Partida Rol por web

---Espera, ¿fuisteis atacados por un Principe y su sequito y seguiis vivos?- digo casi parandome de golpe y mirandolo sorprendido-¿Por que os atacaron? ¿Lograsteis destruirlo? ¿existe el riesgo de un nuevo ataque?

La bella mujer mira, sin mostrar emocion alguna, a Touda, al que contesta con ese tono monotono que lleva usando desde el principio

-El Noah es una creacion de la Dama de Blanco, su destruccion por algo tan trivial como el ataque de un Varuna es impensable. No obstante, la criatura merece respeto, no contenta con haber sobrevivido, logro dañar la nave, algo que hasta la fecha, no habia sucedido. Sobre si volvera o no, lo ignoro, pero si se trata de una criatura inteligente, dudo mucho que lo haga, en la batalla cayeron 50 elementales por cada Maestro que perdimos, ademas de que los sistemas de defensa del Noah eliminaron a mas de 200 elementales mas-como si no lo hubiera pensado hasta este momento, comenta un poco mas bajo-_{¿Por que habria tantos elementales atacandonos? Los sistemas de sigilo deberian funcionar bien...}

Recobrando el sentido, se dirije a Mune y, señalando el circulo en el suelo, explica

-El actual destino es el camarote del Amo Fate, donde se encuentran mis hermanas tratando sus heridas. Si hacen el favor de entrar, nos teletransportaremos inmediatamente

Tras hacer lo que la mujer dice, notais un tiron y, antes de que podais quejaros o sentir algo, se suelta, llegando a otra habitacion

Al contrario que el semi oscuro pasillo de antes, esta habitacion estaba bastante mas iluminada. Se trataba de un camarote bastante grande, disponia de varios paneles de informacion, una mini-sala de estar, una mesa con varios accesorios extraños, baño y, obviamente, una enorme cama donde descansaba una figura.. aunque mas que dormir, a juzgar por su estado, parecia que carecia de vida

Alrededor de su cama, seis maid mas se encontraban. La que os acompañaba, hace un gesto a las demas y se colocan alineadas frenta a vosotros, presentandose

-Alpha Alcyone

-Beta Electra

-Gamma Maia

-Delta Taygeta

-Epsilon Celeano

-Dseta Asterope

-Eta Merope

-Encantadas de contar con vosotros-dicen al unisono mientras hacen una reverencia

Me revuelvo algo incomoda ante la petición de la profesora pero finalmente suelto las palabras.- Quiero… Quiero que me enseñes magia.-  Digo mientras agacho un poco la cabeza avergonzada en parte. Antes de que me responda Touda pregunta algo a las sirvientas que no entiendo y según la maid le responde van surgiendo mas dudas en mi cabeza. “¿Qué es un Varuna?” No logro pronunciar las palabras ya que otra información rápido me saca de mis pensamientos, Fate en coma.

Antes de que pueda hacer nada nos teletrasportamos a lo que parece un camarote en donde nos saludan un montón de sirvientas que empiezan a presentarse. Por alguna razón verlas me recuerda a Nova, pero al observar el cuerpo del que parece ser Fate tumbado y con un aspecto algo demacrado me acerco a el nerviosa mientras abro mi bolsa. Olvidándome de la presencia de todos simplemente articulo unas breves palabras.-¿Daño físico o mental?- Pregunto ensimismada mientras saco mi libro de hechizos y empiezo a buscar algo que pueda ayudar.

Tras la presentación de aquella doncella, los demás hicieron aparición, siendo estos, tratados por la señorita Al´Mune. Me fijé en que todos estuvieran bien, un examen visual rápido, sí, todo bien.

Atiendo a las demandas, aceptables, de la señorita, quien nos insta a ayudar al capitán de esta nave, una nave creada por la líder. - Dama Blanca... que infantil. - Digo a nadie. 

Me fijo en las instalaciones de la nave. - Ummm, curioso, jamás pensé que alguien de esta época pudiera si quiera hacer que una maquinaria pudiera levitar, menos aún que volase, su tecnología es demasiado primitiva. Lo cual me hace pensar... - Mi mente formuló la respuesta en voz alta. - ¿De dónde extraen la energía para hacerla funcionar? ¿Tenéis alguna fuente de alimentación que os reabastezca? - Esperé curioso su respuesta, dado que algo así requiere grandes cantidades de combustible, energía o... presencia. Fuera cual fuera lo que me dijera, no la cuestionaría, simplemente... la anotaría mentalmente.

Algo llama mi atención. - Pobre estúpido. Piensa que tener algo de poder es igual a saber liderar o mandar. Supongo que el verse con la capacidad de mandar sobre una niña lo hace equiparable para conmigo. Con un razonamiento así, no me extraña que hayan controlado su diminuta materia gris. - Dejé escapar un leve bufido tras su ofrecimiento, mostrando una minúscula sonrisa tras pensar en todo esto. Ni siquiera tuve en cuenta la candidatura de la señorita Al´Mune, era obvia y evidente, la sorpresa provenía de Ikki. Si en dicho momento, cruzásemos miradas, ampliaría mi sonrisa. - En fin. - Me dije a mi mismo en voz alta para evitar seguir pensando en este increíble y gracioso acontecimiento. 

Algo que alertó aún más, si cabía, lo anterior, fue el dato de que la doncella había dicho para con los profesores que habían peleado contra los elementales de agua. - ¿Cincuenta caídos por cada uno de los nuestros? Si eso es cierto... la diferencia de poder entre ellos y nosotros es abismal. - Mi mente se auto sorprendió, aunque mis músculos faciales jamás revelarían algo así.

Llevaba tan sólo unos minutos en esta nave y ya estaba "alucinando" con todo lo que se estaba diciendo. Afortunadamente, ver al cuerpo de ese hombre "borró" de mi mente todas esas incongruencias. - Así que es este... - Susurré para mi mismo. Leve gesto educado hacia las demás doncellas. Paso a un lado, mirada a la "niña" gótica, gesto de mano para que hiciera gala de su alarde. - Adelante. - Mirada fija en sus ojos.

Camina por el extenso pasillo durante esa suerte de recorrido guiado. Por un momento tenía la esperanza  de que les pusieran al tanto de los cambios en el plan inicial de la misión, pero al empezar el monólogo acerca de las prestaciones del navío sus oídos parecen apagarse, cruzando su mente recuerdos lejanos de antiguos miembros del departamento de investigación que día tras día hablaban emocionados de las maravillas de esta lata gigante, casi como si se la quisieran llevar a la cama… gigante también.

Parece volver al mundo cuando su inmutable expresión se ve alterada al escuchar algo sobre “asumir el mando durante el viaje”. Su ceño se frunce levemente, el hecho de hacerse responsable de una buena cantidad de agentes en esta salida es algo a lo que se habría negado de haber tenido oportunidad, y por supuesto que ahora le encasqueten la dirección de un ataúd acuático no le hace especial ilusión. Una suerte que haya un par de personas dispuestas a “privarle de tal honor”.

Con el deseo latente de que no le toque pringar más de lo debido, sigue el camino hasta llegar al teletransporte. En primera instancia parece algo reacio a usar un transportador que no se encuentra bajo su propia dirección, pero no tarda en dar el paso adelante siendo consciente de que se trata de un mal necesario. Lo que encuentra al aparecer en el camarote le sorprende en el buen sentido, si bien el diseño de las instalaciones resulta frío y cuadriculado, el camarote no está nada mal, seguro que el bueno de Fate no ha tenido que pelearse por una minúscula habitación de posada antes de poder descansar entre lujos.

Su ración de envidia sana termina cuando se topa con la imagen de su viejo compañero postrado en la cama con la mirada perdida, pálido y con gesto inerte; no creía posible que un encuentro hostil rutinario pudiera llevarle a semejante estado, pero lo cierto es que sí, y es algo que será tenido en cuenta de cara al futuro. Edvard se aproxima al cuerpo, en apariencia en buen estado a juzgar por su exterior, a sabiendas de que los daños internos tienden a ser mucho peores que unos simples golpes. Sin nada en lo que poder ayudar en estos momentos, toma asiento a la espera de que Mune ponga a trabajar esa magia que tan buen resultado está dando hasta el momento.

Desde aquel sillón apartado, presencia la exposición del escuadrón de sirvientas con cierto recelo, y es que si conoce a Fate como cree conocerlo, y este no ha cambiado mucho desde su último encuentro, hay algo en esa habitación que echa muy en falta, y el pintoresco aspecto de las chicas le rechina todavía más, si cabe.

Maia… vosotras… -señala con el índice al conjunto de hermanas- ¿No seréis las muñecas de este hombre, verdad? Porque no las veo por aquí y no me imagino yo a Fate dejando de lado su… ¿afición? –_{“por no decir enfermedad…”}.

A medida que mas se internaban en el Noah, mas y mas Arryken se perdia en los pensamientos, calculos e hipotesis acerca de la nave y de sus tripulantes. Estaba clarisimo que maquinaria de esta indole no se veia en Gaia desde la epoca del Viejo Imperio, lo cual lo emociono mas aun: Estaria esta nave potenciada por Logias? O derivadas de la misma? Solomon ya habia preguntado eso antes de que el tuviera la oportunidad de hacerlo, lo cual le vino bien.

-Oye Maia, esto es impresioante. Hay algo que pueda leer para saber mas del Noah? pregunto expectante, antes de que el tiron del teletransportador los arrancara de aquel pasillo pobremente iluminado.

El camarote era espacioso, como correspondia al capitan... Que reposaba en inerte en una cama. El habia visto muchos muertos, en especial teniendo cuenta su linea de trabajo, y eso que estaba alli parecia uno.

-Ehh... por una vez, Arryken se habia quedado sin palabras. Se limito a escabullirse y se sento cerca de Edvard, que al parecer conocia al (aparente) finado.

El cuerpo del hombre tienes varios signos de haber librado una batalla bastante desigual. Pueden notarse diversas heridas fisicas provocadas por algo contundente. Aunque, lo mas preocupante es su estado psiquico: de alguna manera, con mucha certeza, sobrenatural, alguien ha destruido casi por completo su mente. 

Las Maids empezaron a contestar las preguntas, comenzando por la que formulo Lihl

-El Amo Fate padece diversos daños tanto  fisicos, como mentales. La magnitud de las heridas fisicas es severa, pero sin comparacion con los daños psiquicos. Cuando volvio de tierra firme, apenas se tenia en pie, dio la orden de permitir acceso a los miembros de la Academia y colapso. De eso 3 dias, y no ha despertado desde entonces.-la maid que se habia nombrado primero, Alcyone Alpha, comienza con la explicacion. Tiene una voz bastante agradable, pero al igual que su hermana Gamma, posee ese tono monotono

-El Noah es una construccion de la Dama de Blanco, no del Amo Fate, por lo que ignoramos su funcionamiento. Al parecer, no precisa combustible de ningun tipo y las armas de defensa arrojadizas se autorecrean con el tiempo.-Electra Beta, la segunda maid, poseia un tono muy alegre y energico que era agradecido por vuestros oidos: si todas las maid hablasen de forma monotona, acabariais durmiendoos

-No poseemos ningun manual  o guia de turismo del Noah, pero se puede comparar a una fortaleza movil-Maia Gamma, contestando a la pregunta de Arryken, empieza a hablar-Tenemos diversas salas con diversas funciones, desde  un modesto campo de cultivo que nos proviene de alimentos hasta un campo de entrenamiento personalizado, pasando por diversas salas, como una armeria, varios talleres, camarotes, baños y un largo etc

La maid de nombre Taygeta Delta, mira con cara de mal humor a Edvard. Parece que algo no le ha gustado de lo que dijo y esta conteniendose, pero su paciencia parece ser muy escasa, por lo que rapidamente, al contrario que sus compañeras, grita al hombre

-¿¡MUÑECAS!? NOS ESTAS COMPARANDO CON UNAS SIMPLES MUÑECAS??-positivo, muestra emociones; negativo: no son demasiado agradables-Muñecas seran lo que tu hagas, simples objetos decorativos, carentes de belleza o de cualquier otra cosa. Nosotras somos seres de madera y metal, si, pero tenemos consciencia, hablamos y sentimos, ademas de que tambien sabemos pelear-al levantar su brazo, una cuchilla de tamaño considerable sale de su interior, rasgando su vestido-Si vuelves a insultar al Amo Fate rebajando sus creaciones, nosotras, al nivel de simples muñecas, te vo-antes de que pueda terminar, las Maids mas grande y la mas pequeña la detienen a la par de taparle la boca. La ultima, que aun no dijo nada, como disculpa, se apresura a añadir mientras realiza una exagerada reverencia

-Disculpen a Taygeta, ella siempre es muy... energica, tiende a actuar sin pensar en las consecuencias, pero es muy buena chica-la maid se retuerce entre los brazos de sus compañeras, que se apresuran a sacarla de la habitacion-Normalmente...

Pasando de la cháchara de fondo me concentro en averiguar lo que tiene este pobre tipo. Cierro los ojos y pongo mis manos sobre él, pero sin tocarlo, y al cabo de unos segundos logro deducir en parte su problema. -Parece como si le hubieran arrebatado su mente de alguna forma.- Digo de forma seria. Cómo habrá sucedido?

De todas maneras no importa, sé como reconstruir las cosas perdidas. Doy un suspiro largo y sonrío otra vez. -Pero no tengas miedo, querido, no es nada que no tenga solución.- Mis manos que continúan sobre él ahora emiten un brillo cálido, y las pongo ahora sobre su cabeza a la vez que murmuro un par de cosas en nepranus.

Y con esto consumo casi hasta la última gota de mis energías. La sonrisa se me borra y empiezo a caer al suelo, pero logro apoyarme dando un paso al costado. -B..bueno... niños...- Trato de mantener el porte elegante de siempre, pero ya no se puede. -Esta... belleza s...se va a ...d..ormi..r...- Caigo de cara al suelo, casi inconsciente.
De la nada se materializa el elfito mayordomo que habían conocido en la casa provisoria, que me recoge del suelo y ayuda a mantenerme en pie, para luego dejarme sentada sobre una silla y ventilarme la cara con un abanico.
Se me cierran los ojos y tengo un mareo cósmico, así que trato de dormirme.

No tardó en actuar. Observé... en silencio. - ¡Oho...! Un hechizo de alto nivel... no está nada mal. - "Alabé" sin asombro alguno por mi parte. - Es increíble que algo como ésta pueda usarlo... - La miré de soslayo pensativo.

Recordé todas esas veces en las cuales esta aprendiz de hechicera usaba su poder, malgastando el Don que posee en su interior de las maneras más absurdas, energías mal aprovechadas... sinónimo de incompetencia. Y esas acciones conllevaron a lo acontecido... su "caída".

Tampoco me moví. - Akab... - El nepranus no escapaba de mis conocimientos, y dicha lengua salió con desdén de mi boca mientras veía como se caía con extrema frialdad en mis ojos.

- ¿Será suficiente? - Esperé... "expectante", el resultado de tan magnífico y poderoso conjuro.

Con total naturalidad y sin ser consciente de las implicaciones que podrían llegar a traerle sus palabras, Edvard espera la aclaración por parte de Maia, la hermana que les recibió y la única con la que ha tenido un contacto real. Sin embargo, fue poco el tiempo que tuvo que aguardar para recibir una respuesta considerablemente más acalorada de lo que esperaba.

Sin mover un músculo en su sillón, aguanta el chaparrón que le dedica otra de las sirvientas cuyo nombre no ha podido memorizar entre tanta jovencita uniformada. Los gritos alcanzan un nuevo grado en el momento en el que la chica expone una gran cuchilla a modo de amenaza. En condiciones normales habría sido previsible un encaramiento por parte del conserje animándola encarecidamente a demostrar sus palabras con hechos, pero en esta ocasión no parece tener intención alguna de moverse de su asiento, sencillamente la escucha hasta que esta termina de vomitar las heridas que su comentario le ha provocado. Ante la rápida disculpa de la joven de cabellos rubios que se apresura en sacar a su hermana de la estancia, Edvard se pone en pie y se dirige a ellas antes de que se marchen.

No era mi intención que os sintierais insultadas por mis palabras, llevaba años sin ver a vuestro amo y desconocía los progresos de su trabajo, os pido disculpas si os he ofendido. –ahora es él quien les dedica una reverencia, aunque bastante más modesta que la de la sirvienta.

Camina hacia la puerta y se sitúa junto a ellas, tratando de guiarlas de nuevo hacia la cama en la que descansa Fate.

¿Sabéis? Hace más de una década, vuestro maestro se pasaba las horas muertas trabajando y cuidando a sus muñecas con más cariño del que le he visto dedicar a muchas personas de carne y hueso, estoy seguro de que a día de hoy no le gustaría escuchar que sus obras eran simples objetos decorativos, al igual que cualquier otro artista no puede sentir más que orgullo de sus primeros pasos, que son los que le han llevado hasta donde están ahora. –una vez cerca de la cama, se vuelve a su sillón.- Incluso ser una “simple muñeca” es un honor, si las manos que la han creado son las de ese hombre que está postrado en la cama.

Nuevamente sentado, su tono parece abandonar esa extraña empatía para regresar a la despreocupación habitual.

Además, qué me vas a contar tú a mí de madera y metal, si llevo desde antes de que nacieras teniendo que envolverme esta mierda con la sábana al acostarme porque me meto frío a mí mismo… -alza frente a él su prótesis y, ante los ojos de Taygeta, su mano empieza a rotar describiendo giros de 360 grados desde la base de la muñeca, como si de un taladro de bajas revoluciones se tratara. Tras unos segundos se detiene, cierra el puño y se acomoda en su asiento.

Esperando haber podido aclarar el malentendido, continúa a la espera de ver los resultados de la magia sobre su convaleciente excompañero.

No he terminado de mirar las primeras paginas de mi libro cuando veo como Al’Amune se acerca y empieza a recitar un conjuro sobre Fate. Noto las energías mágicas que esta invirtiendo en el conjuro. “Como pensaba, es poderosa” Las palabras flotan por el aire alcanzando mis oídos en un idioma que no conozco, pero intento memorizarlas, el hechizo me resultaba familiar, y me quedo viendo como lo lanza, aguzando los ojos intentando aprender. De todas formas su magia era diferente, ella no necesitaba de escribir los conjuros… Aunque ella me enseñara, yo tendría que emplear tiempo practicando como traspasar un hechizo de una teoría mágica a otra.

Finalmente el hechizo termino y Al’Amune se tambaleo.  Aun estaba débil por el dia anterior y aun con ello había hecho aparecer a aquel ser para que la recogiera. Me sentía un poco mal conmigo misma por no haber hecho nada y por haber recibido de su parte zeon esa misma mañana…. Quizá… quizá podría devolvérselo para mejorar su mareo.

Me acerque dubitativa hacia la maestra, no sabia si su hechizo había resultado, pero tenía confianza en ella, si no había logrado nada con ese poderoso hechizo fuera lo que le hubiera pasado a Fate estaba dentro de mis posibilidades.

Me acerque en la silla en la que estaba descansando y puse mi mano encima de la suya.- ¿Pu..Puedo?.-Pregunte tímidamente mientras empezaba a mandarle leves pulsos de aquella energía que nos daba nuestros poderes. “Al menos la mitad…” Pensé para mi misma, si le daba menos de eso casi no lo notaria en sus reservas, las cuales no tenia idea de cuan altas serian.

La Maid mas pequeña, tras escuchar a Edvard, suelta a Taygeta y se le acerca con curiosidad. Tras una larga pausa de mirada fija, murmura con un tono de voz dulce e infantil

-¿Edvard?-pregunta dubitativa. A continuacion, mira a Alpha y esta asiente y, de repente, le da un abrazo al hombre-Edvard, Edvard, Edvard-salta contenta mientras agarra su pierna, pues no puede alcanzar una altura mayor. Cuando se calma, le mira con rostro inocente-¿Te acuerdas de mi? En aquel entonces aun no tenia recubrimiento, y era mas pequeñita, pero me ayudaste cuando me perdi ¡Me devolviste a Papa!-vuelve a sumergir su cabeza en los pliegues del pantalon mientras salta contenta

-Hace alrededor de 11 años, el Amo Fate y el Maestro Edvard estuvieron estudiando juntos. -la maid Alpha, que parece ser la "mayor", se adelanta a explicar los hechos-En aquella epoca todavia no eramos "nosotras", pero seguiamos siendo nosotras. No teniamos consciencia, pero aun asi observabamos en silencio. Un dia, Celaeno, quien aun estaba en la fase "embrionaria" ocupaba poco mas que un par de palmos y una entidad desconocida la secuestro. El Maestro Edvard la rescato y asi fue como conocio al Amo Fate, momento en el que hicieron amigos.-mira el cuerpo de su creador-Siempre decia que estaba en deuda con el Maestro Edvard

Mientras esa escena ocurria en la entrada del camarote, en la cama, la pequeña Mune hacia su magia. Tras un extraño brillo, la chica cae, agotada, pero no parece haber muchos cambios en el cuerpo de Fate... un momento... si, ¡sus heridas y moratones estan menguando! A ojos vista, todo el cuerpo se estaba restaurando, volviendo a un estado de completa recuperacion. En apenas segundos, el hombre al borde de la muerte, parecia estar simplemente dormido, en apariencia, totalmente curado.

-Respiracion calmada, pulso cardiaco estable-dice la maid que estaba mas cerca, tras comprobar el cuerpo de Fate. Con mirada ilusionada, mira a la hechicera y le dice, emocionada-¡Esta a salvo!

-Ahora que el Amo Fate esta reparado, lo mejor seria que se le permitiera descansar-Maia, con un bello gesto, indica la puerta, invitandoos a abandonar la estancia-Hasta que despierte, sois libres de recorrer el Noah. ¿Necesitais indicaciones para ir a algun lugar en particular?

Como era de esperarse, aunque como siempre con mis dudas, Mune es capaz de estabilizar a Fate, lo que hace las cosas mucho más simples. Ahora solo queda esperar a que se encuentre en sus condiciones habituales y nos haga llamar para informarnos al completo de la misión que nos espera. Además... tengo mis preguntas acerca de lo que le ha sucedido; tenemos cosas prioritarias, pero una vez terminemos investigaré los sucesos ocurridos en este pueblucho.

Edvard parece conocido de las maids, muñecas creadas por Fate en los años en los que se conocieron y, aunque tengo visto a Fate más de una vez, no es que haya entablado mucha amistad con él, por lo que lo mejor es que Edvard sea quien tenga un contacto directo con él para facilitar las cosas. Con razón MM lo puso al cargo de la misión, por supuesto

- Un pequeño mapa o un resumen de cómo utilizar el teletransporte estaría bien.- comento mientras avanzo hasta la puerta que nos indica la maid para dejar descansar a Fate. Era una nave enorme y no me gustaría entrar en alguna habitación que no debiese- De todas formas, lo primero debería ser presentarnos ante los maestros y los alumnos que ya se encuentran en el Noah. Si habéis perdido a tantos maestros en ese combate, supongo que tendremos que hacer algunos ajustes de maestros y alumnos... no podemos dejarlos solos y sin control.- espeto, observando al resto de mis compañeros. "5 maestros, 2 alumnos y uno de ellos parece lo suficientemente fuerte para pasar a nuestro rango... Alguno va a tener que coger a varios alumnos" pienso mientras espero la respuesta de cualquiera de las marionetas.

El elfito detiene a Lihl con un gesto suave. Niega en silencio, sonriendo tranquilamente.

-Eso ha sido un regalo de mi Señora. Conservadlo.

Después ayuda a Al'amune a ponerse de pie. -Señorita Gamma.- Pregunta el elfito. -Sería tan amable de guiarnos hasta la habitación que le corresponde a mi Señora? Necesita reposo y tranquilidad para realizar sus meditaciones y recuperarse.

A Mune se le notan unas pequeñas ojeras y cara de cansancio, pero se mantiene con el porte elegante de siempre, sin encorvarse en lo más mínimo.
-Shio, Lihl...- Digo en voz baja, me da un poco de trabajo hablar. -Vengan a verme a mi habitación antes de presentarse a los nuevos alumnos. Hay un tema que deberíamos tratar.

Espero a que alguna de las maid me lleve para salir de esta sala.

Tras la excelente ejecucion de aquel hechizo de alto nivel de Mune, Arryken no pudo sino sonreir de lado, impresionado: No conocia mucho a la misteriosa chica salvo por las historias que se contaban, pero cada vez demostraba que el renombre que tenia por no fallar una mision jamas era bastante justificado.

Tras la "sugerencia" de Ikki, Arryken asintio, de acuerdo. Lo cual le recordo aquello que queria hablar con Touda y Solomon desde que despertaron en aquellas catacumbas. Diablos, tan solo habia transcurrido un dia, pero parecian años y años los que pasaron desde aquello.

-Antes, tengo que hablar con Solomon y Touda de algo de esa indole, si no te importa le dijo, esperando no oir objecion Caballeros, podemos charlar en un lugar mas privado?

Noto como el elfito de Mune me aparta la mano con cuidado cuando me acerco a ceder energía a Mune. Voy a protestar de alguna manera pero Al’Amune se empieza a poner en pie con ayuda del elfito. Quería donarle energías, yo ya había recuperado todas las mías, no había necesidad de ver a la maestra en aquella condición.

Ikki empieza a mencionar sobre ver a los alumnos que habían sobrevivido a tal viaje cosa que me incomoda un poco, eso quería decir que habría presentaciones… no me gustaba presentarme.

Antes de que pudiera quejarme de nuevo para intentar darle algo de Zeon la maestra, esta nos cita tanto a mi maestro como a mi, cosa que hace que me ponga un poco nerviosa, sigo con cuidado a la maestra la cual, aunque con cara de cansancio y alguna sombra bajo sus ojos por la fatiga que le ha causado el hechizo, menciona que hay un tema a tratar.

Aunque no parece que nadie esté en contra de mi sugerencia de conocer al resto de miembros del navío, parece varios quieren hablar de temas privados. Así, mientras Mune se aleja con Lihl, saliendo de la habitación y Arryken busca la atención de los dos compañeros con los que quiere hablar, vuelvo a dirigirme a ellos, cambiando los planes o, más bien, retrasándolos

- De acuerdo. Primero tendremos las conversaciones privadas que tengáis con vuestros respectivos compañeros. Nos reuniremos todos en lo que supongo que será un comedor en los que se reúna la gente. Allí nos presentaremos y esperaremos a que Fate se recupere del todo.- contesto hasta que por mi mente asimila el comentario de Mune. Hablar... Mune quiere hablar...

Sudores fríos empiezan a recorrer mi cuerpo- ¿Que Mune quiere hablar conmigo?- pregunto mirando a todos, uno a uno, esperando que alguno me responda por si realmente había hecho algo que la pudiese enfadar- ¡La última vez que dijo eso me quiso partir por la mitad! ?Que se supone que he hecho esta vez? ¿Alguien lo sabe?- Mi voz demuestra un estado de pánico completo pero... no le había contestado, así que no me quedaba más remedio que ir junto ella y ver qué es lo que quería...- Si escucháis gritos u oléis a sangre, por favor, venid a ayudarme!- exclamo mientras salgo por la puerta, buscando seguir a Mune y Lihl hasta sus aposentos