Partida Rol por web

Entiendo que solo puedo tirar 2 dados d6 (estatus 2 o guerra 2) no tengo modificadores ni nada.

¿Es asi?

• Tirada de dificultad moderada (9)
• Para darle mayor emoción, la tirada deberá ser en oculto. Así no sabréis si habéis tenido éxito o no y si lo que veis nace de un éxito o un fracaso. 
• Podéis usar las habilidades de Estatus (por los estandartes y parafernalia nobiliar) o Guerra (por el ejército), especialidades válidas Táctica y Estrategia para Guerra y Torneos para Estatus. Sólo una tirada por personaje.

Necesito que me tires o Estatos o Guerra, la que prefieras de ellas. Estatus será para una información más social de lo que se acerca, mientras que Guerra dará una militar. Lo que prefieras. La tirada en oculto, así el resultado es secreto y sólo lo sabrás desde la narración.

¡Suerte! 

2 dados d6 por guerra? Por ejemplo

En tu caso si, pues tienes 2.

Aquí explicado con detalle el cómo hacerlo y demás ^^ https://www.comunidadumbria.com/partida/the-north-stands-cdhyf/reglamento- 

Gracias Master.

Me inclino ligeramente de nuevo.

-A usted señora, ahora si me lo permite, debo de ir a encargarme de mis hombres. Necesitan un poco de descanso y terminar de acomodarse antes de salir a recorrer la zona y preparnos para lo que ocurra.

En mi mente, ya estaba empezando a impacientarme, cuando mi primo entra a toda prisa. Los años y la vida sedentaria no pasan en balde. De jóvenes ambos eramos mucho más similares, pero nunca gustó de salir al bosque o a la costa. En mi rostro solo se expresa un ligero gesto de desaprobación, pero permanezco atento a sus palabras para bien o para mal, es un pariente, y un hombre que sabe cumplir con su deber. Me acerco hacia el, y le pongo una mano sobre el hombro antes de dirigirme a la ventana. Estoy seguro que mi hijo se encargará de saludarlo como se debe, pero yo, tengo un deber.

A través de la ventana puedes observar sin problemas los pendones de las casas nobles que forman parte del ejército. No te cuesta identificar al lobo huargo de los Stark, al hombre desollado de Fuerte Terror, el hacha de los Cerwyn, el estandarte de Fuerte Túmulo, el sol de invierno de los Karstark...sin duda alguna, las casas más importantes del Norte han acudido a la llamada de su señor. Pese a ello, no aprecias a los árboles de los Tallhart ni los blasones sus banderizos. No han acudido a la llamada ninguno de ellos.

Sin embargo, estás al corriente de la realidad política del Norte. Esas mismas casas siempre orbitan en torno a los Stark para ganar su favor o aprovecharse de su debilidad, lo cual no quita que algunos señores sean honorables y fieles, pero la norma es que esto nunca sea por mero desinterés. Aun así, llama la atención el hecho de que hayan acudido a la llamada de un señor relativamente joven como es Beron Stark y que ha levantado tanta polémica con su reciente matrimonio.
Por otra parte, de esos estandartes sacas una conclusión clara. Parece que se trata de un juego entre grandes casas, pues apenas hay blasones de casas menores como correspondería a una movilización general.

A través de la ventana puedes observar sin problemas los pendones de las casas nobles que forman parte del ejército. No te cuesta identificar al lobo huargo de los Stark, al hombre desollado de Fuerte Terror, el hacha de los Cerwyn, el estandarte de Fuerte Túmulo, el sol de invierno de los Karstark...sin duda alguna, las casas más importantes del Norte han acudido a la llamada de su señor. 

Pero sobre todas ellas llama tu atención ver el blasón de la casa Whitehill, una que tradicionalmente ha rivalizado con la tuya. Es sorprendente que hayan acudido a defender vuestras tierras.
 

Desde tu posición puedes apreciar los colores e insignias de algunas casas norteñas. Lo cierto es que al ser un forastero no conoces la mayoría de ellas. Únicamente eres capaz de reconocer al Lobo Huargo y los hachas de Fuerte Túmulo, ciudad donde estuviste algún tiempo antes de entrar al servicio de los Glover. No obstante, el ejército que marcha hacia el castillo lo hace con vigor y cierto orden. El espíritu  entusiasta de los jóvenes soldados que portan escudos lucen con colores de diversas casas te transmite que se trata de un despliegue más que suficiente para afrontar la amenaza. Por una vez parece que las cosas van a salirte bien

Conoces bien a tu enemigo. Sabes que los hombres del hierro son sanguinarios luchadores. El ejército que camina hacia Bosquespeso estará lleno de reclutas con poca o ninguna experiencia, que avanzan cantando entusiasmados por la que es su primera guerra. Probablemente muchos de ellos no regresarán a su casa, y muchos más lo harán mutilados o marcados de por vida. Aun así, tu ánimo se refuerza al ver que un buen número de jinetes acompaña al ejército. Tu experiencia también te dice que los hombres del hierro carecen de la disciplina para aguantar una carga de caballería. 
 

A través de la ventana puedes observar sin problemas los pendones de las casas nobles que forman parte del ejército. No te cuesta identificar al lobo huargo de los Stark, al hombre desollado de Fuerte Terror, el hacha de los Cerwyn, el estandarte de Fuerte Túmulo, el sol de invierno de los Karstark...sin duda alguna, las casas más importantes del Norte han acudido a la llamada de su señor. Por otra parte, el blasón de los Tallhart, la familia de tu cuñada, de la esposa de tu señor, no está presente. ¿Acaso han desoído la llamada a la defensa?

Sin embargo, estás al corriente de la realidad política del Norte. Esas mismas casas siempre orbitan en torno a los Stark para ganar su favor o aprovecharse de su debilidad, lo cual no quita que algunos señores sean honorables y fieles, pero la norma es que esto nunca sea por mero desinterés. 

Aunque aprecias los blasones de otras casas menores, has visto más banderas en torneos. Asimismo, no pasa desapercibido el número de jinetes frente al de lanceros y otros infantes. Aunque los segundos superan con creces a los primeros, la proporción de caballería es bastante elevada. No dudas de que es un buen ejército, pero más bien parece un conglomerado de séquitos que una movilización general. Es posible que haya más intereses políticos de por medio que verdaderos deseos de ir a la guerra.
 

Observas a la columna serpentear por el camino en dirección a la explanada del campamento. Los años combatiendo a los saqueadores de las Islas del Hierro que se presentaban en las costas norteñas te han hecho conocer bien a tu enemigo. Sabes que los isleños son duros guerreros, no carentes de astucia tampoco. Aun así, el ejército de los Stark es el más grande que has visto nunca por estas tierras, lo cual inspira bastante confianza. 

Lanceros con recios escudos conforman la gran mayoría de la hueste, mientras que en último lugar lo hacen los arqueros. No te pasa desapercibido que su número sea bastante escaso en proporción. No obstante, quizá los jinetes, que son un buen número, sean suficientes para compensar esa carencia.
 

Nunca antes has visto una movilización semejante, ni siquiera en las multitudinarias ferias que se celebran al inicio de la primavera. Aunque eres un hombre al que pocas cosas sorprenden, en tu interior estás realmente impresionado al ver a un ejército como aquel.

Quizá te has dedicado a patrullar los bosques en las últimas semanas por si hubiera peligros, ya sean saqueadores o bandidos, pero estás seguro de que ninguno de ellos se atrevería a plantar cara a tantos hombres y tan bien armados. Ni siquiera aprovechándose de alguna artimaña, cosa difícil en un terreno que no conocen.

ero lo que te llama de verdad la atención es la compañía de arqueros que, pese a lucir los colores de diversas casas, caminan juntos al final de la columna formando al menos un centenar. Es posible que los señores norteños hayan traído consigo a sus mejores arqueros y ballesteros. Un centenar de buenos tiradores pueden ser una gran molestia para el enemigo, quizá entre ellos esté tu sitio en la batalla, piensas.
 

La llegada del hombre gordo y calvo llamó la atención de Jonelle, la cual dejó momentáneamente su jarra de cerveza a un lado, planteándose cómo el señor pudiera tener un hombre tan obeso a su servicio, el problema no era su aspecto de tonel, si no el hecho de que subir la colina le dejara extenuado. Si le cedían el mayordomo un mes, iba a saber el varón lo que era estar preparado para escalar montañas, la bastarda sabía cómo adoctrinar a los holgazanes, era una mujer firme y de fuerte carácter, especialmente cuando alguien estaba a su cargo o le encomendaban una misión.

- En buena hora llegan los señores... - celebró la mujer, satisfecha por la llegada del ejército, sonriendo ampliamente por primera vez, satisfecha de que el tiempo avanzase para poder cumplir su propósito.

Muchos se acercaron a las ventanas de la torre, era lo propio, la mujer guerrera también lo hizo y observó hacia abajo intentando visualizar a Lord Glover y cómo no, al Guardián en el Norte, Stark, al hombre ante cual debiera hincar la rodilla en señal de respeto antes de plantear su petición.

- Un buen número para la guerra... - dijo con animosidad -...con una buena estrategia podríamos hacer frente a los kraken, solo espero que entre las filas hayan hombres de verdad y no muchachos sin instrucción... Cada veterano bien alimentado puede destripar a cinco o seis niños del verano... - esa última frase fue solo como un susurro, quizás solo pudiera escucharlo quien más cerca de ella se encontrara.

La ofuscación de su cuñada para con el caballero errante y la entrada de lord Woods le hicieron pensar en muchas cosas, pero sintió sólo desdén por las palabras de Arlan, ya que no se tragaba la idea de que el venado se había puesto en la línea de tiro de un arco voluntariamente, es cómo si dijera que un salmón esperaba ser atrapado por un oso antes de desovar en el río, incluso bajo el aspecto serio e impoluto de su rostro, el enojo lo sentía en el cuerpo.

"Malditos lame culos, siempre esperando el favor de la casa Glover, pero quién soy yo para decir algo, después de todo, hacemos nosotros lo mismo con los Stark, y ellos hacen lo mismo con los reyes Dragones del sur"

Estaba claro que en sus pensamientos circulaban con respecto a la clásica competencia entre casas, todo marchaba bien hasta que el caballero de alquiler apareció presentando su informe ante el, estaba claro que había olvidado que la señora de la casa estaba presente en el salón del Castillo, el segundo señor lo fulminó con la mirada, antes de volverse a su cuñada.

-Mi lady, no se moleste con Ellys, suele reportarme a mí o a vuestros hijo mayor cuándo su noble esposo está presente, pido disculpas, no se volverá a repetir-

Los dejó continuar con la charla de la carne mientras, Jonelle se acercaba más al lugar que le correspondía como emisaria de los Mormont, la notaba algo incómoda, necesitaba palabras paea a calmar sus inquietudes. Pero antes de decir algo. El mayordomo se presentó, sudando cómo un caballo aporreado, al tiempo que el escuchaba los pasos firmes de ginetes.

Al decir que se acercaba el séquito con su hermano, sobrinos y el señor del Norte a la delantera, este levantó antes que todos, seremonial, pero con un poco de prisa, para mírar por la ventana. Las casas más importantes del norte estaban con los huargos, incluso los asquerosos Bolton, pero faltaba una.

-Esto es extraño, no veo el Blasón de la casa Tallhart ¿habrán tenido problemas?-

Dejó el entrecejo fruncido, ya que más que una compañía de guerra, parecía un séquito heráldico, había poca infantería y eso preocupaba, pero el ya tenía sus estrategias planteadas. 

-Deberíamos irnos ya, y dar la bienvenida a lord Harald y a Lord Beron Stark-

Y poder comenzar a mover sus piesas de juego en este intrincado tablero. 

Ellys escucha a un lado la voz gruñona de la señora, parecía que no le había gustado que diera el informe a Halbart. A decir verdad no la había visto y se había centrado en el hermano del señor, siendo éste un hombre y por tanto más centrado en temas de batalla. Estaba claro que había cosas extrañas como la bastarda, pero esa mujer era más oso que hembra. - Mi señora, no os había visto, pensé que una dama como vos no estaría interesada en informes de simples patrullas. Lo tendré muy presente tras mi próxima patrulla.- Sentencia mientras se bebe su cerveza, aquella mujer intentando meterse en temas que no controlaba pues no tenía pinta de haberse metido ni en una pelea de taberna. Su lengua se iba a liberar un poco tras beber la cerveza, pero por suerte el aviso de que llegaba el ejército le salvó de meter más la pata. Debía ver la relación entre aquella señora y el señor Glover, tal vez la decisión de mantenerle en sueldo dependía más de ella. Había sitios así, donde las mujeres de la familia tenía más poder que el señor. Hombres débiles sin duda, pero que tenían el dinero suficiente para mantener a mujeres ambiciosas. 

Se levantó junto al resto y se asomaron por las rendijas que daban al exterior. Allí llegaban todos los soldados y sus estandartes ondeando en alto.  - Me temo que muchos no han conocido muchos inviernos, veo demasiados entusiastas con ganas de enfrentarse a los hijos del hierro y no ver que muchos no volverán a ver el amanecer si esos piratas atacan. - lo había visto muchas veces, hombres jóvenes que pensaban comerse el mundo para acabar muriendo en el primer encontronazo con el enemigo. Ellys había aprendido a cuidarse de esos, prefería tratar con veteranos que sabían el riesgo de estas empresas. - Pero parece que han traído suficientes manos, creo que podremos con cualquier flota que quiera desembarcar en las costas. 

El más próximo a ella en ese momento era Ellys de Lagobarro e hizo un comentario sobre las tropas que se acercaban prestas a la fortaleza de madera, hogar de los Glover.

- Todo depende... - fue la respuesta de la bastarda -...A nuestro favor el número de tropas y la disciplina del ejército... En contra la juventud e inexperiencia bélica frente a hombres curtidos en batalla... Y lamentablemente el honor..., contra los Hijos del Hierro hay que pelear esperando lo peor de ellos, ser honorable puede ser más un lastre que una virtud... -elevó el mentón con orgullo, ella era mujer de honor, y nunca había atacado a nadie desarmado, recordaba una contienda donde por ello fue sorprendida y embestida, tuvo pericia o quizás fuera suerte de continuar viva, pero una profunda cicatriz de recuerdo surcaba su cadera, la benevolencia de los dioses impidieron que su intestino fuese perforado.

La mujer continúa en la ventana por unos instantes escuchando el comentario de Lord Halbart Glover. Se fijó en los blasones, aunque bien era cierto de que ella jamás se habría fijado en aquel recuento detallado, no sabía tanto de guerra como otros de sus hermanos.

- Se avecinan tempestades.... - y es que la señora de la casa era una Tallhart, si sus familiares no apoyaban la causa, el problema familiar podría costar muchas muertes adicionales.

Jonelle decidió dejar su jarra de cerveza a un lado, no deseaba hablar con Lord Stark borracha, y aunque bien faltaba mucho para eso, la prudencia volvía a ser su manera de proceder. Quedó de pie a la espera de indicaciones de la Señora Gilliane, bien se guardaría de saltar su autoridad como otros habían hecho, ser bastarda a veces no te permitía una segunda oportunidad de redención.