, y ya está.

Marvin casi esperaba lo que Kane le iba a decir, así que tampoco se sorprendió mucho. Ya lo iba conociendo. Se encogió de hombros y se levantó:

— De acuerdo, señor Curtis Kane. Yo quería ayudar, como llevo haciendo hasta ahora, pero si me echa, pues me marcho. No hace falta que me amenace como quien no quiere la cosa ni que me falte más al respeto con que no pillo nada. — escupió al suelo — Y mi lealtad es cosa mía. 

Estuvo a punto de decirle que existían los caza recompensas, y que a esa gente no le importaba encontrar al que fuera en otro estado y llevarlo lleno de balas a cobrar lacrecompensa, pero ¿de qué serviría? A fin de cuentas ese tipo y sus problemas ya no eran asunto suyo.

Recogió todas sus cosas y se las echó a Ojomuerto encima, sin atar las correas. El fiel caballo pifió ligeramente sorprendido. Se alegraba de marcharse. Lo sentía un poco por Jesse y Emma, porque habían empezado a caerles bien. Pero se habían emparejado con dos buenos idiotas... En fin, Dios los cría y ellos se juntan, decían las viejas. Estaría mejor con los varoniles Will y Santana.

— Hala, pues ahí os quedáis. Que tengáis suerte. ADIÓS EMMA. QUE VAYA BIEEEN — dijo abriendo mucho la boca al tiempo que se despedía exageradamente con la mano y terminaba con el pulgar hacia arriba. Luego se giró y guiando a su caballo se marchó a acampar con los otros dos.

Alguien comenzó su nueva ruta después de aquellas palabras con Kane. No se podía quedar bien en todos lados a la vez y Curtis dejó claro que no se fiaba de Marvin. Ya no.

Rata no tardó en ver a las dos sombras que borraban las estrellas del horizonte, debían ser Santana y Will, quienes cabalgaban despacio. Y es que la oscuridad no era buena compañera para montar.

Marvin por fin pareció pillar la directa de Kane, quien se había cansado de las payasadas y los cambios de opinión de unos y otros. No le dijo ni adios cuando le vio partir y solo miró a la lechuza para luego mirar a Emma, antes de dejar todo para hacer café junto a la hoguera. Ella debía descansar y él aprender de su nueva vida.

- ¡Hey Levine! - Exclamó William sorprendido porque se encontrara más a gusto entre forajidos y mejicanos, que con hombres y mujeres "respetables". - ¡Acércate! - Le pidió sonriente. - ¿Tienes para hacer fuego? - Le preguntó. - La noche es fría y no quiero congelarme, ni tener que pegarme demasiado a vosotros dos. - Hizo una breve pausa presidida por su casi imborrable sonrisa. - Lo siento pero... no sois mi tipo. - Y soltó una risotada.

Marvin aceleró el paso para alcanzarlos.

— Si te digo la verdad Will, a mí tampoco me interesa pegarme a vuestros feos culos... — contestó devolviendo una sonrisa de dientes sucios a sus nuevos compañeros — Maldición, claro que llevo para hacer fuego.  ¿Teníais pensado seguir mucho más o qué? — miró alrededor. Veía lejos el resplandor de la hoguera de los otros — Creo que en cualquier sitio que acampemos en este desierto, bien estará... La misma mierda es, al fin y al cabo.

- Ya hemos hecho lo que teníamos pensado hacer. - Le respondió a Levine. - Lo creas o no, la idea era de venir hasta aquí era para advertiros de lo que hemos contado antes. No había nada más previsto. - Contó. - Aunque era de esperar la reacción. Luego teníamos pensado irnos lejos se aquí. - Miró a Santana esperando que confirmara sus argumentos. - Y a mi, tampoco me gusta tu maldito culo peludo. - Dijo muy serio. - ¡Ja, ja, ja! - Estalló en una carcajada. - ¿Hacemos ese fuego? - Le preguntó a su imprevisible amigo, poniéndose manos a la obra.

-Sí, aquí no hay más que muerte. Y lo de llegar al fuerte, coger a la chica y llevársela, lo dicho...no merece la pena ni intentarlo; todo está bien atadito, por lo que parece. -Escupió- Puercos... Ahora se trata de salvar el pellejo, que es lo que vale la pena en esta vida. Que se apañen las parejitas entre ellos.

Marvin miró a Will con cara de mala leche por lo del culo peludo, pero luego se echó a reír él también. Le dio una fuerte palmada amistosa en el brazo, entre carcajadas.

— ¡Ja ja ja! Maldita sea, no sabéis lo que me alegro de veros. Joder, estaba empezando a amariconarme. ¿Sabéis que se han estado bañando casi todos los días con jabón? ¡Con jabón! Lavaron hasta la ropa y todo. En fin... 

Cuando consideró que se encontraban en un buen sitio, Marvin hizo una señal para que acamparan allí mismo y se bajó del caballo.

— Bueno, pues manos a la obra con ese fuego. Venga, sacad la leña, que yo saco la yesca y el pedernal... — buscaba en sus alforjas — Pero dejadme que os diga que eso que vuestra idea de vagabundear salvando el pellejo es una gilipollez. Con todo el respeto os lo digo, ¿eh? ¿Cómo no vamos a ir al fuerte? Si llevamos a la chica nos dejarán entrar en el pueblo, ¿no? ¿O dispararán a ella también? No lo creo.... Si alguien nos puede servir para permitirnos el paso en ese pueblo de imbéciles, esa es ella...

- No si... - Alzó sus manos vacías. - ...el problema no es la yesca, es la leña... - Desveló. - Es lo que nos falta... - Chasqueó la lengua disgustado. - En cuanto a lo otro... vale. Iremos al fuerte y podemos ver si encontramos a la muchacha. Luego ya veremos, pero Tombstone... - Negó con la cabeza. - Cada vez tengo más claro que es simplemente pasado...

-Ah! ¿Pero tu no tienes leña?.... mierda... pues nosotros tampoco. Nos va a tocar pasar frío y tiritar.

Se relamió mientras recordaba el último baño que se había dado... fue con una fulana hacía un par de meses, y porque ésta se quejaba de que le iba a dejar las sábanas hechas una mierda... como si no lo estuviesen ya; al menos, el baño resultó divertido... pero no como para cogerlo como costumbre.

Marvin se rascó la cabeza, mirando a sus dos nuevos compañeros, y echó el pedernal de nuevo a la alforja con mal gesto.

— ¡Pues vaya una jodienda! Bueno, no pasa nada. Tengo otra cosa para calentarnos, je je je... — sacó de la alforja otra botella de whisky malo y se acercó a los otros — Yo creo que exageráis con Tombstone...  — dijo acomodándose en el suelo, dandole un tiento a la botella y tendiéndola a los otros. Soltó un eructo que olía ácido y penetrante, una mezcla de alcohol digerido y tabaco — Cuando aparezcamos por allí con la niñata de Reeves nos dejarán pasar, y luego nos darán lo nuestro... Y después, seremos ricos. Ya lo veréis... De momento, mañana iremos al fuerte, y de paso compramos algunas provisiones más. ¡Bueno! ¿A quién le toca seguir con la guardia?

- La segunda guardia es la mía. - Intervino William. - Por ello, voy a aprovechar ahora para cerrar los ojos un rato. Si seguimos hablando no llegaré a dormir ni una hora y aguantar prácticamente toda la noche sin dormir, se antoja complicado.

Sin esperar una respuesta se recostó en el interior de su sacó, se colocó el sombrero sobre la cara y trató de dormirse. Debía descansar un poco antes de que le tocara hacer el relevo a Levine. No quería que "Rata" diera por concluida su guardia sin apenas comenzarla y mucho menos sin que ni él, ni Santana hubieran cerrado los ojos aún.

-Amén.

Hizo un gesto a Marvin para que le pasase la botella, y se tomó un trago; demonios... eso daba la vida. La cerró y se la devolvió.

-Dios dirá mañana. De momento,... descansemos para que nos pille bien espabilados lo que pueda pasar; despertadme cuando me toque

— Hmmm — asintió a ambos. Se volvió a poner el el regazo el Winchester, dispuesto a terminar su turno de guardia. A pesar de todo lo ocurrido le estaba entrando mucho sueño, pero el fresco de la noche del desierto le ayudaba a mantener un poco los ojos abiertos. Minutos más tarde, cuando sus compañeros dormían, se levantó para sacar la mugrienta manta que llevaba enrollada en la parte posterior de la silla de su caballo y envolverse con ella.

Puto desierto de mierda. Por la noche se le congela el culo a uno, y por el día se le recuece al sol...

La noche fue tranquila para los tres, salvo por el frío que se agrababa según avanzaba la noche y la luna comenzó a gobernar en el cielo. No oísteis nada y solo veiais en la distancia la hoguera de quienes fueron parte de vuestro grupo de aventuras. Ellos si estaban bien, con fuego y refugio y a malas tenían la diligencia para dormir en su interior.

Eso os hacía sentir cierto resquemor hacia aquellas dos parejas que habían quedado allí, aunque con un ciego, una loca, una sordo-muda y un foragido, no les ahugurábais un buen futuro.

Marvin soñó con la fortuna que le esperaba, con montar su negocio y recuperar a la mujer de su vida. Will soñó con sus padres, hasta que Jesse se cruzó en su sueño y se vengó de lo que le había hecho "arrebatándola la flor" matando a ambos delante de sus ojos sin que este pudiese hacer nada. Santana en cambio, soñó como le daba una patada en el trasero al caballo sin nombre para comprarse otro caballo mejor al cual tampoco pondría nombre...

Y con esos sueños y las guardias cumplidas, el sol comenzó a salir y aún se veía humo en el campamento del otro grupo. Marvin se acordó en ese momento del café de Jesse, algo que sin duda añoraría ese día.

Kane hizo casi toda la guardia. La lechuza le acompañó, no solo a él, sino a Jesse y a Noah cuando les tocó hacer las dos horas restantes hasta el amanecer. En ese tiempo, Kane intentó comunicarse de alguna manera con la lechuza y la primera vez no surtió efecto alguno, pero la segunda... Kane tuvo extrañas visiones, vistas por aquel ave.

Mostró como los indios, encabezados por el chamán, llevaron a Jesse a la entrada de una cueva. Luego todo se tornó negro y Jesse salió con una herida en el cuello. Los indios apuntaron hacia ella con sus arcos, pero una serpiente roja apareció de la nada y el viejo chamán les detuvo.

La serpiente, larga y anormal en aquel lugar, se enroscó en la pierna de Jesse y comenzó a subir por ella. La mujer no se atrevía a moverse mientras esta trepaba. Acababa de llevarse un mordisco de algo dentro de la cueva y ahora otro animal amenazaba con morderla. La serpiente pegó su rostro al de Jesse, para luego seguir el olor de la sangre y acabar mordiendo en el mismo sitio donde había sido herida.

Instantes después la serpiente caía muerta al suelo y Jesse se desmayaba.

Nuevamente todo se volvió negro y Kane vio como los indios tatuaban en el cuerpo de Jesse el lugar exacto por donde la serpiente trepó por su cuerpo. Cuando quiso ver la cueva de nuevo, salió de aquella especie de trance y no pudo conectar más con el ave. Luego trató de insistir a Noah para que descansase el tiempo que quedaba, pero él quería estar con Jesse. Sabía lo que era un corazón roto y ella necesitaba compañía en ese momento.

Noah se abrazó a Jesse y ella a él. No hablaron en toda la guardia. No necesitaban hacerlo, ambos sabían lo que estaba pasando.

Mientras, Kane se recostó junto a su amada, a la cual acarició su rostro y besó sus labios antes de abrazarla y quedarse dormido a su lado. La noche había sido larga y extraña para él. Esperaba que Jesse le pudiese dar algunas respuestas.