Partida Rol por web

- Pues nada... a crear una distinción y a nadar. - pensó el Rojo.

- Vale. Están distraidos. Así que a ellos. Iremos nadando hasta el barco de Le Diable, y les atacaremos. Somos mas y tenemos el factor sorpresa. Y mientras... creemos una distracción. Empezad a nadar. Les daremos algo en lo que pensar.

Y dicho esto creo un pequeño incendio, con el propósito de que el humo, y la sorpresa nos hagan mas facil llegar al barco. Me aseguro de que el viento vaya en la dirección contraria a la que queremos llevar, obviamente, que no quiero achicarrarme.

Y a nadar se ha dicho

Carmen asiente y se dispone a salir corriendo hacia el mar cuando su capitán de la orden. Sin lugar a dudas, está animada por el combate. Aunque cruza los dedos para que pille por sorpresa a Le Diable. Si no es así y nos tiende una emboscada, no lo contaremos -piensa antes de que Adam encienda el fuego. Aunque eso no lo dice en alto.

Respondiendo a la pregunta de El Rojo, digo: Bueno, yo no es que nade demasiado rápido, pero para llegar hasta el barco no tendré ningún problema.

Yo se nadar, y, además, estoy en una estupenda forma física. Muchas mañanas me he despetado flotando en medio del agua, y he tenido que regresar a la costa. Me parece un buen plan. -Comento al Rojo- Solo un pequeño detalle, por si no lo habéis tenido en cuenta. Una vez que nos mojemos, cualquier arma de pólvora nos será inutil, a menos que queráis aporrear con ella. Lo digo porque es una ventaja que pueden tener sobre nosotros, aunque, claro está, nosotros tenemos el factor sorpresa...

Una vez digo esto, pego un buen trago a mi botella, para ir calentando. No conviene meterse en el agua tan fría sin haber calentado antes.

es verdad, pero siempre nos quedan los cuchillos, o las espadas según el caso, y si somos cuidadosos la sorpresa puede ser suficiente ventaja para acabar con ellos.

Os adentrais en el mar aprovechando la distracción que Adam ha creado en otro punto, nadando con suavidad no llamar la atención os vais acercando hasta los barcos. José y uno de los franceses van mucho más despacio y pronto les dejas atrás.

Cuando ya estais al lado de los cascos de los buques se oye una voz que grita -¡EHH... Aquí abajo hay alguien!-

Los buques están casi pegados el uno con el otro, en el vuestro hay dos barcas en el costado, una de ellas es la vuestra y la otra debe de ser del barco de Le Diable, en ambas están todavia las escalas para acceder a la cubierta. La cubierta está a unos tres o cuatro metros, subir por el costado es mucho más complicado pero se puede intentar. También se puede subir por el ancla, ambos barcos la tienen echada, que está por el la zona de proa. O por la popa por donde se puede acceder al interior de las cabinas por unos ventanucos estrechos.