FECHA: 11 DE ABADAR DE 4715 RA, DÍA DEL SOL.
HORA: ALBA.
LUGAR: ANTORCHA: INTERIOR DE LA TABERNA LA FUNDICIÓN.
CLIMA: INVERNAL. ESTÁ NEVANDO. TEMPERATURAS FRÍAS.
Fue el aroma del caldo lo que sacó a Shidi de su letargo. Había descansado bien, durante los últimos días tras el fin de Garmen y sus pobres muchachos, no se tomó el descanso prolongado que otros si creyeron conveniente y al final, el cuerpo le pasó factura. Sus heridas iban curando sin presentar infecciones, todo un milagro en este mundo primitivo.
Consideró quedarse un rato más, no había prisa, pero recordó algo que le puso en marcha. Se cambió de ropa, dejando a un lado el nuevo atuendo que le daba aire de montaraz en lugar de un nuevo set de artesano de colores más apagados que el anterior. Se sentó en la mesa y saludó a Equilibrium a su manera — master chef —, tomándose con calma la faena, no como Halberd, que se estaba jugando el atragantarse.
— ¿A qué viene tanta prisa? — Le preguntó curioso, pues intuía donde querría ir y habría conflicto de intereses. Saludó a quienes fueron apareciendo y continuó la charla.
— Yo tenía la idea de pasarme el día trabajando en el bastón de Daeron, déjame hueco en el taller —, le comunicó a título informativo al enano.
Nada más el mago asomó por la cocina, Shidi le hizo un gesto para que se sentase al lado.
— Voy a necesitar tu bastón hoy, háblame de las especificaciones que necesites y veré que puedo hacer —.
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HORA: ALBA.
LUGAR: ANTORCHA: INTERIOR DE LA TABERNA LA FUNDICIÓN.
CLIMA: INVERNAL. ESTÁ NEVANDO. TEMPERATURAS FRÍAS.
Halberd abrió la puerta de la taberna, impaciente por salir. El gélido aire de la mañana irrumpió en el interior de la taberna, tan cálida tras la noche llena de Rifts Warriors respirando dentro y con una chimenea encendida y bien alimentada.
— Se me ha ocurrido un nuevo invento para canalizar energías mágicas. Tengo algunos apuntes, pero lo más importante está aquí. — dijo dándose con el dedo en la cabeza — ¡Ven, vamos! El taller es muy grande, cabemos todos. De hecho, podrías ayudarme. Tal vez te pueda ayudar yo también. ¿Qué le vas a hacer al bastón de Daeron? — preguntó, súbitamente interesado, olvidándose de cerrar la puerta.
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HORA: ALBA.
LUGAR: ANTORCHA: INTERIOR DE LA TABERNA LA FUNDICIÓN.
CLIMA: INVERNAL. ESTÁ NEVANDO. TEMPERATURAS FRÍAS.
Arqueó una ceja al escuchar la extraña idea que rondaba su cabeza. Magia, como no, tan sobrevalorada... Pensó para sí. Pese a todo, no podía desperdiciar una oportunidad de aprender más en su compañía, sabedor de que sus conocimientos sobre herrería eran algo escasos, para que negarlo.
— Quiere reforzarlo, aunque no entró en detalles, pero espera, deja que termine de desayunar y se prepare mientras me cuentas esa idea loca fuera. ¡Daeron mueve el culo, te esperamos fuera! — le apremió.
Así pues, asintió y se empezó a levantar mientras engullía el también parte del desayuno que no podría llevarse para acabarlo por el camino.
FECHA: 11 DE ABADAR DE 4715 RA, DÍA DEL SOL.
HORA: ALBA.
LUGAR: ANTORCHA: INTERIOR DE LA TABERNA LA FUNDICIÓN.
CLIMA: INVERNAL. ESTÁ NEVANDO. TEMPERATURAS FRÍAS.
— Reforzarlo, ¿eh? — dijo Halberd. Pues no le vendría mal. Había visto a Daeron abrirle la cabeza a más de uno con ese bastón. — Sí, creo que le vendrá bien.
Pero lo cierto era que Halberd estaba más pendiente de su proyecto y las piezas que iba a necesitar, y más aún ahora que Emil había sacado un alijo oculto con algunos artefactos más que requerían un buen vistazo.
Destruirlos en el proceso... bah, qué sabía Emil, el elfo. En todo caso se potenciarían al añadirle las fantásticas y oportunas mejoras que tenía pensadas.
PASAN VARIAS HORAS.
FECHA: 11 DE ABADAR DE 4715 RA, DÍA DEL SOL.
HORA: MEDIODÍA.
LUGAR: ANTORCHA: INTERIOR DE LA TABERNA LA FUNDICIÓN.
CLIMA: INVERNAL. CAEN ALGUNOS COPOS DE NIEVE. TEMPERATURAS FRÍAS.
FECHA: 11 DE ABADAR DE 4715 RA, DÍA DEL SOL.
HORA: ALBA-MEDIODÍA.
LUGAR: ANTORCHA: INTERIOR DE LA TABERNA LA FUNDICIÓN.
CLIMA: INVERNAL. ESTÁ NEVANDO. TEMPERATURAS FRÍAS.
Daeron se despertó tarde. No sintió la necesidad de apurar el día. Se aseó, realizó un desayuno-almuerzo, estudió su nuevos conjuros, vistió sus nuevos ropajes arcanos y finalmente, tras escuchar los berridos de un impaciente Shidi, se presentó ante el herrero que tenía ganas de echar un vistazo a su bastón y la idea de reforzar los bordes del objeto con plata. Halberd estaba con él y al parecer ambos estarían interesados en participar en aquella odisea de transformar un buen bastón de madera en algo más.
La verdad es que parecería atípico, pensar en un mago dando bastonazos, pero el joven Daeron era fuerte, atlético y sus condiciones mentales no eran mejores que sus físicas. Bien podría dedicarse a conjurar hechizos que lo convirtieran en un poderoso combatiente.
- Ya voy, ya voy - dijo con sonrisa divertida al ex-comando y al tecnomante, presentándose en el salón con su nuevo atuendo. Se parecía realmente al antiguo que portase en Dweomer. Sí, de eso sí se acordaba. Realizó una cabriola con el bastón en el aire y asintió con la cabeza. Quería ver cómo los expertos eran capaces de transformar un simple madero en algo más.
FECHA: 11 DE ABADAR DE 4715 RA, DÍA DEL SOL.
HORA: MEDIODÍA.
LUGAR: ANTORCHA: INTERIOR DE LA TABERNA LA FUNDICIÓN.
CLIMA: INVERNAL. ESTÁ NEVANDO. TEMPERATURAS FRÍAS.
Halberd había estado muy distraído durante el trabajo en la fundición para hacerle un upgrade al bastón de Daeron. Su mente había estado divagando desde que comprobara que sus planes del Excelente Yelmo Canalizador se hubieran ido al traste. También le daba vueltas a la visita a casa del concejal y el lugar señalado en el mapa. El resultado había sido que, salvo por "hum, creo que habrá que encender la forja antes de ponerse a trabajar" y "el martillo sirve para dar golpes", su ayuda no sirvió de absolutamente nada.
Ya había vuelto a la taberna para buscar algo de almuerzo, pero aún así tampoco comió mucho. Cuando estuvieron todos sus compañeros por allí, decidió explicar sus descubrimientos. Carraspeó y se subió a un taburete.
— Ejem, hum, ¡Rifts Warriors! — empezó, un poco incómodo, levantando las manos para llamar la atención — Esto... he estado esta mañana desayunando con el concejal, y hemos averiguado dónde está el lugar hacia donde se redireccionaba la energía del reactor... Lo tenemos señalado en un mapa. Es... es un sitio curioso. Se llama Muro de Chatarra. Según me ha contado el concejal es un sitio bastante peligroso. Parece que es el nido de todas las bandas de criminales psicópatas de este país. Creo incluso que los semiorcos que nos topamos en la nave eran una pequeña muestra de lo que se mueve por allí. En conjunto es como una especie de gigantesco laberinto de chatarra, seguramente con cientos o miles de chabolas. Pero lo interesante de todo esto es que, aunque llevan siglos saqueando aquello, es tan grande que de vez en cuando aparecen cosas como armas láser y espadas-sierra. Claro, no son tan interesantes cuando caen en malas manos. Creemos que debe haber alguien por allí con conocimientos acerca de tecnología, y que está montando algo muy gordo para necesitar tanta energía. — miró las caras de los compañeros y de pronto se quedó sin palabras — Bueno, y eso es todo. Me pareció bueno que lo supierais para decidir, hum, qué vamos a hacer a continuación. Creo que el Consejo se va a reunir porque quiere investigarlo, por lo que me ha dicho Kohnnir. Me parece normal. Casi le vuelan medio pueblo por los aires.
Dicho eso, Halberd se bajó del taburete y se sentó, esperando las reacciones de los Rifts Warriors.
FECHA: 11 DE ABADAR DE 4715 RA, DÍA DEL SOL.
HORA: MEDIODÍA.
LUGAR: ANTORCHA: INTERIOR DE LA TABERNA LA FUNDICIÓN.
CLIMA: INVERNAL. ESTÁ NEVANDO. TEMPERATURAS FRÍAS.
Muxu pareció salir de su ensoñación al escuchar las palabras de Halberd. Levantó la cabeza y miró a su compañero.
- ¿Estás diciendo que hay un lugar donde podríamos reabastecernos de tecnología? - Preguntó. - No digo que vayamos a estar a tope como antes pero oye... Me parece evidente que tenemos que ir a echar un vistazo y recuperar todo lo que podamos. -
Joder, a ella todo lo que decía Halberd le parecían buenas noticias. Bueno, quitando lo de que puede que hubiera un chiflado acumulando tecnología sobre la que sabría más bien poco, dispuesto a hacer dios sabe qué con ella, y que seguro que acababa haciendo explotar el mundo. O, como mínimo, habría desarrollado una bomba atómica... Con la suerte que ellos tenían, cualquier cosa podía pasar.
FECHA: 11 DE ABADAR DE 4715 RA, DÍA DEL SOL.
HORA: MEDIODÍA.
LUGAR: ANTORCHA: INTERIOR DE LA TABERNA LA FUNDICIÓN.
CLIMA: INVERNAL. ESTÁ NEVANDO. TEMPERATURAS FRÍAS.
Halberd hizo una mueca.
— Bueno... más que un lugar para reabastecernos diría que se trata de un enorme vertedero de chatarra donde se han metido a vivir la peor calaña de asesinos y criminales de la región. Lo que no quita que esconda alguna maravilla a la que podamos darle buen uso. Dudo que haya un SAMAS o algo por el estilo allí enterrado pero... la androide quizás venía de allí, y era MUY avanzada, tecnológicamente.
PASAN VARIAS HORAS.
FECHA: 11 DE ABADAR DE 4715 RA, DÍA DEL SOL.
HORA: ATARDECER.
LUGAR: ANTORCHA: INTERIOR DE LA TABERNA LA FUNDICIÓN.
CLIMA: INVERNAL. CIELO NUBLADO. TEMPERATURAS FRÍAS.
FECHA: 11 DE ABADAR DE 4715 RA, DÍA DEL SOL.
HORA: ATARDECER.
LUGAR: ANTORCHA: INTERIOR DE LA TABERNA LA FUNDICIÓN.
CLIMA: INVERNAL. CIELO NUBLADO. TEMPERATURAS FRÍAS.
Los Rifts Warriors habían tenido la oportunidad de descansar y recuperarse bastante bien de sus muchas heridas.
Algunos habían hecho compras, o habían salido por el pueblo a pasear, o habían participado en proyectos de forja o de investigación de cachivaches diversos.
Muchos seguían descansando, todavía agotados física o emocionalmente. Otros estaban pensativos, preparándose mentalmente para lo que el futuro les tuviera reservado.
Daeron observaba apreciativamente su bastón, decorado con adornos de forja hechos en plata. No eran un trabajo fino y delicado, desde luego, pese a todo el bastón tenía una cruda elegancia, que contrastaba de forma interesante con sus nuevos ropajes de mago. Shidi había hecho lo que había podido en la forja, la orfebrería no era su fuerte. De vez en cuando degustaba un licor de miel agradablemente espeso.
Emil pensaba, en todo lo que había sido, y en lo que probablemente sería. Raxus se entrenaba duramente el cuerpo, consciente de que su hacha volvería a hablar, antes o después.
Los Rifts Warriors seguían adelante, seguían vivos, y sin duda les aguardaban todavía muchos desafíos y aventuras.