Grurkl saboreó la sangre y escuchó atentamente la oferta de su superior. Casi le tuvo que pedir que le repitiera la oferta porque no podía creer lo que estaba escuchando. Grurkl puso cara de tonto, con la labio ligeramente lacio mientra se imaginaba la gloria - ¿Yo en una zezión ezpecial? Mi mama eztadá odgulloza de mi. Laz goblinz caedán a miz piez zin tened que dejad de lavadme vadios años. -
Emocionado y con lágrimas en los ojos Grurkl se puso en pie y en posición de firmes. Por un momento se le ocurrió que esa "zeccion ezpecial" en realidad no era otra cosa que una panda de chivatos, pero lo suplantó por el recuerdo de la sangre que acaba de beber y todos los privilegios similares que obtendría en su nuevo puesto, como la bola-pincho. Además, lo que hacía iba en favor de la gloria del ejército goblin. Está muy mal desobedecer las órdenes del capitán.
- ¡Pod zupuezto que me apunto zeñod! Eztadé encantado de fodmad padte de zu zección ezpecial. - dijo con un guiño para remarcar esto último - Tendé loz ojoz bien abiedtoz pod zi alguien no hace lo que uzted mande. -
Tras dar las suficientes instrucciones, Bolwock se encamina hacia la armería. Podría enviar a alguien, pero prefire hacer las cosas por sí mismo. Además, ese cañón le resulta interesante... quiere examinarlo de cerca.
- ¿Eztá ya lizto? - pregunta al entrar en la armaría haciendo que el pobre goblin de un respingo del susto.
El tiempo corre y ya empieza a hacerse tarde para marchar.
Bolwock, pasa a la escena de la armería.
Complacido por el fichaje, emite un sonido de satisfacción ¿O es hambre? Da igual, en todo caso ez zeñal de que noz vamoz. - Azí me guzta, Grurklito. Y ahora vamonoz, hay un poblado de humanoz ezperando para zer comido. Venga. - Barbilla en alto, sale del barracón como solo él sabe hacer. Sin tener que medir con los ojos cada paso que hace para no tropezar. Lo más parecido al glamour que un goblin puede aspirar.
Grurkl avanzó detrás del capitán, sin que el se diera cuenta intentó imitar su pose majestuosa, pero al segundo paso tropezó con algo que no había visto por mirar al techo y casi se cayó. Tras la experiencia se limitó a seguir al capitán hacia la China Godda mientras examinaba su nueva arma.