Partida Rol por web

La academia. Construida en las Montañas Creix, Lucrecio, es el lugar mas extraño de toda Gaia. Bajo el nombre de Disciplina Argentea, este lugar enseña a sus alumnos lo importante de la igualdad entre razas, trantando de destruir el racismo que hay contra los humanos, hasta hace poco exclusivamente esclavos.

Hacia el año 888, una mujer, en origen humana, logro lo que se pensaba imposible: crear un pais independiente en forma de escuela. Gracias a sus conocimientos y aliados, construyo, a partir de la montaña, un bello edificio de piedra y hielo lo suficiente grande como para considerarse una ciudad pequeña. En él, bajo el titulo de Directora, vigila que sus habitantes, tratados como alumnos o profesores, puedan disfrutar de un lugar seguro.

Cien años despues, el edificio y su directora siguen en pie, pero no por ello su objetivo de lograr la igualdad ha mejorado. Los primeros años fuero muy dificiles pues, aun protegiendo la ciudad, los cazadores de humanos la usaban de cebo, capturando y esclavizando a cualquiera que se acercara, evitando siempre entrar en el radio de accion de la directora. Sin embargo, ella no cedio en su objetivo y creo varios grupos, formados por profesores y alumnos aventajados, para que podieran actuar donde ella no podia.

Actualmente y tras medio siglo de luchas, la Academia ha logrado un estado mas o menos estable y su objetivo parece estar cada dia mas cerca. No obstante... no esta todo siempre en calma...

En el interior del edificio, en un pequeño salon, un grupo de personas estaba reunida.

La mujer que vestía de blanco, toma la palabra

-Bienvenidos nuevos alumnos-se dirige a los 4 chicos que tenia delante-Es un placer teneros en el edificio. Como ya os habran contado, a partir de hoy podeis considerar este sitio como vuestro hogar y a sus habitantes como hermanos y hermanas. Sin embargo, aunque no os voy a cobrar la estancia, si os voy a dar una tarea: aprender. 

Retrocede un poco y se pone a la misma altura que las otras 4 personas que habia de pie detras de ella

A partir de hoy, estos seran vuestros Profesores personales, podeis considerarlos como vuestro tutor personal. Ellos os guiaran y mostraran como explotar vuestro propio poder para, algun dia, poder enseñar a otros tal y como os van a enseñar. Habrá dias divertidos y dias duros, enseñanzas faciles y algunas veces peligrosas, pero no os preocupeis, en ningun momento vuestras vidas estaran en peligro, os lo aseguro-la mujer sonrie mientras acaricia dulcemente la mejilla de Lihl-Yo me encargare de vuestra seguridad en todo momento, pues ese es mi cometido como la Directora de esta Academia

Se dirige ahora a los "Profesores"

-Vosotros ya habeis vivido mucho como alumnos y ahora os toca transmitir vuestro conocimiento. Confio en vosotros, se que sois muy capaces.

Por ultimo, se acerca a la figura que estaba apoyada en la puerta. A diferencia de los Profesores, no parecia que vaya a tomar ningun alumno

-Algunos ya lo conoceran, pero aun asi voy a presentarlo de todas maneras: Él es Edvar, autoproclamado conserje. Aunque es un poco cascarrabias, es muy capaz, pues si él no fuera tan testarudo tambien seria un Profesor. En caso de que haya algun problema y no podais contactar con vuestro Profesor, os recomiendo ir a buscarlo, suele ser del tipo que arregla rapido los problemas-sonrie un poco, como disimulando una risita.-Seguro que si se lo pedis amablemente, os "echa una mano"-le da un golpecito cariñoso en el brazo mecanico que tenia el conserje

-Ahora, si sois tan amables...-la mujer se habia sentado detras de la mesa y estaba sacando unos papeles, os va a "registrar" en esta escuela-Id dandome vuestros nombres, tanto el profesor como el alumno elegido. Luego os diré en donde os alojareis, pues opino que lo mejor para crear una buena relacion es vivir juntos-sonrie de nuevo. Parece que vive feliz

- Directora.- comento con una sonrisa mientras doy un paso al frente y me pongo junto a los nuevos alumnos.- permítame ser el primero en presentarme

Me paso la mano por el pelo para dejarlo completamente listo hacia atrás y dirijo mi vista a los alumnos, siempre con una amplia sonrisa inocente en el rostro, tranquilizando a todo aquél que pudiese estar nervioso ante la presencia de todos.-  Mi nombre es Ikki Shio. Podéis llamarme Ikki, y aunque he dejado de ser un alumno hace bastante tiempo, será la primera vez que coja un alumno personal a mi cuidado.- Hago una pequeña pausa, mientras arreglo uno de los guanteletes que sobresale de las mangas de mi camisa.- He de decir, además, que cualquiera de vosotros podrá acudir a mi cuando lo vea necesario. Pero vamos al tema. Mi alumna y protegida, a partir del día de hoy, será Lihl- con un leve gesto con la mano indico a la joven que la directora acarició anteriormente.- Espero que nos llevemos bien a partir de ahora, ya que aquí todos somos familia, y aunque tendremos nuestros rifi rafes.- dirijo una sonrisa directamente hacia Edvar.- estamos aquí para protegernos y ayudarnos mutuamente. Espero que eso se os quede muy claro desde este mismo instante

- H...ho...hola.- Tartamudeo.- Mi nombre es Lihl... Liliet Lihl.

Empiezo a respirar pausadamente para intentar tranquilizarme. Miro de reojo a Ikki para coger fuerzas y continúo.-No soy buena hablando en... público, bueno, no soy buena hablando... - Hago una sonrisa forzada mientras sujeto mi bastón cada vez con mas fuerza.- Es un placer estudiar aquí... con todos vosotros... gracias por esta oportunidad- Finalizo realizando una mirada cohibida a la directora mientras doy un pequeño paso hacia atrás.

-Eso~ Protegernos y ayudarnos mutuamente~ Repito con una sonrisa aniñada. Doy un paso al frente luego de que se presenta la pequeña, luciendo pomposo vestido gótico y sujetando una sombrilla haciendo juego que estorba un poco a los que se sitúan a mi lado. -Eres adorable.- Acaricio el pelo de Lihl con delicadeza. -Y no te preocupes, pronto lograrás encajar con los demás.

Doy un par de saltitos y cierro la sombrilla, apoyo las manos en ella usándola como bastón. -A ver~ quién será el afortunado aprendiz de mí?- Paseo la vista por los alumnos presentes, levantando un poco la cabeza, ya que la mayoría me sobrepasa en altura por al menos veinte centímetros.

-Soy Al'Amune, y en este gremio, o posiblemente en todo el continente, jamás conocerán ser más magnífico que mi persona.- Sonrío con altivez. -Quien elija será bendecido con algunos de mis conocimientos, siempre y cuando coopere y se comporte. Aprenderá directamente de mí como mi pupilo.

-Hmm...- Es una pena, esa chica Lihl se veía prometedora, que se vaya con ese bruto... seguro la acabará rompiendo.
Y hablando de brutos... -Tú...- Señalo con la sombrilla a Ueman. -Cómo te llamas? ...Y... cuándo fue la última vez que te has dado un baño...?- Mi sonrisa se borra. Sinceramente el aspecto de este sujeto me viene frunciendo la nariz desde que entró, parece totalmente fuera de lugar. Esta directora a veces me preocupa con la gente que se trae...

Había sido convocado con presteza a la sala de la directora. Una señal de un posible problema o... Tal y como me había imaginado, nuevos alumnos.

Ahí se encontraban algunos. Sin perder ni un instante, tras la interlocución de la directora, Shiki eligió con presteza a su "presa", una chica mona y tímida. "¡Jum! Pervertido." Miré para la chica que se hacía llamar Lihl. - Tu "tartamudez" y nerviosismo tiene fácil solución, y es venir a mi aula de ciencias políticas. Te enseñaré a saber hablar delante de cientos, no, miles de personas. - Me autorectifiqué. - Tener confianza en uno mismo da confianza a los tuyos, recuérdelo bien señorita Liliet. - Dediqué éstas últimas palabras más como un consejo que como una amonestación.

Suspiré tras ver la curiosa sonrisa de mi compañera, la cual parecía una alumna más, si no fuera por... su edad. "Me pregunto quien será el desgraciado que le tocará con ella." Mi mente la respuesta al mirar a los escasos elegidos con curiosidad. - Mi nombre es Solomon, uno de los profesores de este bello lugar. Sea quien sea mi alumno/a, sed bienvenidos a Disciplina Argentea. - Sonreía con amabilidad y esperé erguido, etiqueta perfecta e inmaculada como siempre había sido característica de mi persona.

Tras mis palabras miré a la directora e hice una leve inclinación de cabeza, una forma de dar las gracias tras mi breve introducción.

Durante el discurso de la Directora y el esperado parloteo de sus estimados colegas, Arryken se habia limitado a escuchar con una expresion de educado desinteres, mientras que hacia girar entre sus dedos una moneda de aspecto antiguo con una gracia y habilidad inesperada de alguien que llevaba gruesos guanteletes ornamentados.

Las exposiciones habian sido las esperadas: la tranquilizadora presencia de MM no habia sido mas que heralda de la exquisitamente densa fogosidad de Ikki, las caprichosas actuaciones de Al'amune (sutiles como un toro embistiendo, aunque no carentes de encanto) y las bienintencionadas exageraciones por parte de Solomon. Aunque aun recordaba con cierta nostalgia la vez en que el estuvo del otro lado recibiendo la charla (que no hacia tanto, a decir verdad), no le habria gustado estar en los zapatos de cualquiera de los prospectos...

-Yo soy Arryken dijo simplemente, al momento en que disparaba la moneda al aire con el pulgar. Esta giro unas cuantas veces mientras ascendia, y cuando comenzo a caer en picada, el chico la tomo con gracia en pleno vuelo -Aunque la Directora y mis colegas ya hayan remarcado la importancia de la unidad en esta institucion, me gustaria remarcar el hecho de que, con tan solo haber sido escogidos para estar aqui frente a nosotros deberian considerarse seres excepcionales, y en consecuencia se esperan cosas excepcionales de ustedes. Ya sea con la nariz entre pergaminos traduciendo antiguas glorias de nuestra estirpe o revelando secretos perdidos en cuevas, o volandole la cabeza en pedazos a un esclavista lo suficientemente desafortunado para cruzarse con nosotros, tengan siempre en cuenta que estan contribuyendo a un futuro mas brillante para la humanidad, y por consiguiente, a toda Gaia. Espero de los 4 un desempeño optimo, independientemente de quien termine siendo mi pupilo.

Cuando hubo terminado, el joven volvio a deslizar la moneda entre sus dedos. Pero esta vez, sin embargo, su mirada recorrio minuciosamente a los pupilos que tenia frente a el, como si fuera la primera vez que reparaba en ellos.

-Bienvenidos a Disciplina Argentea.

No me puedo creer hasta donde he llegado...benditos sean los dioses.Por fin tendré una oportunidad de ayudar a mis hermanos de Itzi, pronto dejare de ser un salvaje y me consideraran un ser de igual a aquellos desaprensivos Ktakek(Vetala en mi lengua nativa).Pero aun no puedo cantar victoria.Debo aprender sobre la gente clara, sobre sus costumbres o miedos, ayudar a los humanos del viejo continente.

"No permitiré que nadie mas tenga que correr mi suerte"

Es hora de presentarme... espero que no olvidase como era el latín.

Doy un paso al frente, tomo aire y mirando al frente con el cuerpo firme y la mirada esquiva,digo:

-Holar todos, yo Ueman ser. Per-perdon pedir,No saber Latin bien hablar.Placer con ustedes trabajar-.

Aunque algunas palabras las he dicho medio mal, creo que medio me han entedido. Parece que mi maestra sera esta chica...¿cuantos años tendrá? ¿No sera que se habrán equivocado?aunque la verdad parece bastante mona.

-Mujer tu pequeña sos,¿maestra sejuro erres?-me agacho para estar a la altura de mune.-Gracias dar por educarme y formar maestra.

le tiendo la mano con nerviosismo para saludarla.

"¿Tenia que cojer su mano para saludarla? ¿o esperar a que ella coja la mia? ... Esperemos que no se enfade"

Tras tener la mano en el aire moviendola ligeramente de un lado para otro sin saber que hacer, agarro la mano de mune,apretando un poco pero con cuidado, no quiero hacerle daño.

-Grakias por Ueman cuidar Almunerr

-No recuerdo haberte dado permiso para que me tocaras.- Le comento a Ueman cuando toma mi mano. -Ya desde el inicio piensas acumular puntos en contra~?

Hago caso omiso al comentario sobre mi tamaño y doy unos pasos atrás. -Sí, así es, soy maestra.- Me quito el guante de la mano que estrechó, pues lo ha ensuciado. Desaparece dejando un rastro de lucecitas blancas y es sustituido inmediatamente por otro igual que se materializa ya puesto en mi brazo.
-Ueman entonces... Es un nombre interesante, tiene las mismas letras que el mío. Presiento que vamos a congeniar bien~
-Como dijo Arryken, son especiales solo por el hecho de estar aquí, pero debes considerarte aún más privilegiado al ser yo quien te ha escogido, fufu~

-Pero primero que nada necesitas cambiar un poco esa imagen que das, no me gusta.- Chasqueo los dedos y de pronto la suciedad y el polvo que cubren su cara y vestimenta se esfuman, como si se tratara de un baño instantáneo. Su cabello también se limpia, quedando algo más prolijo que antes. -Mucho mejor, no?- Le dedico una sonrisa. -Creo que ahora sí podría permitir que te me acerques un poco.
-En cuanto a tu manera de comunicarte... bueno, eso puede que lleve un poco más de tiempo.

Observo detenidamente la situación. Como era de esperarse, Al'Amune no parece muy sociable con alguien que no está presentable para su gusto. Me acerco a Ueman, apareciendo por la espalda de Mune, para darle un par de palmadas en el hombro tranquilamente, pasando mi brazo por encima de su nueva maestra.

- Que no te intimide nuestra pequeña Mune, Ueman. Es un poco... especial!- digo con tono tranquilizador y a la vez burlesco.- pero estoy seguro que cuando te acostumbres a ella y sus costumbres, os llevaréis bien

Acto seguido, después de ese par de palmadas, me pongo al lado de Al'Amune y me dirijo directamente a ella.- No le tengas en cuenta lo de la mano. Es algo que hacemos todos, otra cosa es que a ti no te parezca normal

Después, volviendo a mi zona anterior, al lado de Lihl, me agacho hasta ponerme a la altura de mi protegida y le susurro algo al oído, terminando con una pequeña risa cuando me vuelvo a levantar.

Lo que te digo susurrando al oído:

-"Qué te parece ahora que haya sido yo el que te encontró?"

Otro año más la organización se dispone a trabajar en la incorporación de los integrantes que en un futuro se dedicarán en cuerpo y alma a cumplir con la tarea que hoy les será encomendada. En esta ocasión, el número de caras nuevas y profesores primerizos parece ser inusualmente alto; pero no es el caso de Edvard que, como si de un elemento más del ritual se tratase, ya le ha tocado escuchar ese discurso en otras tantas ocasiones antes de esta.

Durante la primera intervención de la jefa, permanece con la vista clavada en una de las cristaleras a espaldas de ellos, por la cual se filtran los primeros rayos de sol de la mañana.

“Hmm… por qué demonios me harán venir a esto una y otra vez… Total, de entre tanto crío que pasa por aquí solo unos pocos terminan siendo de utilidad, los demás son casos perdidos a los que agentes de verdad dedican su tiempo a sonarles los mocos… Que desperdicio”

Se mantiene enfrascado en sus pensamientos con la mirada perdida hasta el momento en el que la directora llama su atención con un toque en el brazo que le devuelve al mundo. A partir de entonces, presencia en silencio las presentaciones hasta que ve como la conversación empieza a tomar un rumbo más trivial, momento en el cual carraspea sonoramente para llamar la atención de todos y procede a informarles sin apartarse de la puerta.

Lo diré ahora que estáis todos presentes, antes de que a alguien se le ocurra decir “No lo sabía”. –exclama con gesto serio- Queda prohibido abandonar los terrenos de la universidad sin el permiso de vuestro tutor; En toda lección práctica que se lleve a cabo fuera de estos, las palabras de la persona al cargo de vosotros no son comentarios, ni sugerencias, son ley y hay que acatarla; y, por último, cada uno de vosotros se responsabiliza de sus propios actos, sin excepción.

Permanece unos segundos en silencio, examinando a los estudiantes con la mirada. En este punto, su tono y papel parecen más propios de un carcelero que de un conserje.

Todo aquel que considere estar por encima de estas normas será invitado a acompañarme para tomar “clases de refuerzo” que a más de uno le vendrán muy bien. ¿Entendido?

No puedo evitar soltar un bostezo ante aquella reunión, odiaba las reuniones, mantenerse las formas, guardar silencio respetuoso, creia que lo habia dejado atras pero alli estaba, de nuevo ante los nuevos, miré el despecho de  la directora con cierto aire aburrido, alli estabamos, los nuevos y los viejos, solo esperaba que el que me tocase no fuera un muermazo, pero todo en esta vida no se podia tener...

---Touda- digo volviendo a bostezar sin poder evitarlo e ignorando completamente el comentario de Edvard (o fingiendo) ¿ya el primer dia haciendo gala de su poder? Bien empezaba....

estaba mirando mas a la habitación que prestar atención a las personas o a lo que decían pero aun así lo escuchaba por si acaso.
“unidad y cooperación, sera en este país porque allí fuera es la ley del mas fuerte”
mientras miraba como lo demás se prestaban y se encontraban con sus profesores, ademas del conserje, claramente el conserje era el que posiblemente tuviera peor genio de todo los profesores pero a parte de eso nada llamaba la atención.
-Mi nombre es Neku Deku no quiero que nadie lo acorte ni haga ningún cambio en el así es como me llamo, muy bien conserje nos quedaremos en esta jaula que nos han dado aquellos que se dedican a esclavizar y matar humanos y cuando salgamos nos comportaremos como una buenas mascotas entrenada.-
después mire a la profesora fijamente.
-Yo no tengo un lugar que considerar un hogar ni tengo hermanas ni hermanos y a no ser que esa sea una de las normas en este lugar, cosa que no parece el caso, será mi humor el que decida como acatarlo.-
después dirigí mi mirada a salomón
- tu suerte ya sea buena mala ha hecho que yo llegará a tu cuidado espero que este a la altura de la circunstancia.-
después de terminar de hablar mire alrededor fijándome en los distintos libros de la habitación, puesto que ya había terminado de presentarme.

Mi rostro torna serio ante la contestación de Neku Deku al presentarse." ¿No acortar su nombre?¿Mascotas entrenadas? No sé quién demonios se cree este criajo, pero puede dar gracias de no haber dado con Al'Amune o conmigo como sus tutores..."

- Mira, chaval.- comento desde mi posición, sin dignarme a moverme, mientras me saco un puro del bolsillo de mi chaleco y me lo llevo a la boca.- Tranquila, directora, no voy a encenderlo aquí; conozco las normas.- cambio radicalmente a quién me dirijo antes de volver a hablarle a Neku Deku.- Te lo voy a intentar dejar bastante claro antes de que digas alguna estupidez más

- Primero. Si alguien quiere llamarme Neku, Deku, chaval, o lo que quiera, es libre de hacerlo si lo cree conveniente. - le espeto, sin ningún miramiento.- hemos tenido las suficientes situaciones en las que actuar rápido es primordial. Acortar o no tu nombre puede ser la diferencia en que nuestros planes salgan bien o no. Tu no mandas sobre ello

- Segundo. Las normas de no salir del territorio, son por vuestra propia seguridad. No eres un prisionero y puedes largarte cuando quieras. Los aquí profesores,- continúo con un gesto amplio, dando a entender a los 5 "adultos" presentes.- nos encargamos de que estéis a salvo hasta que seáis lo suficientemente fuertes para sobrevivir por vuestra cuenta.

- Tercero y último. Aquí todos los profesores,- esta vez enfatizando claramente sobre Solomon.- estamos a la altura de las circunstancias que puedan aparecer, que te quede claro, Aquí nos ayudamos unos a otros para conseguir un fin mayor y, sobre todo, educar en trabajos de campo a nueva gente; pero no dudes en que cada uno de nosotros, por nuestra única cuenta, somos lo suficientemente efectivos para arreglárnoslas en la situación que se nos aparezca.

Descargo todo el nerviosismo que tenia soltando una pequeña risa tras la pregunta de Ikki . En cuanto lo hago recuerdo que tengo gente alrededor y lo disimulo con una ligera tos."Espero que no se hayan dado cuenta".

Dirijo la mirada a los profesores. "La verdad es que no miente, el resto de profesores parece como minimo algo extraños, quiza el que jugaba con la moneda parecia normal, hasta que empezo a hablar de volarle la cabeza a la gente..." Un escalofrio me recorre la espalda recordando otros tiempos, despejo los turbios pensamientos que pasan por mi mente.

- Podria haber sido peor.- Le susurro a Ikki sonriendo mientras empieza a hablar Edvard.

pero que se cree este gilipollas, se cree que su vida es mala cuando no ha estado picando día y noche para unos malparidos que te pagan con mendrugos de pan, a este le falta ver a que mierda nos estamos enfrentando y que estamos buscando.

-Si no tener vos hogar, yo no tener mundo donde vivir.-doy un par de pasos para ponerme enfrente suya, pero sin aparentar ser desafiante.-Unico sin familia no sos, creer ser infeliz, pero no saber tu que sufrimiento ser.

"Si tan solo pudiera decirle lo mal que puede tratarle la vida... estos crios" 

me aparto de neku y me acerco a mune, tocandome el pelo, reconfortado recordando como era eso de estar limpio tras varios años de viaje.

-Maestra mune, listo estar yo. Deseando de empezar estoy.

Raro sentir... inviernos largos pasados sin ase... como decir...¿asearme poder yo?

Depues del comentario de Ikki suelto una pequeña risa que intento dismular con torpeza mientras Edvard inicia su discurso."¿No salir de la universidad sin permiso de Ikki? Mas bien creo que va a ser Ikki el que me arrastre fuera, cosa que no creo que dude en hacer..."

Mientras se siguen presentandose hecho un vistazo con la mirada por la habitacion, estantes repletos de libros con tapas de cuero abundan en la habitacion."Seria interesante ojear alguno." Sigo perdida en mis pensamientos cuando veo algo "Un momento, porque la directora tiene cuern... ¿como he podido estar tan nerviosa como para no ver eso?"

Escucho como Ikki va aumentando el tono de voz mientras increpa a uno de los alumnos despues de su presentacion y con razon. "¿Jaula? ¿Le proporcionan un hogar en el que puede dormir tranquilo y lo primero que hace es quejarse y rivalizarse con todos los de la sala? Pensaba que de los alumnos podria ser el mas parecido a mi, los otros dos parecen mas interesados en luchar que en otra cosa, pero creo que puedo ir olvidandome."

Mantengo la sonrisa presumida mientras Shio saluda a Ueman por encima mío. La verdad es que no me molesta que haga eso, si solo está intentando ayudar al muchacho a calmar los nervios.

-Ara...- Es el discursillo de este otro chico el que me crispa. -Sigue mandándote la parte así y no durarás ni dos horas aquí, querido.
-A mí no me tienes que tener miedo, pero tampoco te aproveches, que mi misericordia no es infinita; y creo que tampoco lo es la del resto de los docentes.

-Y tú déjalo en paz, no quiero que Mi aprendiz se meta en líos tan pronto.- Con punta de la sombrilla cerrada le toco el mentón a Ueman para levantarle la cara.
-Tranquilo, me encargaré de mantenerte pulcro, que si no no toleraría que estuvieras en mi presencia ni mucho menos ser mi pupilo.
-Y tantas ganas tienes de comenzar tus estudios~? De verdad?- Le aparto un poco el pelo de la cara con el paraguas. -Fufu~ Veamos si consigues mantener ese espíritu.

Estaba a punto de abrir la boca para contestar, pero sabía que cierto profesor iba a estallar si tenía que aguantar el turno, de modo que quedé en silencio y dejé que hablase primero hasta que hubiera  terminado.

"Un sujeto interesante." Mis ojos brillaron de placer al observar a mi pupilo el cual soltaba palabras frías y calientes al mismo tiempo. - Bueno bueno, calma Ikki-san. - Dejo posar suavemente mi mano en el hombro de mi compañero. - Sé perfectamente que todos habéis sufrido. No te preocupes Neku Deku-kun, prometo que estaré a la altura de lo que pides. Y también te prometo que aprenderás a hablar correctamente antes que tu compañero Ueman. - Sonrío ampliamente de oreja a oreja con los ojos cerrados.