Partida Rol por web

Mordiendose el labio inferior con obvio nerviosismo y sin dejar de lanzar miradas ansiosas a la vieja y a Lihl, que parecia consciente. Cuando el bisturi de la "posadera" corto la carne, sin embargo, Arryken abrio los ojos como platos y tuvo que controlarse conscientemente para no dar un salto.

-Mierda! susurro, casi al mismo tiempo en que Edvard avanzo para detener a aquella desquiciada.

Mientras el grandote llamaba la atencion, el sombra aprovecho para moverse por las sombras libremente, buscando en cada recoveco de aquel laboratorio algun lugar donde pudieran estar sus pistolas.

Ignoré completamente a Solomon cuando vi todo aquella situación, ¿ver a una compañera así y quedarme de brazos cruzados haciendo planes? nunca, avance yo tambien dispuesto a acabar  con la vida de aquella anciana senil, pero Edvard le salvó la vida, aun asó permanecí alerta.

--- No hagas ningun movimiento, vieja, mi compañero te a salvado la vida pero sí veo cualquier movimiento sospechoso me aseguraré de que tu cabeza sea separada del cuello de manera inmediata- digo con un tono nada amigable.

Me quede mirando en silencio como el bisturí se acercaba a mi cara, seguía sin poder moverme. Realmente me sentía impotente, veía como lentamente el arma se aproximaba. Dirigí una última mirada de reojo a Yuto que me miraba con rostro de tristeza. “Ojala esto no hubiera acabado así…” rápidamente vuelvo a centrarme en el bisturí de forma inconsciente y noto como finalmente llega a mi cara. Al principio noto una leve tensión punzante que se va haciendo más y más fuerte hasta que finalmente mi piel es cortada. Mi primer pensamiento es el de no darle el placer a la nigromante de verme sufrir. Gracias a ello y ejerciendo presión diente contra diente consigo que no resuene ni un solo alarido de dolor por la estancia. Noto como de mis ojos empiezan a correr lágrimas que empiezan a mezclarse con la sangre mientras poco a poco el bisturí va deslizándose por mi rostro. Me prometo seguir con los ojos abiertos hasta que el arma se aproxima demasiado a mi ojo y noto como gotas de sangre empiezan a mezclarse con mis lagrimas obligándome a cerrar el ojo.

Estoy a punto de desmayarme de dolor cuando noto que el filo deja de cortar mi cara, sorprendida veo como detrás de la persona que me estaba hiriendo esta… -¿Edvard?-Susurro con un hilo de voz. Quizá nunca me he alegrado tanto de ver a alguien conocido como en este momento. Noto como el hechizo que me paralizaba deja de tener efecto poco a poco. Y retorciéndome de dolor intento rodar hacia el lado opuesto de la mesa en la que estoy.

Caigo al suelo con un golpe sordo que me deja sin resuello en un primer momento, mientras me coloco de rodillas veo como algunas gotas de sangre caen al suelo dejando pequeñas perlas granates encima de la piedra.

Escucho como llega Touda. Aun sin terminar de levantarme y apoyando aun una mano en el suelo  señalo con la otra a un rincón próximo a Yuto, el chico que miraba hacia unos momentos con expresión triste, cerca de él se distingue una silueta tirada en el suelo en la que aun mis compañeros creo que no se han percatado aun.

Ueman… ayudarle… esta inconsciente…- Noto como mis labios secos se agrietan a cada palabra que doy mientras la sangre de mi cara va humedeciéndolos poco a poco.

Para sorpresa de Edvard, la piel de la anciana se estira y, cuando la levantas, no soporta la tension y se rompe. Desconcertado, y con un "guante" de piel en la mano, Edvar se queda unos segundos paralizado, tiempo que aprovecha el enemigo para saltar agilmente atras y guardar distancias

-Ooooh~~, ¿que tenemos aqui?-a medida que habla, se arrancas mas pedazos de piel, revelando que debajo de aquella apariencia de anciana amable se encontraba un hombre de aspecto desfigurado, como si no tuviera cara-Solo veo dos de vosotros, ¿no erais 5? ¿O es que alguno se "quedo atras"?-su voz, ahora mas grave y masculina, emite una macabra risa, como si hubiera asesinado a alguno de los que falta-Pero, por favor, no tengais prisa, aun no es vuestro turno, es el de esta bella pareja que llego ayer, ¿no ireis a quitarles el sitio, despues de lo que han pasado, verdad? Eso seria muuuuy feo~~-se vuelve a reir

Dicho eso, levanta la mano hacia Edvard y murmura un rapido conjuro

Esperé la respuesta de mis compañeros... en vano.

Me había olvidado que Edvard era igual que Ikki, una especie de crío impulsivo. Me resultaba curioso que saltara enseguida para salvar a Lihl y luego tratara el cadáver de Neku como un trapo.

- ... Supongo que le recordará a alguien esa cría. - Pensé.

- Necio... - Musité con una mirada de desaprobación mientras veía como se alejaba el viejo conserje.

Miré fríamente como Touda también hacía el mismo movimiento mientras Edvard ya se hallaba frente a frente con la anciana. Arryken desapareció, no sabía si se disponía a hacer una clase de asesinato u otra cosa. No dijo nada, así que simplemente lo ignoré intentando seguirlo con la mirada. - ¿Qué estará buscando? - Hablé para mi mismo.

La transformación de la anciana hizo que centrara mi atención en "ella", quien ahora era un "él". - Está formulando sellos en una lengua maldita... - Mi mente habla para mí mientras también intenta analizar qué clase de hechizo es.

De ser peligroso, revelaría mi posición para dar alerta a Edvard, de lo contrario, seguiría con mi plan. Bajaría y buscaría datos o informes que puedan ayudarme a analizar sus experimentos antes de que todo quedara destruido. 

Arquea una ceja sorprendido al ver cómo la anciana deja atrás la extremidad y se escurre hasta alejarse de él.

Mientras el engendro arranca con un monólogo que a Edvard personalmente le interesa poco, echa un vistazo a la muchacha que se arrastra hasta un lugar seguro. No vuelve a centrar su atención en él hasta que le escucha entonar ensalmos que alimentan la magia oscura que seguidamente desencadenaría sobre él.

Para cuando sube la guardia, apenas tiene tiempo de observar el espectro arcano que serpentea en el aire hasta alcanzarle. Durante unos cortos pero intensos segundos puede notar cómo la energía negativa se arremolina entorno a su cuerpo, tratando se abrirse paso hasta su propia alma. Sus piernas se entumecen, su vista se nubla, la cabeza le da vueltas y comienza a sentir nauseas hasta que, finalmente, nada más ocurre.

Tras un par de pestañeos, la energía que lo atormentaba desaparece sin dejar rastro y su cuerpo vuelve a responderle con normalidad. Su instinto lo lleva a alzar la mirada de nuevo hacia el monstruo que con arrogancia se mofaba de ellos y de la muerte de Neku, clavando sus ojos en donde el ser debería tener los suyos. Lo había pillado despistado y el resultado de su error podría haber sido fatal, pero ahora ya conoce de lo que es capaz, y jamás volverá a gozar de un segundo intento.

La usual sonrisa de Edvard se pronuncia más que nunca hasta dejar escapar una risa ahogada, disfrutando la llegada de su turno.

Un nuevo estruendo anuncia la carga del guerrero, que avanza desbocado hacia el objetivo. Al llegar hasta él, planta el pie izquierdo con fuerza, se encoge hasta quedar frente a frente con el engendro y da comienzo a una lluvia de golpes cargados con una voluntad de destrucción que nada tiene que ver con los que usó para aplacar al enjambre de esqueletos. Cada uno de sus movimientos tiene como fin desterrar del mundo a aquello que golpeen, y no parece dispuesto a conformarse con menos.

Aun tirada en el suelo utilizo el brazo con el que he señalado a Ueman para rebuscar de forma rápida en mi bolsa "no me puedo creer que después de todo lo que ha pasado ese idiota no me la haya quitado". Saco con rapidez uno de los papeles doblados y empiezo a canalizar mi magia.

Quería llegar junto a Ueman para intentar descubrir porque estaba inconsciente, parecía que mis compañeros no me habían escuchado y estaba preocupada por el. Justo cuando lanzo el hechizo un latigazo de dolor me recorre el rostro y me desconcentra, noto como el papel empieza a desaparecer en mi mano y el efecto que esperaba no sucede. Me quedo aturdida mirando hacia la dirección de Yuto y Ueman.

Sin mas ideas me llevo la mano a mi rostro en un intento de calmar el dolor e intento ponerme en pie y caminar hacia ellos medio arrastrandome.

Mientras Edvard y Touda entretienen al singular adversario, observais con detenimiento lo que hay alrededor. Dentro de alguno los tanques de liquido verde hay algunos cuerpos flotando en avanzado estado de descomposicion, parece que el liquido es una especie de acido, pues la carne de los cuerpos esta siendo "quemada"

Alrededor de la mesa donde estaba Lihl hay una especie de caja con diversas armas, probablemente de los cuerpos en los tanques. De hecho, parece que el proceso es simple: secuestran personas, les quitan las armas, los convierten en esqueletos y, tras reanimarlos, los reequipan y los llevan al lago... aunque el motivo de todo eso es desconocido, incluyendo la utilidad de la mesa de operaciones, pues parece innecesaria para el proceso.

El siniestro sujeto sonrie triunfal cuando Edvard comienza a ser envuelto con su hechizo, pero, de repente, una pequeña explosion sucede a su espalda. La ofuda que intentaba hacer la pequeña Lihl y que le salio mal provoco que el sin cara se girase por reflejo, perdiendo control sobre su conjuro durante un breve instante, tiempo que Edvard no desaprovecho

Con la fuerza de mil hombre, el conserje avanza con decision y una autentica lluvia de golpes caen sobre su enemigo, que irremediablemente sale despedido contra la pared opuesta, recorriendo casi 10 metros volando, colisionando contra los tanques de liquido verde.

-Que... sois... vosotros...?-logra decir antes de que el tanque se agriete y rompa, bañando con el acido que contenia, arrancandole la poca carne que le quedaba y, con ella, su vida

Avanzais con precaucion por el siniestro pasillo. En principio no notais nada inusual, solo un par de trampas que facilmente esquivais; pero, tras unos 10 minutos de caminar, algo extraño ocurre

De repente, la extraña criatura que habia invocado Mune se da la vuelta, amenazante, y embiste de frente a su dueña

Desesperado, casi ignorando por completo lo que sucedia a su alrededor, Arryken se puso a buscar en la caja. Abandonado por completo la sutileza, arrojaba las armas que no le interesaban por sobre su hombre. Solo tenia algo en su cabeza: Sus revolveres, o al menos algo que se les pareciera remotamente para no sentirse tan indefenso.
 

-..!?- La criatura de repente se da vuelta y embiste, estampándose con una barrera de energía que se produce automáticamente delante mío. -_{Qué mier...} Qué le pasa a este bicho?!- Primero me tumban y se llevan a mi discípulo, y ahora esto... -A mí nadie me desobedece! Mucho menos una criatura de mi propia creación!

-Shio... Adelántate, que voy a enseñarle a este engendro lo que ocurre cuando alguien inferior decide no hacerme caso.- No entiendo nada... y por qué estoy perdiendo tanto la calma? Esto no ocurre nunca... Debería... tal vez... no, algo no está bien.

- Pos dios Mune. Te dije que controlases a esa cosa tuya!!- comento mientras me apoyo en la pared del pasillo y salto directamente a por la bestia, atacándolo directamente con la pierna, ayudado por el impulso

- Segura que quieres que te deje sola?.- comento después de este ataque, pero a Mune era mejor no llevarle la contraria, menos todavía cuando se trata de problemas suyos...- Bueno. Te veo al otro lado!- termino mientras salgo de nuevo para continuar el camino por el pasillo

Nada, nada de lo que había resultaba interesante. Quedé algo decepcionado. Era más entretenido ver a Arryken buscar sus armas, era evidente que buscara eso, siempre las trataba con mimo. Por fortuna, el pude ver la oleada de golpes de Edvard hacia aquel ser sin rostro, que salió despedido hasta uno de los tanques...

- Oho... - Solté una leve exclamación de sorpresa ante su ataque. - ¿Has visto eso Arryken? - Dije sin mirarlo.

Volví mis ojos hacia la caja y me concentré para discernir si alguna de esas armas eran.... mágicas.

Pese a todas las precauciones que teniamos el sujeto nos habia pillado desprevenido, puse una cara de completo asco ante la metamorfosis aunque la nueva forma no duró mucho ya que el conserje acabó con él de una manera fulminante aprovechando la explosión que la alumna habia provocado, el tanque se rompio perdiendo toda oportunidad para sacarle información, pero poco importaba ahora, de un salto me alejé del charco y miré a mi alrededor buscando nuestras armas y lo más importante, una salida.

---Creo que es hora de irnos...

Miras a tu alrededor y en lo primero que te fijas es en tu maestro. Arryken, sin ningun tipo de delicadeza, con cara incluso de desesperacion, estaba revolviendo con ganas en una pequeña caja de la que sobresalian diferentes armas, seguramente buscando la suya.

En el tema de salidas, ademas de la gruta de donde vinisteis, hay dos entradas, una hacia una oscuridad maligna y otra hacia otra oscuridad tetrica, de la que ademas provienen sonidos de batalla

La lucha contra tu creacion es, por llamarlo de alguna manera, desconcertante. Por un lado, la cosa ataca con la misma furia que atacaria a cualquier enemigo, pero por otro lado parece que trata de contenerse.

Ikki, tras darle un poderoso golpe que lo lanza contra la pared, hace caso a tus ordenes y sigue avanzando.

Apenas avanzas un par de metros y un nuevo problema te aparece delante. Una silueta completamente negra, casi oculta entre las sombras, se encontraba en mitad del pasillo, mirando bajo su capa lo que ocurria delante. 

-Oho~~ parece que alguien no quiere jugar con sus amigos~~-dicho eso, levanta su brazo, o lo que sea que tenga en su lugar, pues parece mas una garra mecanica, y te ataca-Eso no se hace~~