-Siempre me toca lo más aburrido... remugó el policía, exagerando su reacción con aspavientos.
-Quizá sería conveniente que alguien vigilase la parte de atrás, jefa. Por si acaso, digo...-puntualizó
Pero cuando Ryan Raynor dijo aquello la puerta ya se había venido abajo tras la patada de la impetuosa agente Vaamar. Aquella mañana estaba desbocada, como casi siempre, pero además estaba en un plan bastante destructivo, como casi siempre. Fuera como fuera, tenían la orden de entrada en el domicilio del señor Harrison y la puerta se encontraba ahora, casualmente abierta. Tres de los cinco agentes penetraron en el interior de la morada de William, mientras que otros dos permanecieron fuera, quedando la sugerencia de Ryan Raynor flotando en el aire y sin respuesta. Un segundo después Vaamar regresó tras sus pasos para dar instrucciones a los dos agentes que permanecieron en el exterior.
Zoddert y Raynor, no estaban del todo de acuerdo con permanecer en el exterior custodiando a Nimwë, tanto uno como otro eran hombres de acción. Uno había estado en el ejército y sabía enfrentarse a las peores situaciones. Ryan Raynor era un héroe de acción que había sobrevivido él solo a una emboscada taliban, logrando acabar con siete de aquellos terroristas armado únicamente con una cucharilla de café. Sí... Ryan Raynor era un arma letal y ahora que se le había encomendado una misión menor, esperaba que sus compañeros no echaran de menos sus habilidades de combate en los próximos minutos
El otro, Zoddert Everton, no había estado en el ejército, como tampoco en demasiados tiroteos, pero sabía vivir cerca del peligro. No por nada había estado infiltrado en los bajos fondos de la sociedad, junto a traficantes, asesinos y seres aún peores. Pero lo más importante era que había recibido un disparo y había sobrevivido. Aquella experiencia le hizo aprendido mucho. Sabía que un mero despiste podía acabar con la vida de uno en un abrir y cerrar de ojos y era por eso que ahora nunca pestañeaba.
Nos falta gente, Ryan y no voy a dejar aquí delante a nadie solo. Primero dentro y luego fuera. Podéis extenderos Zod y tú, pero manteneos siempre a la vista -le dije en respuesta a su sugerencia, antes de entrar en la casa con el arma en la mano y preparada para disparar.
¡Agentes de policía! -grité mientras me adentraba en el nido de aquella rata.
- Oigan... - Dijo entonces Eldren Nimwë. - Yo no voy a irme a ninguna parte. Estoy muy lejos de mi casa o mi oficina y bueno... - Se encogió de hombros. - Estoy aquí para probar mi inocencia, no para parecer mucho más sospechoso de lo que ya soy fugándome a la carrera. - Les miró tratando de parecer convincente. - Además... al final me volverían a atrapar. ¿No? - Hizo una pregunta retórica, porque continuó hablando. - Lo digo por si quieren acompañar a sus compañeros o ir a la parte de atrás. Su sugerencia es buena bajo mi humilde opinión y si al fin y al cabo Harrison es un asesino...