Partida Rol por web

Siguió a su maestro durante todo el rato sin decir nada. De hecho sin emitir un solo sonido. Notaba como la recién incorporada, que al parecer se llamaba Koi le echaba miradas de soslayo, pero no cruzaron ni una sola palabra.

Una vez completados los trámites burocráticos y las formalidades con la directora continuaron su camino. El fantasma de Solomon les condujo primero a la sala donde se encontraban varias caras conocidas, Ikki y Edvard, Xamd tan particular como de costumbre, y alguna cara que no había visto más que de pasada. Después continuaron por los eternos corredores de la Académia en dirección al cementerio donde reposaban los que habían sido antes que ellos. Para Arryken era muy importante el respeto por los muertos.

En su aldea la muerte era más habitual de lo normal, los entrenamientos eran muy extremos y la gran mayoría de los jóvenes aprendices morían en el camino. Aquellos muertos se arrojaban a una fosa sin ceremonia por considerarlos débiles e indignos de respeto. Pero los caídos en batalla eran venerados como si fuesen dioses protectores. Sus nombres y hazañas estaban grabados en la piedra dentro del templo.

Avanzó intentando mantenerse lo más cerca de las paredes que le fue posible, lejos de la luz, abrazado por las sombras.

Sonrío ante la respuesta de Sora. Parece que se ha dedicado a dominar los estilos básicos y poder tener las habilidades suficientes para entrenar las artes marciales conocidas como avanzadas. No es un estilo en el que esté completamente de acuerdo, pero sea dicho que para muchos maestros, esa es la decisión que consideran lógica. No suelen verse capacitados para estudiar varias ramas, lo que los lleva a estancarse en un estilo ya desarrollado

- Veo que te has especializado lo que has podido para el combate directo- le comento con total tranquilidad.- Aunque es raro que alguien con esas prioridades no quiera aprender Taek- wondo de paso... Después de todo, el añadir la soltura de las piernas en un estilo ofensivo suele ser de utilidad. Pero es solo una observación.- Termino sonriendo

Como supongo que habrás notado, dada tu capacidad ofensiva.- Continúo, sin tan siquiera darle tiempo a contestar.- Yo soy de un estilo más bien defensivo. No lucho por luchar, sino cuando es necesario para salvar mi vida o la de otros. Soy un maestro del Lama, intentando dominar el antiguo Lama-Tsu; También domino la  capoeira, el Soo bahk, Aikido, Dumah, Velez y Tai chi, como bien podrías observar.- Hago una pequeña pausa, por si tiene alguna pregunta acerca de las artes marciales que he comentado, aunque la mayoría son bastante conocidas en el mundo.- Y aún no me considero ningún maestro de las artes marciales; para que te hagas una idea

A continuación comienzo a andar con los brazos en la espalda, separándome poco a poco de mis alumnos.- Por favor, quedaros aquí... vamos a hacer parte del trabajo al que nos dedicamos, pero esta vez prefiero hacerlo yo solo. Puede ser demasiado peligroso, así que procurar no acercaros hasta que veáis que es completamente seguro.- Mientras ando, miro directamente a Lihl y le sonrío, mientras voy sacando poco a poco el guantelete con las joyas que había traído de su "viaje" por otro mundo.- Ahora sí que lo necesito...- Le comento mientras me sigo alejando.- Ten preparados tus hechizos por si algo sale mal. No sabemos lo que puede hacer esta cosa... Ni siquiera si puede hacer algo y no te han timado. Aunque te ha salido bastante barato.- Me río mientras me alejo totalmente de ellos, a una distancia en la que una explosión lo suficientemente considerable (a términos de la academia) no les llegase a afectar demasiado a ellos y lo que tuviese el mayor riesgo de salir destrozado sea yo y mi terreno. No quiero tampoco hacer ningún destrozo en los terrenos de los vecinos, después de todo.

VAMOS A VER QUE ES LO QUE PUEDE HACER ESTO!!- Grito a los tres para que me escuchen mientras me pongo el guantelete sin ningún tipo de protección.- ESTOS EXPERIMENTOS SON LOS QUE MAS ME GUSTAN!!- les grito riéndome mientras me lo estoy poniendo.

 A continuación comienzo a hacer movimientos de tai chi con el guantelete puesto. Algún ataque, movimientos continuos y fluidos. Si nada ocurre, comienzo cargando poco a poco mis manos con mi ki, centrándome en el guantelete para ver si tiene alguna utilidad o si tan siquiera siento algo diferente. Si esto tampoco surte efecto ninguno, le pediré a Lihl que almacene algo de su magia en el guantelete, con algún hechizo que conozca, pero desde la distancia... después, que Yunoha utilice su hielo, para ver si reacciona ante poderes mentales... Por descartar todas las posibilidades.

Escuchando con interés la variedad de estilos del Maestro, aunque desconocía algunos (sobre el Soo Bahk sólo lo había oído mencionar, y el Lama Tsu... ¿tendría algo que ver con el Lama a secas? Por sus palabras parecía que sí). Su sugerencia del Tae-kwondo... conocía también ese arte marcial, pero si buscaba estudiar cosas tan letales como el Asakusen era por algo... Quizás cuando pasase más tiempo podría hablarlo con Ikki, si me parecía de confianza.

En cualquier caso, la parte esa terminó rápido y recogió el extraño guantelete ese, ante lo que di un respingo y moví los brazos un par de veces haciéndole un gesto de que frenase antes de que se lo pusiera.

- Esto... Maestro... Perdón... Pero... ¿No hay... nadie a quien se le pueda llevar... que nos de una idea de lo que hace eso? -dije con varias pausas y evidente nerviosismo, además de estar cambiando entre cabizbajo por la timidez y mirando con poca confianza al guante- Seguro que lo sabe... pero ese objeto... ehh... diría que puede ser muy peligroso. Tiene mucha energía. -expliqué como pude.

Nada mas escuchar a Ikki sobre ello sabia lo que se proponía. No era que la idea me entusiasmara, pero sabia como se comportaría Shio y cual seria su movimiento. Guarde las semillas del árbol en una pequeña bolsita que introduje en mi faltriquera y posteriormente abrí el libro y extraje tres tiras ofudas listos para su uso. No sabia cual seria la reacción así que saque uno mas para un posible uso diferente tras la creación de la caligrafía ritual correspondiente.

-Ten cuidado, esperamos que no suceda nada malo.- Dije preocupada por lo que iba a suceder.- Estaré atenta a cualquier fluctuación mágica para identificar los poderes del objeto.- Dije mientras se alejaba hacia una explanada. Me hice respirar un par de veces para concentrarme en lo que estaba por venir, tenia que estar consciente de cualquier cambio en el objeto desde allí. Finalmente Shio se puso el guantelete y me empecé mi trabajo analizando lo que ocurría o si había alguna reacción.

-¿Que que es lo que quiero?-te mira, algo extrañado, no parecia esperarse esa respuesta-Simplemente ayudar a un joven que parece desorientado-mira al cielo, suspirando para sus adentros, como si esta fuera una situacion que ha vivido ya varias veces-Mi nombre es Yusuke Mamoru, soy el GoY del Norte, el que se encarga de que todo este en orden por estos lares, asi que es normal que, si veo una cara nueva por mi territorio, vaya a saludar, ¿no te parece?-nuevamente, sus palabras y gestos indican que intenta "ir de buen rollo", pero sigue emanando esa sensacion de muerte instantanea, casi se podria decir que inconscientemente... o que no puede controlar-Esta es un area de mineria, no hay mucha gente viviendo en esta zona, pero eso no significa que que no se pueda, ¿vives por aqui? ¿quieres que te acompañe a casa?-"a matarte sin que nadie nos moleste", tu mente, aterrada, termina esa frase de la peor manera que se le ocurre. Este sujeto seria la definicion fisica de "mal augurio", diga lo que diga, haga lo que haga, solo esa sensacion de inquietud y miedo es transmitida, sea o no sea su intencion

En el momento en que se puso el misterioso guante, no paso absolutamente nada. Pasan unos largos segundos de espera y... nada. Ikki agita el brazo de forma comica, tratando de hacer que algo suceda, pero nada... o eso parecia. De forma muy sutil, una de las gemas del guante emitio un pequeño parpadeo, casi imperceptible, pero lo suficiente como para que el portador lo notase y, con mas ganas, mas movia el brazo. Lamentablemente, no volvio a ocurrir nada. Prueba entonces a canalizar su Ki en el guante, a ver si se activa de alguna manera y, efectivamente, otra gema emitio otro parpadeo... pero nada mas.  Entra entonces Lihl con su magia... y nuevamente otra gema parpadea y no hace nada mas. El turno de Yunoha, que ademas de iluminar otra gema, solo consiguio darle algo de frio a Ikki. 

Una vez que todos terminaron de hacer algo, llegan las conclusiones: 4 de las 6 gemas se iluminan cuando parecen recibir "ataques", Ki, Zeon y CVs respectivamente, pero no parece aportar mucho mas que algo de luz por un tiempo inferior a un segundo cada una... y las otras 2 gemas no han reaccionado

-Permítanme por favor hacer algo también. -Doy unos pasos adelante y extiendo un brazo, y con un ademán hago surgir del suelo un conjunto numeroso de placas hexagonales que funcionarán a modo de escudo. -No es mucho, pero si ocurre algo peligroso al menos absorberá parte del impacto.
La barrera forma un semicírculo delante de nosotros, y trato de no perder la cocentración en el momento en que Ikki se pone el guante raro.

El ver que no ocurre nada me deja un momento distraída, pensando, pero vuelvo a tierra cuando Ikki me llama la atención. -Eh? Ah, sí, claro. -Procedo con movimientos lentos y fluidos para concentrar mi frío en él, pero por alguna razón me cuesta enfocarme bien y lo único que consigo es arruinar parte del terreno cubriéndolo de nieve y escarcha, en todos lados excepto en donde se encuentra Ikki. -Lo siento. Trataré de acercarme más, tal vez sea que está demasiado lejos. -Inclino la cabeza y avanzo unos metros.
Y ahora sí, mis matrices convergen en el guante, Ikki puede sentir que la temperatura en su brazo disminuye drásticamente y el guante se cubre de hielo.

Tras esto aguardo en el mismo sitio a la aprobación de Ikki para acercarnos.

- Creo que no necesito ayuda - dije intentando poner buena cara, aunque no podía evitar estar tenso mientras esa persona estuviese al lado mío. - No vivo aquí, o eso creo. Llegué hace poco en una cosa muy grande, con el señor importante, el conserje borracho y su amigo el maestro, las chicas robot y el resto de mis mejores amigos. - le comenté mientras buscaba una forma de escaparme.

Por alguna razón que no conocía eso de el GoY me sonaba de algo, aunque no estaba muy seguro de a que. Mientras intentaba pensar en que podía ser a la vez que buscaba una escapatoria (sin mucho éxito, ya que la sensación de que el tipo pudiese agarrarme nada más me diese la vuelta no se me quitaba de encima) me empezó a entrar hambre, tanta que mis tripas empezaron rugir de forma notoria. - _{Que hambre, no puedo pensar si no tengo comida cerca} - dije por lo bajo mientras me ponía la mano en la tripa para intentar calmar sus rugidos.

- ¿Puedo marcharme ya? - le volví a preguntar al tipo - Tengo que encontrar mi habitación y el comedor cuanto antes.

Las pruebas con el guante, aunque infructuosas, no salen tan mal como cabría esperar. Al principio parece no ocurrir nada, pero al ir haciendo pruebas voy observando como varias de las gemas incrustadas en el guante empiezan a brillar; una por cada "elemento" utilizado en él. ¿Habrá que activarlo con todas a la vez o habrá que sobrecargar alguna de las gemas para que se active? Todavía no lo sé, pero claramente es poderoso. Algo capaz de absorver, aunque solo sea una ínfima parte, todos los tipos de energía durante unos instantes... su reacción cuando se complete podría ser devastadora. Por ello vuelvo a quitarme el guante, mirando a mis alumnos con calma otra vez y acercándome a ellos mientras guardo el guante de vuelta

- Lo habéis visto, verdad?- Comento pensativo, aunque con una leve sonrisa en el rostro.- Reacciona ante cada tipo de energía que se le aplique... Fuerza física, ki, mágia y mentalismo; pero faltan dos gemas. Estoy casi convencido de que una de las gemas se activaría utilizando poder del Némesis sobre el guante, pero qué puede ser la última? Se os ocurre algo?

A todo esto.- Vuelvo a ser yo mismo, mirándolos más animado.- Gracias por la ayuda. Podéis ver que a veces el trabajo trae estas... decepciones. Pero algo es algo, verdad? Siempre podemos hablar con MM para formar un grupo con cada tipo de energía y ver cual es realmente su función. Al menos sabemos que reacciona ante algo.

Atento por lo que pudiera pasar, y sabiendo que en caso de riesgo sólo podría proteger a Yunoha y Lihl con mi cuerpo (o, si lo veía factible, cargándolas y corriendo), permanezco alerta antes del inicio de la práctica, aunque entonces veo que Yunoha levanta unas placas de hielo para cubrirnos. Vaya, no era necesario que... Comienzo a pensar, pero sacudo la cabeza. Aunque no perdí la tensión a pesar de eso, sabía que iba a tener que confiar en el resto al menos un poco. No tenía más remedio.

En cualquier caso, atiendo a la prueba, observando cómo el Maestro comienza a combatir con enemigos imaginarios con considerable destreza, y cómo después la hechicera y la otra maga toman la iniciativa para lanzar sus capacidades sobre el guantelete, encendiendo otras dos gemas durante unos breves instantes antes de que se desvanezcan. Observo con curiosidad el artefacto, pensando las palabras del Maestro, y entonces miro al cielo un momento. Podía resultar hasta enervante cómo ni siquiera en ese gesto se movía en lo más mínimo mi cabello, como si usase pegamento para mantenerlo así. En cualquier caso, desvío la vista y, tomando aire hago una inclinación más pronunciada de lo debido, en parte gesto respetuoso y en parte porque no sabía si sería pedir demasiado y por tanto me daba algo de corte.

- Eh... Esto... Maestro, ¿podría probarlo un instante? -pregunté, aunque suponía que no sería capaz de iluminar todas las gemas, pero quizás sí unas pocas a la vez... si es que eso era posible.

La verdad. Me alegra que uno de mis nuevos discípulos esté tan loco como para querer probar un artefacto completamente desconocido. Ese tipo de interés desvela una personalidad lo suficientemente fuerte y aventurera para poder ir en cualquier tipo de misión que esté dentro de sus principios y, si entra en este grupo, los principios son lo primero

- Por supuesto.- Contesto mientras le entrego el guante con una sonrisa.- Pero aléjate hasta donde estaba yo y detente si ves que la reacción es demasiado potente. No quiero que tu primer día aquí resulte en una explosión que te haga volar por los aires.- Me río descaradamente una vez dejo el guantelete en sus manos.- Lihl, no guardes los ofudas. Puede que todavía nos hagan falta, aunque espero que no, la verdad.

Mis ojos brillaron durante un momento cuando vi que cada gema reaccionaba a un poder diferente. Podía notar en mi el propio nerviosismo creado cuando colocan ante ti un rompecabezas y las posibilidades bailan en tu cabeza haciendo que la emoción aumente. Asentí ante las palabras de Ikki.- Si, podría ser Nemesis.- Muy mala maga tenía que ser para no conocer uno de los poderes que podía dejarme sin usar mis hechizos.- Lo que me resulta extraño es que pueda acumular poderes tan diversos juntos. Y la ultima gema…- Mencione mas para mi misma que para el resto de mis compañeros mientras me llevaba la mano a la barbilla.-… podría reaccionar al estar todas las demás activas o… - Mi mano bajo de mi mentón y se poso sobre el collar que llevaba en mi cuello, aquello ya era mas una costumbre que un gesto significativo.

-Mmm… Sora?.- Dije mientras mencionaba al chico que acababa de proponerse para usar el guantelete.-¿ Cuando acabes me lo prestas?.- Mi frase sonó mas como una pregunta que como una orden, pero quería que así lo pareciera, no quería que el muchacho se escondiera de nuevo tras un árbol.-Quiero comprobar una cosa… Ah, y… ten cuidado.- Finalice, no sabia cuales eran los poderes del guantelete y, aunque la reacción no había sido tan notable como me esperaba no sabia que podría suceder.

Recibí el guantelete en las manos que acababa de extender y asentí varias veces cuando me dio las instrucciones para probarlo. Comencé a alejarme aún sin ponérmelo cuando de repente Lihl me llamó antes de que me fuese y me quedé de piedra por un instante. Me giré aunque sin mirarla directamente y algo dubitativo a la hora de hablar, como venía siendo costumbre, terminé por responder simplemente:

- Claro... Gracias. Esto... Si se encienden varias gemas, probaré a golpear una piedra... Si no pasa nada raro, ¿podrías usar magia sobre mi? En vez de sobre el guante. -antes de voltearme de nuevo para alejarme hasta una distancia prudencial, más o menos la misma a la que se había alejado Ikki.

Entonces, con cierto cuidado, enfundé mi mano en el guante a la espera de ver si simplemente reaccionaba con la variedad de poderes que tenía mezclados en mí. Para ampliar los actos realizados a la vez, comencé a realizar una kata avanzada de Kung Fu mientras acumulaba una pequeña cantidad de Ki de todos los elementos disponibles por separado y luego en conjunto, fuego (poder), agua (voluntad), tierra (constitución), viento (agilidad), metal (fuerza) y madera (destreza).

En caso de ver que varias piedras se iluminan, probaré el guante contra una roca, golpeando con la palma para evitar golpear las gemas. Si no sucede nada raro, esperaré a que Lihl me tire un hechizo a ver si se encienden las gemas quinta y sexta.

Dos de las gemas que ya se ha iluminado se vuelve a "encender", pero el tipo e intensidad del brillo es exactamente igual al mostrado la primera vez

Viendo que dos gemas se activaban, solté un suspiro en parte de decepción y en parte de alivio, porque suponía a la vez que mis poderes aún no servían para esto, pero también que no tendría que dar explicaciones. Igualmente, aunque Ikki no se había animado a hacerlo, sabiendo que (al menos) dos gemas se activaban, me acerqué a una roca cuyo tamaño era mayor que el de mi cabeza. Entonces simplemente con un movimiento rápido la elevé con un pie, haciendo gala de la monstruosa fuerza que me otorgaba mi mente, y separando las piernas empleé un golpe con la palma, siguiendo con la vista el irreal efecto que dejaba el guante con las gemas activas, asegurándome de golpearla de tal manera que si salía propulsada fuese hacia el suelo, descargando así todo el poder posible al suelo con mis piernas y que si la roca se proyectaba con fuerza no fuese hacia la ciudad.

El hombre sonrie, divertido, al escuchar la melodia de tus tripas. Sin esfuerzo, te acerca a él, pasando el brazo por detras de tu cabeza y apoyandolo en tu otro hombro, cosa que te obligo a pegarte a su cuerpo, que lo sentiste como si hubieras chocado contra un muro.

-Tus tripas son sabias, ya es hora de comer, y mi casa esta por aqui cerca, te invito a comer algo ¿te gusta la carne?-antes de darte tiempo a intentar nada, el hombre empieza a caminar y no te queda mas remedio que seguirle el paso-Esta mañana un jabali se acerco demasiado a la mina y quedo atrapado en una grieta, al ir a sacerlo, me di cuenta de que seria una hermosa pieza para un gran banquete, pero Yukishiro no quiso venir, asi que estas de suerte, podras probar mi fantastica cocina, alabada incluso por la Gran Directora-mira hacia la torre central de la Academia, como si esperase que la mencionada hubiera escuchado eso, cosa sin duda imposible

Resignado, acompañas al inquietante hombre a una extraña cueva. Aunque a primera vista parecia un simple agujero en la tierra, a medida que se avanzaba en su interior se iba ensanchando y diversos moviliarios tallados en la roca se iba mostrando. Se podia notar el enorme poder economico que debia tener esta persona para tener una casa como esta, es bastante bonita... salvo por la escasez de luz. Notas entonces que tu "secuestrador" se quita las gafas de sol, revelando unos ojitos pequeños y llenos de bondad. Al girarse hacia ti, se disculpa

-Lamento la poca luz, padezco un severo problema ocular y la luz normal es demasiado cegadora para mi, apenas puedo mantener los ojos abiertos, por eso aqui hay mucha penumbra, espero que me disculpes-tal vez sea por haberle visto los ojos, las ventanas al alma tambien llamados, pero, por primera vez desde que lo has visto, no has sentido esa presion. Tal vez se deba a que al estar en tension por la luz desprenda esa sensacion de hostilidad...

En el fondo de la cueva, se puede ver un enorme bulto ya cortado

-Normalmente preparo el jabali asado, pero dado el enorme tamaño de este ejemplar, he tenido que desmontarlo, ¡no cabia en la cocina! He separado las patas traseras para que curen, a ver si hacen un jamon rico, y ya le he quitado los intestinos e hice chorizos. Tengo las costillas para asar, igual que parte de las patas delanteras listas, ¿que te apetece? Tambien esta la cabeza, pero preferiria disecarla, si no te molesta-te dirige una mirada curiosa, como evaluando tus gustos-Puedo intentar hacerte unas hamburguesas ¿quieres probar? Me llevaria un rato prepararla, pero podias aprovechar ese tiempo para recoger unas patatas del huerto y asi tenemos un acompañamiento a la altura-te guiña un ojo en señal de complicidad

Asiento tras la petición de Sora y me limito a esperar mientras termina con sus propias investigaciones del brazalete. Parecía que los resultados fueron los mismos ya que al final se limita a golpear una de las piedras lanzándola a volar. Finalmente mi turno, mi respiración esta un poco agitada ante las posibilidades de lo que pudiera ocurrir. Me quito el bastón de mi espalda y lo dejo apoyado mientras las pequeñas monedas enganchadas a la parte superior tintinean golpeándose.

Empiezo a caminar con tranquilidad a la zona alejada en la que estaban realizando las pruebas y cuando llego allí miro el guantelete. Quedaban dos gemas que aun no habíamos visto brillar, sabia que lo que tenia en mente era peligroso, pero quería comprobarlo, quiza consiguiese que una de ellas se iluminara. Dirigí una sonrisa a mis compañeros y me di la vuelta para ocultar lo que hacia con el guantelete.

Un solo movimiento me basta para empezar el experimento aun queda medio palmo de distancia hasta el guantelete cuando noto mis labios secos y los nervios me inundan haciendome un nudo en la garganta. Tenia la idea, pero realizar el experimento con aquellos objetos no me parecia bueno, mas por el posible resultado si quedaba destruido. Sacudo durante un momento la cabeza negativamente, no era mejor no hacerlo. Guarde el ingrediente para el experimento y respire. No podia usar algo con tanto valor emocional para mi en un simple experimento.

Hecho esto empece a realizar la segunda idea que habia tenido, alce mi mano izquierda hacia mi boca y me mordi levemente el dedo anular con el colmillo hasta que note una leve punzada de dolor y un sabor a oxido. Sin mas demora coloque el dedo encima del guantelete y deje que una pequeña gota cayera sobre el guante. Habiamos probado a introducir todo tipo de energias en aquel objeto, excepto quiza energia vital directamente... si aquello no funcionaba la siguiente opcion seria un alma, pero me negaba en rotundo a dar esa idea.

Las pruebas ejercidas sobre el guante raro son cada vez más locas, tratando de encender sus gemas. Lihl llega al punto de cortarse el dedo y eso hace que reaccione de manera casi involuntaria. -Por favor, no se lastimen.

Busco en el bolsillo de mi manga un rollo de gasa que siempre traigo por si acaso, y me pongo a curar el dedo de la joven, ayudándome con el hielo para desinfectar la herida y luego envolviéndolo en vendas.
-Ya no duele, verdad?

-Sugiero que dejemos de hacer estos experimentos antes de que alguien pueda salir herido de verdad, y le dejemos el artefacto en manos de un experto. -Agacho la cabeza. Sé que estoy arruinando la diversión, pero puede convertirse en un tema serio si el guante esconde un poder más allá del que todos conocemos, y si se llegara a activar ahora mismo las cosas no acabarán bien. -Per...dón por ser aguafiestas, lo siento.
-Em... Tienes que usar tu sangre a menudo para realizar conjuros, señorita Lihl? -Me vuelvo hacia ella con las cejas arqueadas y una evidente cara de preocupación.

Sin poder hacer mucho fuí arrastrado hasta una oscura cueva en la cual pensé que iba a acabar descuartizado por aquel señor de tan incomprensible fuerza. Estaba a punto de empezar a gritar y salir corriendo cuando el tipo se quitó las gafas de sol y mi opinión sobre el cambió tan rápido que me quedé hasta sorprendido, pero pude comprobar que se trataba de una buena persona.

La cueva era muy oscura, pero no tardé mucho tiempo en acostumbrarme ya que cuando vivía en el bosque con mi padre y hermana no teníamos ningún tipo de luz por la noche, aunque aquella cueva no se podía comparar con ninguna del bosque. De hecho era bastante más lujosa que mi casa. - Guau, ¿como ha encontrado una cueva tan bien hecha? - pregunté asombrado, aunque nada más ver el jabalí olvidé la pregunta tan rápido como la había hecho.

- PERO QUE ES ESO!? En el bosque nunca había visto un jabalí así de grande - la boca empezó a salivarme de formas que no eran muy comunes y la tripa hacía unos ruidos tan altos que podían competir con los rugidos de una fiera salvaje. - No se que son las hambrugresas esas, pero creo que este bicho hay que hacerlo de la forma tradicional, un poco de fuego, unos palos y darle vueltas hasta que no puedas soportarlo más. - mi desvergonzada actitud había en el mismo momento que el aura asesina del señor misterioso había desaparecido.

- Si al final usted va a ser un tipo majo y todo, al principio pensaba que me quería raptar para vender por ahí, seguro que al Maestro Ikki no le hubiese gustado nada. Tendría que cambiarse las gafas por unas que no le hagan parecer tan malo.
 

Tras derramar un poco de sangre, la quinta gema, la que estaba situada en el "centro" del guante, emite un ligero parpadeo, pero, al igual que con el resto, no parece haber mucha mas reaccion...

Yunoha entonces se acerca a curar la herida de Lihl.

"Esto es una perdida de tiempo, solo es una extraña lampara que se ilumina segun la fuente de energia que le metas, pero mas nada" es el pensamiento que esta anidando en la mente de los presentes al ver tanto esfuerzo invertido sin lograr nada... espera... De repente, tras apagarse la gema, todas las demas se iluminan de repente y el guante empieza a vibrar de forma descargada. Sobresaltada, Lilh trata de quitarselo, pero, antes de poder hacer nada, tanto ella como Yunoha, que se habia acercado demasiado, desaparecen