Partida Rol por web

Entrais en la armeria culla entrada parece demasiado limpia. Esta formada por un gran escaparate junto a la entrada principal. Los cristales del escaparate y la puerta parecen limpios o por lo emnos en relación a lo que estais acostumbrados en este pueblo.

Entrais y comprobais que es un negocio pequeño, no superara los 50 metros.

Hay dos pequeñas escaparates de cristal en forma de mesa en los que la mercancia se mostraba al publico pero ahora están rotos y sin ningun arma.

Al fondo hay un gran mostrador que ocupa todo la pared posterior del edifico tras el cual hay un gran mapade Estado Unidos y a los lados de estes dos espositores de armas tambien rotos vacios.

Detras del mostrador y en el suele de ven un grupo de cajas amontonadas que cualquier forma y todos abiertas.

Todos las paredes del edificio esta adornados con posters y fotos con motivos de guerra o relacionado con las armas.

En la parte de la derecha veis una puerta abierta de par en par que descubris que es el water el cual despide un olor rayos que hecha para atras.

Ha simple vista no parecen quedar armas, es como si se os hubieran adelantado. Pero no perdeis las esperanzas y comenzas a investigar.

Con mi sentidos alerta, ingresé a la armería, solo para quedar desilusionado.

Pero que mierda, se lo llevaron todo. Lo peor es saber que las necesitaban...

Fui entrando lentamente apuntando al aire, esperando que aparezca una figura sospechosa para volarla en pedazos. Pisé algunos vidrios hasta llegar al mostrador, donde había cajas vacías desperdigadas por el suelo.

Después, noté el baño. Despedía un hedor insoportable, anormalmente asqueroso. La puerta estaba abierta. La razón me decía que saliera, pero mis piernas me dirigieron hacia el sanitario.

Entro detrás de Miller, ha dejado claro que es el mejor con la escopeta, asi que lo sigo, cubriéndole. Se dirige al baño que apesta como la letrina de mi Tío Earl, allá en Montana. Por lo menos mi tío no intentaba comerte si lo pillabas cagando.

-Cuidado... le susurro. Voy con el cañón de la escopeta por delante, dispuesto a llevarme por delante al primer cabrón que asomara su fea jeta.

Trent mira hacia el parque, intentando divisar de una vez señales de vida.

- Yo me quedo aquí -dice, remarcando la última palabra- no soy tan bueno con la pistola. Cuando nos deis el visto bueno, entraremos.

Volviendo a mirar hacia dentro de la tienda, John se gira hacia Emma.

- Ahora puedes estar tranquila, hemos acabado con los dos tipos que más pinta tienen de porderse cuidar ellos solitos -sonríe y suelta un "¡je" animado-. No hace falta que entremos -añade, cuando ve a Emma mirar hacia el interior, como él-. Cuatro personas en una habitación tan pequeña, tres de ellas con escopetas... nos volaríamos las rodillas si viéramos otro de esos jodidos colgados.

Dicho esto, recuesta contra el escaparate volviéndose hacia el parque.

- No hay ninguna prisa, por ahora estamos a salvo. A saber dónde coño paran los otros desgraciados -dice fríamente-. Esos, por otro lado... No creo que las lleven todas consigo -dice, tras una breve pausa-.

Dentro del cuarto de baño encontrais algo realmente desagradable.  el cuarto de baño de azulejos azules oscuros sucios y cubiertos de humedades no invita demasiado. Veis una mancha roja que os conduce hasta el W.C junto al cual hay un tipo  con una pistola en la mano y por lo que parece fue el mismo el que se volo la cabeza, cuyos restos hay esparcidos por el suelo. En su mano un revolver(4 balas en la recamara)

El cuarto de baño es asin de simple solo ese W.C. y un pequeño lavabo. De pronto ois voces desde el exterior de la Armeria.

Desde vuestra posición de pronto veis algo que sin duda es lo ultimo que esperabais y queriais ver.

Un grupo  de engendros sale de una casa, por lo que podeis contar son entre 8 y 9. Es un grupo vario pinto; los hay que les falta un brazo o un pie...

Y de pronto os ven o os huelen o lo que diablos hagan esas criaturas. Y se dirigen con paso decidido pero lento hacia vosotros.

Esta vez no parece algo que se solucione con un par de tiros. Os haran falta algo más de munición.

Cojo el revólver para Emma, mejor eso que defenderse a puñetazos. Cuando lo estoy cogiendo escucho los ruidos y Miller y yo nos giramos a la vez. Me dirijo hacia la entrada de la tienda a ver qué coño pasa ahora.

Ya lo veía venir. Un tipo pudriéndose...

Foster se adelantó y tomó un arma de entre sus manos, cuando escuchamos el sonido de voces viniendo de afuera. Le di una mirada significativa y salí asiendo el arma.

Emma parece tranquilizarse al escuchar las palabras de Trent y decide quedarse en la puerta esperando a que los demás salieran con las nuevas armas, si es que las había. Pero de repente cuando se disponía a decir algo aparecen frente a sus ojos una serie de "drogadictos sin piernas o brazos" dirigiendose con paso lento hacia su posición.

- ¿Pero que coño está pasando?- Espera a que salgan Miller y Foster de la armería para comenzar a trazar un plan o simplemente liarse a tiros a lo loco - Joder ¿pero que son? ¿Por qué nos siguen?- mira a Trent asustada parece ser que lo que le dijo antes lo ha olvidado o simplemente piensa que son demasiados para cuatro personas con poca munición ¿Los demás estarán igual?

Salgo corriendo por la puerta y casi me doy de bruces con Emma, lo que, en otra coasión, no me hubiera importado, sin embargo, tras Emma me espera un espectáculo bastante más desagradable. 8 de esas jodidas criaturas, algunas de ellas con amputaciones severas, se dirigían trastabillando directamente hacia nosotros, como lentos misiles teledirigidos. Es impresionante verlos avanzar. El detalle de sus cuerpos destrozados atrae la mirada y produce una sensación de irrealidad, de sueño, resultan dificiles de creer como algo real. Sin embargo, por horribles que sean sus heridas, lo peor es el sonido que emiten...algo así como un gemido ahogado que se te mete directamente en el cerebro.

Sólo hay que verlos avanzar para darse cuenta de que no se detendrán ante nada hasta atraparnos y devorarnos. ¿Qué cojones son estas cosas? Seguro que producto de algún ataque terrorista. Al-Qaeda o los Irakies o algo peor...

-Cuatro de esos hijos de puta son muchos. Nos costaría mucha munición librarnos de ellos. Vámonos de aquí. Fijaos en qué lento caminan. No podrán seguirnos el ritmo.

Trent suelta un respingo al ver a esos deshechos tullidos, se queda pasmado, incapaz de reaccionar.

- Tienes que estar jodidamente bromeando -masculla-. ¡Un grupo en la calle! -grita, para avisar a los dos de dentro. Tras ver que se acercan a ellos, se mete la mano en el mono de presidiario, de manera instintiva- ¡Y vienen hacia nosotros! ¡Coged lo que podáis y salid cagando leches!

Una vez han salido, y respondiendo a Foster:

- Me has robado las palabras de la boca... ¡Espera un momento! ¿No había NADA? -el "nada" suena incrédulo, casi exigente-. ¿Ni municiones?

Da dos pasos en dirección a cualquier lado, lejos de esos antropófagos, y se para observando el resto del parque.

- Espero que los otros hijos de puta hayan encontrado un coche o se hayan perdido lejos de aquí, porque son carne para yonqui si se han colado por algún antro -su tono es seco, objetivo, sin sentimientos. Si están por los alrededores, son presa fácil. Nada más-. ¡Que les den! Miller, lidere el camino. ¡Nos vamos! -mirando a Emma-. 

-Sólo ésto. Le doy  el revólver a Emma. Mejor que tengas algo con qué defenderte, nena. Esos cabrones son feroces. Corramos hacia el parque, allí podremos perderlos. Os sigo, tios.

El grupo de 4 del principio se ha ampliado a 8 y eso significa que estamos hasta el cuello de mierda. Mejor que salgamos cagando leches cuanto antes.

Emma coge el arma en las manos y sonríe a Foster.

- Gracias pero yo me quedo a luchar porque si nos vamos no serán ocho sino veinte o más... es mejor matarlos de poco en poco que no todos de una vez... ¿no creéis?- dice mirando a todos y en especial a Trent que es en el que más confía y sabrá tomar una mejor decisión que ella.

Trent se gira hacia Emma, ceñudo. Mira al parque, hacia donde se dirige Foster, y luego vuelve a mirar a Emma.

- Es cierto que si acabamos con estos ahora terminaremos con el peligro inmediato, pero la ciudad tiene todas las cartas para estar llena de esos hijos de puta. Según la nota que hemos leído, subestimarlos es buscarse la muerte. Si hay tantos, y salimos de la armería con las manos vacías... Hemos de contar cada bala -concluye, y se gira hacia Foster-. Espero que tengas una buena razón para volver al parque, muchacho, porque está rodeado de edificios de los que salen esos yonquis.

Sus fríos ojos azules se clavan en el Dwayne, reprochándole que quiera volver a por el resto. 

-Si, tal vez tengas razón, tío...pero no puedo evitar pensar en los demás...están ahí dentro sólos y desarmados... Mi cara refleja mi angustia por Claire, Brooks, Mac y los otros. Por otro lado, mi parte reacional me aconseja que me preocupe de mi propio pellejo. Me detengo y sigo al resto del grupo.

-Vale, Trent, tú guias. ¿A donde coño vamos?

A la mierda mis ecrúpulos. No me detuvieron cuando me metieron en la cárcel, no lo harán ahora tampoco. Dwayne Foster es un superviviente. Espero que los demás presos lo sean también. Tal vez si les damos esquinazo, luego pueda ir yo ensolitario a intentar localizarlos.

Escapábamos de la presencia de esos malditos enfermos, ya que seguían aumentando en grupo. Era desesperante. Pero si perdíamos la cabeza... bueno, parecía ser que seríamos su comida.

No sabíamos a donde ir. Trent sabía que si volvíamos a ayudar terminaríamos mutilados, y no era mi plan.

-No pienso volver al parque, aunque me cueste separarme de ustedes, carajo. Ahora mismo me voy por donde vine. Aunque, tal vez estén en el desierto también. Hay que conseguir un auto. ¿Alguien sabe arrancarlos sin llaves?-

Genial, de aires de independencia, pasé a dependencia. Parece que no es tan fácil ir solo.

-Yo soy bueno con esas cosas. Era electricista antes de...bueno, lo que pasó...

Los recuerdos se agolpan en mi memoria. Recuerdo a Sarah, en el hotel...El aire acondicionado... Me recompongo y, mientras seguimos alejándonos, continúo.

-...no sería la primera vez. Falta que encontremos uno con gasolina, claro está.

Trent mira a Foster inquisitivamente.

- ¿Cuánto tardarías en arrancar un coche sin llaves ni herramientas? Porque puede que sean lentos, ¡pero más vale no subestimarlos! En el bar -mira a Emma, para volver a mirar a Foster a los ojos- uno sin una pierna avanzó aunque le voláramos el estómago, y te puedo asegurar que no iba tan lento como para poder sentarnos a descansar. Si dejamos que nos atrapen, seremos los presos más gilipollas a este lado del Mississipi. Dejémosles atrás, y encontremos un coche solitario.

Mientras Foster contesta, su mirada recorre rápidamente las calles y avenidas vecinas, y se decide por una que discurre paralela a la ciudad, para no adentrarse en una trampa letal.

Despues de mucho meditarlo pensais en iros pero los tipos esos por muy lento que avances los teniais ya demasiado cerca como para no tener que utilizar armas. Parece que lo del coche tendra qu esperar.

Rapidamente atracancais la puerta con todo lo que podeis: sillas, escaparates, mesas....La ventana decidis que no es necesario al tener rejas.

Os dais la vuelta intentando no pensar que tras vuestros improvisada trinchera hay 8 sedientos engendos raspando y empujando la puerta.

El mostrador es una zona de la tienda que no habeis explorado bein ya que os anteriormente solo os fijasteis en la parte  los escaparates y el servicio.

Hay una gran cantidad de cajas abiertas y volcadas o boca abajo, ¿quizas haya algo debajo de ellas?

Contemplais el mapa que ocupa gran parte de la pared trasera. Llega hasta casi el techo y baja hasta el suelo. Compobais que una gran Frase reza de bajo del mapo E.E.U.U. el pais de las oportunidades.Os dais cuenta de que esa frase a sido escrita a boligrafo y os resulta familiar la letra.  ¿Es la misma que la de la carta que encontrasteis?

Estaban demasiado cerca, era imposible ya. Habíamos perdido demasiado tiempo.

Nos atrincheramos como animales heridos, dentro de la armería. Recordé al tipo del baño, y percibí el olor a putrefacción.

Me dirigí al mostrador y comencé a patear y voltear las cajas, enun acto desesperado por encontrar algo últil.