- Maldito seas, Pa... Ricardo di Lorenzo. Estoy contigo. Pero aún no he dicho mi última palabra.
Murmuró. En cierto modo no era del todo cierto, porque él siempre estaría con Caliope. Pero tenía que sobrevivir, al menos una noche más, o dos, para avisar a las hadas. Aunque luego Ricardo le descubriera, mientras que avisara a las hadas nada más le importaba. Ahora, hasta que volviera Ricardo, Pietro buscó la manera de esconder sus sentimientos del poder de Vasnia. Podía sobreponerse a las ordenes, a la dominación, por lo que debería de haber un modo de proteger su mente. Ocultar aquello que no debe ser conocido como si nunca hubiera existido en la mente de Pietro.