No tenéis que andar mucho hasta que vuestro amigo os lleva hasta una taberna con rótulo de algo parecido a una rata. Era de madera ennegrecida ya por los años y colgaba de unos ganchos de hierro forjado que iban hasta la fachada. Efectivamente, se trataba del típico tugurio portuario, tan sucio y cutre como su propio nombre indicaba, aunque una vez probada, la cerveza era mejor de lo que os podíais esperar en un principio.
Os sentáis en una mesa grande del fondo de la taberna mientras Egil pide en la barra cerveza y vino para todos. Esta ronda iba de su parte.
Después se sentó con vosotros.
Veréis amigos, hace unas semanas un hermano bibliotecario de mi templo, mi mentor y amigo, el hermano Lucius, desapareció sin dejar rastro. Por razones que resultan un tanto complejas, nuestro sumo sacerdote ha declinado investigar este asunto. No es una forma de actuar normal y me temo que algo malo pueda haberle sucedido.- Egil se detuvo y le dio un largo sorbo a su copa de vino
Necesito vuestra ayuda, hemos recolectado algo para pagaros y ayudaros en vuestra investigación. No es mucho pero mi congregación es pobre y es lo que he podido recolectar entre algunos hermanos. Tenemos 75 de oro para cada uno, 25 ahora y 50 cuando hayáis encontrado al hermano Lucius y llevado de vuelta al templo sano y salvo. Os proporcionaré toda la información que pueda, además de curaciones si necesitáis. ¿Y bien, me ayudaréis?
Por supuesto que sí ! Sabes que daría todo por ti viejo amigo y como te había dicho, los amigos de mis amigos son mis amigos ! Y término de bebérse su quinta cerveza .
Entonces amigo, habrá que ayudarte...tienes alguna pista de qué o cómo ha podido suceder?
Dónde fue el último lugar en que le vieron o si investigaba algo que pudiese ser el causante de su desaparición?
La pausa hecha para beber de su pinta mientras miraba el interior de la taberna y sus clientes dió paso a una nueva pregunta.
Vendrás con nosotros Egil? Ya has podido comprobar que toda ayuda nos viene más que bien...
El maldito enano bebe por cien, cuanto será capaz de aguantar sin caer sin sentido?
Hacía muchos años que esperaba algo así! Este tipo de aventuras me emocionan. Pero dime algo, Egil, y sé sincero: Nos ocultas algo? A qué tipo de peligro nos enfrentamos? Ahora es el momento de decírnoslo. Sé que siempre te guardas un as en la manga, viejo amigo...
Egil, te ayudaré encantado, ¿tienes alguna idea de por dónde debemos empezar a buscar? Me gustaría que nos enseñaras la estancia donde vivía ese hermano vuestro, a lo mejor encontramos alguna pista. Además, si es como tú y como yo, en la biblioteca puede que también hallemos algo que nos ayude.
Aparte de eso, necesitaremos descansar (y yo estudiar), y que ayudéis a nuestro amigo a sanar del golpe en la cabeza. Mañana desayunamos juntos, y hacemos los preparativos. Muéstrame mis aposentos cuando termines de contarnos todo.
Tirada oculta
Motivo: Avistar
Tirada: 1d20
Resultado: 19(+3)=22
Tirada oculta
Motivo: Escuchar
Tirada: 1d20
Resultado: 6(+1)=7
Observo con disimulo y con detalle a los que están en la taberna. Me siento observado, e intento escuchar las conversaciones de la gente, a ver si puedo saber algo más.
JAJAJAJA... CERVEEEZA...
En ese momento a, Couk, se le cambió el semblante al ver una jarra mugrienta con un líquido color oro... y después de bebérsela de un trago empezó a escuchar a, Egil, y dijo:
Querer aventura síiiiiii
Parece una aventura que vale la pena continuar y, como buen paladin, no puedo negar la ayuda a alguién que la lucha contra algo malvado posiblemente. ¡¡¡¡CONTAD CON MI GUADAÑA PARA LO QUE HAGA FALTA!!!!
Gracias a ti y a Aramoun, estoy bien, así que te ayudaré ya no solo porque mi maestro me lo pidio sino también para devolverte el favor.
¿Y se sabe si el sumo sacerdote tiene algunos rumores de algún tipo?
Egil sonrió al ver que la mayoría de sus amigos aceptaban ayudarle. A pesar de que Benjen no se había pronunciado al respecto el erudito carraspeó antes de hablar.
Comenzaré contando lo que sé, después me hacéis las preguntas que queráis.
Conozco a Lucius desde casi siempre. Crecimos juntos en el templo, él se convirtió en bibliotecario y yo en sacerdote. Hace seis años algo ocurrió. Parecía que había cambiado de la noche al día. Un día era mi amigo de siempre y al día siguiente un completo extraño. Hacía preguntas extrañas, no parecía recordar nada de nuestra amistad y trataba al templo como su propia biblioteca personal. Unos meses más tarde le descubrieron en el santuario y le expulsaron del templo. Poco después se fue de Freeport y estuvo fuera cuatro años.
Egil dio un largo sorbo de su copa, tenía la mirada perdida, como si estuviese rememorando tiempos lejanos.
Cuando volvió, volvía a ser él de nuevo. Vino al templo y suplicó que le admitieran, diciendo que no recordaba nada de lo ocurrido en los últimos cinco años. Thuron, el sumo sacerdote, parecía dispuesto a rechazar su petición, pero tras una reunión en privado con él cambió de opinión.
Lucius regresó al templo y todo parecía como en los viejos tiempos, durante ocho o nueve meses. Luego, comenzó a tener mal aspecto, parecía cansado y se le veía ojeroso. Me confesó que no dormía bien. Algo le molestaba, pero no me dijo que era. Empezó a hacer muchas preguntas sobre lo que había estado haciendo antes de que le expulsaran. El sumo sacerdote habló con él para que dejara de atosigar a todos con sus preguntas, pero Lucius siguió con ello.
El semblante de vuestro amigo se iba ensombreciendo a medida que avanzaba la historia.
Empecé a preocuparme de verdad por mi amigo. Parecía estar al borde de la locura, como si cualquier cosa, por pequeña que fuera, pudiera precipitarle al abismo. Hace unas semanas ya no vino al templo. A los dos días comencé a preocuparme y fui a buscarle a su casa pero la encontré vacía. Los sacerdotes de mi templo no lo creen, pero yo estoy convencido de que algo malo le ha ocurrido a Lucius. Y ahí es donde entráis vosotros.
No se me ocurre nada más que contaros, os puedo acompañar mañana por la mañana a casa de Lucius si queréis. ¿Tenéis alguna pregunta que hacerme? ¿Algo que se me pueda haber pasado por alto?
Compañeros, disculpar si estoy un poco ausente. Todavía me duele la cabeza del golpe que me ha dado ese maldito pirata.
Egil, por supuesto que te ayudare. cuenta con mi arco y mis espadas en todo lo que pueda.
En cuanto a tu amigo Lucius, podríamos empezar por visitar su casa, pero no estaría mal que nos acercáramos a tu templo y revisáramos la celda donde vivía y los libros que estaba estudiando en la biblioteca. Quizás, si sabemos que perturbaba su cabeza encontremos alguna pista de su paradero...
Disculpar por el retraso xicos (sobre todo a nuestro master. Gracias por tu eterna paciencia Luis). Se qué no es excusa pero he tenido un par de tardes en los que llegó a casa prácticamente a hora de cenar y hasta ahora no he podido ponerme delante del ordenador.
Además, tengo lo móvil completamente vetado en el curro y teniendo en cuenta que estoy haciendo unas 10.30 horas no me keda prácticamente tiempo...
Seguiremos intentando a ver si puedo sacar tiempo de debajo las piedras. La próxima intentó contestar antes aunke me kede sin dormir...
Creo que deberíamos empezar por el templo, si dices que fue allí donde empezó todo puede que averigüemos que le ocurrió, que encontró que pudiera producir ese cambio...
Ya se ha hecho tarde para ir al templo, y de noche es peligroso andar por las calles. Además estaréis cansados del viaje. Os llevaré a un sitio Conozco un lugar donde os tratarán bien. Seguidme.