El olor a vampiro que percibió al llegar al Quiosco se lo esperaba y el misterio que rodeaba al lugar tampoco era una novedad en aquella agitada noche. Drail empujó la puerta con suavidad y firmeza, intentando pasar desapercibido, y al ver que ésta no cedía puso su oreja pegada a la pared y esperó unos instantes con especial alerta al más mínimo sonido que pudiese escuchar del interior. "Hay alguien" pensó aupado por la esperanza de una de aquellas voces que oía, aunque no distinguía, perteneciese al joven parentela.
Al no conseguir resultados satisfactorios mediante el oído, decidió que actuaría directamente. Armó su puño y lo estampó un par de veces contra la puerta a modo de llamada, hasta el punto de casi romperla. Con nerviosismo y no demasiado ánimo, esperó alguna respuesta.
De repente se escucharon golpes en la puerta y Flavia se levantó de su asiento ya un tanto cansada de que esa noche su tienda fuera el punto de reunión de todo el mundo.
- Espera un momento. Voy a ver quién es- le dijo a Carlo.
Llevaban un rato charlando, intentando distraerse del problema principal, pero se levantó apresurada y cogió las llaves de encima de la mesa para abrir la puerta. Al salir encendió la luz y vio a los dos garous más jóvenes en la puerta. Alzó una ceja y algo malhumorada y caminó para abrir la puerta y levantar la verja.
- Menuda noche. No para de venir gente- comentó entre susurros mientras levantaba la verja.- Supongo que buscáis a Carlo… El pobre lleva un disgusto encima…
Les hizo un gesto para que entraran dentro del local, cuyas estanterías estaban llenas de libros y revistas de todo tipo.
Apresurándose, Drail se adentró en la estancia cuanto que Flavia les abrió la puerta de forma precipitada.
- Gracias, ¿dónde está? ¿ha pasado algo? Estábamos en el túmulo cuando vino Calíope a buscarnos -dijo sin parar de andar hacia adelante -.
Como no conocía aquel local decidió esperar a que Flavia les indicase el camino y les contase las novedades.
Flavia contempló al garou un tanto confusa.
- ¿Calíope? ¿Qué...?- miró alternativamente a Silvanio y a Drail y después les indicó una puerta entreabierta que estaba al fondo- A mano derecha está la cocina. Allí está Carlo. Está un poco... asustado.- comentó con insegurodad y desconfianza.
"¿Drail? ¿Caliope' ¿Había ido a bsucar a Daril? ¿Sabría acaso lo que paso con Elissa?" El parentela no saiba que hacer. Sabía que no podía decirle a Drail sobre lo que había pasado... no podía justificarlo. ¿Otra visión, tal vez? Se quedo sentado, sumido en sus pensamientos mientras esperaba que Drail llegara...
Drail avanzó por la sala hasta el punto que Flavia le había indicado. Cuando llegó a la altura de Carlo, vio al parentela sentado, como abstraído y sin más demora le preguntó:
- ¿Qué ha pasado? - su voz sonó como si pidiera explicaciones más que por preocupación -.
El gesto de Drail era serio, esperaba que el día no tuviese más malas sorpresas...
-Drail... yo...- El parentela no sabía que decir. No podía hablarle del espejo, ni podía explicar todos los detalles... pero algo tenía que decir -Lamento haberte preocupado ¿Regresaron Mateo y Angela?- dijo intentando dominar su angustia
Drail ablandó sus maneras cuando vio el angustioso estado de Carlo. Aterciopeló en cierto modo su gesto para dirigirse de nuevo al parentela:
- No te preocupes, pero Calíope nos avisó de que por aquí pasaba algo, aunque no nos quiso decir el qué. De Mateo y de Ángela sabemos lo mismo que tú - el garou hizo una breve pausa e insistió -. ¿Qué ha ocurrido, Carlo?
-Realmente no estoy seguro- dijo el parentela bajando la cabeza. Sonaba abatido... era obvio que lo que fuera que lo estaba aquejando era algo importante -Cuando ustedes se fueron, en el bosque... no se como explicarlo... Elissa...ella... ella me estaba pidiendo ayuda.- El joven se llevo las manos a la cabeza -Alexandro quizo convertirla, ella gritaba, dijo que buscara a Flavia... No entiendo- En el rostro de Carlo había algunas lagrimas, y su respiración ahora era agitada.