Partida Rol por web

Antes de que terminarais de prepararos, la figura de Mune, algo cansada, aparece entre la oscuridad del tunel. Era una escena bastante extraña: por un lado, el grupo, tenso y preparandose para el ataque; por el otro, Mune, que viene algo cansada, pero con un extraño uniforme de batalla. Mas que una reunion de amigos, parece que va a empezar una nueva batalla

Aun no me he alejado ni un paso hacia la dirección contraria de donde ha señalado Ikki cuando aparece Mune cansada con expresión abatida. Nunca me habría imaginado asi a la profesora, y justo cuando voy a avanzar hacia ella recuerdo el aviso de Ikki sobre la criatura con el rostro de Mune… Pero es ella … ¿no? Justo en ese momento recuerdo mi pelea con el amigo de Yuto.

¿Quizá fue lo mismo? No, allí no había ninguna criatura…. Pero estaba siendo controlado, si no… ¿Por qué nos atacaría? Aun tenía serias dudas sobre lo que había pasado pero, lamentablemente  no podrá contárnoslo… “Lo mate…” Me quede mirando a la Mune que se nos acercaba por el pasillo… ¿era ella? ¿Era una trampa? La cantidad de hipótesis que empezaba a formar mi mente era demasiado grande. No quería ver morir a nadie más hoy.

-¿Al'Amune?. Formule timidamente confundida.

-Al'Amune, exactamente, pequeña.- Respondo apretando los dientes y los ojos bien abiertos. Llevo una espada en cada mano, y mi ropa se va transformando de a poco a medida que avanzo hasta convertirse en una elegante armadura negra brillante que me cubre el cuerpo entero. -Ya me encargué de la criatura, Shio, l..- Me tiemblan las manos de la rabia. -Lamento... ese... percance...- Murmuro con los dientes apretados. Yo... la más grande... venir a pedir disculpas...

-Aquí hay una fuerza mayor... a la nuestra... debo admitirlo...- El cabreo se me acumula más y más y sigo avanzando a zancadas. -Pero juro que no verá otro amanecer.- A mis espaldas aparecen de nuevo las enormes alas de plumas negras.

-Voy a preguntarlo una sola vez: Dónde está Ueman?- Me recubre casi por completo un aura púrpura que da la impresión de que me estuviera incendiando en alguna especie de fuego oscuro, producto de la gran cantidad de zeon que estoy acumulando.

Tu chaval ha tenido días mejores, pero aquí lo tienes, echándose una siesta. –señala con la cabeza en dirección a Ueman, que se encuentra todavía en el suelo inmóvil. En todo momento mantiene la guardia alta.

La situación es extraña y Edvard se debate entre cuál de las incongruencias es la más llamativa, si el hecho de que Mune aparezca con una vestimenta que ella misma definiría como de mal gusto, el mantener sus armas desenfundadas, conjurar una armadura mágica cuando dice haber acabado con la criatura, o el seguir acumulando más y más magia. Fuera como fuese, está bastante claro que algo no anda bien.

Él mismo ha sufrido un intento de control mágico hace apenas unos minutos, por lo que no sería raro que Mune se encuentre en una situación similar, aunque Ikki ha dicho que la misma criatura ha tomado el rostro de la chica, ambas posibilidades pasan por la mente del conserje pero no tarda en encontrar una opción con la que tal vez se aclare un poco la situación, pero lo primero es calmar los ánimos.

Traaanquilidad Mune, sabemos que el chico te preocupa pero si quieres seguir mimándolo vas a tener que detenerte donde estás y calmarte un poco… o nos pondrás nerviosos a todos. –en este punto alza ligeramente su diestra, variando por primera vez su posición desde que su compañera ha vuelto.

Pongo esto por otro lado porque, según comenta Mune en su apartado de relaciones con el resto de miembros, siempre ha sido dada a ir a las misiones en solitario, así que no tendría por qué ser consciente de esto.

El gesto con la mano derecha es una señal para Arryken, básicamente es una señal típica de "si da un paso más o continúa cargando zeon, dispara"

Edit: Ah, me olvidaba de algo, si por algún casual me atacase en el próximo post o algo así, estoy en maniobra de Defensa Total (que junto con el Kung-fu a la defensa se queda en una base de 220)

Hice caso al pistolero, sabía que Touda era capaz, pero no quería arriesgarme, más si su propio mentor conía en él... yo también lo haría.

- Vamos Lihl, y tú también chico. - Me dirijo a Yuta, mientras intento levantar a Ueman.

De pronto, una pequeña figura que se asemeja a Mune hace aparición, arrastra sus mandobles, así como conjura una especie de armadura oscura en lengua que no me es difícil de reconocer. 

- Mu... - Corto mi palabra. Observo al conserje, quien sutilmente deja caer una frase... curiosa. - ... - Suelto a Ueman y doy un paso atrás, poniendo a a los dos infantes tras de mi.

- ¿Será ella de verdad? - Pensaba mientras miraba a Edvard.

Simplemente esperé su respuesta...

-Grrr...- Miro en todas direcciones. No puedo creer que ese imbécil se haya ido, así de la nada, igual que como vino. No me convence esto, la situación, la posada, lo único que logro es cabrearme todavía más.

De pronto intento calmarme y concentrarme. Si aquí está pasando algo raro debo saberlo, y más porque mis compañeros están empezando a dudar sobre mi salud mental, y eso está en la lista de cosas que no quiero que ocurran.

Dentro de lo raro que es este complejo, puedes notar una extraña anomalia alrededor de Ikki. Es como si una sombra sin forma lo envolviera, controlando su acciones y movimientos con total libertad, como si el profesor no fuera mas que un titere sin voluntad.

Pasados unos segundos abro de golpe los ojos, mirando hacia Ikki. -...- Así que ahí está, la porquería que se atrevió a dejarme inconsciente y robar mi alumno... -Ahaha...- Se me iluminan los ojos.

Comienzo a caminar lentamente hacia Ikki, sonriendo y relamiéndome. -Tú, mugre, no me vas a amedrentar controlando el cuerpo de mi compañero, no tengo miedo de cortarlo en pedacitos si con eso puedo destruirte.- Digo con calma, pero respirando agitadamente, con ansiedad. -Ya sé que estás ahí, así que te voy recomendando que salgas y te hagas visible para así Sacudo una espada Poder Sacudo la otra Bo̡r̷ra͏r͡t̶e.

Miro a los demás y les grito, -Al q̀u͏e se ͠at͠re̡va ͞a ̡intér̴f͜er͞ir l̛o ̢de҉f̸ơrm̀o͢,́ est̀á ͢cl͝a̕ro͟?̢!͞- Sigo avanzando despacio hacia Ikki.

Definitivamente, algo raro estaba pasando. Mune iba en dirección a Ikki en gesto más que amenazador. Al parecer lo acusaba de estar siendo controlado, lo cuál me hacía dudar sobre lo que Ikki había dicho anteriormente.

- ¿Quién estará diciendo la verdad? Ambos han sido muy "ellos". - Mi mente se preguntaba por la situación. 

- Esto es malo Edvard. Ambos son monstruos combatiendo, si no sabemos quién es quién podemos recibir un ataque sorpresa, lo cual sería fatal incluso hasta para ti. Si ese... controlador es capaz de usar las capacidades de ambos como ya ha demostrado Ikki con su Ki sanando a Lihl o Mune y su magia sin siquiera conocerlos será imposible saber quién miente... peor aún si tiene acceso a sus recuerdos. - Hablé sin mirarlo, atento a las dos "amenazas" que son mis compañeros.

- Afortunadamente... tenemos un comodín en las sombras. - Susurré al conserje.

Miré de soslayo y sin girar la cabeza a la zona donde se había ocultado Arryken, él podría cubrirnos las espaldas en cualquier momento atacando al falso.

- Sea lo que sea, uno ha dicho que ella es la mala, y la otra dice que él es el malo... Para empeorar las cosas, tiene la capacidad de usar las habilidades del que posee, Ikki y su Ki, Mune y su magia. Si también es capaz de llegar a sus recuerdos... será imposible determinar al impostor... Esto pasa por tener una voluntad débil. - Acabé diciendo al conserje.

Cara o cruz... 

-Q̶úién tien̡e ļa̕ vo͢lunt͢a͝d͏ ͝débi̶l?!- Al oír ese insulto hago estallar mi alrededor con la energía que llevaba acumulada. -A mí no me controla nadie, estúpido.

Miro de nuevo a Ikki. -Es evidente que está siendo víctima de un control mental, puedo ver las matrices que lo afectan.- Alzo un brazo con la espada en mano y comienzo a conjurar algo.

-Aquí hay una fuerza mayor... a la nuestra... debo admitirlo...

---Creo saber de que hablas-digo avanzando un paso hacia Amune- Creo que la puerta que percibes es la que hay al otro lado de la puerta de donde venimos, pude sentirla, una oscuridad maligna... la verdad es que no sentí nada más pero la verdad no sé de que puede tratarse y creo que la prioridad es salir cuanto antes de aqui 

Durante unos segundos que parecieron eternos, Arryken se quedo estatico, oyendo con atencion el intercambio entre "Mune" y los demas. Ahora, el no era ningun experto en el tema, pero suponia que un cambiaformas trataria justamente de acusar a alguien de un grupo de ser el cambiaformas. Divide y conquistaras y todo eso.

Aun tratando de decidir que hacer, y esperando la señal de Edvard, el joven empezo a moverse, buscando una posicion ventajosa por si la cosa saltaba a mayores. Desafortunadamente, al tratar de moverse con presteza y recuperar esos preciosos segundos idos, no fue tan cuidadoso en su desplazamiento como pudo haber sido.

Su advertencia había sido escuchada, al menos hasta que pocos segundos más tarde la advertida continuó con su avance, tomando esta vez rumbo hacia Ikki mientras prosigue con su despliegue mágico espada en mano. Edvard la sigue con una mirada de expresión inmutable, pese a lo mucho que le incomoda presenciar la ejecución de conjuros cuya naturaleza desconoce, dando también la falsa impresión de ignorar las conjeturas de su compañero, las cuales escucha con claridad pero no se ven respondidas por lo prioritario de la situación.

Las amenazas aumentan en grado, llegando a ampliarse hacia todo aquel que medie en el conflicto. El tono de la chica se agrava y no es hasta que termina alzando su espada cuando el espectáculo se ve interrumpido por un sonoro estruendo que hace vibrar paredes y suelo; apenas dura un segundo, pero su violencia hace que se desprendan del techo minúsculas briznas de tierra que caen con suavidad rodeando a los presentes. ¿La causa del seísmo? Un señor mayor de escasa paciencia que ha considerado oportuno captar la atención general hundiendo uno de sus puños en la pared más cercana, la cual presenta ahora decenas de grietas que enmarañan la extensión del muro desde el punto de impacto.

¿Habéis acabado ya de señalaros el uno al otro? –exclama, extrayendo la mano de la pared y liberando los minúsculos fragmentos de roca que aún quedan entre sus dedos.- ¿O seguiréis ahorrándole el trabajo a quien os ha llevado a esto?

Se aproxima al par de alborotadores.

Me importa un carajo quién controle a quién, los dos vais a bajar los putos brazos para explicarnos qué ha pasado, y lo vais a hacer con toda la calma del mundo porque aquí nadie más tiene prisa a excepción de la sucia rata que, a falta de cojones para venir a presentarse, se dedica a hacernos perder el tiempo con esta tontería.

Su tono es amenazador y despectivo a partes iguales, pero más hacia el causante de esta situación que para con aquellos a los que habla; el volumen alto y claro, como si quisiera que el controlador le escuchase con sus propios oídos.

¿Y bien?, ¿A quién le apetece ser el primero en obligar al sodomita que nos escucha desde su agujero a seguir malgastando sus energías en esta broma?

-Ya no tiene por qué seguir con su "broma".- Bajo el brazo y lanzo el pulso sobre Ikki. -Ya me encargo yo de cortársela.

-Y he dicho que no me iré de aquí hasta no acabar con el culpable de esto, así tenga que cargarme todo este edificio y los que estén cerca.- Sigo respirando agitadamente y con ansiedad, pero mi tono de voz es calmado. -Shio es víctima de un control mental, qué más explicaciones debo darte?

-Y YA SAL DE TU ESCONDITE ASQUEROSA BASURA!- Grito derrepente, mi voz haciendo eco en todo el pasillo. -Oh... voy a disfrutar tanto cuando te encuentre...

Sin previo aviso, echo una de las manos a la cabeza, con claros signos de dolor y malestar, además de un cabreo considerable, mientras con la otra golpeo firmemente la pared con la mano abierta dejando un "pequeño" impacto en este, agrietándose varios centímetros alrededor de mi mano

- Joder!.- exclamo junto con el golpe.- Como odio a los putos psíquicos, que maldita jaqueca dejan después de sus tonterías

Pasan unos segundos mientras recobro la compostura y escucho a Edvard balbuceando, diciéndonos que nos quedemos callados. La verdad, estoy bastante enfadado con mis compañeros, como demonios no se han dado cuenta que era yo quien estaba siendo controlado?

- En serio, pandilla de...- vuelvo a respirar hondo antes de soltar nada más fuera de tono.- Desde cuando yo dejaría a uno de vosotros en peligro y me iría tan campante, sin tan siquiera un rasguño de combate? Es que no estaba suficientemente claro que era yo el que estaba siendo controlado o como mínimo me merecería una ostia por abandonarla?.- Termino espetando a todos sin risa alguna en mi rostro en estos momentos

- No sé qué demonios están buscando estos, pero ha hablado algo de inspeccionar una instalaciones... que estas no eran.- vuelvo a girarme hacia todos, para ver que todos se encuentran bien, menos Ueman, que parece un saco de patatas ahora mismo al hombro de otro.- Si venís del otro lado, supongo que habría alguna sala... Estamos en una zona vacía, así que he de suponer que vinieron aquí por eso. Hay 3 en el pueblo y una ya la he explorado, así que vamos al otro. No sé qué demonios buscan estos, pero quiero patearlos; no me gusta que jueguen con mi mente

- Aquí ni dios de vuelve a separar. No mientras este psíquico siga por ahí.- comento mientras me doy media vuelta para guiarlos hasta la otra "zona vacía".- Por cierto, uno se llama Shyaman, y no sé qué otra cosa de hacer esperar a Madre... No perdamos más tiempo.- y continúo el camino, sin esperar tan siquiera a que me contesten

Inspeccionar unas instalaciones… ni si quiera sé qué hacemos aquí, y tenemos nuestros propios asuntos de los que ocuparnos. –busca en un bolsillo interior de la gabardina hasta sacar su pipa gastada de siempre, llevándosela a la boca y encendiéndola.

Tras una larga calada y aliviar un oportuno picor en la nuca, continúa.

Nosotros despertamos en una celda mugrienta, salimos de allí, encontramos un vertedero de cadáveres a los que no caímos bien, subimos al nivel superior y nos encontramos con ese laboratorio de ahí –señala a la puerta por la que han llegado.- en el que nos tropezamos con la chica, su nuevo amigo, y la abuela de la posada, que parecía tener ganas de rajar la cara de vuestros alumnos. Amablemente le dije que no me parecía bien, así que decidió arrancarse una mano y media cara para intentar con nosotros la misma estupidez que han hecho con vosotros, por supuesto tampoco estaba conforme así que la ayudé a arrancarse la poca piel que le quedaba… y después llegamos aquí.

Por su cabeza pasa la idea de reanudar la marcha para salir de este lugar, pero sus dos colegas no parecen muy por la labor de salir de aquí sin saldar las deudas pendientes, por lo que termina abandonando la idea en un largo suspiro.

En fin… le aplicamos un correctivo al psíquico y a Shyaman para que os quedéis tranquilos y nos vamos. Ikki, ¿No captas la presencia de nadie?

La discusión terminó con "violencia", de nuevo, por parte del conserje.

- Me pregunto si yo también debería ponerme violento con ellos cuando se comportan como críos para ver quién es más fuerte... - Pensaba a la vez que dejé escapar una leve risa ante tal posible acontecimiento.

- Es cierto que esto no tiene nada que ver con nuestra misión. - Hice una pausa. - Pero a mi también me pica la curiosidad. ¿Quién sabe? Igual esto nos sirva. ¿No? - Dejé clara mi postura de seguir con la idea de Ikki y Mune. Además... estos dos no van a cambiar de idea. - Sonreí a los presentes.

La última frase de Edvard me hizo añadir algo más. - Si estos seres son... no muertos, será difícil localizarlos mediante habilidades como las de Ikki, ojalá me equivoque. - Miré al pelirrojo esperando respuesta tras su pesquisa espiritual.