Partida Rol por web

Dicen que la gente que esta en estado de éxtasis, criogenizados por algún motivo, nunca sueñan.

Eso no es del todo cierto. Los sueños se agolpan como un pez en el fondo de la red, siempre pensando en si el peso del resto de los peces le aplastará. Sueños que parecen realidad, que se funden con nuestros recuerdos y nos hacen creer que la ficción es la realidad.

El problema real es que a medida que uno sueña, los recuerdos de la vida quedan atrás, como si la escarcha y el hielo de la cámara de soporte vital fueran un cemento sobre el que se agolpan los sueños. Y nuestros recuerdos cada vez quedan mas y mas al fondo, en esa laguna de nuestra memoria en la que ya dudamos de todo, y si alguna vez ha pasado... quizá ha sido hace tanto tiempo que no merezca la pena ni recordarlo.

Hace 180 años.

La gente se agolpa a tu alrededor.

Hay mucha gente, pero sabes que el espacio es reducido. Solo unas cuantos miles de personas entrarán en el tren y casi te sientes culpable por llegar a ser una de esos elegidos.

La noticia de que los trenes estaban listos corrió como la pólvora, y todos aquellos que no veía al señor Wilford como un loco visionario se agolparon en las estaciones, acudiendo como un banco de pirañas al oler la carne en el fondo del estanque.

Los guardias de seguridad del tren se apostaban en las entradas de acceso en los andenes. Eso y la nieve que empezaba a caer en abundancia eran lo único que detenía a aquellas personas que no disponían de un pasaje. Pancartas sobre la locura de Wilford abundaban en la zona. Así como algunos muertos cercanos a los mismos trenes, presumiblemente disparados por los guardas al intentar acercarse demasiado al convoy.

La confusión es muy grande y te agobian los empujones de la gente. Sientes miedo y que por un momento alguien sepa que posees uno de esos tiquets que te llevarán dentro del tren. Tanto que al principio no te habías dado cuenta pero alguien tira de tu brazo.

-Ha!- te llama -Espera, por ahí no conseguiremos llegar!

Sus ojos azules se clavan en los tuyos y en ese momento tus preocupaciones se dispersan como los fuegos artificiales en el aire.

-Cariño... volvamos. Hay demasiada gente. Me han dicho que por la parte de atrás hay una entrada. Vamos!- Dice mientras tira de ti para acercarte a él y que notes su calor, ya que es bastante intenso el frio que hace ya.

El día había llegado y una aglomeración de gente como nunca antes había visto se ha reunido entorno al Snowpiercer, muchos con sus pases, otros con la esperanza de poder conseguir uno pero la mayoría con malas intenciones en sus objetivos.

Todo esto hace que me sienta insegura, confusa, con miedo a la vez que excitación por lo que vendrá a partir de ahora. El equipo del Señor Wilford se había puesto en contacto conmigo para invitarme a ser miembro de primera clase de su tren y siendo consciente de lo que se avecinaba no tuve más remedio que aceptar.

Los empujones y la multitud empezaban a engullirme ya que nunca fui una mujer ni robusta ni especialmente alta. Pensaba que estaba encerrada, que no iba a poder salir de ahí cuando alguien tomó mi mano y tiró de mí. Mi príncipe, mi héroe: Roger.

-¡Roh!- dije mientras el me acercó a su cuerpo y sentí su calor corporal cerca de mí. Le abracé apoyando unos segundos mi cabeza sobre su pecho para sentir su palpitar. Lo noté acelerado, sabía que no solo era por la situación, era también por tenerme cerca, si algo sentíamos al estar juntos era una fuerte pasión e incremento del pulso, como si nuestro corazón quisiese salirse de nuestra caja torácica. Eso me mantuvo viva durante todos esos años, segura de poder sobrevivir a cualquier catástrofe; más que cualquier otra cosa.

-Está bien, vayamos. La gente está como loca y pensaba que no iba a conseguir llegar. Menos mal que estás a mi lado.- normalmente no era tan cursi, tan romántica pero él sacaba de mí todo eso, me hacía ser la chica que necesita de protección aunque eso no fuese realmente así.

Decidí seguir a Roger allá donde me llevara... Hasta el fin del mundo.

Lo decidí desde el mismo día en que le conocí en el centro de especialidad del ejercito. Ambos habíamos sido elegidos por nuestras diferentes preparaciones como candidatos para establecer el futuro, un futuro que necesitaría de expertos en diferentes materias. Eramos unos pocos los privilegiados y ahí estábamos nosotros con tan solo 15 y 17 años.

Yo hija de arqueólogos famosos y el de físicos, nuestros padres cada uno en su campo habían sido eminencias y habían descubierto infinidad de cosas, nosotros eramos unos grandes descendientes a los que preparar.

Fue desde ese momento en el que no me separé de él nunca, durante diez años de intenso estudio, ardua preparación y poco descanso, solo para el amor y la pasión. En ese momento con tan solo 25 años iba a subirme en uno de los trenes más deseados del mundo, eso sí, sin separarme de él.

Roh, como cariñosamente le llamabas, te abrazó como si no hubiera mañana.

Y realmente así. No lo había.

El experimento atmosférico había complicado las cosas mas de lo normal. El ambiente era frio, pero en las últimas horas era cada vez mas y mas gélido. Los primeros copos de nieve empezaron a caer al cabo de los 3 días y las aguas subterráneas cada vez estaba mas congeladas. La gente empezó a darse cuenta tarde de ello y por eso las estaciones cada minuto estaban mas y mas abarrotadas, intentando encontrar el anden adecuado.

Roh tiró fuerte de tu brazo para llegar hasta la parte trasera del anden y ver como unos soldados pedían las acreditaciones a punta de pistola. Roh levanto las manos y les dió la tuya, mientras un guarda escaneaba tus cosas, tu maleta y a ti misma, y te hacía pasar acompañándote hasta la misma puerta del tren.

Cuando volviste tu vista, sonriente, triunfal de haber conseguido tu meta, te encontraste con la triste realidad: Roh estaba al otro lado, parado mirándote con cara de pena, y, como si fuera a cámara lenta, tras de el empezaron a acudir miles de personas. Una marabunta de gente acudía en tropel a intentar subir al tren.

- Sabes que no puedo subir. No sería justo...- Alcanzaste a oir mientras Roh era engullido por la turba en dirección al tren y los guardas comenzaban a disparar. El que estaba mas cerca de ti, te dio un empujón y cerro la puerta del tren tras de ti.

-Señorita Neul! Esta distraida! Y no es momento para vacilaciones!- Te grito bastante de cerca el General Staedert.

Te encontrabas ahora en unas instalaciones secretas de la ONU, cerca del pacífico Norte. Por el lugar parecía que estabas dentro de un bunker militar. Posiblemente el Area 51. El ambiente te era familiar, al ser militar ese era uno de los destinos mas probables.

Las paredes eran robustas y carentes de decoración salvo por las banderas de las naciones unidas y algún que otro distintivo militar. La única salida era un puerta acorazada blindada y no había ninguna ventana por la que mirar al exterior. Las luces eran escasas y estabas en la semi penumbra, salvo por la iluminación del proyector holográfico que simulaba en el centro de la habitación la figura de la tierra.

Al rededor tuyo estaba mucha gente, militares en su mayoría, sentados en una mesa en forma de "C" en la que el centro estaba presidido por tu persona y el proyector holográfico.

La gente te miraba y tu tenías unos papeles en la mano:

Clasificado.

Proyecto ColdSnap.

Autores: Dra. Ha-Neul (Geología y arqueología planetaria) y Dr Roger Layton (Fisica aplicada y metereología)

 Al girar la vista a un lado solo distingues que en un extremo de la mesa, esta Roh, y con un gesto te anima a que continúes con la exposición de vuestra teoría.

-Dra Neul. Esperamos sus conclusiones sobre el proyecto. Queremos saber de que va y, realmente, si funcionará. Tal y como han planteado usted y el Doctor Layton en su comunicado de emergencia.- Insite el General con impaciencia.

Mi corazón se rompió en aquel momento, en el cual inevitablemente era separada del amor de mi vida, del hombre por el cual había sobrevivido los últimos años, de la persona que me hacía sonreír.

-¡Roger! ¡Nooooo!- un grito ahogado acompañó a mil intentos de salir del tren a toda costa e ir tras él, morir a su lado sería para mí mejor final pero no lo conseguí, los guardias me metieron rápidamente para adentro y mis fuerzas eran escasas como para batallas, mi corazón desgastaba toda mi energía.

"¿Por qué Roh? ¿Por qué has hecho esto?" Repetía una y otra vez mi mente. Pero en el fondo sabía cual era la razón. Roger tenía muchos más sentimientos que yo, era mil veces más empático y su alma jamás dejaría morir a tantísima gente mientras el sobrevivía... Nunca se lo hubiese perdonado, nunca me lo perdonaré.

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Salgo de mi abstracción , "¿En qué demonios estaba pensando? Ha, concéntrate." Pienso una vez vuelvo en mí al ver el gesto de ánimo de Roger.

-Si, perdonen.- me disculpo con una leve reverencia oriental. -Como les estaba diciendo tanto el Doctor Layton como mi persona hemos creado el proyecto Coldsnap. Sería un plan preventivo bastante ambicioso pero creemos que muy efectivo. Consistiría en mandar a la atmósfera varios satélites con unos preparados químicos capaces de enfriar las capas medias de la atmósfera, y con ello congelar las lluvias que se avecinan y parar así las posibles inundaciones que se prevén que ocasionarán.- voy mostrando diferentes hologramas donde se pueden ver los satélites siendo disparados a la atmósfera, la dispersión de los preparados químicos y el efecto que harían. -Estos preparados químicos llevan entre otros componentes acetato de sodio que haría un efecto congelador en las nubes. Algo así como el nitrógeno líquido en la comida.- decido poner un ejemplo fácil para que todo el mundo pueda comprenderlo.

-La reacción atmosférica y climática se la puede explicar mejor mi compañero el Doctor Layton, experto en física aplicada y meteorología.- doy paso a mi amor con una amplia sonrisa.

El profesor Layton se levantó de la silla y se acercó a ocupar el lugar de Ha para terminar con la explicacion.

EL pasar una breve mirada y un roce de la mano hace que te sientas mejor contigo misma y con la situación.

-Yo me encargo...- susurró cuando le diste los papeles.

Cuando volviste a tu sitio él empezó su disertación sobre el proyecto que ambos llevábais juntos. Algo que justos creásteis, como si fuera un hijo sobre el papel.

- General Staedert, básicamente el compuesto, una ves dispersado por las capar mas altas de la Tierra, producirá un enfriamiento por contacto del aire atmosférico.

Esto se traduce en un descenso térmico del aire, originado por el contacto con una superficie fría. El contacto de masas de aire cálido cargado de humedad con la superficie terrestre, más fría, produce la formación de nieblas persistentes, difíciles de desaparecer, incluso con cielos despejados.

A partir de ahí, simplemente dejaremos que el ciclo calentamiento y enfriamiento atmosférico siga su curso. La formación de nieblas reducirá de esta manera la formación de los rayos UVA, dando un respiro al calentamiento terrestre, enfriando las zonas mas afectadas y favoreciendo la formación de lagunas. Poco a poco, la Tierra volverá por si misma a su ciclo natural. Y saben, formación de nubes por evaporación, condensación y precipitación en forma de lluvias.

Poco a poco, empiezas a cerrar los ojos.

Como si tu mente se empezara a desvanecer nuevamente, hasta que la negrura te envuelve por completo. Como si estuvieras en un mar de brea negra que te engulle, nadas por intentar salir a flote. Nadando siempre hacia arriba. Con fuerza.

Vamos!

Empujas con tus piernas que pesan como el plomo y por mucho que nades, paree que no llegas a la superficie.

Vamos!

- Vamos!!- Dice una voz justo cuando estas apunto de desfallecer y te agarra del brazo para sacarte a la superficie.

Al salir del agua ves a tu padre que te sonríe mientras trata de subirte a la superficie. El tiene como 30 años, ¿y tu? Posiblemente cuando te miras tienes 10 y te sientes como tal, pues tu pequeño cuerpo está bastante fatigado por la inmersión.

Te encuentras dentro de una caverna cuya única entrada es la laguna  en la que estás sumergida. Es algo exótico y poco natural. de hecho, posiblemente estéis en un lugar prohibido.

- Mira Ha!- Dice tu padre saliendo del agua, cubierto con el traje de buzo. -Formaciones calcáreas! Estalactitas! Genial! Me temo que esto no lo volverás a ver ne tu vida, cariño.- Dice tu padre volviéndose hacia ti.- En menos de 20 años, todo el agua se evaporará y estas cosas desaparecerán.

Cada vez que escucho a mi padre hablar siento pura admiración hacia su persona, ya no como geólogo o arqueólogo, si no también como padre. Siempre ha sido un hombre agradable, detallista y protector. Por eso cuando escucho a Roh hablar me viene a la cabeza el recuerdo de él. En muchos aspectos Roger es como mi padre, un hombre inteligente, agradable, siempre dispuesto a hacer un cumplido o decirme lo mucho que me quiere, el roce de su mano como la mía es ese tipo de detalles que seguro que tendría mi padre con mi madre.

Cuando sigue el con la conferencia es como si escuchase a mi padre...

Cuando salgo del agua y mi padre me explica las formaciones es como si escuchase a Roh, aún sin conocerle...

-¡Papa! ¡Es impresionante!- intento respirar embutida en mi traje de buzo, entre la emoción y mi inexperiencia a pesar de viajar tanto con mi padre, me cuesta pero mi ímpetu gana una vez más.

-¡Estalactitas! ¡También hay estalagmitas! Mira papá.- digo señalando algunos salientes del agua. -¿Vrdad papá que las estalactitas son las del techo y las estalagmitas las del suelo?- sonrío esperando su aprobación. Me encanta cuando mi padre me elogia mostrando su orgullo.

En aquel momento la emoción y la belleza del lugar hizo que pasara por alto lo más importante. Mi padre ya sabía lo que sucedería, ¿cómo? ¿Por qué? Mi inocencia y mi fantasía en aquel momento no hicieron caso y quizá ahora deba arrepentirme de ello.

-Verdad- Decía tu padre mientras te miraba emocionado y con alegría en su ojos.

Se le veía tan feliz de tenerte a su lado que lo daría todo por ti. Un par de lágrimas corrieron por su rostro cuando tu no mirabas. Tenía cáncer de pulmón. Eso tu no lo sabrías hasta mucho mas adelante, pero era algo irremediable. El calentamiento global hacía que la polución se acumulara en la atmósfera y sin lluvias, el polvo en suspensión creaba algo parecido a estar dentro de una mina y respirar el aire de allí.

- Ha- Dijo tu padre.- !Tienes que prometerme que te harás muy fuerte! Y que harás lo posible por estudiar mucho.

No ha terminado de decir nada cuando el techo de la gruta empieza a ceder. Las estalactitas empiezan a caer y los cascotes también. uno de ello cae sobre ti, sumergiéndote nuevamente en el fondo de la laguna. Pronto la negrura se vuelve nuevamente real y te ahogas. Poco a poco notas la falta de aire y como el agua llena tus pulmones hasta que caes inconsciente.

Un latido...

...Dos...

...Tres...

-Silencio. He dicho silencio!- Parece decir la soledad que te rodea.

Te encanta sentir esta sensación que envuelve tu cuerpo. Pocas veces la habías sentido. Es tan tranquilizador dejarse envolver por la oscuridad… ¿Eso piensas,verdad?

Con los ojos cerrados tus sentidos se amplifican y comienzas a darle importancia a aquellas cosas que, por lo habitual, nunca les prestas atención. Pero ahora...nada.

No se oye nada.

El silencio lo envuelve todo y aunque quieres gritar, solo para saber que no te has quedado sordo no lo haces. Porque ese silencio es tan embriagador. Sin embargo respiras.

Si, respiras! Jajaj, que locura, pensar que estas muerto solo por no oir nada, cuando hay días en los que estas deseando no oir NADA. Fantástico mundo el del silencio, en el que todo es verdad y a la vez mentira. Solo la negrura y el aire que te envuelve saben la verdad.

...Cuatro latidos...

Abres los ojos y sigues sin ver nada. Agudizas el oído. Nada. Lo agudizas mas y sigues sin oir nada.

Tan pronto como todo empezó, con una alabanza a el silencio, empiezas a dudar de todo…
Demasiado silencio. Demasiada oscuridad. Demasiado frio. Caes en la cuenta de que tu respiración, la que en invierno exhala con nubecitas blancas, la estas oliendo. Notas tu propia respiración como si alguien te estuviera respirando encima. Tu frente se perla de gotitas de sudor frío por el aire viciado y empiezas a ponerte nerviosa.

Quieres levantarte para poner fin a este galimatías mentas en el que te has metido tu sola, pero, cuando levantas una mano, te das cuenta que no puedes moverte. Algo choca con tu cabeza, o mas bien… tu cabeza choca con algo al querer incorporarte.

Cinco latidos...

... Seis ...

... Siete...

... ocho!...

... nueve! ...

Esta duro, lo golpeas con los nudillos y suena a madera. Estas encerrada. ¿Como? Encerrada.

¡¿Como es posible?! Tu corazón se acelera y tu mente empieza a dar vueltas, mientras tu manos palpan la superficie que hay sobre ti. Jadeas. Te han encerrado en algún lado!

Gritas algo. Primero en baja voz, luego mas y mas alto. Siempre con la esperanza de que alguien responda a tu llamada y esperas. Pero nadie acude.

¿Importa?

Mas importante es, ¿donde estas? Yo te lo diré, es un ataúd. TU ataúd. Mas interesante es ¿Que va a pasar? Y gritas mas, y lloras, y golpeas esa superficie.

Te calmas, pero enseguida vuelves y arañas con las uñas la superficie pensando que, quizá logres hacer un agujerito lo suficientemente, ¿grande? En el fondo sabes que va a pasar ahora. Morirás sin aire, pero eso da igual. Tu quieres salir!!!Te han enterrado viva!!!

No estas muerta!! No estas muerta!! No!!

...Y el corazón te parece detenerse lo que parece una eternidad...

... Diez ...

Es irónico pensar que monté en el Snowpiercer para huir del frío y una vez dentro acabar congelada. Tras mucho tiempo de recuerdos, de sueños, de pesadillas despierto y soy consciente de que llevo días, quizá años inmersa en un bloque de hielo, ¿con qué fin? No lo recuerdo pero aquí estoy.

Lo primero: un grito ahogado, seguido de golpes de arañar la fría barrera que me separa del exterior. Por más que grito sé que no me escucharán, por más que luche sé que no venceré, así que desisto e intento tranquilizarme.

Es en los momentos de estrés extremo cuando me acuerdo de mi madre, no suelo hacerlo pero ella era pura calma. Todas las inquietudes que nos movían a mí y a mi padre ella no las tenía, todas las aventuras que nosotros vivíamos ella las vivía desde su despacho, no es que estuviera menos interesada en su trabajo es que tenía una visión diferente de como vivirlo y contarlo. Me relajo pensando en su forma de ver las cosas, recordando como trataba con calma cada momento angustiante, no me viene a la cabeza nada concreto, siento como si mi cerebro aún estuviese dormido y solo fuese capaz de percibir las sensaciones y emociones que embriagan el resto de mi cuerpo.

Tras cerrar los ojos para intentar calmarme, los vuelvo a abrir. No veo nada en el exterior, no sé muy bien que hago aquí, mi último recuerdo es un silencio abrumador a la par que placentero. ¿Qué ha pasado? ¿Quién soy? Si, soy Ha-Neul. Estoy en el Snowpiercer para escapar de una muerte segura... ¿Roger? ¿Papá? Son las únicas caras conocidas que me vienen a la mente, otros señores también la invaden pero es como si no les conociese o no quisiera hacerlo.

Segundo: otro grito ahogado, por más que intento tranquilizarme no lo logro. Estoy furiosa, no sé la razón pero lo estoy. ¿Con quién? Contigo Roh por dejarme, ¿o quizá sea con otra persona?

Vuelvo a cerrar los ojos. "Te echo de menos". Pensar en mi amado vuelve a tranquilizarme.

Tercero: otro grito ahogado sale de mi boca, ¿quizá esta vez me escuchen? No, no lo creo, no me oigo ni yo misma.

Rhazes entra en esta sección acompañado del resto.

Un momento después, para a Roland y le quita la capucha. Roland puede ver en todo su esplendor la zona de criogenización, con los tubos de criostasis.

- Señor Roland, espero que este sea su sitio. Al fin y al cabo, enfriará un poco sus modales. - Sonríe ligeramente como tirándote esa indirecta.- Hay un módulo que ha sufrido daños y tiene una alerta roja en el panel frontal. Esperamos que lo pueda arreglar y puede hacerlo funcionar como estaba. El guarda de la puerta le llevará a su vagón cuando termine.

Rhazes se marcha dejándote allí solo con el guarda que se pone a lo suyo apoyado en la puerta, apenas mirándote.

Al acercarte el tubo criogénico algo llama tu atención: Alguien grita desde dentro. Ha, por otro lado, escucha voces en el exterior de su encierro.

Cunado me acerco y veo el panel, veo como la persona que esta dentro esta gritando ....   

- PERO QUE COJONES, guardia aqui esta la persona gritando, ayudeme, venga aqui
Comienzo a ver la cabina, compruebo como los tubos de friorefrigerador y de etilenamina esta destrozado y vacios

- MIERDA Guardia ven aqui rapido

Nada mas decrlo aprieto el boton de apertura de emergencia, haciendo que la puerta de la capsula se habra violentamente lanzando una nube de dosilvente y agua cvaporizada por la presion y por el frio

Desistí de gritar cuando me percaté de que no había nadie que me pudiera ayudar, entonces empecé a escuchar voces en el exterior de la capsula. Veo pasar a diferentes personas, algunas encapuchadas, otros parecen guardias. Parece que me quiere sonar todo lo que veo pero mi cerebro solo siente frío al intentar pensar, es difícil hacerlo en este estado.

Cuando veo que dos de ellos se paran siento que es mi oportunidad y empiezo a gritar de nuevo, son gritos ahogados pero me muevo, golpeo el cristal, intento llamar la atención del personal del exterior sea como sea. Y parece que da resultado.

Un apuesto hombre se acerca, parece nervioso por la situación pero actúa con determinación y abre mi cápsula sin esperar permiso o ayuda del otro hombre. Cuando la criogenización termina todo a mi alrededor se torna vaporoso como si de unas aguas termales acabara de salir, incluso mi escasa ropa acompaña que saliese ahora mismo de ellas. Pero no es así y de poder salir relajada y renovada, salgo más bien exhausta, confusa y muy mareada.

Nada más salir me abalanzo a mi salvador y me agarro a su cuello chocando contra él. Mi cuerpo frío siente la calidez de un ser humano y empieza a sentirse mejor, mis piernas flaquean mientras luchan por mantenerse firmes y yo simplemente dejo de pensar por unos momentos para dejarme ayudar. Y digo por unos momentos porque aún no sé si lo que me aguardan son amigos o enemigos.

-Gracias...- susurro débilmente a mi héroe cuando aproximo mi cuerpo al suyo para no caerme.

Quedo alucinado cuando sale la semidesnuda chica de la camara y se abalanza sobre mi, olia a disolventes y a fluido criogenico, algo mas limpio de lo que solia estar acostumbrado lo cual me cogio de improvisto callendo de culo con una chica encima, y se acercaba a mi oido para agradecermelo.

- pero que es esto, porque estabas ahi dentro, quien eres?? Guardia, ayudame un poco no?? 

Comienzo a evitar a quitarme a la sensual asiatica de encima, intento hacerlo con prisa, pero con ella, noto como uan de mis manos sugeta una parte turgente y calida de su cuerpo, su pecho, retiro con rapidez mi mano cuando me doy cuenta, pero en mi mente solo surge una palabra, que pechos mas turgente, intento retirara la imagen de mi cabeza, pero era dificil con la semidesnuda chica. El guardia parece colapsado.

- Vamos cogela por los pies y llevemoslo a la enfermeria, esta en esa direccion verdad? est mujer esta muy mal, y bueno habria que ponerle algo encima ...

Me quito mi chaqueta y la pongo sobre sus pechos y su cuerpo desnudo, la cojo por los brazos y ambos la llevamos hasta la enfermeria ....

Escucho voces, veo borrones cuando entreabro los ojos pero ni escucho ni veo nada claro, todo difuminado como aquellas televisiones antiguas que tenían niebla en ocasiones, a pesar de todo sonrío, sonrío a aquel que me haya sacado de mi prisión y ahora me tenga entre sus brazos.

No soy consciente de que me hayan tocado sin querer mis pechos, tampoco soy consciente de que me quieran llevar a la enfermería, simplemente me dejo llevar porque aunque empiezo poco a poco a encontrarme mejor me siento débil y aún con mucho frío.

De las pocas palabras que puedo decir, digo una que se puede escuchar claramente...

-¿Eres tú Roh...?- pero no puedo hablar más, mi cansancio puede más.

Tras el encuentro con los guardas en la zona de guardas, Roger fue abriendo las compuertas introduciendo los códigos.

Hasta que llegó a la última puerta, la que separaba la zona de criogenización del deposito de proteínas, la zona donde se hacía la comida. Lo extraño era que no hubiera mas guardias que los que encontrásteis.

-¿Que?- Dijo extrañándose Roger.- No funciona el código.- Masculló volviéndose hacia vosotros - ¿Porque coño no funciona? Maldita sea...

En el panel de control perfectamente se veía que por muchos códigos que intentase, el acceso no estaba autorizado y la puerta no se abriría.         

Súbitamente, sin esperarlo ni saber como, las cápsulas que teníais a vuestro alrededor, la de la gente congelada, empezaron a abrirse. Ninguno parecía ser realmente una persona congelada. O Bien podrían serlo, anteriormente. Como cuando dejas una fruta mucho tiempo en el congelador y empieza a pudrirse, los cuerpos allí durmientes, parecian fruta a medio pudrir.

Hasta que empezaron a despertar.

Seres sin mente, empezaron a a salir de sus tubos atacando a todo lo que se moviera delante de ellos. Puede que fueran los efectos secundarios de una prolongada criogenización. Puede que fueran gente enferma que mutaran en esos tubos. Puede.

Como fuera, caían sobre vosotros.

Una de estas mierdas de bicho se abalanzan contra mi ... me cogio de sorpresa y lel muy cabron me sujeta en un abrazo mortal y helado, mientras que me da un mordisco en una oreja, JODER como duele - MIERDA HIJO DE PUTA -, esta demasiado pegado para dispararle, y agarra con tanta fuerza que no consigo evitar su mordisco en mi oreja ..