Partida Rol por web

- Así es –confirmó Bomei asintiendo a las palabras del representante del monasterio de la Llama Ardiente.

Hasta que no escuchó a Quiang Huo, Bomei se estaba sorprendiendo de que los maestros de los otros monasterios no hubiesen informado a sus Shangu-Shouhu que los indicios de las autorías de esos ataques correspondían al modo de actuar del clan del Alba y el Ocaso.

- ¿Acaso es una manera de protegerlos? O quizás realmente aquellos maestros ignoran este hecho. –se preguntaba Bomei sin llegar a salir de su asombro y a la cual, aquello no hacía más que abrirle muchas más cuestiones. Que claro está, se seguiría planteando a sí misma y en silencio.

Se sintió aliviado por las palabras de Teng- Long y asintió antes de negar casi al mismo tiempo.- No solemos tomar alcohol en mi clan salvó para eventos importantes...y estoy bien, gracias hermano…

Tras aquello le dedicó una sonrisa a la enmascarada al ver que ella también sabía de qué estaban hablando mientras sus pies seguían avanzando. – Si nos esperan deberíamos apresurarnos, está bien tomar un descanso pero no hacer del descanso una rutina… - Era sorprendente como cuando las situaciones se ponían tensas o salíamos de nuestra zona de confort el aprendizaje y las palabras de sabiduría de ancestros y maestros salían sin más para redirigir el camino de uno.

Habría mencionado orgulloso que aquello eran palabras de su padre, pero dejar ver qué era hijo del maestro, aunque todos lo supieran solo hacía mella en su sentimiento de incapacidad para ostentar el puesto que tenía.

Bai Hu se encogió de hombros y volvió a tragar..

—Ponerle nombre y apellidos al enemigo es atrevido. No hay registros sobre ataques como éste. ¿Creemos que son ellos porque son nuestro enemigo ancestral?—el monje negó con la cabeza— Han pasado dos mil años desde el último ataque del clan. ¿Existen todavía? ¿Se han mantenido inmutables? Hasta Tiangulong ha cambiado. Miradme a mí, ¿quién se hubiera imaginado a un félido como Shangu-Shouhu de Shan-Bae?

Entonces Bai Hu comenzó a reír atronadoramente por su ocurrencia.

Rikititski se quedó pensativa escuchando a sus compañeros interaccionar entre ellos. Sus miradas, sus gestos, haciendo una imagen mental de las actitudes y personales de todos ellos. Tratando de ver sus puntos fuertes y débiles. Compartía en gran medida el punto de vista de Bai Hu. No habría mejor estrategia para un enemigo, que enfrentar a los dos grandes bandos de aquellas tierras y que se desgastaran y debilitaran entre ellos. Pero sería un error asegurar que habían sido ellos.

- El clan del alba y el ocaso... No hay que dar nada por supuesto. Pueden ser ellos o alguien quiere intentar culparles. Veremos como evoluciona todo.

Por el momento no sabía bien como interactuar con el grupo, siempre había sido una guerrera solitaria y tenía sentimientos enfrentados respecto a formar parte de un grupo.

—¿Cuan importante es realmente quienes sean esos tarugos en la gran escala de las cosas? —dijo Ogra cruzando sus brazos detrás de la cabeza mientras seguía el grupo—. Si ya hemos sido capaces de derrotar emboscadas enteras de ellos por separados hacer que nos juntemos dudo que le haga ningún favor al estúpido ardid que tengan entre manos. A mi parecer han puesto el carro delante del mulo.

Parecía que había ayudado, aunque fuera un poco, a Qiang Huo. Así que se puso contento, al menos hasta que escucho a los demás.

Donang no pudo evitar levantar la ceja ante el comentario de Ogra. Mediante meditación, Donang alejaba de su naturaleza la capacidad de odiar. Generalmente no albergaba sentimientos negativos sobre ningún ser. Por eso le sorprendía la facilidad de aquella orca para irritarle. Mientras seguía los once pasos de la relajación mentalmente, trató de ser amable en su comentario.

— Seria un error subestimar un enemigo cuyas intenciones y naturaleza desconocemos por completo. Tu capacidad marcial es reconocible Ogra, pero es difícil golpear a un enemigo que no ves —Su tono se volvió menos formal cuando se refirió al grupo y alejo a la orca de sus pensamientos— Yo estoy de acuerdo con Bai-Hu, es pronto para saber si fue el clan del Alba y el Ocaso, aunque deberíamos meditar sobre ello.

Siempre había sentido curiosidad por aquel clan. Ademas, y según la sabiduría ancestral, no se podía alcanzar la plenitud sin alcanzar primero el equilibrio. Quizás para recuperar el equilibrio, Tiangulong debía aceptar de nuevo al Clan del Alba y el Ocaso. O quizás debía ser destruido por completo. El equilibrio era un tema peliagudo.

Con tanta elucubración, apenas se había dado cuenta de que se quedaba detrás del grupo, así que aligeró el paso. Se recriminó el dejarse llevar por la natural tendencia de los tortuguidos al ensimismamiento. De joven siempre le había dolido cuando llamaban a los suyos lentos, por muy veraz que fuera.

No descartaba la teoría que sostenían algunos de los Shangu-Shouhu al pensar que podría tratarse de otro tipo de enemigo, por lo que no pensaba intervenir. Pero para Bomei, si algo mugía, daba leche y tenía cuernos, sin duda debía tratarse de una vaca. Si los maestros habían dispuesto que los ataques podrían haber sido perpetrados por el clan del Alba y el Ocaso sería porque las pruebas hacían pensar eso.

Sin embargo, denotó soberbia en el comentario de uno de ellos. Aquello podría ser negativo, sobre todo a la hora de combatir, puesto que una actitud de excesiva confianza podría poner en peligro al resto de los compañeros. Por lo que Bomei, para responder a la representante del Rayo Impetuoso, añadió de manera calmada a lo dicho por Donang Teng-Long:

- Y de ser ellos, esos palurdos son la causa de los Shangu-Shouhu, el Shangu-Baohu o el Long-Jinbiao.

El combate de un par de días atrás vino a su mente. Aquellos seres no mostraban dolor ni el mayor atisbo de preocupación por sus compañeros. Por muy poco ortodoxos que fueran a la hora de combatir, menos preciarlos sería un error. Además; bien harían en no olvidar que una vez pertenecieron a la villa, con lo cual si no ellos, otros sí que podrían conocer el estilo de combate que una vez se impartió en Tai-Yue.

- ¿Cómo sería el estilo de combate del primigenio monasterio del Sol y la Luna? ¿Alguno de los allí presente lo sabría? –se preguntó a sí misma. Era la primera vez que se había preguntado eso, y una sucesión de intrincadas preguntas le afloraron, las cuales, hicieron incluso que por un instante detuviera sus pasos. Siguió caminando mientras se percataba de que cuando todo esto acabase, tenía muchas preguntas que esperaba que su maestro pudiese responder.

Quizás aquel comentario de la enmascara debía ser interpretado como algún tipo de puya o rechiste pero su intención escapó por completo a Ogra.

—¡Exacto! —dijo la orca asintiendo con una amplia sonrisa—. Unos perfectos palurdos, eso digo yo —a medida que se acercaban al poblado su ya de por si escaso interés por discutir el origen de los atacantes decreció aun más—. Los ancianos siempre se cabrean cuando lo digo, pero la gente debería empezar a aprender que al final del día solo existimos en el presente.

Inspirada por Bai Hu sacó una zanahoria de su bolsa y comenzó a comérsela mientras se dejaba distraer por el tamaño de Hun-Lun. Había escuchado alguna vez que era la villa más grande del valle, pero no esperaba que realmente fuera taaan grande, incluso desde la lejanía parecía inmensa en comparación con Bao-Sheng. Visitarla era una perspectiva excitante aunque fuera por trabajo.

Subestimar al enemigos es un pecado del ego anteponiendo su superioridad ante otros....no deberías decir esas cosas, no sabes a lo que nos enfrentamos, no menosprecies nunca a nadie.... – Dijo mirando a la Ogra diciéndolo con voz calmada casi en un susurro antes de soltar un suspiro, y quien era el para dar aquel tipo de lecciones. – Lo siento...no soy nadie para deciros nada ...la impetuosidad es buena usada con sabiduría y mesura...

Le dedico una sonrisa a la ogra, era una de las lecciones que le resultaron más difíciles de aprender, no subestimar y no ser impetuoso, entendida que muchos aun lo fueran y tuvieran que andar por aquel sendero.

—¿De verdad soy el único que ha contemplado la posibilidad de que el objetivo del ataque no era matarnos?

Donang cogió al grupo cuando escucho la respuesta de Qiang. Respondió riéndose, haciendo una broma similar a las que su amigo Chang y él solían hacer.

— Claro que eres alguien, eres Qiang Huo

Después se rió con fuerza, ajeno a si los demás reían o no. Por mucho que dijeran, reírse y llorar era bueno para el equilibrio. Eran actos que salían del estomago, no era bueno reprimirlos. Aún con los ojos llorosos y algo de risa dando vueltas en su estomago, respondió a Bai Hu.

— Es otra posibilidad— Rió un poco por lo bajo recordando el chiste, y continuó, frotándose los ojos de lagrimas— Al fin y al cabo, dos de mis contrincantes se desvanecieron en medio del combate. Si se hubieran quedado el resultado del combate podría haber sido muy diferente.

Tras oír la respuesta de Ogra Bloom y la posterior intervención de Quiang Huo. Bomei comprendió que no le correspondía a ella reprender la actitud de nadie. Lo que no había conseguido un maestro a lo largo de los años, no lo iba a conseguir ninguno de los allí presentes mientras caminaban hacia su destino. Eso le hizo cuestionarse algunas cosas, que quedaron para más tarde, tras escuchar la cuestión que lanzó al aire el representante de Shan-Bae.

- No. Calculo que su objetivo era llevarnos a la torre. Si nos hubieran querido matar no hubiesen enviado tan pocos efectivos –respondió Bomei a la pregunta de Bai Hu.

Para ella, la probabilidad de que se tratase del clan del Alba y el Ocaso era muy elevada. Y guardaba estrechamente relación con el hecho de el ataque sufrido por todos los Shangu-Shouhu días atrás.

- Si hubiésemos aparecido muertos en nuestras villas por un ataque nocturno, habría sido un escándalo. Pero en el caso de tratarse de ellos, el impacto de nuestras muertes sería menor que el que podría provocar matarnos en la torre que se construyó para que el Shangu-Baohu y los Shangu-Shougu defendiesen el valle de un futuro ataque –pensó Bomei, que dejó a un lado sus deducciones al oír el comentario de Donang Teng-Long. El cual, dibujó una sonrisa en los labios de Bomei pero que, con la máscara, nadie iba a notar.

Tanta especulación sin fundamento hacía rato que había perdido toda gracia para Ogra, fueran cuales fueran las intenciones de los tarugos para ella era obvio que solo había una forma de averiguarlas realmente. La verdadera desgracia era que se le había acabado la zanahoria.

Miró al lado y se percató de que hacia rato que Rikititski no decía nada.

—¿Tu no tienes nada que añadir, ratoncilla? —le preguntó a la roedora.

Rikititski se quedó pensativa mirando de reojo a Ogra. Meditó brevemente sus palabras.

- Os oigo a todos y vivís en el reino de la posibilidad. Estoy más o menos de acuerdo con todo lo que decís pero siento que hasta que no llegue el momento de ver si esto era un ataque, un cebo o una prueba. No puedo hundirme en el reino de la duda. Afrontaré lo que llegue. Sea amigo o enemigo. A vuestro lado o en solitario.

Entonces en el caso de que sus deseos sean llevarnos a todos a la torre, ¿No deberíamos trazar un plan de actuación por si algo ocurriese y no nos pillen de sorpresa?... – Se quedos a todos, no esperar nada y dejar el momento fluir estaba bien, pero no prevenir el ataque solo podía llevarte a un golpe más duro y contundente.

Quizás deberíamos ver nuestros pasos, y rodear la torre para observarla antes de llegar...- su voz seguía siendo débil al hablar, como pequeños susurros, del que no tiene la completa seguridad de sus palabras aunque sus palabras fluyan sinceras.

- Si esperas que se encuentren allí no puede ser una sorpresa –respondió Bomei de la manera más escueta posible al comentario del representante de la Llama Ardiente.

Hizo una ligera pausa en la que extendió el brazo señalando a la dirección donde se encontraba Hun-Lun y la torre.

 - No hay humo, la almenara no ha sido encendida por lo que o no ha habido un ataque o Randkai ha muerto. –  dijo sin más, como si se tratase de algo de lo más normal.

Mientras proseguía  su camino, Bomei empezaba a encontrarse un tanto sorprendida y a la vez, molesta por la cantidad de veces que había hablado. Sin ir más lejos, tenía la impresión de que nunca había hablado tanto y de una manera tan continuada, ni siquiera en la clínica.

Es la primera vez que escuchaba a Bomei hablar tanto. Estaba sorprendido, pero la idea de Qiang Huo le parecía tácticamente acertada pero espiritualmente erronea, así que evito dirigirse a la silenciosa monje.

— No debemos usar las herramientas del enemigo a menos que sea necesario. El subterfugio y la emboscada son útiles, pero esto debe ser enfrentado de frente y sin mesura, al menos por ahora. Como la roca que parte el caudal del rió

Los Shangu-Shouhu avanzaban hacia Hun-Lun conversando cuando vieron como se acercaba hacia ellos una mujer. LEra joven, tenía el pelo oscuro y lo llevaba el pelo corto, envolviendo su cabeza. No tenía nada especial pues vestía con las sencillas ropas de cualquier gulong. Cuando llegó a la altura de los monjes, la mujer puso su puño derecho sobre su palma izquierda y se inclinó saludando honrosamente.

—Es un honor para mí conoceros Shangu-Shouhu de las villas—dijo mientras saludaba—. Mi nombre es Chang Wuang, Baohu-Gonying.

El Baohu-Gonying era un título honorario que se le otorgaba a aquel que se encargaría de asistir al Shangu-Baohu durante sus años de vigilancia. Su misión era la de proveerle de todo lo necesario, especialmente alimentos, realizando visitas periódicas a Baohu-Yousai.

—Ha llegado hasta Hun-Lun las noticias de vuestro viaje—entonces su expresión respetuosa dio paso a la preocupación—. ¡Por favor, permitídme acompañaros! Hace un mes desde mi ultima visita a Randkai, estoy preocupada por él. 

La desconocida y su explicación hicieron que Ogra frunciera el ceño inmediatamente, se cruzó de brazos mirando fijamente a Chang con sus salvajes ojos amarillos.

—Un momento, la emboscada fue hace días y las noticias volaron bastante rápido, ¿en serio no habéis intentado ni acercaros a la torre en todo este tiempo? ¿Y por qué nos estabas esperando en medio del camino a horas de distancia de la aldea?

Puede que la experiencia con la emboscada hubiese vuelto a Ogra algo más perspicaz o quizás simplemente tenia hambre y eso la hacia más gruñona de lo normal.

Ignorando a Ogra y sus inquisitivas preguntas Rikititski se acercó a la recién llegada y se inclinó cortésmente.

- Saludos Baohu-Gonying Chang Wang.

Tras lo que olisqueó el aire y captó su olor, lo cual era algo tranquilizador.

- Disculpa a mí hermana Shangu-Shouhu. Es de corazón valiente y espíritu guerrero, pero no es muy dada a las sutilezas de la cortesía. Mí maestro decía que si tratas a todo el mundo como tú enemigo, el mundo será tú enemigo. Por favor, contadnos que sabéis y ponednos al día de la situación de este lugar. Aquí cada uno tenemos una voz, y no siempre es coincidente, pero por mí parte podéis acompañarnos.

Tras lo que volvió a olisquear el aire intentando captar si alguna sorpresa les aguardaba o acechaba... No podían bajar la guardia.