Partida Rol por web

Oh~ Se trata de algo grande entonces. –pese a la gravedad del asunto, su expresión no refleja preocupación alguna.- Hace tiempo escuché que esa máquina utilizaba la tecnología perdida de nuestro pueblo para funcionar… dudo mucho que una panda de nenazas orejudas puedan soñar con reconstruir tal cosa.

Orejudos, cornudos, princesas… cualquier término despectivo se volvía habitual cuando Edvard se refiere a miembros de otras razas. Desde su llegada siempre ha mostrado un profundo rencor hacia ellos que el paso de los años no ha conseguido eliminar, pese a cruzarse con muchos de estos a diario. Es de suponer que una vida de abusos y desprecio marca la condición de cualquiera.

De todas formas, ¿Qué es lo peor que podría pasar, que su activación condenara a la humanidad a una vida de hambre, injusticia y esclavitud? Oh, espera, eso me suena de algo…

Continúa acompañándola hasta llegar a un cruce de pasillos en los que se detiene.

Tengo que ir a cambiar un escritorio roto de la 56, ¿Alguna cosa más? –pregunta antes de separarse.

El poder de los hechizos de Lihl inunda mi cuerpo. Me siento más veloz, como si mis piernas se pudiesen mover mucho más rápido que antes; más vital, con más energías en mi cuerpo, aunque este siga siendo el mismo que tan bien había entrenado "pensar que con magia, mis años de entrenamiento son inútiles...". También siento la presencia de algo a mi alrededor... sólido, pero que a la vez me permite mover y manipular las cosas a mi antojo "realmente interesante".

Cuando Lihl parece tambalearse, la apoyo sobre mi y la dejo caer suavemente sobre la cama además de taparla posteriormente con una manta para que no coja frío y descanse a gusto.- Realmente el destino es caprichoso... Un maestro y una aprendiz que no saben controlarse.- digo, casi susurrando mientras le acomodo la manta con una cariñosa sonrisa en el rostro

Voy a los documentos que he dejado sobre el escritorio y voy colocando en la pared mis mapas, con las situaciones de diferentes ruinas, así como la localización de pueblos afines a nuestra causa, enemigos a los que le encantaría echarnos la mano y los lugares todavía sin explorar sin marca alguna... "Veamos... cuál será nuestro próximo objetivo?"

Después de que Solomon me diera el libro y se marchara puse mi mano sobre él.
-Es verdad que hay gente que lo despreciaría pero es porque no entienden lo que ven.-
mientras pasaba lentamente la mano para quitar el polvo de libro lo miraba con detenimiento.
“el desgaste es posiblemente porque se ha leído mucho, eso se debe porque la gente encuentra información valiosa en este libro  o le encuentra un gran valor al contenido, que tenga polvo indica que fue guardado, algo tan desgastado es más frecuente que sea reemplazado pero su dueño deseo conservarlo por lo que era realmente  valorado por esa persona.”
Decidí dejarlo sobre la mesa pensaba leerlo con el material adecuado para no dañar mas el libro.

Sin esperar a nadie entré en mi habitación o la que supuestamente me asignaria con mi nuevo "profesor" pero al ver que ninguno me reclamaba como alumno  decidí que más bien valia la pena tirarse piedras en  mi propio tejado, así que  observé la habitación durante unos segundos y comencé a registrarlo todo, abrí armarios y sacar todo lo que encontrase alli.

"Hacía meses que no me sentía tan cómoda" Es el primer pensamiento que recorre mi mente antes de abrir los ojos, me recuesto sobre un lateral y me empiezo a levantar mientras me froto los ojos. La luz de la habitación no ha cambiado, he debido de dormir una hora a lo sumo. Miro a mi alrededor y veo a Ikki cerca del escritorio observando unos mapas a la par que consulta con algunos libros abiertos.

Me pongo en pie y noto un ligero dolor de cabeza, sabía que esos hechizos eran difíciles como para lanzarlos todos a la vez, pero el entusiasmo de mi profesor me había hecho confiar en mis habilidades, quizá demasiado. "Debería preguntarle mas tarde sobre ese posible almacén zeonico que menciono" pienso mientras me dirijo a una de las puertas de madera caoba que en teoría son los baños. Abro la puerta mientras un pequeño bostezo involuntario se ve reflejado en mi cara.

Nada más entrar en el baño me aseguro de cerrar la puerta tras de mi recordando el comentario de Ikki respecto a "Entrar con urgencia" y las "Desgracias" que habían ocurrido antes. En cuanto cierro la puerta me apoyo sobre ella mirando el baño. Mi mente no tiene palabras para describirlo, he pasado de tener que asearme en ríos a las maravillas que se encuentran delante de mí.

Dejo mi túnica y equipo restante doblado cuidadosamente mientras me dispongo a asearme con agua completamente helada y así despertarme totalmente. Dejo el agua fluir sobre mi cabello y cuerpo.
Una vez que he acabado, mientras me cepillo el pelo, miro mi ropa "Me encanta esta túnica, pero ojala tuviera alguna prenda mas" después de ese pensamiento me doy cuenta que no tengo nada más que ponerme así que con tristeza me dispongo a vestirme.

Salgo del baño aun con el cabello húmedo, el cual ahora parece algo más largo. Completamente despierta, pero igual de cansada, recojo del escritorio el libro que me ha prestado mi maestro y me recuesto sobre la cama con la espalda apoyada en la pared. Inicio mi lectura del libro *Teoremas mágicos*, miro con curiosidad los temas tratados, Omyodo y Vodoun, aparte de algunos otros que no conocía.

Intento concentrarme en el libro pero por primera vez no soy capaz de hilar la lectura y me quedo mirando los mapas recién colgados por mi maestro. Estuve años ayudando a hacer anotaciones en mapas, pero tras dos años caminando sin rumbo no sé ni en donde estoy actualmente, no habría sabido del lugar si no hubiera sido por Ikki. Ya que, aunque me había encontrado con humanos, me había prometido no relacionarme con nadie, hasta que apareció Ikki supongo...

Dejo el libro apartado mientras empiezo a notar como mis ansias de conocimiento empiezan a embargarme como lo hicieron en el pasado, me levanto de la cama y me dirijo hacia uno de los mapas con muchas anotaciones sobre él. Empiezo a mirarlo con curiosidad -¿Podre encontrar en este mapa dónde estoy?- Pienso mientras intento recordar los retazos de los mapas que en un pasado había ayudado a hacer.

Veo que Ikki me mira como si me hubiera dirigido a él y entonces me doy cuenta, había expresado mis pensamientos en voz alta, una costumbre afianzada los últimos años para intentar tranquilizarme en la soledad.

Ya sin solución me giro y azorada inicio la frase - Te parecerá extraño pero, actualmente no sé donde estamos, bueno sé que estamos en las montañas Creix, me lo comentaste cuando me invitaste a la academia, pero... no se ubicarlas - Voy a taparme la cara con las manos cuando recuerdo que he venido a aprender, no debería sentirme avergonzada por preguntar algo.

Antes de que mi maestro me responda tomo la iniciativa por primera vez y hablo de nuevo -Se que quizá es algo pronto pero, ¿podrías contarme algo más de la academia?

"Parece que comienza a acostumbrarse a este lugar" pienso al observar que Lihl ya se va al baño sin pedir permiso, comienza a leer el libro que le presté y demás. Me volví a enfrascar en los mapas, haciendo anotaciones en mi pequeño diario de viaje, haciendo diferentes rutas para tener todas las opciones claras cuando se nos vuelva a enviar fuera, cuando Lihl me pregunta acerca de los mapas, y también de la academia... "Bueno, supongo que este también es mi trabajo"

- Observa. Este es el punto donde nos encontramos.- señalo con una pequeña vara el gran mapa que tengo pegado en mi parte del cuarto.- caminamos todo este recorrido.- continuándolo con la susodicha vara, haciendo las curvas que más o menos seguimos.- y ahora nos encontramos aquí. Como has dicho.- dejo la vara otra vez en la esquina de la mesa, de forma ordenada y que no estorbe- nos encontramos en las montañas de Creix

Después de enseñarle nuestra situación en el mapa, me siento relajadamente en el sofá, volviendo a encender el puro para esta vez sí terminármelo.- la historia de este lugar es algo complicada... a ver si consigo resumirlo.- comento con tono pensativo y rascándome la barba.- Bueno... digamos que durante cientos de años, siempre ha habido problemas entre las diferentes razas, aunque por aquellos tiempos los humanos, los que vivían en el conocido reino de Solomon, tenían la capacidad de mezclar magia y tecnología para equipararse al resto de razas. Hubo una guerra, la tecnología y esa civilización se perdió y el resto de razas, por odio a causa de esa guerra, nos esclavizó. Supongo que ese resumen de historia si lo conoces, y es lo necesario para entender lo que viene a continuación. Toda raza quiere ser superior a otra, esa es su naturaleza- espeto, sin ningún tipo de pausa ni pensando que podría sentar mal. Era la "verdad", por lo que era mejor dejarlo así por ahora

 - Aunque todavía es pequeño y casi todo el mundo es reacio a esto, existe un nuevo movimiento y una nueva filosofía en Gaïa; la equidad entre razas y la ayuda entre nosotros para que Gaïa sea un lugar pacífico entre nosotros. Y a eso nos dedicamos aquí, en Disciplina Argéntea.- comento con una gran sonrisa y echando todo el humo del puro de mis pulmones.- Nuestro principal objetivo es ese, pero para conseguir esa igualdad, necesitamos también el poder para ello, pero no el poder de 1 o 2 personas, como podemos ser los profesores, sino de la humanidad en general. Para ello, nos dedicamos, además de salvar diferentes reductos de esclavos humanos, a dos cosas diferentes: La búsqueda, investigación y creación de artefactos místicos, cosa de la que nuestra directora MM es la especialista; y lo mismo con las antiguas logias perdidas de Solomon; esos artefactos que mezclan la ciencia humana con la magia, de las cuales los profesores Arryken y yo, al tener la sangre de estos antiguos reyes circulando por nuestras ventas, somos los encargados junto con mi hermana Elaine. Pero ella se dedica a la investigación en laboratorio, no sale a misiones de campo.

Hago una pausa, principalmente para respirar, después de haber soltado todo el tocho y así dejar también que Lihl asimile la información

- En el mapa puedes ver diferentes marcas, ¿verdad?- continúo después de la pausa, indicándole hilos de diferentes colores en este.- Aquí están marcados los lugares afines a nosotros, los que nos odian a muerte y aquellos que están controlados por nosotros, al ser antiguas ruinas de Solomon. Puedes ver que en la década que llevo aquí, no ha sido poco el trabajo que he realizado. Algún día MM te enseñará el mapa suyo, y verás que casi todo el continente está marcado. Así estamos preparados para la realización de nuestro sueño. ¿Alguna pregunta más concreta?

Empiezo a escuchar atenta las explicaciones de Ikki e intento memorizar todo lo que dice prestando gran atención a las indicaciones que hace en el mapa.

Mientras Ikki se sienta en el sofá me acerco mas al mapa para ver bien el recorrido que hicimos, en cuanto escucho su voz intentando iniciar su clase me giro y vuelvo a centrar mi atención en sus palabras. Voy asintiendo de acuerdo con algunas de sus afirmaciones “He visto lo suficiente mientras vagaba como para percatarme como las razas competían entre sí”

“Equidad de razas” mis ojos relucen ante esa afirmación, bastante diferente del propósito que tenía mi antiguo grupo, salvar humanos y sobrevivir. Según continua su lección más dudas se van creando en mi cabeza, sé que es una buena meta, pero la mayor parte de los humanos que he visto simplemente se dedicaba a intentar sobrevivir “Entre los cuales tú te encontrabas hasta hace poco” me susurra una vocecilla. "Respecto a otras razas que quieran la igualdad… me cuesta pensar en ello, todos los que he conocido parecían muy contentos con su superioridad” mis pensamientos se ven acompañados por algunos recuerdos funestos.

Continúo escuchando, salvar esclavos y conseguir artefactos poderosos. Esbozo una pequeña sonrisa ante la ironía, “Acumular artefactos de gran poder para la igualdad, creo que algunos seguirán siendo mas iguales que otros, supongo que será necesario…”

Según me pierdo en mis pensamientos Ikki me cita de nuevo a la realidad y miro el mapa el cual está señalando “Lugares afines” y los que “nos odian a muerte” “parece que también he hecho enemigos sin querer” pienso tan pronto lo escucho, pero me doy cuenta de que no es cierto, seguramente esos que nos odian a muerte me querrían dar caza independientemente de si estuviera en Disciplina argéntea o no.

Sigo mirando el mapa y todos los puntos marcados, “quizá algún día pueda anotar yo algo” pienso con optimismo. Ikki me apela de nuevo por si quiero realizarle alguna pregunta.

-¿Hay muchos de otras razas que tengan ese nuevo pensamiento?- pregunto sin pensar intentando responder alguna de las dudas que se me han ido creando durante sus explicaciones. “No les guardo rencor, pero siendo sincera no me agradan…” agrego para mí, pero de nuevo mis pensamientos me recuerdan algo “Ikki también fue esclavo y parece que no habla de ellos con recelo”.Me quedo en mis pensamientos esperando a que Ikki responda a mi pregunta.

- Todas y a la vez ninguna.- espeto rápidamente por pura inercia y me quedo tan campante, hasta darme cuenta de que es una respuesta muy ambigua.  "no es una pregunta adecuada para una chiquilla de su edad".- Veamos... es algo difícil de explicar. Por ejemplo, los Jayan de este pueblo.- comento mientras señalo uno de los puntos del mapa marcados con hilo verde.- Hace dos años que llegué allí, me querían esclavizar, pero cuando demostré que mi fuerza se equiparaba a sus mejores guerreros, aceptaron los términos, pero cualquier otro pueblo Jayan no hará lo mismo si no se le demuestra igualmente. El Devah que fue mi dueño... vió mi potencial y entendió que los humanos podíamos llegar a cierto nivel, pero el resto de Devahs que conocí no pensaban lo mismo- comento con un tono triste.- los Sylvain no son reacios a esta idea cuando se plantea y se demuestra una buena comprensión de la magia. Los Vetala y los Duk'Zarist... estos son ya otro caso. Intentan ponerse por encima de todos, por lo que ni siquiera aceptan la fuerza per se.- Ante este comentario, marco varios puntos rojos, que incluso abarcaban más zona que un simple pueblo.- Y los Daimah... Dios, como odios a los Daimah!!- espeto a Lihl, pero con un tono alegre mientras señalo una zona en amarillo.- son más curiosos que un niño en una habitación nueva!! Si los ignoras, te tocan la moral; si les haces caso, no se callan; y si los enfrentas, te aseguro que te derrotarán en su propio territorio.

- La conclusión a la que yo he llegado, es que todas las razas tiene a esos individuos que quieren la paz, y los que no. Los humanos no somos diferentes, algunos quieren venganza, otros solo quieren sobrevivir y los más raros, que queremos la paz

Inicialmente me quedo completamente aturdida por su espontanea respuesta pero poco después sigue con sus explicaciones. Finalmente rio con la descripción de los Daimah -Durante una temporada estuve lanzando hechizos de cambio de color a mi pelo porque la mayoría se acercaban a acariciarlo por curiosidad. La mayoría.-añado cuando recuerdo aquellos que no se acercaron por curiosidad.

-Entonces puede haber aliados entre Jaya, Sylvain y Daimah.-expreso en voz alta para recordarlo intentando convencerme de que todas las razas no son malvadas.

Doy una pequeña vuelta por la habitación y me siento en una de las sillas de la sala –“Al menos los Duk´Zarist quedan excluidos de la lista, no les veía muy pacifistas cuando me pateaban”.- Pienso en silencio. “No les deseo mal, aunque tampoco les tengo aprecio.”

-¿Has intentado dialogar con algún Vetala?- mis ojos resplandecen con curiosidad ante el supuesto de mi maestro enfrentándose con uno de ellos –“El último de ellos que me encontré intento comerme…”- Por la sonrisa que ha puesto Ikki creo que eso ultimo lo dije en voz alta. "Deberia acabar con esa tendencia..."

-El tema de los Vetala es complicado, ya que básicamente somos su alimento.- comento tristemente, sabiendo que son una de las razas más complicadas de convencer para que se lleven bien con cualquier otro.- Pero tienen una debilidad... y esta es la luz pura.- comento mientras muestro mi puño y de él sale un brillante resplandor que ilumina todavía más la sala.- No se suelen acercar cuando puedes atacarles en el elemento que más odian, así que si, alguna conversación tengo tenido con alguno de ellos. Por lo que me has comentado, tú también puedes crear energía de luz, así que si te cruzas alguna vez con ellos, no dudes en hacerlo.- Termino sonriente, para quitarle los temores a Lihl

Me revuelvo en la silla intranquila, “No serán un problema, si tengo el hechizo listo claro” sacudo la cabeza e intento olvidarme. No tengo muchas ganas de mostrar sin querer algunos prejuicios que rondan por mi mente así que me quedo callada un momento.

-Gracias por la lección.- me levanto de la silla y me dirijo hacia la ventana, los rayos del sol cada vez tienen menos fuerza- Y por todo.- Añado mientras me doy la vuelta y dirijo una mirada llena de gratitud a mi maestro.

Me dirijo una vez más a mi cama e inicio de nuevo la lectura

-Hmm...- Me llevo una mano a la barbilla, pensando. Esto no es una habitación digna de mi persona. Debería hacer una igual a la que tenía antes de convertirme en maestra particular.

-Por ahora no habrá inconveniente. Normalmente ya te habría echado en cuanto empezaste a quitarte la ropa, pero al ser mi pupilo, recibirás un permiso especial.- Sonrío a Ueman y me pongo a pasear por la habitación, mirando lo que hay en ella. -Para empezar, si quieres permanecer ante mi presencia, deberás hacerlo de una forma mucho más presentable. Hace un rato nos encargamos de tu olor, pero no de tus vestiduras.

Me acerco a él, manteniendo la sonrisa, y pongo una mano en su mejilla. -Por favor, no te asustes. Esto que voy a hacer ahora es un regalo de mi parte, sí?- Voy deslizando mi mano por su cuello y torso, y aparto al llegar a su cintura. A medida que mi mano se movía, iba apareciendo sobre su cuerpo una ropa de primerísima calidad, blanca e inmaculada.

-A partir de ahora, cada vez que quieras estar conmigo, te presentarás de esta forma, querido. Estamos de acuerdo~?

Sin esperar respuesta continúo, observando sus armas en el suelo. -Deberás guardar eso en un baúl, arruinan la estética de la habitación, que ya de por sí no es buena.- Señalo un compartimiento vacío en el que puede colocar sus pertenencias. -Me apetecía regalarte también una bonita espada, pero veo que estás muy aferrado a tus... comosellamen, así que no te obligaré a desprenderte.

Finalmente hago aparecer un pintoresco sillón en una parte libre de la habitación y me siento en él, cruzando las piernas. -Bien querido, antes de ir a cenar, te gustaría contarme tu historia? No sé más que tu nombre, y de paso aprovecharás para practicar tu latín.

Mi cara deja ver una mueca de sorpresa.Extraños muebles aparecen ante mi cara y suaves vestimentas cubren mi cuerpo.Mi lacio pelo de punta cae al remover la grasa de este y pasa a ser un sutil peinado donde mis cabellos quedan mirando a la parte contraria de mi cabeza, dejando un ligero tupe.

Increible ser ,Gracias dar.

No aceptar espada, yo ganar armas con esfuerzo.Costar mucho conseguir utiles.

me levanto y acaricio la pesada maza de hueso

Gorm-Nah conseguir gracias Jayans de Corinia-Agacho la cabeza y me queda un par de segundos en silencio.-

En Gorm-Nah vive esperanzas Eurakia, deber mi mantenerla.Deber mi cuidarla.

levanto la cabeza y me tumbo en la cama acariciando la piel de manticora que utilizo como pesada armadura.

No pasado no querer hablar. sentir, mucho olvidar querer.

Tumbando el tronco en la cama miro a mune a los ojos y le pregunto

¿Tu quien ser joven maestra?

-Oh, no es nada. Solo intenta mantener tu higiene dentro de un nivel aceptable, y tus cosas estarán a salvo en este lugar, pero depende de ti cuidarlas y mantenerlas, pues no lo haré yo.- Miro con un poco de asco el arma que Ueman quiere tanto. Parece un objeto totalmente fuera de lugar, pero bueno, sobre gustos...

-Eurakia entonces... hm...- Cambio de lugar las piernas y apoyo mi cabeza en la mano, tamborileando en el posabrazos con la otra. -No he estado allí aún, así que será interesante que me vayas contando cosas sobre tu hogar. Podría aprender mucho de ti, sabes?
-Jayan? Esos gigantes brutos? Eres tú uno de ellos?

-Ah no, señorito. Por qué debería hablarte sobre mí si tú no quieres hablar sobre ti? Así no son las cosas.- Me levanto de la silla y ésta desaparece. Sonrío con superioridad, aunque tengo que mirar muy hacia arriba para ver al joven a los ojos. -Mi nombre es Al'Amune, y soy tu maestra.- De mi espalda salen dos alas de plumas negras y mis ojos rojos empiezan a brillar de manera perturbadora. De pronto un aura de oscuridad cubre por completo la habitación. -Me҉ ̶obe͠d̀e͜ce̛ŗás̕ ́t͘o̧daş y ̀c̡a͢da ͟u͡n̨a͢ dé m̨i͞s̨ ór͏dene͢s,́ y ͠ser̢á͡s̨ ̵co̴mpletaḿe͟nt̷e ͏l͟e͏al͢ ҉a͜ mi p̨er̡s͏ona, siendo mi palabra la que va a estar por encima de todas las demás.̨- Mi voz varía en su tono para sonar más potente y con un eco de ultratumba. -A cambio te protegeré y cuidaré, además de enseñarte cosas que jamás habías imaginado posibles~
Y al instante vuelve todo a la normalidad, mis alas se reducen en tamaño pero permanecen allí sin desaparecer del todo. -Si lo haces bien, con el tiempo te convertirás en un guerrero poderoso. Fufu~

-Pero el entrenamiento no es solo físico. Alguna vez en tu vida has tocado un libro?- Señalo con un gesto con la mano las estanterías, que están repletas de tomos recopilados por mí a través de la historia y contienen una vasta gama de conocimentos. Se ve que los sirvientes de la directora se encargaron de trasladarlos cuando me mudaron de habitación.

Han pasado varias horas desde que los nuevos Profesores y alumnos se habian separado en sus distintas habitaciones. A traves del cristal de hielo que forman las paredes, se puede ver como el sol todavia esta en el cielo, deben de ser alrededor de las 6 de la tarde. De repente, a traves de ese mismo hielo, una figura femenina se empieza a materializar... solo que no esta detras del hielo, sino dentro de él

La niña, porque no parece tener mas de 13 años, no parecia siquiera estar consciente, hasta que, de pronto, empieza a hablar, aunque con la voz de MM:

-Arryken, Edvard Jasper, Ikki Shio, Lihl, Al'Amune, Neku Deku, Solomon, Touda, Ueman ¿Me ois todos bien?-parece que esta misma aparicion esta ocurriendo en varios sitios simultaneamente, pues se esta dirigiendo a todas esa personas que deberian estar en diferentes lugares-Se que es demasiado pronto, pero os tengo ya que dar vuestra primera mision

Encima de la chica que hacia de intermediaria, se muestra un mapa de Gaia. Sobre las montañas de Creix se veia una miniatura de la academia y, en el norte, en las montañas que estaban bautizadas con el nombre de Cordillera de Lucille, al norte de Gabriel, se encontraba una gran X

-Os toca dar un largo viaje hasta el otro extremo del continente. Lamento que pueda ser peligroso, pero para esta mision eran necesarias "caras nuevas" que aun no tengan un alto precio por su cabeza, como los Profesores mas veteranos. Edvard os estara esperando en la puerta con unos carros para facilitar el viaje, ademas de cierta mercancia necesaria. Tambien os acompañara a modo de escolta extra.

Tras decir eso, la figura de la niña iba haciendose mas y mas transparente, hasta desaparecer. Por un instante, justo antes de su total desaparicion, parece que os sonrie, como deseandoos buena suerte.

Elevo una ceja con curiosidad y miro a Ikki- ¿Esto suele ser normal?- Me levanto de la cama “Parece que esta noche no podre disfrutar de la cama” pienso apenada.

Empiezo a recoger las pocas cosas que había sacado de mi bolsa, recojo mi bastón del armario y me quedo esperando a Ikki en la puerta.

Mientras espero empiezan a aparecer preguntas por mi mente.- ¿Cuál será mi primera misión? ¿Hasta dónde nos llevara?- me encuentro en un estado entre la curiosidad y el nerviosismo ya que he sido completamente consciente de su mención al peligro. "Aunque claro, estar rodeado de gente que quiere esclavizarte siempre es peligroso".