Partida Rol por web

Las puertas de la magnífica biblioteca papal se abrieron ante vuestros ojos una vez más. Esta vez os acompañaba un silencioso monje portando un candil.

Se hizo a un lado para dejaros pasar. No parecía muy conversador ni muy interesado en vosotros. Nada más entrar, cerró la puerta y se alejó hacia una estantería de la que extrajo un pesado volumen. Sentándose en una de las mesas con su candil, utilizó su vela para encender otra allí situada que os ofreció a continuación.

-Tened cuidado, una leve chispa podría originar una catástrofe en nuestra preciada librería. Si necesitáis mi ayuda, Su Excelencia me ha pedido que os ayude en todo lo que esté en mi mano.

No dijo más, abriendo el pesado volumen y deslizando sus ojos por las palabras en él escritas, absorto en la lectura.

Nuevamente quede sobrecogido ante la inmensidad del conocimiento guardado entre aquellas paredes. Una vez regresado de tan importante misión debía de intentar solicitarle permiso al Papa Luna para poder pasar un tiempo en la biblioteca leyendo alguno de los volúmenes aquí almacenados, pues sabría que leerlos todos era imposible, ya que harían falta varias vidas.

Muy bien señorita Silvana, estoy a su disposición para ayudarle a encontrar aquello que busca. ¿Podría darme alguna indicación de lo que desea encontrar?

Me sorprendio lo facil que habia sido convencer al Papa para que nos dejara volver a la biblioteca de nuevo.
Mire fijamente a Hernan que me acompañaba y pense unos intantes mientras sopesaba la situacion. Debia mentir o decirle cual era mi intencion? Mentir no haria mas que complicar mis planes, asi que decidi contarle lo que tramaba, al fin y al cabo lo necesitaba, sin el me costaria meses encontrar lo que queria.

-He pensado algo que nos facilitara el exito en nuestra mision. No sera facil entrar al Palacio de Valencia a no ser que tengamos algo valioso que ofrecer. Creo que las especias y alguna planta exotica atraera el interes del señor del palacio, pero mucho mas interes despertara en el un buen libro, por ejemplo uno de esos que contienen mapas, cartas de navegacion o algo por el estilo. Un buen ejemplar de cartografia nos seria muy util, no le parece?-Lo mire un instante suavizando el gesto- De lo que se trata es de no acabar en el pozo, de salvar nuestras vidas, y de conseguir lo que quiere nuestro anfitrion. Si le hubiera dicho que pretendia "tomar prestado" uno de sus libros tal vez no hubiera aceptado, no se trata de su vida sino de la nuestra-respire hondo y guarde silencio unos segundos- Quiero encontrar un libro de cartografia y llevarmelo, asi de sencillo. Cuando subamos diremos que consultamos libros de botanica y que tenemos la informacion que necesitabamos

Abrí tanto los ojos de la perplejidad que temí que se me salieran de las órbitas. No me podía creer lo que mis oídos estaban escuchando y tarde varios segundos en responder pero, pero, pero... ¿entiende totalmente lo que está diciendo? le respondo en un susurro con la esperanza de que el asqueroso ser que resulta ser Charles de Lupo no haya oído las palabras de Silvana, pues dada las ganas que tiene de librarse de nosotros no dudaría ni un segundo en delatarnos al Papa.

¿Robar un libro dices, ese era tu gran plan? ¿Y nada más y nada menos que al Papa? ¿Quieres empezar una misión sagrada rompiendo el séptimo mandamiento? ¿Como nos vamos a mostrar dignos ante el señor que nos ha dado una encomienda tan importante como esta? No, no y mil veces no. Te ayudaré a encontrar aquello que desees de entre todos los libros, pero no participaré en ningún acto de latrocinio.

La reaccion de Hernan no me sorprendio. Hacia tiempo que habia comprobado hasta que punto llegaba la hipocresia de los llamados servidores de la iglesia. Mire hacia donde estaba el silencioso monje que nos habia acompañado y me cerciore de que seguia absorto en la lectura. Bajando la voz, pero endureciendo el tono, le respondi a Hernan.

-Robar? Yo no lo considero robar. Lo que intento hacer forma parte de "la sagrada mision" que nos ha sido encomendada. Es mas, este libro puede que sea la llave para colarnos en el Palacio sin saltarnos ninguna ley. Puede incluso que no lo necesitemos, en ese caso lo devolvere a su sitio, a mi no me hace ninguna falta.-lo mire directamente a los ojos pensando que me habia equivocado al juzgarlo. Pensaba que era de los pocos honestos dentro de la iglesia y me estaba demostrando todo lo contrario- No comprendo porque se escandaliza. Digame una cosa, de que modo se supone que vamos a conseguir el santo grial? Tal vez crea que sera tan facil como decirle al señor..."Buenos dias, venimos a por el Santo Grial, el papa Benedicto desea tenerlo, asi que haga el favor de darnoslo..." Es asi como lo piensa conseguir? -reprimi una carcajada cargada de ironia- Si tan grave cree que es coger un libro de esta inmensa biblioteca, deberia considerar su viaje a Valencia. No solo puede que tengamos que entrar asaltando el Palacio, ademas tenemos la intencion de robar algo tan sagrado y unico como el mismisimo Santo Grial, si eso no le parece un delito no veo que otra cosa puede serlo. Si no quiere participar en esto simplemente digame donde se encuentran los libros de cartografia y dejeme sola, no voy a obligarle a hacer algo que no quiera. Ahora bien, sera interesante ver como reacciona cuando tengamos que robar el caliz sagrado. Veremos si muestra los mismos escrupulos que en este caso- Espere su repuesta, tanta hipocresia me ponia enferma. Cualquiera diria que mi proposito era matar a alguien, cuando solo pretendia llevarme un libro entre los cientos que nos rodeaban. Era ridiculo que Hernan se hubiera mostrado dispuesto a asaltar el Palacio Real, robar el santo Grial y entregarselo a un hombre que nos habia secuestrado y torturado y que ahora me acusara de atentar contra el septimo mandamiento.

Y si no lo considera robar... ¿por qué no ha explicado su plan antes frente al Papa y le ha pedido a el directamente que le done uno de sus libros?

Se que para lograr recuperar el Santo Grial tarde o temprano tendremos que romper las enseñanzas de Dios Nuestro Señor. No estoy tan viejo y senil como para no saberlo. Pero saber que no nos quedará otra para alcanzar el éxito en nuestra misión no nos da una impunidad total y nos permite saltarnos libremente los preceptos divinos. Todo lo contrario, nos obliga a ir con pies de plomo y a elegir sabiamente los momentos en los que deberemos de romper los sagrados diez mandamientos.

Y este no es uno de ellos. No lo es por varias razones. Una porque la misión realmente ni ha empezado. Dos porque es el Papa quien nos ha encomendado esta misión. Tres porque el propio Papa esta en el bando de nuestro Señor Jesucristo y por mucha misión divina de redención que hagamos nunca obtendremos el perdón por haberle faltado. Y cuatro porque seré viejo y senil, pero hasta yo se que no es buena idea robarle algo a quien te ha tenido encerrado en un pozo durante incontables días mientras te contaba relatos sobre las diferentes torturas sufridas por los mártires de la Biblia. ¿Quién sabe cuales serían sus represalias una vez se entere del hurto?

Y si no lo considera robar... ¿por qué no ha explicado su plan antes frente al Papa y le ha pedido a el directamente que le done uno de sus libros?

Se que para lograr recuperar el Santo Grial tarde o temprano tendremos que romper las enseñanzas de Dios Nuestro Señor. No estoy tan viejo y senil como para no saberlo. Pero saber que no nos quedará otra para alcanzar el éxito en nuestra misión no nos da una impunidad total y nos permite saltarnos libremente los preceptos divinos. Todo lo contrario, nos obliga a ir con pies de plomo y a elegir sabiamente los momentos en los que deberemos de romper los sagrados diez mandamientos.

Y este no es uno de ellos. No lo es por varias razones. Una porque la misión realmente ni ha empezado. Dos porque es el Papa quien nos ha encomendado esta misión. Tres porque el propio Papa esta en el bando de nuestro Señor Jesucristo y por mucha misión divina de redención que hagamos nunca obtendremos el perdón por haberle faltado. Y cuatro porque seré viejo y senil, pero hasta yo se que no es buena idea robarle algo a quien te ha tenido encerrado en un pozo durante incontables días mientras te contaba relatos sobre las diferentes torturas sufridas por los mártires de la Biblia. ¿Quién sabe cuales serían sus represalias una vez se entere del hurto?

Reflexiono unos instantes al escuchar a Hernan. Tal vez tenga razon en lo de pedir directamente al Papa uno de sus libros, pero se lo que aprecia su biblioteca y proponerle que me deje sacar alegremente uno de sus libros no me parece buena idea, ahora ya es tarde, no pienso pedirle nada mas. Me encojo de hombros y hablo dispuesta a no llevarle la contraria. No tengo intencion de entrar en una disputa sobre pecados, malas acciones u ofensas divinas.

-Esta bien. No robare nada, no quiero que vaya al infierno por mi culpa. Nuestra visita a la biblioteca ha acabado. Podemos volver con los demas y que Dios lo perdone cuando se vea obligado a incumplir uno de sus 10 sagrados mandamientos- Sin decir ni una palabra mas, me encamino hacia donde dejamos al monje que nos acompaño para que nos lleve de nuevo con el resto del grupo.

Estamos en una misión sagrada ordenada por uno de sus emisarios. Siempre y cuando rompamos los mandamientos cuando sea estrictamente necesario Dios nuestro Señor nos perdonará. Estoy seguro de ello. Volvamos con nuestros compañeros y terminemos los preparativos para el viaje.