Partida Rol por web

—Maldito ser humano, podías revivirme y así salvar a Romeo. Éramos los únicos capaces de solucionar esto, pero no, preferías a la zorra de Caroline Montesco—respondo llena de rabia. 

Romeo se posiciono al lado de su enamorada y le pasó un brazo por la cintura para tranquilizarla. Aunque en realidad en el fondo opinaba igual que ella, pero él no era de estallar y sacar a relucir todo lo que pensaba

-¿Qué ha incitado esa decisión padre? ¿No era más fácil utilizar a aquellas que sabías que querían la paz y que podrían haber calmado toda la disputa?- su voz se fue apagando. Poco importaba ya todo aquello. Miró a Julieta- He conseguido estar con ella, aunque no noto su calor en este plano...- pensó con tristeza.

-Pagaremos todos esa decisión. A alguien a quien se le han dado tantas oportunidades y no ha arreglado nada, deja de ser culpa suya y es de los que insisten en que vuelva una y otra vez.

-No tienes derecho a hablar Romeo, tu fuiste quien fallaste a Julieta. Por ello me dedique a la busqueda de los asesinos que ambas familias os estaban diezmando, pero en vez de eso, de ayudarme no hacíais mas que mataros entre vosotros. Dios sabe que lo he intentado. Pero la codicia humana es mas fuerte. -Dijo con palabras tristes.

Aquel purgatorio era particularmente silencioso, al menos para el PAdre quien observaba la inmensidad sin nada mas que hacer. -Disculpen, pero alguno de ustedes, ¿Sabe lo que ocurre en Verona? El capitán esta solo ante el resto y a pesar que lo creo capaz de encerrar a todos no se como podría lograrlo. -Era una casi nada sutil manera de mostrar su interés por lo que seria, tal vez, el ultimo día antes del desastre.

-Pues de alguna manera las señales de tv y radio llegan hasta acá, al parecer le damos la bienvenida a Christinne Capuleto a tan selecto club de ánimas, por lo que resta creo que quedan allá abajo el Capitán Escala, Teobaldo Capuleto y Mercucio Della si no me equivoco.- Me quedo pensativo un momento con la mano en la barbilla. -Por lo que creo que las manos del capitán Escala estará el destino de Verona Beach, ya que si quedan solo ellos tres y Mercucio y Teobaldo son hombres lobo tendrá que ser demasiado inteligente para ganarles la partida.-

-¡OH! Ya veo, que curioso, gracias querida. -Agradecio escucahr la voz de Ruby

Miro entonces a la recién negada y negó con la cabeza en reproche.

-Parece que esta vez todo llegará a su fin en breve.

Se acerco a Caroline.

-Le debo una disculpa, no esperaba que nos atacaran a ambos a la vez, confiaba en que el capitán haría guardia, para evitar que Mercucio operara también. Pero parece que llevo mas tiempo el que volviera y ahora estamos aquí ambos. No sabría decirle si morir tres veces es penitencia suficiente para usted, pero si le diré que le agradezco que confiara en mi. -Inclino vehementemente su cabeza.

—¿Tu no aprendes no? Te han revivido muchas veces para morir otras más, eres patética—recrimino a Caroline. 

Pestañeo de nuevo y por instinto me llevo la mano al abdomen, donde hasta hace no mucho noté el fuego de los proyectiles. Miro al sacerdote con una leve mueca.

-Menos miradas de reproche, padre. Ha sido Escala el que ha empezado el intercambio de balas con una MP5 en su adorada iglesia, creyéndose el maldito Sheriff de Nottingham. No iba a dejar que nos matara a los dos sin intentarlo, y se ha comido plomo. Así le cause una indigestión.- Miro con una sonrisa a mi familia y a nuestros sirvientes, suavizando mi tono.- Os echaba de menos...

-La codicia te ha traído de vuelta chiquilla. Te di una oportunidad y preferiste al demonio. -Negó con la cabeza.

-Gracias, padre Lorenzo. Hicimos cuanto pudimos. Y tú, amargada Julieta, si me han revivido y matado tantas veces por algo sería, ¿no crees? Mira que te come la amargura, niña. Aprende a perder, anda. ¡Tienes toda la eternidad para hacerlo!

Tenia la certeza de que era un nuevo día en la tierra pero no vio a mas que ha Mercucio entre ellos por lo que el Padre Lorenzo pensó que una estaban luchando aquellas dos personas que seguían convida.

-Bienvenido Mercucio. -Si es que se pudiera dar la bienvenida a alguien que no era creyente. -¿Serias tan amable de hablarnos lo que sepas desde que parti al otro mundo? ¿Has venido por propia acción o por la mano de otros?