Desde las oscuras profundidades del mito cósmico, surge una entidad temible conocida como "Zarnoth-Vec." Zarnoth-Vec es una aberración de dimensiones inexploradas, una presencia que se alimenta de la esencia vital de los seres vivos para mantener su existencia en los rincones más sombríos del universo.
Zarnoth-Vec tiene la capacidad de acechar en las sombras, caminando silenciosamente entre los velos de la realidad para abalanzarse sobre aquellos cuyas almas son su festín. La criatura se manifiesta como una amalgama de sombras y tentáculos indescriptibles, su verdadera forma oculta tras un velo de misterio.
Cultos oscuros y antiguos rinden homenaje a Zarnoth-Vec en busca de favores arcanos y conocimientos prohibidos. Aquellos que se cruzan en su camino enfrentan la perspectiva aterradora de ser despojados de su esencia vital mientras Zarnoth-Vec se alimenta de sus miedos más profundos y secretos oscuros. En el vasto abismo del horror cósmico, Zarnoth-Vec se alza como una figura imponente, acechando en la penumbra de la realidad.
Se alimenta de sangre debido a su naturaleza cósmica y su conexión con la esencia vital de los seres vivos. En la mitología inventada, Zarnoth-Vec es una entidad ancestral que existe en un plano de realidad donde la energía vital y las fuerzas arcanas son fundamentales.
La sangre, siendo un símbolo primordial de la vida y la vitalidad, actúa como un conducto hacia las energías esenciales que alimentan a Zarnoth-Vec. La criatura se alimenta de la esencia vital contenida en la sangre para sustentar su propia existencia en su reino oscuro y oculto. Además, la sangre es un medio a través del cual Zarnoth-Vec puede absorber aspectos específicos de la identidad y el conocimiento de sus presas, lo que le permite acumular poder y sabiduría a medida que se alimenta.
Esta conexión con la sangre también agrega un elemento visceral y aterrador a la naturaleza de Zarnoth-Vec, ya que la necesidad de alimentarse de la esencia vital de otros seres humanos resuena con el horror primordial y el miedo ancestral asociado con la pérdida de vida y la vulnerabilidad de la existencia.
► Otras encarnaciones: también conocida como: la Bestia
► Alineamiento: caótico-maligno.
► Dominios: planta, caos, corrupción, muerte, maldad.
► Arma predilecta: armas naturales
► Símbolo:
Su forma está imbuida de una malignidad innata, manifestándose como una masa retorcida de zarcillos y enredaderas de un color rojo oscuro, que serpentean y se retuercen en todas direcciones. Estos zarcillos, llenos de espinas afiladas y espinosas, se entrelazan formando una maraña densa y letal que rodea su cuerpo en un apretado abrazo vegetal.
La Bestia, ciega a los ojos físicos pero poseedora de una percepción retorcida y corrupta, se desplaza con una agilidad inquietante a través de su hábitat oscuro y retorcido. Su boca, ancha y llena de colmillos afilados como dagas, se abre en una mueca grotesca que exhala un hálito pestilente y corrupto. Esta boca, capaz de desgarrar la carne con facilidad, es la herramienta principal de la Bestia para alimentarse de la esencia vital de sus víctimas.
La piel de la Bestia está cubierta de una gruesa capa de espinas y protuberancias, cada una emanando una malevolencia oscura y palpable. Su presencia irradia un aura de terror y desolación, haciendo que cualquier ser que se cruce en su camino sienta el frío abrazo de la muerte y la corrupción.
La Bestia es una entidad alienígena de origen desconocido que ha llegado a este mundo con un propósito oscuro y siniestro. Surgiendo de las profundidades del espacio, esta entidad es una encarnación del caos y la corrupción, buscando expandir su influencia y sembrar el terror en el nuevo mundo que ha encontrado.
Su personalidad se caracteriza por una sed insaciable de poder y dominio. La Bestia es astuta y despiadada, utilizando toda su inteligencia retorcida para manipular y corromper a aquellos que se crucen en su camino. Es una entidad sin escrúpulos, dispuesta a sacrificar a cualquiera que se interponga en su camino hacia la conquista total de Gea.
A pesar de su naturaleza maligna, la Bestia también posee una inteligencia retorcida y calculadora. Es capaz de maquinar planes elaborados y estrategias engañosas para alcanzar sus objetivos, aprovechándose de la debilidad y la ingenuidad de aquellos que buscan resistirse a su influencia.
Además, la Bestia es una criatura implacable y sin remordimientos. No conoce la compasión ni la piedad, y considera a todas las formas de vida en Gea como simples peones en su juego de conquista y dominio. Su objetivo final es convertir el mundo en un paisaje desolado y retorcido, poblado por criaturas corrompidas y sometidas a su voluntad.
En los rincones más oscuros y olvidados de Gea, una antigua leyenda hablaba de una entidad temible conocida como "La Bestia del Vacío". Según la leyenda, esta criatura era una planta alienígena que había llegado del espacio exterior con la intención de colonizar y consumir todo a su paso.
Se decía que La Bestia del Vacío era una entidad de una belleza retorcida y aterradora a la vez. Su piel estaba cubierta de espinas afiladas como dagas y sus zarcillos serpenteados se retorcían en un baile macabro mientras buscaba expandir su influencia por todo el mundo. Su boca, llena de colmillos como navajas, exhalaba un hálito pestilente y corrupto que podía pudrir la vegetación y corromper la vida a su alrededor.
La leyenda contaba que La Bestia del Vacío no tenía piedad ni compasión por ninguna forma de vida en Gea. Devoraba la tierra y la desolación crecía a su paso, dejando a su paso un rastro de destrucción y muerte. Se decía que aquellos que se atrevían a enfrentarse a ella eran consumidos por la corrupción y se convertían en servidores de su oscuro dominio.
Sin embargo, la leyenda también hablaba de una esperanza para Gea. Se decía que había un antiguo artefacto oculto en algun lugar de Gea, una reliquia sagrada capaz de neutralizar el poder de La Bestia del Vacío y salvar al mundo de su oscura influencia. Aquellos valientes que se aventuraban en la búsqueda de este artefacto sagrado eran considerados héroes y guardianes de la esperanza para Gea.
Así, la leyenda de La Bestia del Vacío se convirtió en una advertencia para las generaciones futuras, recordándoles los peligros del egoísmo y la codicia, y la importancia de proteger y preservar el mundo que todos compartían.
Los cuatro extraños compañeros decidieron seguir investigando la zona en busca de respuestas y sobre todo de superviventes. Erik insistió especialmente en lo segundo, pues su familia estaba desaparecida y para él eran todo su mundo. Siguieron avanzando hacia el centro del cataclismo. El lugar estaba marcado por la devastación y la desolación. El suelo estaba cubierto de una fina capa de ceniza y polvo, que se levantaba en pequeños remolinos con cada paso que daban los exploradores.
No tardadon demasiado en localizar lo que quedaba de la causa de aquel desastre. Una enorma roca aún incandescente se encontraba en lo más profundo del cráter. Una masa colosal de magma solidificado y roca fundida cuya superficie brillaba con un resplandor ardiente. La roca, con sus bordes irregulares y su superficie rugosa y deformada, emanaba un calor intenso que se podía sentir incluso a metros de distancia. Chispas y destellos de color naranja y rojo danzaban sobre su superficie, como pequeñas llamas atrapadas dentro de un horno infernal. A su alrededor, el suelo estaba marcado por las marcas de su impacto, con la tierra retorcida y carbonizada en un radio considerable. Los restos de la vegetación circundante estaban chamuscados y carbonizados, al igual que los escombros de los edificios destruídos tras el impacto.
Tras examinar aquella enorma roca de fuego, entendieron que procedía de un lugar lejano y que había cruzado el cielo procedente de los confines del universo para estrellarse por pura casualidad, o quizás no, en el desgraciado pueblo de Vesterby. Nada diferenciaba aquella roca de otra roca magmática que ubieran visto con anterioridad, aunque era posible que una vez que bajara su temperatura, pudieran examinarla con mayor detalle y encontrar algún detalle que en ese momento se les escapaba.
Con los primeros rayos del alba llegaron las buenas noticias. Un joven de nombre Ulrich, se acercó a las ruinas del pueblo. Erik le conocía, era uno de sus vecinos. Éste le contó de forma inmediata que su mujer y su hija se encontraban bien, pero que eran muchos los desaparecios, entre ellos elm gobernador de la aldea. Los supervivientes se habían refugiado en la capilla del dios Seyran, situda sobre una colina a un kilómetro del pueblo. Fue Rurk el sacerdote quien se acercó a la aldea y trató las heridas de los aldeanos llevándoles acto seguido hasta la capilla donde les hospedó y les dio de comer.
La Caballero y los soldados tenklorianos se despidieron de Erik y decidieron regresar a la ciudad. Vesterby dependía de Tenklor y las autoridades locales debían saber de lo sucedido. Rurk se encargaría de cuidar de los supervivientes hasta que el Jarg enviara ayuda, provisiones y se decidiera donde realojar a todos los vestebianos.
Así pues, los tres jinetes entraron por las puertas de la ciudad amurallada antes de que empezara a caer la noche del día del mes de Kairuan, portando consigo una alarmante y urgente información.