No tardáis demasiado en poneros manos a la obra y emepzar a recoger en bolsos y mochilas (o petates más improvisados) cualquier cosa que os parezca útil. Desde comida a linternas, pilas, despertadores...
Kyuu es la única que no se muestra muy dispuesta a ello, encerrada en su habitación para "descansar", aunque al cabo de apenas una hora y cuando ya ha oscurecido lo suficiente, la avisáis y todos salís del edificio todo lo deprisa que podéis. Ya no importa ser vistos, dado que eso es casi inevitable debido a las múltiples cámaras de seguridad, ahora lo importante es ser lo suficientemente rápidos para que las patrullas no den con vosotros.
Cargáis el maletero del reluciente vehículo de John y subís todos adentro,r eservando la parte trasera para los más "pequeños" ya que se ven obligados a estar un poco apretados durante unos mintos.
Ziyak, de copiloto, indica a John hacia donde debe dirigirse, frenando a un par de calles de la boca de alcantarilla por la que debéis descender... y a la que por suerte llegáis mientars empezáis a distinguir el sonido de las distintas alarmas y sirenas acercándose.
El interior es oscuro, pero sobretodo maloliente. A Axel y Ziyak no les pilla de sorpresa pero el resto siente alguna que otra arcada mientras se ven obligados a avanzar por el lodo provocado por "sustancias" en las que mejor no pensar demasiado.
Tras varios minutos que se hacen algo largos debido a la incomodidad del lugar, dáis con una puerta que destaca por ofrecer un aspecto algo más robusto, aunque igual de oxidada que el resto de las que puede haber por ahí. La cruzáis sin problemas encontrándoos en un pasillo lleno de escombros variados y suciedad, pero apartando parte de ella dáis con una trampilla por la cuál bajáis mediante una escalera de gato, encontrando otro pasillo con otra puerta, esta vez en mejor estado y con una pequeña ventana cerrada.
En cuánto ésta se abre y el tipo de detrás distingue a Ziyak y Axel, os abre la puerta dándoos acceso a la humilde base subterránea de los rebeldes, los cuáles os miran sin disimular su curiosidad pero sin agobiaros.
Sin duda están algo más sucios que en la ciudad, pero tampoco tanto como en el exterior, parece ser una especie de limbo intermedio entre ambos mundos.
General:
Despacho de Richard:
Comedor :
General+Armería :
Todos sóis bien recibidos en la base, no precisamente con vítores o pétalos de flores, pero aún así se os conceden vuestras propias literas, no tan limpais y cómodas cómo en Hope pero al fin y al cabo camas seguras y algo cálidas.
Para entonces Richard, el jefe y organziador de ése lugar, ya os informa de que se está trabajando en la mejora del antídoto para que sea apto para todos, tarea en la que no duda a pesentarse voluntaria drew, deseosa de poder ayudar en algo tan importante.
Ziyak acostumbra a seguirla de cerca a pesar de no tener demasiada idea de ciencia y demás, pero aún así ayuda en lo que puede y cada vez queda más claro la relación que hay entre ellos.
Por su parte, a la revoltosa Kyuu no le cuesta demasiado conocer a un grupo de chicos y chicas de su edad normales, no cómo los zombies de la superfície, con los que empeiza a llevarse bien sin descuidar la relación con los amigos que la han ayudado a llegar hasta aquí.
Contra todo pronóstico Axel recibe "literalmente" la recompensa que él quería y Sam se convierte en un buen punto de apoyo para él así cómo para guiar e informar a todos acerca de al oganización y distribución del lugar.
John no tarda demasiado en adaptarse en los diferentes talleres de reparaciones, donde su trabajo es agradecido y recompensado con sonrisas y comida caliente servida en el comedor.
Tras varios meses, esa vida se convierte en vuestra bastante agradable rutina, hasta que la fórmula es finalziada y varios infiltardos se encargan de distribuirla en las depuradoras de agua de la ciudad, asegurándose de que todos los ciudadanos la han recibido antes de anunciarlo pirateando la televisión y a abse de muchos panfletos.
La gente parece reaccionar, aunque algunos tardan más que otros en reaccionar (dependiendo de lo avanzado de su lavado de cerebro), aún así lo evidente llega: una guerra civil en toda regla en la cuál la teniente Marina, recuperada tras severos días de recuperación mental, se une a vuestras filas.
Hope queda medio derruida a causa de las luchas y refriegas que empiezan a propagarse en ella, pero ni mucho menos cómo los escombros que la rodean... y al final la liberación se alza vencedora de entre sus propais cenizas, cómo si de un ave fénix se tratara.
Muchos seguís residiendo bajo tierra, donde ya os habéis acostumbrado a convivir con más rebeldes, otros se mudan a los edificios de la superficie dispuestos a disfrutar de una bien merecida calma sin ataduras, aunque todos sabéis que en cualquier momento la cosa puede cambiar, y para conseguir que el planeta vuelva a ser lo que era aún queda mucho trabajo por hacer...
...pero eso es otra historia.