Vosotros, los que mueren en batalla
por tierra y mar se os lleva
a través del puente de arco iris a Valhalla
Odín os espera
En su trono con un abrigo de hielo
Atravesando Asgard
os contemplan los antes caidos
a cargo de valquirias los valiente llegareis
pues al Salón de los Héroes se os llevara
y el festejo alfin comenzara...
Todos perdisteis la vida mostrando gran honor, orgullo y valor. Las valquirias, bellas mujeres que despertarian los instintos del hombre frio, observaron vuestro interior, reconocieron vuestro sacrificio y os llevaron con ellas hasta las puertas de Asgar, la morada de los dioses. El lugar donde cualquier guerrero sueña con pisar tras su muerte.
Ahora os encontrais ante sus puertas junto a la valquiria que os acompaña y como si se tratase de una prueba de fuego, os pide con un susurro en vuestro oido.
- Decid vuestro nombre.
Al pronunciarlo las puertas se abren permitiendoos el paso. Odin os reconoce como uno de sus elegidos y su hijo Bragi sale a recibiros con una copa de hidromiel entre las manos que os ofrece sin reservas, dandoos la bienvenida a Vanhalla.
...Y la vida me abandonó.
En un instante recuperé la vista. En esta ocasión ya no veía a la mujer que amo. Ahora veía un paisaje variopinto. Un castillo extraordinario se alzaba rodeado de acantilados. Mi vista se tornaba un tanto fantasmal, los colores habían perdido el brillo que siempre habían tenido. Ahora se teñían de gris.
LLevado por unas singulares mujeres de extremada belleza, acabé delante de una colosal puerta. Allí esta mujer me susurra. Yo obedezco:
-Mi nombre es Saetos de Lief.
Las hojas de la inmensa puerta comienza a abrirse. Parecía que una extraña fuerza las movía.
Aun no podía creerlo, ¿era un sueño o un desvarío de mi mente?. No era la primera vez que mis pensamientos me conducian lejos del campo de batalla, ¡eso es!. Estaba en el campo de batalla, aun podía sentir el calor de la sangre en mi piel y el olor a cenizas, pero ahora me encontraba frente a las puertas de Asgar ¿ Por que?.
Mis recuerdos eran dolorosos y confusos. Se amontonaba e mi cabeza distintas escenas, pero allí estaba, una voz de una mujer, de una valkiria y yo en el suelo agonizando con una horrible herida en el pecho...había muerto, he fallado a mi familia, he fallado mi promesa...perdoname padre.
Pronuncie mi nombre y la puerta se abrió. Allí nos recibía Bragi el hijo de mi dios y con una media sonrisa me dispuse a entrar.
Mis ojos solo me mostraron fuego y sangre antes de yacer junto a mi amada, recuerdo haber cerrado los ojos para descansar unos instantes y despues aquella dulce voz fememnina me desperto, rapido mis parapados me libraron de la oscuridad, pense por un instante que la batalla donde cai era un sueño y dormia junto a la mujer que amaba pero en vez de eso me mostraron a una bellas mujer, brillaba con luz propia, era hipnotica su voz por algun motib¡vo me hizo olvidar todo lo malo vivido
Me deje llevar, la segui, no notaba cansancio ni dolor alguno, todo el rato miraba a mi espalda y a mi alrededor lo que habia vivido habia desaparecido su dulce voz volvio a sonar junto a mi oido pidiendo mi nombre, despistado cuando volvi la mirada mi vista choco con la belleza de Asgard y ante las puertas de la imponente Valhalla.
Pronuncie mi nombre en alto, las puertas se abrieron, la valquiria me ayudo con mis primeros pasos antes de dejarme con Bragi hijo de Odin.
En sus manos alzaba una copa con hidromiel que ofrecia sin duda alguna con una leve sonrisa de bienvenida, tome aquella copa bebi de ella
Y ahí sen encontraba, en el lugar dónde todos los guerreros sueñan con entrar una vez muertos pero.. ¿porqué? se pregunta continuamente.. les ha fallado a todos.. no se merece estar aquí y menos por haber muerto atrabesado por una simple flecha disparada desde sus espaldas.. - Mierda tendría que haberla visto.. mierda.. mierda.. - aún se reconcomía por dentro culpándose por estar donde está y mientras van caminando hasta llegar a la gran puerta que tras decir su nombre, se abre de par en par.
Finalmente suspira.. - Ahora ya da igual.. no puedo hacer nada más.. - ahora ya acepta esa copa de hidromiel. - Gracias. - tiene muchas preguntas, pero decide en intentar vivir como antes una vez más.
Paz, como si hubiese dormido durante toda la eternida me sentía, y al abrir los ojos una resplandeciente figura recibe mi mirada. Intento recordar por un segundo qué ocurrió con mis camaradas en britania, pero esta figura encandila todos mis pensamientos. Todavía aturdido por la imagen -Qué es todo esto, acaso es éste, el lugar donde únicamente los más valientes pueden llegar. Esta belleza no puede ser algo terrenal.- pensaba. -Thorgrim- pronuncio en voz alta, mientras termino de asimilarlo.
Respiro profundamente y lleno de orgullo atravieso la gran puerta. -Es un honor.- tomo la copa y la dejo completamente vacia.
Pasais las puertas y os encontrais en un enorme patio interior desde el cual nace el autentico Vanhalla. Los cuentos de que se alzaba sobre lanzas y sus paderes eran de oro quedan ensombrecidos ante los muros de marmol y la magestuosidad de la construccion. Solo los dioses podrian construir algo asi.
Mientras vuestros ojos contemplan tal marivilla una voz os habla a vuestra espalda. Una hermosa mujer de dorados cabellos se situa con paso corto junto a su marido.
- Saludos hermanos.- dice con tono calido pero firme.- Sed bienvenidos a la que sera vuestra morada. Habeis ganado con vuestra sangre el estar aqui y tened por seguro que grandes placeres os aguardan pero tambien soportareis un pesado deber. Las fuerzas del enemigo cada dia pisan con mas dureza los campos de batalla, detenerlos es crucial pues si vosotros desfalleceis y Vanhalla cae, no habra salvacion para la tierra.
Bragi mira a su esposa y asiente ante sus palabras pero enseguida añade, con un tono mucho mas alegre.- El combate para el guerrero es un placer, para un guerrero de Odin es el mayor de los placeres, entrad pues y disfrutar, la mesa esa servida. ¡Por Odin! No habeis subido hasta el Vanhalla para comer jabali frio.
Observo a esta hermanosa mujer y escucho atentamente lo que tiene que decir, entonces asiento con firmesa. Luego dirijo la mirada hacia su pareja y al termina de escucharle respondo sonriendo:
Y además de un placer, es un honor participar en esta batalla.- guardo un pequeño silencio contemplando la majestuosidad del lugar. Justo antes de seguir mi camino inconcientemente pronuncio algo que pensaba para mí -Y demostraré ser digno de tal honor.-
Empiezo a entrar a la sala del banquete.
Mientras caminamos eche un pequeño vistazo hacia a los hombres que me acompañaban, y no puede evitar quedarme fascinada ante la majestuosidad de la construcción. Pero mi atención fue absorbida por las palabras de la hermosa mujer.¿Las fuerzas del enemigo? , Así que aun estando muerta visitare el campo de batalla. Sonrío ante la idea.
Después de la breve conversación me dirijo juntos a mis compañeros en silencio.
Estaba perdido en la belleza de lo que me rodeaba, las palabras de aquella mujer no solo llevaban consigo sinceridad, tambien eran palabras que motibaban y animaban el corazon, el valor y el coraje para la batalla dando asi igual el numero de enemigos que abatir en el campo de batalla por muy fuertes y superiores que fuesen en numero
La escuche con demasiada atencion, tanta como a su compañero que mis tripas empezaron a rugir, sonrei algo timido -Perdonad mi señora...- digo intentando acallar el estomago con la mano-.... tened por seguro que siempre estare dispuesto para la batalla- intento arreglar aquel desafortunado momento y continuo mi camino junto a mis nuevos y desconocidos compañeros
Sólo pensar que sus días de guerra no han terminado, se le esboza una media sonrisilla.. - Así podré seguir protegiendo a las personas.. voy a enmendar mi error. - piensa para sí mismo.
Esos majestuosos edificios enpequeñecen el alma a cualquier mortal que las vea.. són algo que ni en los sueños existen. Claro pero, esto és el Valhalla.
Asiente con las palabras del guerrero y los sigue..
Un Castillo se levantaba en torno a nosotros, un castillo digno de los Dioses, una construcción Divina, realizada con los materiales perfectos. Allí residían los valientes, los honrados, los guerreros dignos de una leyenda. Un castillo para reunirnos a todos.
Escuché atentamente a la mujer, después al guerrero, hijo de Odín.
Mis sentidos se acostumbraban, mi razón empezaba a comprender todo lo que ocurría, él era un einherjar, un digno guerrero, elegido por los Dioses.
-Vuestra causa se hace mía- Respondí a la pareja, mi rostros se mostraba serio. Luego, con la misma expresión facial- Vayamos a comer, odio el jabalí frío- confesé con tono sarcástico.