Partida Rol por web

Centro!!! ya sois 5!!

Barrio central. Lavandería. 12:00 AM

Solo, practicamente solo. Se encontraba alejado de toda persona que pudiera servirle de ayuda. Por desgracia no tenía otra alternativa que seguir si quería mantenerse con vida. Jhon se había dirigido tranquilamente a hacer la colada cuando de repente oyó un gemido extraño detrás de una hilera de lavadoras, a la par que una serie de mordiscos y un ruido que se confundía entre satisfacción y un chirriante ruido que pondría los pelos de punta a cualquiera. Se encontró con una persona de espaldas, con la espalda derruida por la putrefacción e inclinada sobre otra persona.

Pudo distinguir como otra persona se encontraba tumbada en el suelo, siendo devorada por la primera, justo antes de que esta se girara para darse cuenta que una nueva presa se encontraba frente a él. Tenía ojos sangrientos, los labios le faltaban impidiendo ocultar sus dientes putrefactos, y una sucesión de cortes adornaban su rostro. Jhon tardó poco en reaccionar, sacó el cuchillo y le clavó una serie de apuñaladas con lágrimas quemándole las mejillas, y a la par una sonrisa en el rostro que demostraba su naturaleza humana más salvaje.

El extraño ser no tuvo tiempo de reaccionar, antes de caer al suelo, con una serie de ataques que hubieran acabado con hasta el hombre más fuerte. Jhon se levantó, para cerrar la lavandería rápidamente al darse cuenta de los 2 zombies que atacaban la puerta en busca de carne fresca. Tras esconderse durante una medio hora para evitar la muerte, estos zombies parecieron irse, creyendo que Jhon ya no estaba.

Equipo:

Cuchillo normal.

Llaves del apartamento con unas ganzúas colgando a modo de adorno que pueden ser usadas.

Cartera con tu documentación y unos cuántos dólares (10-15).

No me podía creer lo que estaba sucediendo, era todo tan surrealista. No se si esos malditos locos eran humanos o no, parecían sacados de una película de George A. Romero.

Pero una cosa tenía clara. No podía quedarme aquí encerrado a la espera de que volvieran a intentar devorarme. 

Así que me puse manos a la obra y comencé a buscar todo tipo de objeto que pudieran serme útiles antes de salir de allí.

Rebuscando en la habitación no pareces encontrar objeto de interés, nada que valga la pena. Parece ser que una lavandería no es el mejor lugar para buscar cosas de utilidad. Lo de mayor utilidad que ves en la habitación es tu propia ropa sobre el cesto, la cual todavía no habías metido en la lavadora correspondiente.

-"Joder, es que no hay nada de utilidad aquí."- Pensé llevándome la mano a la cabeza intentando pensar una solución.

Dejo mi ropa sucia tirada en la lavandería, y me dispongo a salir de está. Agarro el pomo de la puerta con una mano mientra con la otra agarro mi cuchillo por lo que pudiera ocurrir y entreabro la puerta como un palmo para ojear lo que hay fuera.

Al abrir la puerta no ves más que una calle con unos cuantos cuerpos en el suelo. Parecen haber sido devorados por eso que antes eran considerados hombres. Algunos de ellos todavían perfilan sus siluetas a lo lejos de la calle que se ve a tu izquierda.

Las calles, manchadas del rojo de la sangre, dejaban una imágen que hubiera hecho vomitar a muchos. Los cuerpos desmembrados a través de arrancar los miembros y de múltiples mordiscos dejaban a la luz una serie de órganos que, junto a la sangre que comenzaba a coagularse, dejaba formada un pequeño montón de intestinos donde la una serie de líquidos que Jhon desconocía de su existencia formaban un conjunto de brillos gracias al sol de la mañana. Los huesos se encontraban dispersos, algunos partidos, otros roídos. Parecía que no eran estos duros elementos del cuerpo humano lo que preferían esas bestias. Una serie de tiras de piel cortadas a mordiscos se dispersaban en torno a los cadáveres para acabar esta composición fruto de un acto atroz.

Sin embargo, esto solo provocó en Jhon un pequeño repelús. No se podía permitir dudar, no se podía permitir echarse atrás. La situación lo exigía.

Una serie de 3 de esos seres endiablados comienzan a acercarse hacia ti desde el lado derecho de la calle. Parecen enfurecidos y parecen haberse percatado de tu presencia. Se acercan hacia tí a la máxima velocidad que sus atrofiadas piernas se lo permiten y van a cargar contra ti. Están a escasos metros, por los que en unos segundos te alcanzarán.

Los zombies te alcanzan y comienzan a atacarte. Ante tu pasividad no puedes hacer sino intentar esquivar los ataques sin realizar otra acción. Esquivas los dos primeros ataques pero no tienes tanta suerte con el tercero. Todo acaba en un pequeño mordisco de esa mandíbula putrefacta.

Los zombies vuelven a atacarte mientras tú, desesperado, evades los ataques sin tener claro cómo actuar. Dudas ante todo, y desconoces qué hacer. El miedo asalta tu débil corazón ante el peligro, y no eres capaz más que de defenderte.

Pese a ello, y gracias a tu gran agilidad, consigues evadir los 3 golpes para pesar de los zombies y alegría tuya. Alegría que podría ser efímera si no haces nada.

Tras un duro combate, los zombies acaban apresándote y empiezan a devorarte. La vida podría haber sido más larga, pero el no haberle plantado cara a esos seres hace que tu trayectoria se acabe aquí.