Partida Rol por web

Ignorando completamente a Shane e incluso dandole la espalda si fuese necesario, se acerca a echar un vistazo a su compañerp y tras asegurarse de que esta bien, se separa de la camilla.

Vale, muchas gracias. Digale que vine a verle. Hasta luego.Se despide de la mano poco antes de desaparecer a traves del umbral de la puerta.

Al entrar en la enfermería te cruzas con los dos guardianes que salen de ella.

Sydney está tumbado en una de las camillas y el doctor, que parece que no duerme nunca, está examinandolo.

En otra camilla hay una niña que debe ser diurna de primero por su aspecto... Tiene un montón de vendas por todo el cuerpo y una bolsa de sangre colgando al lado de su cama. Parece que están haciéndole una transfusión.

Al cruzarse con lso guardianes abajó la mirada. Lo mejor era respetarlos.

Al levantar la mirada se encontró con Syd tumbado en la camilla. Caminó hacia ellos, preocupada. Miró al doctor. Señor...¿Está bie...? pero su voz se cortó. Giró la cabeza y vio la chica...y la sangre. Le costó horrores no lanzarse...avalanzarse encima la bolsa y la chica...

Se mordió fuertemente el labio intentando controlar su sed, se comió dos píldoras de golpe e intentó respirar hondo, intentando concentrar su atención al doctor y a Syd.

El doctor se gira para mirarte y enseguida se pone en pie para cerrar las cortinas de la chica herida que parece inconsciente. Incluso hay una pantalla que graba su ritmo cardíaco para controlarla... oyes el "pi... pi... pi..." que emite el aparato de fondo. Parece que está realmente grabe. Su piel está tan blanca que podrías confundirla con las sábanas.

Sí, tranquila. Debe ser agotamiento. Tenéis esa absurda manía de saltaros los horarios de descanso, y aunque seáis... "inmortales" hasta cierto punto, el cansancio también os agota sin que os déis cuenta. Descansará hasta que se despierte y volverá con vosotros.

Después de explicarte esto con tono de voz tranquilo y suave, vuelve junto a Sydney. De uno de los cajones de su botiquin, saca una cajita como las que tenéis vosotros pero el triple de grande y diluye 3 pastillas en un vaso de agua, dejándolo junto a la camilla de Sydney.

Alice miró por la ventana, ya amanecía y ella estaba sin sombrilla siquiera. Tenía que volver al recinto, pero no quería irse y dejar a Syd así.
Para rematar, el olor a sangre era demasiado fuerte para ella. Sentía como las pupilas empequeñecían dejando paso al iris rojo. Sangre...demasiado a mano...

Suspiró, esforzándose en no hacer ninguna tontería.
Gra-gracias doctor...cuídelo, porfavor. Será mejor que me retire...Hizo una pequeña reverencia como agradecimiento y respeto. Dedicó una última mirada preocupada a Syd, se retiró de la enfermería y caminó hacia el Hall.