Los detectives vacilan. Permanecen un momento en el coche, un momento demasiado largo. El tiempo les hace una mala jugada.
El hampón se recupera en el coche. Ni siquiera tiene en cuenta a su compañero, se limita a golpear el claxon tres veces, y sale corriendo, perdiéndose en la distancia.
Aun están maldiciendo por no haber mantenido la presión, cuando el sonido de un disparo rasga el aire. La siguiente explosión de uno de los neumáticos del vehículo convierte el momento en más dramático.
Al fondo de la calle, un tirador se protege tras un contenedor de barco, recargando mecánicamente el rifle. Otro movimiento a su alrededor, y ven a cuatro hombres en una esquina. Uno lleva una thompson. Toman posiciones.
La cosa pinta horriblemente.
2PT para salir del follón. El coche tiene un neumático reventado, así que huir con él implica un manejo horroroso del vehículo, posiblemente dejándolo inutilizado.
La situación pasa demasiado rápida para el detective, que como su médico no para de repetirle y él no para de negar, se está volviendo viejo para este trabajo. La putada es que su médico es su socio, y éste parece aún peor que él, parece que al frenar y rebentar la rueda, se ha golpeado la cabeza. Y no se mueve.
Jack, reaccionando por fin cuando huele los disparos, abre la puerta del coche ayudándose con una patada y agarra a su socio, para sacarlo. Se está haciendo viejo, sí, pero no piensa morir a manos de unos gilipollas, merecía una muerte con más clase.
Así que nada más que el idiota de la Thompson asoma el morro, apunta hacia él la pistola y no deja de disparar. Y sin ni siquiera saber si lo ha herido o no, sale como alma que lleva al diablo cargando con su compañero aprovechando que el de la Thomson no dispara ya sea porque esté muerto o porque se haya cubierto. El detective, que no está ahora para filosofías ni respuestas, no le importa la razón, con ver que no le llegan muchos disparos, le vale.
Con la pistola en la mano y Kilkenny en su hombro, corre y dispara al otro tipo de la pistola. Sus pulmones le hierven, el corazón le insulta a todo volumen. Pero él no oye, solo huye, y hasta que no cree que está a salvo no deja a su compañero en el suelo. Cuando por fin puede tomarle el pulso, pone un mal gesto. La cosa no pinta bien, si la situación fuera a la inversa quizá su compañero pudiera ayudarle a él. Sin embargo, para Stone, el único conocimiento de medicina que tiene es que el whiskey es bueno para desinfectar las heridas.
Uso 2 puntos para salir del meollo.