Partida Rol por web

La noche avanza. 

Los detectives aguardan un tiempo en su mesa, a la espera de acontecimientos. La visita no parece haber sido demasiado productiva, por el momento.

Más bien, puede volverse improductiva.

No pasa desapercibida a la mirada de Stone la sorprendentemente larga charla del camarero con el que tuvo el pequeño intercambio monetario con uno de los clientes destacados del local. Concretamente, con el señor Torelli.

Cuando tuvo su primer contacto con él, no era el señor Torelli, sino simplemente el barbero Torelli. Stone aun se pateaba las calles entonces. Recordaba claramente el primer tropiezo de Torelli con la bofia, cuando mató a su mujer y al tipo que encontró encamado con ella usando la navaja que utilizaba en el negocio. Fue una detención dificil para el entonces inexperto Stone. Torelli llegó bastante magullado a comisaría.

Después de eso, la suerte había evitado que se cruzase en el camino del italiano, por suerte, porque el tipo había logrado ascender a base de tratar con la bofia y afeitar a sus enemigos.

Stone le pegó un largo trago al whisky. Juraría que Torelli le había mirado a los ojos, aunque ahora el italiano parecía estar concentrado en su cháchara con el camarero.

Un tipo estirado sube al escenario y entretiene al público con un par de chistes. Mirando a la concurrencia se hace patente que no es el espectáculo esperado. Mirando el reloj confirmais que Elisa no debe haber llegado a tiempo.
Se escuchan gruñidos, insultos y amenazas, medio en broma, medio en serio. El cómico hace lo que puede, pero una gota de sudor delata su nerviosismo.

En ese ambiente cargado, Jenn aparece por detrás vuestra, silenciosa y discreta. Nadie lo diria viéndola en el escenario. No llega a sentarse, sino que deja una copa de coñac en la mesa, sobre un posavasos... y debajo de éste un papel rectangular, una especie de tarjeta de visita. Habla rápido, entre murmullos, y con miedo en los ojos que revolotean de un lado a otro, como temiendo que la escuchen.

- A Elisa le dieron esta invitación ayer. Me dijo que estaba muy ilusionada, que con un poco de suerte podría salir del barro.

Se retira ligeramente de la mesa. En su cara se refleja la incredulidad y la ignorancia. Seguramente la situación le supera.

- Yo... no se me da bien pensar, ¿saben? Elisa me aburre con sus cosas. Pero no es mala amiga.

Un grito bronco resuena en la sala. Torelli maldice en italiano, dando empujones a un estoico gerente, que hace lo que puede por evitar la mirada del capo de la mafia. Muchas sillas se mueven, y muchos hombres se levantan. El alcalde, como buena alimaña, ha desaparecido. Siempre se le dió bien oler los problemas a distancia.

Dos matones se plantan frente a la puerta. En una mesa, alguien ríe histéricamente. Un tipo delgado, ataviado de negro, con el sombrero calado, se acerca a vuestra mesa, mirando a Stone. Alguien dice algo sobre que alguien ha perdido el seso por una corista. Parece que también se escuchan ruiditos metálicos. Era broma aseguran. El tipo de negro lleva la mano derecha oculta a la espalda. Torelli sigue gritando, rodeado por sus matones.

La cosa va a estallar.

 Que son lospuntos de heroe? Estabs pendiente de entrar ne la trama, porque asi de sopeton no podia aparecer sentado al lado de los demas, o si?

El ambiente se caldeó como si el mismísimo Dios hubiese subido la temperatura del termostato en su casa de los cielos. En realidad era algo lógico. Si juntas un montón de indeseables en el mismo lugar, aderezado con la entrada de varios detectives, de los cuales algunos también podía decir que eran indeseables... la reacción era lógica, como mezclar un ácido y una base. Se consigue una reacción violenta.

Stone miró a su detestable viejo conocido. Esa alimaña siempre estaba detrás de todo lo que contaminaba lo poco puro que quedaba de la ciudad, si es que ya quedaba algo. Desde luego, si quedara, no sería gracias a él.

El mafioso le devolvió la mirada, con el ceño fruncido y una clara expresión de querer patearle el culo. Pero como en el pasado ha sido Jack quien se lo pateó a él se limitó a mirar enfurruñado mientras gritaba y matones de tres al cuarto bloquearon las salidas.Y entonces el ex-policía ve como un tipejo poco recomendable se acercó a su mesa, enfadado, poniendo una mano en su mesa y otra atrás que ocultaba un arma.

Pero Jack fue más rápido. Él también usaba navaja en estos casos y clavó su querida arma en la mano del tipo de negro antes de que les atacara. La navaja hirió la mano del matón y la dejó sujeta a la mesa. Antes de que el sorprendido hombre de negro intentara devolver el golpe Stone le propinó un puñetazo en la cara, y un chasquido destacó entre todos los ruidos que adoraban el local, dejando al hombre casi en el suelo y con la mano clavada en la mesa.

-Me, me has ro...roto la nariz, cabrón- dijo el tipo de negro- Y me has jodido la mano.

-No será lo único que rompa ni joda esta noche si no me dices ahora mismo quien eres tú.-El otro callaba, hasta que Jack apretó la navaja aún más y luego la arrancó de cuajo, haciendo que un hilo de sangre brotara de la mano.- ¿Quien me estabas diciendo que eras?

-Jerry Ming, puto sabueso. Es lo único que sacarás de mí.

-¿Para quien trabajas, rata?

Otra vez se negó a decir nada importante, solo se limitó a reír repitiendo una y otra vez que él trabajaba solo y que era el más grande antes de quedarse inconsciente. Stone no le creyó mucho, intuía que trabajaba para alguien, pero no le sacaría nada más. También le registró para obtener una caja de cerillas de un lugar del puerto.

-Así que este mamón trabaja en el puerto- dijo a sus compañeros- últimamente hay mucha actividad criminal por ahí, este debe ser uno de esos tipos nuevos.

Cuando Stone miró la mesa se percató de la invitación que la chica había dejado allí.

-¿Alguien quiere ir de fiesta?

Antes de obtener una respuesta de los dos sabuesos estos ya se habían puesto en movimiento. Al parecer en ese trabajo lo más importante era la rapidez de acción y la decisión, dos de esas cosas que siempre me habían faltado. Así que espere pacientemente en la barra a que mis dotes fuesen necesarias. Aunque vista la gente que pululaba por el local y dada la situación esperaba que no fuesen necesarias.

Y mientras yo seguía observando a la selecta clientela, llego el turno de la chica a la que estábamos buscando. Que obviamente no apareció, por algo nos habían contratado. En su lugar salió lo que quería parecer un cómico pero que tenía menos gracia que las páginas de sucesos del periódico. Y claro, la gente estaba con la mosca detrás de la oreja. Y de repente comienza el baile. Sin saber muy bien por que Torelli agarra un cabreo monumental y la cosa se caldea. Los matones comienzan a poner cara de aun más mala leche y comienzan las primeras amenazas verbales. Y tiene toda la pinta de que en breves pasara a mayores.

Y así, por vete a saber qué tontería uno de los matones de Torelli le soltó un gancho a la mandíbula de otro de los clientes y se monto una pelea al más puro estilo saloon del antiguo oeste. Rápidamente y antes de que empezaran los tiros hice lo que todo hombre haría en la misma situación: agacharme y esconderme debajo de una de las mesas del local hasta que pase la bronca. Y se ve que no era el único hombre sensato, bajo la mesa me encontré con uno de los camareros del hotel temblando como un flan. Una oportunidad perfecta para recopilar información.

Oye muchacho, ¿no sabrás que le pasa a Torelli verdad? No me parece muy normal que se agarre un cabreo semejante por que si.

Y…y…yo no sé nada señor dice temblando tanto que parece que se va a morder la lengua en cualquier momento.

Venga chaval no te preocupes. No se lo diré a nadie. Confía en el pequeño “Tiny”. Mírame, soy como tú solo que con unos cuantos años más. Sé muy bien lo que es estar en el lugar inadecuado en el momento inoportuno le digo con tono tranquilizador y una amable sonrisa en la boca.

Bu…bueno, tampoco es que sea un gran secreto. Lo que pasa es que Torelli esta loco por la bailarina que tenía que salir ahora, una chica llamada Elisa. Pero no sabemos donde esta, y como no ha salido Torelli se ha puesto hecho una furia.

Así que el capo Torelli está enamorado de la chica a la que estamos buscando. Si ya me olía yo que cuando hay tanta pasta de por medio siempre hay mucha mierda. Tengo que decírselo a los dos sabuesos… en cuanto el bar sea seguro… no te preocupes muchacho, nadie sabrá de esta conversación. Ahora esperamos que la cosa se calme para poder salir de aquí.

A ver entiendo que el local esta entre comillas cerradso por los matones,no?

Es para salir del baño o aparecer desde fuera....

Había deslizado en las manos de Jenn algunos antibióticos para su clamidia cuando la algarabía estalló en el local. Mordiéndose el labio, miró hacia un cielo inexistente en cuanto Stone acuchilló a la mesa la mano de un fulano. El caos empezaba a gestarse y, desde que le conocía (desde el primer momento en el que le conoció, de hecho) Stone nunca había perdido una pelea.

Tiny se escabulló bajo la mesa, Stone interrogaba al matón herido y tras de ellos, las botellas se rompían y Torelli y los suyos aumentaban la confusión reinante con su jerigonza italiana.

Sin mucho tiempo para reaccionar, Kilkenny buscó en su pequeño maletín. Empapó el trapo en la sustancia amarga que contenía un frasco de vidrio amarillento y rezó para que ninguno de los guardaespaldas de Torelli se resolviera a usar el plomo dentro de un local "neutral".

Haciendo gala del mayor orgullo nacional de los irlandeses, esto es, de pasar desapercibido mientras vuelan las botellas, Kilkenny se situó en el núcleo del conflicto, donde Torelli chapurreaba en napolitano órdenes desaforadas. Aprovechó la confusión para, con dedos ágiles, tapar la vociferante boca del mafioso con el pañuelo empapado en somnífero. Contó hasta tres y sintió pronto todo el peso de Nápoles sobre sus brazos escuálidos. Entonces, aspirando fuerte, comenzó a gritar:

-¡¡¡Atrás, atrás!!! ¡¡Este hombre ha sufrido un desvanecimiento!! ¡¡Soy médico!! ¡¡Necesita aire, aire, aire, hagan espacio!!

Como había esperado, cuatro fornidos guardaespaldas le apartaron a empellones y condujeron a su capo hacia el exterior. Los otros combatientes bajaron lentamente sus manos, aturdidos.

Una vez más, Apolo había vencido a Ares.

Regresó a la mesa donde sus compañeros lentamente terminaban sus quehaceres y señaló con su cabeza el exterior del local.

Robert salio con dolor de cabeza del baño, alguien le golpeo mientras hacia sus necesidades y le dejo insconciente en el suelo, le habian escamoteado los pocos dolares que llevaba pero nada mas, esperaria a sus compañeros para que le pagarán el Martini que se tomo mientras les esperaba en ese garito de mala alcurnia a la salida de su turno en la morgue.

Aun rascandose la cabeza donde saldría un chichón ve la escena de violencia en el lugar donde se encontraban sus amigos y al ver como sedaba su colega de carrera al mafioso acudío premuroso a echarle una mano.

Yo le ayudaré caballero, tengo nociones de medicina.

Dice cmientras ayuda a quitar de enmedio al mafioso guiñando un ojo a su compañero.