Partida Rol por web

Zagrán reaccionó con velocidad ante los movimientos del barco, y aprovechando que Anumi le había tomado las manos, la sostuvo con fuerza. Eran manos y reflejos de un luchador, eso no cabía dudas. Y las manos de la joven eran muy distintas a las de las mujeres que había conocido. Eran manos con poder...

-Cuidado... parece que entraremos en acción pronto- dijo devolviéndole la sonrisa -Lo que sí puedo decirte es que nadie me dice qué hacer... otra cosa es que parezca que sea así- y le guiñó un ojo.

-Si no quieres que te trate bien... puedo tomarlo en consideración, pero te aseguro que me gustan los riesgos-

Tenía la vista en la mujer: sus ojos celestes como el agua sobre los miel de ella. Los barcos estaban lejos, faltaba mucho para que él fuera útil en la cubierta...

Tiene manos fuertes, no me lo esperaba de alguien de palabras empalagosas y corazón blando. Sus ojos azules son bonitos, tal vez podamos aparearnos algún día, que no será hoy. - Te gustan los riesgos? Pues como habrás notado ya somos dos -

Me cuesta mantener el equilibrio con las sacudidas del barco, Zagran en cambio lo lleva mejor y sin que yo me lo proponga se convierte en mi soporte. Si este barco cae en desgracia y se parte en dos, si la tripulación del despreciable Capitán perece junto con él, intercederé ante el Pueblo Hundido para que no devoren a este joven, sería un desperdicio.

- Tendré que irme, no voy a pedirle disculpas a ese insolente ni voy a jugarme la vida en un duelo sin sentido, nos veremos en Sibog - es la única opción que estoy dispuesta a seguir de las que me dio Dio, aunque este arcanista me ha hecho ver las cosas distinto - Pero tienes razón en que no me darán otra embarcación si voy al muelle, así que iré hacia el barco de provisiones que nos escolta. Es de la Compañía y tiene otro Capitán, tardaré un poco más pero los alcanzaré -

Sonrío, no se porqué, tal vez porque empieza a caerme bien. - Me iría ahora mismo antes que la Decarquía nos aborde, pero si así se mueve el barco con la corriente, más se moverá un pequeño bote y quién sabe si llegue viva a la otra embarcación. Tal vez los espíritus quieran obrar a través mío... - la furia del mar se interpone con mi salida, La Dama de las Aguas ha de querer algo de mí antes de que parta - Deberíamos subir, no? - no lo digo convencida y debe notarse en mi rostro a simple vista, pero nunca le doy la espalda al llamado de La Madre.

Zagrán vio una mirada que no supo descifrar del todo. Le hizo acordar a un contratista que realmente lo consideraba como carne de cañón, y que gracias a sus habilidades, supo que era una trampa. También recuerda la mirada que tuvo esa misma persona mientras se iba apagando... pero en este caso era distinto y muy parecido a la vez. Más le atraía esa forma salvaje que mostraba la mujer.

-Sí... deberíamos regresar, no vaya a ser que se metan en problemas y nos demoremos en sacarlos- le dijo acercándose a la puerta y quedando a pocos centímetros -Seguramente podemos llegar a más puntos... en común. Podemos continuar en otro momento...- ya estaba perdido el mercenario, ahora no desistiría -...para que tengamos más tiempo.-

No era el momento, pero llegaría...

-Pero en principio le diría que no es buena idea que vayas sola a la otra embarcación, ni tampoco que te alejes demasiado de Dio, ¿no preferirías tener al cazador a vista para poder cazarlo en vez de no saber qué está haciendo?- le guiñó un ojo -Para eso es que podemos colaborar: ver dónde están los supuestos cazadores, observarlos, y saber que somos nosotros quienes los vamos a cazar si llega a ser necesario-

Se inclinó casi imperceptiblemente, pero se contuvo. Ya llegaría la ocasión...

Mientras se aferraba a la borda con firmeza. - Capitán. - Levantó la voz. - No sé que pretenda hacer pero el barco ha caído presa de una fuerte corriente. - Apretó los dientes en señal de preocupación. - Será preciso que tome acción, y lo haga rápido, si no quiere que el barco zozobre o choque contra las rocas de la bahía. - Luego, aún firmemente aferrado echó un vistazo rápido a cubierta tratando de identificar a los marinos, a los arcanistas y a las mejores opciones que tenían para ejecutar maniobras. 

Se acerca hacia la puerta y hacia mi, juega mas con las palabras que con el cuerpo, será el modo de cortejar que tienen estos extranjeros? - La travesía durará meses, tiempo es lo que más tenemos... - 

- Quieres acompañarme para que no vaya sola? - le sonrío, no lo hará pero me divierte incomodarlo - Es cierto lo que dices pero no puedo quedarme en el barco sin que mi vida corra peligro o sea humillada aún más de lo que fui, Dio fue claro al respecto - le digo luego, negando amablemente a su propuesta.

- Yo apoyé a Dio, admito que me equivoqué con él y tú tenías razón, pero no por eso voy a desafiarlo gratuitamente. Mi reacción fue sólo una respuesta a su falta de respeto, nada más. Si él no reconoce dentro de La Pinta la autoridad que me concedió la Compañía entonces tendré que acatar sus condiciones en su barco, pero no estoy obligada a hacerlo fuera de él - tal vez más adelante, una vez que lo haya castrado, nos entendamos mejor con ese mal nacido. 

- Tú serás los ojos y oídos que observan, y yo seré la mano que empuña el arma, ya cazaremos juntos al cazador a su tiempo - por ahora esas son las partes del cuerpo que vamos a compartir, aunque el viaje es largo y es posible que cambiemos de idea.

Zagran continúa cerca, me acerco aún más, nuestros rostros están a menos de un palmo de distancia. Me gustan sus ojos.- Subamos -  digo y abro la puerta del camarote.   

Zagrán impidió que se abriera la puerta por completo. No imprimió fuerza, no fue con violencia.

-Un compañero con el que combatí codo a codo, sangrado, reído y comido, más de una y más de dos veces, me decía siempre: "a las oportunidades se las agarra cuando están frente a uno, si no, cuando pasan, es demasiado tarde y no hay de dónde agarrarlas"- miró a la joven a los ojos y devolvió la sonrisa -Siempre le respondí que las oportunidades se parecen más a una fruta- hizo una pequeña pausa -Si la tomas demasiado pronto, le faltará sabor y hasta sea incomible; si la tomas demasiado tarde, te indigestarás o sabrá horrible; pero si la tomas justo a tiempo, ni muy antes, ni muy después, si no en el tiempo correcto, sabrá como el manjar de los dioses-

Se corrió a un costado para que la mujer saliera si era su deseo... como también se podía quedar.

-¿Tú qué piensas?- interrogó, dudando de si usaría esas capacidades que había aprendido casi de casualidad, o si mantendría el misterio.

Si ella salía, él también lo haría, luego de mirar por la claraboya.

Assim replicó el comentario de Traek con un escueto —Me pasa lo mismo.

Aquella misión era peligrosa pero que los intentaran abordar sin ni siquiera llevar nada de valor le parecía bastante rato. Ante lo que pudiera pasar el arcanista se sostuvo de lo que pudo, preparado para el abordaje.

—¿Alguien tiene una idea de lo que pueden querer?

Si disparaban primero y preguntaban después era poco posible poder negociar, pero no imposible.

- Creo que tu amigo es más sabio, de qué te sirve una fruta madura si está en la boca de otro? - le respondo cuando se corre para dejarme pasar - Yo soy de las que toma la oportunidad cuando está delante mío, por ejemplo ahora - 

Sostengo la mirada en la suya, hago una pausa, disfrutando lo que genera ese instante de silencio. Luego sonrío divertida - Me refiero a la oportunidad de hacer algo por este barco antes de que sea demasiado tarde - Me entretiene jugar con este extranjero, a mi regreso espero conocerlo mejor. 

Abro la puerta y salgo del camarote - Dime, qué sabes del barco de la Decarquía? La corriente lo afectará como a La Pinta? - le digo mientras subo a cubierta.

¡Muy observador señor Schubert! ¡Se nota que está a la altura de su reputación! respondió Szadko guiñando un ojo antes de tomar el timón con sus fuertes manos Hacia las rocas nos dirigimos o más bien, a lo que está entre ellas justo... allí. dijo señalando una pequeña fisura en una pared cubierta de vegetación por la que apenas tenía el aspecto de caber un hombre, mucho menos un navío como la Pinta.

¡No pongan esa cara! ¿Acaso tenemos aspecto de ser unos inconscientes? repuso al ver la expresión de los arcanistas. ¡A ver, que alguien les explique a nuestros huéspedes por qué no les estamos llevando a la muerte!

A pesar de lo atareados que estaban en aquel momento, no pocas risas se elevaron entre la tripulación que fueron sofocadas al instante por una mirada fulminante del larguirucho contramaestre, quien agitó un cabo con vehemencia para que el rebote golpeara a uno de los marineros más jóvenes que todavía se reía por lo bajo. El joven soltó un gemido y cuando bajó las manos de la cara pudieron ver que sangraba de forma profusa por la nariz.

El marinero que los había ido a buscar al camarote se aclaró la garganta antes de hablar:

Se trata de un camino alternativo poco conocido y muy peligroso para navíos grandes o capitanes poco experimentados... comenzó mientras aseguraba el nudo de uno de los cabos que recogían las velas. En esencia no es más que un agujero para contrabandistas cuando los bloqueos son muy estrictos. El peligro aparte del tamaño es la fuerte corriente que puede hacer muy difícil maniobrar, sobre todo una vez dentro pero nosotros...

Una segunda detonación, más fuerte que la primera, apagó las explicaciones cuando una gran columna de agua se elevó a menos de cien varas (M) de la nave. Un segundo disparo de advertencia a la Diablo Durmiente, que no detenía su avance. Al contrario, parecía cobrar cada vez más velocidad.

Un segundo disparo de advertencia...

Como buenos conocedores del código naval, sabéis que no habrá un tercero. Si el segador abre fuego de nuevo, será con intención de hundir el navío rebelde.

Subo por las escalinatas seguida de cerca por Zagran, justo a tiempo para escuchar a Dio y a uno de sus marineros. La corriente es intensa y las balas de cañón cada vez caen más cerca de la embarcación. 

Subo hasta donde está el timonel y busco un punto panorámico - Díganos, Capitán - elevo mi voz por encima del rugir de las aguas - Podrá tomar ese camino la segunda embarcación que la Compañía Azul envió para escoltarnos? - puede que a nadie más que a mi le interese aquél barco, pero es el único que me llevará a Sibog viva. 

No me dejaré engañar por Dio nuevamente, mejor resolver esto yo misma. Tomo mi daga y hago un corte poco profundo en la palma de mi mano, unas gotas de sangre se derraman sobre el sediento corazón de piedra. Mis ojos se ponen pálidos como esa roca, como las antiguas estatuas que guardan Emedah, y la bendición de los antiguos alcanza mi vista.

Zagrán se dirigió hacia donde estaba Dio.

-Interesante sorpresa la que le espera a la Diablo Durmiente- dijo el mercenario -Ahora me alegra haberme subido a la Pinta, será necesario mucho arrojo en esta empresa, y parece que lo hay aquí-

Intentó mirar hacia la embarcación que los perseguía, y luego al Segador.

-...con que ya no se andará con amagues...- dijo como pensando en voz alta -¿Me presta su catalejo?- le preguntó al capitán.

Le intrigaba quién estaba al mando de la Diablo Durmiente, y si podía ver qué sucedía en la cubierta del Segador, aún mejor. Siempre era útil saber qué sucedía.

Camila negó con la cabeza y una sonrisa en cuanto vio a donde se dirigían, ya incluso antes de la explicación se esperaba algo por el estilo. No le quedaban dudas a la joven, ese capitán apestaba a capitán pirata por todos los poros. Qué la Compañía lo tuviera a medio domesticar era algo que cuanto menos resultaba curioso pero nada que la joven fuera a preguntar.

- He visto barcos intentar maniobras peores...- y la mitad de ellos hundirse...- Creo que podemos considerar esto su examen final, capitán.

Por lo demás la mujer se movió por el barco con cierta facilidad y ya bien agarrada a un cabo se asomó para ver a sus perseguidores y el combate que probablemente estaba a punto de empezar.

- La cosa es que los pobres diablos van a tener que decidir si morir en combate o contra las rocas...- esto último lo digo para mi misma siendo consciente de que los disparos de aviso se habían acabado y sus asaltantes o les alcanzaban o entraban en batalla contra un navío famoso por no perder...

Posiblemente solo querían detenerlos, pensó Assim. Si no intentaban abordarlos, y en su lugar pretendian hundirlos era lo más lógico, pero el no se los pondría fácil.

—¡Creo poder desviar algún impacto! Pero necesito a alguien que pueda verlo venir y me de tiempo de reaccionar.

Dio no le daba demasiada confianza a Faramund. Se guardaba demasiadas cosas. Pero si conocía estas aguas, y su seguridad le daba algo más de crédito, podríamos atravesar el canal secreto. 

Faramund se aferró a una de las bordas para evitar resbalar o caer. - ¡Caballeros! Prepararse. Se han acabado las advertencias. Ahora comienza el espectáculo, comenzarán a lanzarán sus proyectiles con la intención de hundirnos. 

Luego se dirigió al arcanista que solicitaba ayuda. - ¿Qué tan antes necesitarás verlo? - Le preguntó mientras meditaba las posibilidades del arcanista de tener éxito. - Podría intentarlo desde aquí, pero solo tendremos una fracción de segundos para actuar. ¿Está usted seguro de querer proceder?

Me sujeté donde pude esperando la maniobra suicida que iba a intentar el capitán. En ese momento, agradecí que Dio estuviera al mando y no hubiera claudicado a las exigencias de la mujer en el camarote. No hubiera sabido en quien confiar en aquella situación y podría haberse generado un problema en ese momento

No tenía ninguna experiencia en navegación y no quería exponerme a los demás tripulantes así que me mantuve al margen esperando los vaivenes de la maniobra y atento a poder ponerme a cubierto si alguno de los disparos nos alcanzaba

—Tres segundos para convocar el hechizo.  Si no dejamos que se acerquen más tendremos ese tiempo justo.

Vaya, tres segundos. Creo que estaremos nadando antes de que pueda prepararse. - Masculló para si. Y luego comenzó a hurgar en su gabardina frenéticamente entre sus bolsillos. - ¡Ajá! - Expresó al dar con lo que buscaba. - Quizás esto pueda ayudarnos, caballero. - Sonrió al arcanista con demencial semblante y en la mano sostenía un vial con un líquido azulino, como el cielo despejado. - Atrápelo - se lo arrojó - y bébaselo, le dará un mejor panorama del asunto. 

La música cambia con las mareas...