El comentario de Assim me saca una sonrisa, pero el desplante de Camila me pone aun mas seria. El tono que usa al referirse al juego me resulta fuera de lugar, vi que jugaba, claro, todos lo hicimos, pero no me importo quedarme en ese momento y no me importa ahora hablar de ello. Pero su comparación con Dio me desconcierta aun mas - No solo son sonrisas de un mujeriego... por si no te has dado cuenta, amiga - digo en un tono irónico, porque si aun fuese mi amiga no se iría de la sala con alguien amenazando mi vida - me esta apuntando con un arma en la cabeza. Tal vez pienses que defender un acuerdo me hace merecedora de algo así, allá tú, por mi puedes pensar lo que quieras -
El comentario sobre el espejo es otro desafío, viniendo de ella me resulta doloroso, mucho mas que cualquiera de las palabras del insolente que voy a castrar. No importa, si Assim lo repara lo volveré a romper, porque así lo han querido los espíritus en respuesta a la ofensa de su dueño. Sigo con la cabeza el andar de la tremeria - Pensar que hice mucho por ti, Lanza de Sangre, pero me abandonas cuando alguien amenaza mi vida con una pistola. Ve tranquila, tan solo recuerda que los Augur jamás olvidan - le susurro cuando pasa cerca mío.
Para Zagrán, en cualquier momento se tendría que poner a cubierto cuando las balas y los rayos salieran volando de un lado hacia otro. Bueno, en realidad no sabía en qué consistía la magia de la nativa. Tampoco quería averiguarlo en ese momento...
En su cabeza, había una frase que parecía repetirse como aquellas torturas que alguna vez conoció...
...se los dije... no era de fiar... pero insistieron... se los dije... se los dije...
Pero en su rostro sólo había una seria preocupación, sin angustia, pero preocupación.
-Creo que podemos llegar a un acuerdo entonces, así que podemos dar por terminada la reunión, Dio, puede seguir con el plan que trazó- dijo Zagrán encogiéndose de hombros y siguiendo los pasos de Anumi -Espera, es necesario que hablemos...-
Disculpen la demora en responder, en estos casos, prefiero no responder mucho las cosas previas para que la narración no quede medio descolgada haciendo alusión a cosas "viejas" en la cronología.
Y si los destinatarios los podemos cambiar (a los predefinidos) mejor ^^
Me moví lejos del capitán de la Augur. No iba a ser el receptor de un disparo perdido en aquel camarote. Con un poco de suerte se matarían entre ellos y acabaríamos aquella discusión inútil sobre egos y captanías.
Como no conocía los tratos que habían llegado, decidí no meter baza en aquella discusión ni tomar partido por ninguno de los dos evidentes bandos que se habían creado.
De todas formas, empecé a concentrar mi poder en la mano por si tenía que disparar algún rayo a uno de ellos. Sólo esperaba que no detectaran el brillo en mis ojos al canalizar el poder.
Mi mirada sigue centrada en el arma de Dio pese a que escucho que alguien da por terminada la reunión. Me da igual lo que haga el insolente Capitán, me importa mas como voy a castrar a ese desgraciado. Usare la daga de piedra?
Recién cuando la voz me pide que lo espere es que reconozco de quien se trata, nada menos que de Zagran, el otro jugador del tablero. Me pregunto si también le habrá caído mal mi comentario sobre ese insignificante juego, no tengo ganas de escuchar mas reprimendas por ese tema, pero irme acompañada de la sala en un momento como este es mas que oportuno.
- Te escucho - digo caminando lentamente, mirando por el rabillo del ojo a Dio, no sea cosa que se le ocurra dispararme ahora.
Zagran, hablemos por esta escena en voz baja si quieres (de momento dentro del camarote, que hasta que Dio y el resto no responda, Anumi no va a salir). Pon en copia a nosotros dos como destinatarios y listo ;)
El capitán lanzó un bufido y acarició por última vez el gatillo antes de baja ligeramente el arma. Sin duda, no podía negar que una parte de él quería atravesar a la insolente Augur con su ropera pero no sería en esa ocasión y menos con aquel trasto que empuñaba ahora.
La paciencia es la mejor amiga de la venganza. Se dijo abriendo el cajón y guardando el arma.
Antes de rematar, debo advertir que esta ofensa requiere respuesta. Sus ojos recorrieron a todos los presentes antes de detenerse en la nativa.
A mi modo de ver, hay tres soluciones para este entuerto sin que eso sea la ruina para muchos. Puedes pedir disculpas y reconocerme como capitán , puedes fletar un bote y regresar al puerto... o podemos batirnos en duelo según las costumbres Medh.
Aunque creo que todos los presentes apostarían por ese duelo, en cualquier caso...
Antes de que Dio terminara de articular su frase, la puerta del camarote se abrió con un empellón propinando un buen golpe a la mano de Camilla al grito de ¡Capitán! ¡Capitáan! ¡Capitán tiene que ver esto! ¡La Diablo Durmiente ha levado anclas!
Tras la puerta un sudoroso marinero de largas barbas y estatura contuvo la expresión de alarma que luchaba por invadir su cara.
¡Maldición! ¡Han movido ficha antes de lo esperado! bramó el capitán dando un fuerte puñetazo. ¡Todos a cubierta! ¡Solucionaremos esta disputa en otro momento! ordenó antes de abandonar el camarote dando grandes zancadas.
Camilla, hazme una tirada de notar para retirar la mano de la puerta antes de que te la aplasten. El resto podéis gastar un beni si queréis para recordar o averiguar que es La Diablo Durmiente. Si os acordáis, no hay problema.
Ya tenemos rumbo, postead aquí la respuesta y volvemos al cap 1.
Relajé los músculos y noté como la magia volvía a contenerse en mi interior. Las cosas no habían llegado a más de momento, pero sabía que eso no había terminado allí. Tendría que andar con mil ojos. Se preveían dagas en la oscuridad así que dormiría con un ojo abierto.
Salí con los demás a cubierta para averiguar qué demonios era "La Diablo Durmiente". Evidentemente sería otra nave, pero no comprendía la urgencia o el nerviosismo que había mostrado el marinero y el capitán.
Una inoportuna interrupción. - Faramund pensó para si. No creía que las cosas se solucionaran tan rápidamente por lo que solo atinó a bajar el vaso y dejarlo sorbe el escritorio. - ¿La Diabla Durmiente? - Irrumpió en la conversación preguntando a viva voz. Miró a todos, sobretodo a Dio y Anumi. - ¡Cuanta mala disciplina hay en este barco! - Miró a ambos, pero insistió su mirada en Dio. Un capitán que se dejara insultar así y luego cambiara de tema tan alegremente era algo que no se veía todos los días. - Porque no habla claro, y nos explica la importancia de esa diabla. No veo necesidad de moverme capitán, y si debo estar preparado para un duelo o un motín me gustaría saberlo con antelación. - Su mirada fue severa pero firme. No tenía idea de a que se referían estos dos, el marinero y el capitán. Sin embargo, antes de mover un atisbo su persona quería que al menos algo de todo lo que estaba pasando quedase claro.
Yo gasto un Bennito para averiguarlo.
Quizás con este movimiento vuelvo a anclar la escena en el camarote del capitán. Lo siento, pero no creo que estas diferencias puedan resolverse tan alegremente. O igual me ignoran y pasamos a la otra escena. xP
Parecía que la gente aquí no podía ni terminar una discusión, todo era ladrar y poco morder. Un duelo a muerte, en el que si ganaba el capitán serviría para aumentar su ego y que si ganaba Anumi, serviría para lo mismo con el ego de la nativa y para que la tripulación del barco se amotinara al minuto, solo esperaba que esto ocurriera una vez ya en puerto.
Estaba justo en la puerta cuando ésta se abrió y casi de milagro consigo apartar mi mano antes de que me la aplastarán. Debido a ello dedico una mirada bastante fría al marinero que apareció enfrente mía.
Sin embargo este ya venía asustado de cubierta y soltó sus miedos hacia el capitán sobre otro barco que ya había zarpado. Sin ganas de quedarme ahí salgo apartando al hombre hasta que escucho la pregunta de Faramund, por lo que me apoyo en la pared desde fuera de la habitación esperando que responde el capitán para luego ya avanzar por cubierta y ver si este barco iba a merecer todos los dolores de cabeza que ya tenía...
Motivo: Ay mis dedos...
Dado de rasgo (1d8): 2 = 2
Dado salvaje (1d6): 3 = 3
Total: 3 = 3
Dificultad: 4
Resultado: Fallo
Motivo: Ay mis dedos... (beni)
Dado de rasgo (1d8): 1 = 1
Dado salvaje (1d6): 4 = 4
Total: 4 = 4
Dificultad: 4
Resultado: Éxito
Estoy de acuerdo con Dio en que esta ofensa requiere respuesta, pero el hombre tiene algún problema en la cabeza, la ofensa es suya y soy yo la que debo recibir una disculpa, él es quién rompió el acuerdo y quien me apuntó con un arma cuando soy una arcanista contratada por sus superiores y su deber es velar por mi seguridad. Este hombre perdió el juicio.
Las opciones que da son ridículas, ni voy a disculparme por su ofensa, ni voy a darle el honor de morir bajo las sagradas tradiciones de mi pueblo, lo mataré con mis manos llegado el momento y esparciré sus sucias tripas por este barco. Tampoco voy a volver al puerto, tengo un acuerdo con la Compañía y este lunático no tiene autoridad para romperlo. Pero no estoy obligada a ir con él para cumplirlo. Dónde está Reik?
Mientras recuerdo que Dio lo dejó atrás en el muelle, entra un marinero anunciando que La Diabla Durmiente había zarpado. Ver la reacción de Dio no hace más que provocarme una media sonrisa. Entre tanto el sustituto del "capitán", así lo había designado Dio a su antojo tirando el acuerdo con Reik por la borda, parece preocupado por dejar inconcluso algo - No habrá ningún duelo, Dio no es digno de morir así. Me iré del barco, pero no creo que llegue al puerto... tal vez me intercepte La Diabla Durmiente en el camino y me reciban con más respeto...- miro de reojo a Szadko, si la Decarquía llegaba a enterarse por mi boca de los planes de la Compañía gracias a la imprudente decisión de Dio, lo colgarían por su estupidez. Lo detesto, pero confieso que logra entretenerme.
No muestro signo alguno de desesperación por el navío que inquieta a Dio, tan sólo acompaño a Zagran a un camarote vacío, para estar tranquilos y poder conversar.
Anumi recuerda ese barco de lo jugado antes. Zagran, cuando quieras conversamos.
El hombre escucha atentamente las palabras de la nativa. - Eso resuelve parte de mi duda. Sin embargo aún queda otra parte por responder. - Se gira observando a Dio. - Bien, capitán. ¿Cuál es el problema con esa diabla? - Levanta las cejas suspicaz, observando con detenimiento.
Assim no le dio mucha importancia a lo que le recriminó Camila. En su vida le habían llamado peores cosas, y tenía tan pocos amigos que no valía la pena perder alguno por una disputa en su opinión tonta. Si bien la ofensa era grave para ambos bandos, a el esos asuntos le parecían niñerias. Aunque entendía y respetaba que quisieran apostar su vida por su honor.
Otras cosas se llevaban su atención, más bien.
—¿Qué es el Diablo Durmiente? ¿De qué se trata? —con los barcos era bastante ignorante. Se conformaba con no vomitar por el movimiento y si llegaban a tierra a salvo después de todo lo que había pasado nada más arrancar sería una victoria para el.
Zagrán se esperaba alguna "resolución" como las propuestas por Dio, así que tendría que hablar muy seriamente con Anumi. Era una mujer poderosa, pero además tenía sangre caliente... muy caliente.
Tampoco se pudieron alejar siquiera cuando aparece el marinero anunciando sobre la Diablo Durmiente. Y la reacción de Dio le hizo sonreír levemente.
...si supiera que el secretario dijo palabras muy similares días atrás...
-La nave de la Decarquía- dijo tranquilo Zagrán, recordando que entre la arcanista Vivianne, o algo así, y el secretario Reik habían hablado al respecto -Parece que tiene intenciones curiosas al zarpar al mismo tiempo que nosotros, ¿no es cierto?- dijo con un dejo de clara ironía.
Miró a Assim.
-¿Me avisas si se vuelve necesario que esté?- le preguntó, guiñándole un ojo y bajando a una voz casi imperceptible salvo por el encapuchado -Intentaré calmar las aguas turbulentas-
Y luego de un momento de observar la nave que levaba anclas*, siguió a Anumi al camarote que le indicaba.
*: por si alguien quiere agregar algo antes de que me vaya.
El marinero se detuvo y los observó como quien observa a alguien que se ha dado un golpe demasiado fuerte en la cabeza. Y ya se disponía a contestar cuando Dio se le adelantó.
La Diablo Durmiente informó a los arcanistas con una sonrisa torcida girando sobre sus talones de forma teatral. La Decarquía en persona o lo más cercano a ella que hay en las islas... zarpando sin permiso justo después de nosotros. Pero veo que al menos Zagrán sabe la gravedad acerca de la situación.
Y una fuente de problema´ ba´tante importante. apostilló el marinero con un remarcado acento que nadie supo reconocer.
Sois libres de hacer lo que queráis, todos vosotros. continuó el capitán con voz cortante. Pero si nos abordan y buscan lo que sea que busque la compañía, seréis los primeros en ser pasados a cuchillo a no ser que tengáis algo que ofrecerles. Sinceramente, no sabría deciros que es peor.
Y sin dar más explicaciones el capitán abandonó el camarote al trote hacia la cubierta.
Iré dando más pistas para ver si como jugadores sabéis desentrañar el acento del marinero respecto a su equivalente en el mundo real. (Algo completamente opcional)
Seguimos en el capítulo 1. Decidme lo que hacéis por el OFF-TOPIC para tenerlo en cuenta.