Sales de la taberna donde habíais pasado la noche con la idea de dirigirte al faro. Los rumores que contaron tus dos compañeros, Couk y Benjen, te ha hecho pensar que allí hay algo que investigar.
Así que te diriges a la zona del puerto. Bastante más allá, en lo alto de una loma, junto a un acantilado consigues distinguir la silueta del gran faro.
Te quedaba una larga caminata por delante, primero para atravesar y después para llegar al faro.
Aún así hacia allá encaminaste tus pasos.
Poco a poco la silueta del enorme faro se iba haciendo más grande, hasta que ya al mediodía llegaste a tu destino.
El faro, de cerca, era imponente. Se perdía en los cielos sin poder vislumbrar su fin. Era la construcción de mayor tamaño jamás construida. No en vano llevaban más de diez años construyéndolo veinticuatro horas al día, siete días a la semana.
Lo primero que notas al llegar a las inmediaciones es la cantidad de gente de fuera que trabaja allí. Mano de obra barata, sin duda. La inversión de aquella construcción ha debido ser colosal.
A lo lejos te parece distinguir a un hombre que daba indicaciones a una cuadrilla. Debía ser un capataz.
Creo que me acercaré ha hablar con el que parece el capataz de la obra para ver que puedo averiguar
Alucard se encamina hacia el lugar donde esta un hombre dando ordenes al resto de trabajadores con la impresión que algunos lo siguen con la mirada
Y vosotros espabilad que esa estancia tiene que estar terminada para esta semana o seré yo mismo el que os haga pedacitos y os arroje a los peces.
El capataz parecía ostensiblemente enfadado.
Se trataba de un humano gordo como el solo. Ataviado con una túnica de lino y con el pelo graso pegado a la cabeza.
Al ver que te aproximas se queda extrañado. No pareces un trabajador con tu arma y tu armadura.
¿Y tú que quieres?
Saludos, parece que usted es quien manda por aquí. soy Alucard y estoy en una cruzada la cúal me ha traido hasta aquí ¿Ha pasado algo fuera de lugar ultimamente en esta construcción? Me da la impresión como si estuviera agobiando mucho a los trabajadores, como si hubieran sufrido un retraso no esperado... ¿Me equivoco?
Alucard intenta ver si ha pasado algún caso extraño que podamos relacionar con la desaparición
El gordo capataz se gira hacia ti, y después de mirarte de arriba abajo... ¿Agobiando a los trabajadores? ¿Y tú quien cojones eres? ¿Su puñetero defensor? Mira niñato, no sé de donde carajo has salido, ni me importa, pero después de diez años construyendo este maldito faro nos han dado tres meses para terminarlo. Y con esta pandilla de holgazanes no sé si lo lograremos, y no quiero ser yo el que cuelgue del palo más alto ¿me entiendes?
Así que si no vas a ayudar en la construcción, saca tu culo de mi faro antes de que llame a la guardia y te saque a patadas. ¿Te ha quedado claro?
El gordo capataz se había ido encendiendo a medida que hablaba hasta que su cara había tomado un color granate
Alucard se da la vuelta y se aleja del capataz para evitar problemas innecesarios no obstante se queda por la zona para ver si encuentra algo de interés
Permaneces en la zona, pero aparte de los cansados trabajadores que no paran de llevar enormes piedras al faro no ves nada fuera de lo normal.
El faro es el acontecimiento más importante de la ciudad, y por tanto lo que está en boca de todos, tanto para lo bueno como para lo malo.
Pero me temo que, por ahora, no tiene mucho más que ver con la desaparición de Lucius.
Parece que no hay nada por aquí que nos pueda dar una pista del paradero de Lucius, volveré a la taberna para ver que suerte han tenido el resto.
Alucard emprende el camino de retorno hacia el pueblo
Por la distancia recorrida seguramente llegues después que tus compañeros. Termino con ellos en casa de Lucius y os reunís en la posada.
Seguramente sea en el próximo post
Es bien entrado el mediodía cuando llegas de nuevo a la posada. Allí están tus compañeros dando cuenta de un gran festín.