Charles os acompañó a una sala en donde se dejó caer en un asiento, derrotado. Suspiró y comenzó a hablar con voz cansina.
-Ya que parezco condenado a tratar con vosotros una y mil veces, será mejor trazar un plan alternativo por si la idea de la bruja no nos sale como se espera, aunque por cierto yo no espero nada de él.
Os miró a los tres, de uno en uno, esperando un buen plan.
-Uno de mis más fieles compañeros está trazando un esbozo de lo poco que recuerda del castillo, pues estuvo allí un par de veces hace ya unos años. No es mucho, pero menos da una piedra, y al menos servirá para tener media idea de la distribución del castillo. Tardará en hacerlo, es bueno en el arte del dibujo, pero no veloz. ¿Alguno de vosotros, gente de malas artes, ha entrado alguna vez en una fortaleza a la fuerza? Si es así, ya podéis ir contando cómo podríamos hacer un asalto. No es mi especialidad, a Dios gracias.
"Un asalto!"... Aquel monje estaba loco de remate. Como se le podía ocurrir que, un grupo como aquel, pudiera realizar un asalto a una fortaleza como la que se dirigian.
Lo mejor, según Gonzalo, sería analizar aquellos puntos flacos del edifico, los lugares por donde pudieran entrar sin ser vistos, de forma sigilosa y sin demasiado (o nulo) alboroto. La cuadras, la salida del servicio, alguna salida secreta...que siempre las había, según habia escuchado alguna vez el ladronzuelo.
-Lo mejor seria conocer aquellas entradas por donde circula poca gente y entrar pasando desapercibidos. Por la fuerza no conseguiremos nada...y seguro que alguien que yo me sé, desaparecería a la mínima que la situación se pusiera algo "preocupante", verdad Lupo?
Gonzalo no se fiaba para nada del aquel tiparraco. Se la habia jugado una vez, y los traidores no cambian de un día para el otro. Estaría muy al tanto de los movimientos de aquel mezquino lameculos de Lupo.