Mientras el extraño joven de cabellos blancos yace rendido abrazando los pies de su diosa de madrea, el sonriente joven presentado como Masayuki se acerca hacia ti con la cabeza gacha y mirada tímida. Sales del recinto hacia el sendero empedrado que escala la vereda, dejando al muchacho a solas con el eco de sus murmuros. Tomas una bocanada del aire fresco que sopla desde el norte, y te paseas con las manos en la espalda desfilando frente a las linternas que se alzan como vigías silenciosos, sus figuras talladas por los elementos y sus vestidos de musgo amenizan el silencioso paisaje.
Cuando llegas a los escalones te detienes meditabundo, la duda de a dónde conduce ese inexplorado camino te cruza fugazmente el pensamiento, pero el afán inmediato de conocer esa historia del joven a tus espaldas, hace que finalmente te des la vuelta en busca de respuestas... "¿Qué es eso que no puede compartir con cualquiera, y que prefiere confiar a un sujeto que cotillea con ruiseñores y ardillas?".
El joven que retuerce sus ropas con timidez, buscando quizá librarse de sus dudas entre los los pliegues de la tela, escudriña el vacío descuidadamente hasta casi chocar contigo. Casi parece pesarle la mirada, y de hecho le cuesta sostenerla una vez encuentra tus ojos. La confianza que derrochaba parece haberse desvanecido, y su voz risueña se ensombrece ahogando sus palabras.
Cuando finalmente parece resuelto a hilar palabras, aprieta sus dedos formando un puño y yergue la espina.
- Señor...monje Tadashi, ¿por qué se convirtió en un monje errante?
Respondo de manera acertiva: ¿Monje errante? - Bueno, estoy donde quiero estar, con los mios; Inicie este peregrinaje para conocer las calamidades, (aclaro mi voz) eso que aqueja a las gentes de mi tierra.
"Doy respuesta y retomo la vista hacia el bosque como tratando de buscar una respuesta a esta situación, ¿como proteger a este niño del bosque de la maldad?"
Te giras dejando al joven a un costado donde puedes observarlo de reojo, y dejas perder la mirada entre las muchas hojas que coronan lo árboles. Meditas buscando alcanzar respuestas en un río de pensamientos, pero las dudas son muchas respecto a la naturaleza de ese muchacho allá dentro, y de este otro que tienes cerca. Ambos parecen niños, risueños y de cierto modo inseguros, pero Masayuki cuando menos no parece un ermitaño salido de un cuento, aunque si tiene un halo de misterio y parece tener una confianza ciega en Amazu, aún cuando apenas lo conoce.
Masayuki hace un segundo esfuerzo por continuar hablando, y en voz baja te dice
- Yo... también estoy en un peregrinaje, busco un poco de bondad en este tiempo atroz, pero muchos se han olvidado de sus oraciones y ofrendas trayéndonos males indecibles. El emperador no debería ser el único con esa carga, pero muchos se han olvidado incluso de él-
El muchacho se acerca un poco mas hacia ti con las manos en sus hombros
- Qué piensa usted monje, ¿cree que exagero o usted es también un hombre de fe?.
Sr. Masayuky. ¿entendera usted que es y de donde proviene ese chico del bosque? Esta es una situación poco comun, por lo que me intriga el porque esta aqui.
Como hombre de fe, me concierne este lugar, solo busco una manera de salvaguardarlo.
El muchacho se acerca un poco mas a ti, con cautela y expresión de secreto, incluso buscando entre los árboles por alguien oculto tras un tronco, y tras escudriñar detenidamente y cerciorarse de su soledad te dice en voz baja.
- ¿Ha escuchado alguna vez de los kaito muii?, bueno creo que no, casi nadie ha escuchado de ellos, también se los conoce como niños del bosque, aunque incluso con ese nombre es difícil que nadie haya oído de su leyenda. Es mas fácil encontrar un dragón que un niño del bosque y hay uno justo ahí dentro.
El muchacho hace una pausa para buscar nuevamente, desconfiando hasta de los grillos prendidos en las ramas verdes.
- Esto se lo cuento porque usted es un hombre de fe, y por lo que me contó Amazu, es una buena persona, y debe serlo porque de otra forma, ese muchacho sería ahuyentado por su malicia. Puede parecer un humano, pero no lo es, aunque también está lejos de ser un semihumano.
Se lo que puede hacer estos niños del bosque, he escuchado muchas historias y tambien he visto cosas fuera de lo comun en mis viajes. siendo honesto hace poco la aldea fue atacada, me temo que esas personas no solo buscaban hacer un gran mal, si no que tambien lo queria atraer directamente desde el mundo de los muertos, supongo usted ya ha de conocer algunos detalles que le habran contado los mismos aldeanos, pero ellos desconocen el porque fueron atacados.
Sr. Masayuki si el niño del bosque se ha dejado mostrar ante usted, talvez pueda usted brindarnos una ayuda, porque creo este lugar debe ser protegido, pero creo no soy el indicado ya que no tengo todo el conocimiento necesario y mi viaje ha de continuar.
Si ha venido usted con las mejores intenciones seguro su ayuda le sera retribuida como una bendicion de la misma Diosa Amazu.
Hallas luz en los ojos del muchachos, su expresión se renueva del desánimo que podía percibirse en él, al parecer esperaba ser reprobado o encontrar burla o reproche en ti, pero aunque parecía estar preparando un largo discurso por la forma en que planteaba sus preguntas, desiste de inmediato y pone de nuevo esa sonrisa que ya se torna característica en él.
- Al parecer he dado con la persona indicada, tal vez usted si pueda ayudarme mas adelante - el muchacho junta sus manos alejándose un poco - pero por ahora quiero ayudar, quiero ayudar-
Repite inclinando reiteradamente la cabeza, pero para de repente con expresión de incógnita.
- Pero... ¿En qué debo ayudar?, le advierto que no soy muy bueno peleando, así que no creo que podría proteger este sitio, aunque tampoco e han querido hablar de qué pasó aquí, solo he escuchado de unos bandidos atacando la aldea, pero cuando pregunté por el bosque los hombres extraños y la mujer de la naginata me miraron de forma extraña.
El muchacho cruza sus brazos y mueve sus ojos de un lado a otro buscando respuestas en sus pensamientos.
- Bueno, si no quieren que sepa algo, no soy quién para meterme en sus asuntos- Entonces levanta nuevamente su cabeza hacia ti - Tadashi san, para ahorrarle el trabajo de preguntarme y descartar todas las cosas del mundo en las que no soy bueno, le diré directamente que solo se me dan bien dos cosas, la ceremonia del té y honrar a los espíritus, eso es todo, aunque bueno, ahora sé prender fuego, pero me tardo un poco.
Esa es la misma expresion que tenia cuando el chico me conto lo sucedido aqui
- busco con la mirada al niño del bosque para que se una a la conversación -
¿en que puedo ayudar? fue lo primero que pregunte, parece que hay que buscar a alguien que sepa cuidar del templo y de sus alrededores, ese trabajo es el de un monje. El antiguo monje...
- me detengo para saber, si el chico esta alli, de tal manera que el apruebe el contarle o no la situación.
Buscas al muchacho, pero no está en el lugar, o al menos eso parecía cuando observas a la ardilla trepada en una de las linternas observándolos, y al verse descubierta sale corriendo para refugiarse en el hombre del extraño joven que los observa desde la puerta. No parece bajar la guardia y siempre te observa con cautela, cuando lo invitas a acercarse, tímidamente avanza sobre un árbol y casi leyendo tu intención asiente.
Masayuki, que no parece superar la impresión que le causa el joven, le queda viendo fijamente como si de un fantasma se tratase, pero baja la mirada cuando el muchacho parece amedrentado por sus ojos y se esconde por completo tras el tronco. Has visto muchas cosas en tus viajes, pero nunca un muchacho tan extraño, de apariencia tan curiosa y aspecto entrañable. Habías escuchado alguna vez una vaga historia sobre los niños del bosque de boca de tu maestro, pero sigue pareciendo extraño verlo en persona, sobre todo por que su estampa parece realmente alentar la calma dentro de ti.
Una vez se acerca, con su aprobación le cuento a masayuki, el porque necesitamos alguien que proteja el templo. pero antes le pregunto con franquesa si tiene conexiones con alguna dinastia importante o con la noblesa debido a su apariencia.
Cuento algunos detalles importantes como la corrupción del monje y el ataque de los piratas, de alli en adelante le cedo la palabra al chico del bosque, con mi asistencia si es necesaria hago que masayuki logre entender mejro lo que quiere decir, ya que el no habla muy bien nuestro idioma.